CAP: Derechos de autor de la democracia
Contra Carlos Andrés Pérez se confabularon empresarios, partidos, jueces, fiscal y medios...
DIEGO ARRIA | EL UNIVERSAL
miércoles 5 de octubre de 2011 12:00 AM
Imaginemos el siguiente panorama: Hugo Chávez y todos los alcaldes y gobernadores del país sin excepción son rojos, rojitos. Semejante pesadilla sería una realidad si Carlos Andrés Pérez no hubiese impulsado la descentralización política del país
Hoy, cuando proliferan -a Dios gracias- centenares de liderazgos nacionales, regionales y locales; hay mezquindad para reconocer que Carlos Andrés Pérez hizo posible la auténtica descentralización; no solo la elección directa de alcaldes y gobernadores, sino la que se abrió a las regiones y respetó sin discriminación sus autonomías.
Sin esta iniciativa partidos como el MAS, el PPT, Podemos, Causa R, Un Nuevo Tiempo, Primero Justicia, Proyecto Venezuela, Voluntad Popular y otros, no podrían haber alcanzado posiciones de gobierno desde las cuales presentar sus candidatos.
Tuve una oportunidad privilegiada de acompañar al presidente Pérez en tramos importantes de su tránsito por la historia nacional -y también de la internacional-, y creo haberlo conocido mejor que la mayoría de la gente que colaboró con él, por eso no se me escapan ni se me escaparon para nada sus múltiples defectos.
Pero por haberlo conocido tan bien,menos aún se me escaparon sus enormes virtudes -resumidas en un ilimitado amor y dedicación por Venezuela y por su gente. Para los que nos anima solo los intereses del país sobre cualquier otra consideración -es más que evidente que sus virtudes superaban de largo sus defectos.
Ya los venezolanos que aman la libertad, los derechos y sobre todo vivir en paz y en democracia entienden que Carlos Andrés Pérez fue un parte aguas en nuestra historia política. Antes y después de CAP es ahora más que nunca fácil de comprender y de reconocer.
No puede despedirse una persona que deja huellas tan profundas ante el cual no se puede ser indiferente, por lo que no fue accidental el eslogan de su primera campaña: “Carlos Andrés va de frente y da la cara”. Esa cualidad resume su condición política que lo acompañó a lo largo de su vida en toda clase de escenarios.
“Este hombre tan defectuoso -como escribió mi amigo Moisés Naím- murió viendo cómo en su país sus ideales eran pisoteados a diario y su legado era despreciado hasta por quienes se beneficiaron de su obra. Pero los hechos son tercos y, tarde o temprano, afloran. La historia lo reivindicará como uno de los grandes líderes continentales del siglo XX”.
Los que queremos y admiramos a Carlos Andrés Pérez no tenemos necesidad ni queremos idealizarlo ahora. Su vida es un libro abierto. Han publicado ya varios y se escribirán muchísimos más. Un hombre muy complejo en todas sus dimensiones, que no era fácil para nada. No pedía subordinación a nadie aunque era de una terquedad olímpica.
Por la juventud
Lo que CAP no quería era que se le llegase a recordar como contraste ante la tragedia del régimen que sufre hoy el país y que tanto le angustiaba -sino por haberse atrevido a poner en manos de sus compatriotas el petróleo, el hierro. Por haber apostado por la juventud. Por querer que Venezuela estuviese bien armada, para su defensa interna y externa, que le garantizara un sitial importante en el mundo. Por eso su armamento escogido fue el de explotar el talento de los jóvenes enviando más de cuarenta mil de ellos a formarse en los mejores centros de educación del mundo. Sus beneficiarios “Los Ayacuchos” portan hoy esas esperanzas que él puso en ellos, sin haberle impuesto condiciones a ninguno.
El día que los jóvenes venezolanos tengan la libertad de llegar a conocer la realidad de este hombre difícil, complejo, pero excepcional, y demócrata como ninguno, encontraran muchas causas para emular. Entre ellas que trabajó por una Venezuela moderna y pujante donde la pobreza se erradicaba con el crecimiento, la educación y el empleo.
Sacrificio
Al parecer son eternas las similitudes en los destinos de los grandes hombres sacrificados por sus propios conciudadanos. Contra Carlos Andrés Pérez se confabularon empresarios, partidos, jueces, fiscal y medios de comunicación para cobrarle la descentralización que acabó con la centralización del poder político de los partidos y la apertura y la modernización de la economía. Estos personajes abrieron de par en par la puerta a lo que hoy sufrimos todos,incluyendo muchos de los que ajusticiaron de manera infame a un jefe de Estado que nunca reclamó derechos de autor sobre este legado democrático, que ha impedido -hasta ahora- que Venezuela sea doblegada.
Hoy que Carlos Andrés Pérez regresa a su tierra, cuando la historia ya nos ha demostrado que sus enemigos fueron, son y serán sus inferiores, creo apropiado recordar la oración fúnebre escrita por Tácito sobre su suegro el famoso general Gnaeus Julius Agrícola:
“Séanos dado honrarte, no tanto con pasajeras alabanzas sino con nuestra admiración, y si nuestras fuerzas lo permiten, con nuestra emulación. Que ella sea la prueba de verdadero respeto, la expresión de afecto de tus más cercanos...”.
@Diego_Arria
diego.arria@gmail.com
Hoy, cuando proliferan -a Dios gracias- centenares de liderazgos nacionales, regionales y locales; hay mezquindad para reconocer que Carlos Andrés Pérez hizo posible la auténtica descentralización; no solo la elección directa de alcaldes y gobernadores, sino la que se abrió a las regiones y respetó sin discriminación sus autonomías.
Sin esta iniciativa partidos como el MAS, el PPT, Podemos, Causa R, Un Nuevo Tiempo, Primero Justicia, Proyecto Venezuela, Voluntad Popular y otros, no podrían haber alcanzado posiciones de gobierno desde las cuales presentar sus candidatos.
Tuve una oportunidad privilegiada de acompañar al presidente Pérez en tramos importantes de su tránsito por la historia nacional -y también de la internacional-, y creo haberlo conocido mejor que la mayoría de la gente que colaboró con él, por eso no se me escapan ni se me escaparon para nada sus múltiples defectos.
Pero por haberlo conocido tan bien,menos aún se me escaparon sus enormes virtudes -resumidas en un ilimitado amor y dedicación por Venezuela y por su gente. Para los que nos anima solo los intereses del país sobre cualquier otra consideración -es más que evidente que sus virtudes superaban de largo sus defectos.
Ya los venezolanos que aman la libertad, los derechos y sobre todo vivir en paz y en democracia entienden que Carlos Andrés Pérez fue un parte aguas en nuestra historia política. Antes y después de CAP es ahora más que nunca fácil de comprender y de reconocer.
No puede despedirse una persona que deja huellas tan profundas ante el cual no se puede ser indiferente, por lo que no fue accidental el eslogan de su primera campaña: “Carlos Andrés va de frente y da la cara”. Esa cualidad resume su condición política que lo acompañó a lo largo de su vida en toda clase de escenarios.
“Este hombre tan defectuoso -como escribió mi amigo Moisés Naím- murió viendo cómo en su país sus ideales eran pisoteados a diario y su legado era despreciado hasta por quienes se beneficiaron de su obra. Pero los hechos son tercos y, tarde o temprano, afloran. La historia lo reivindicará como uno de los grandes líderes continentales del siglo XX”.
Los que queremos y admiramos a Carlos Andrés Pérez no tenemos necesidad ni queremos idealizarlo ahora. Su vida es un libro abierto. Han publicado ya varios y se escribirán muchísimos más. Un hombre muy complejo en todas sus dimensiones, que no era fácil para nada. No pedía subordinación a nadie aunque era de una terquedad olímpica.
Por la juventud
Lo que CAP no quería era que se le llegase a recordar como contraste ante la tragedia del régimen que sufre hoy el país y que tanto le angustiaba -sino por haberse atrevido a poner en manos de sus compatriotas el petróleo, el hierro. Por haber apostado por la juventud. Por querer que Venezuela estuviese bien armada, para su defensa interna y externa, que le garantizara un sitial importante en el mundo. Por eso su armamento escogido fue el de explotar el talento de los jóvenes enviando más de cuarenta mil de ellos a formarse en los mejores centros de educación del mundo. Sus beneficiarios “Los Ayacuchos” portan hoy esas esperanzas que él puso en ellos, sin haberle impuesto condiciones a ninguno.
El día que los jóvenes venezolanos tengan la libertad de llegar a conocer la realidad de este hombre difícil, complejo, pero excepcional, y demócrata como ninguno, encontraran muchas causas para emular. Entre ellas que trabajó por una Venezuela moderna y pujante donde la pobreza se erradicaba con el crecimiento, la educación y el empleo.
Sacrificio
Al parecer son eternas las similitudes en los destinos de los grandes hombres sacrificados por sus propios conciudadanos. Contra Carlos Andrés Pérez se confabularon empresarios, partidos, jueces, fiscal y medios de comunicación para cobrarle la descentralización que acabó con la centralización del poder político de los partidos y la apertura y la modernización de la economía. Estos personajes abrieron de par en par la puerta a lo que hoy sufrimos todos,incluyendo muchos de los que ajusticiaron de manera infame a un jefe de Estado que nunca reclamó derechos de autor sobre este legado democrático, que ha impedido -hasta ahora- que Venezuela sea doblegada.
Hoy que Carlos Andrés Pérez regresa a su tierra, cuando la historia ya nos ha demostrado que sus enemigos fueron, son y serán sus inferiores, creo apropiado recordar la oración fúnebre escrita por Tácito sobre su suegro el famoso general Gnaeus Julius Agrícola:
“Séanos dado honrarte, no tanto con pasajeras alabanzas sino con nuestra admiración, y si nuestras fuerzas lo permiten, con nuestra emulación. Que ella sea la prueba de verdadero respeto, la expresión de afecto de tus más cercanos...”.
@Diego_Arria
diego.arria@gmail.com
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