eL cARABOBEÑO 03 octubre 2011
Jesús M. Lugo Peña || Esto es Debatible
Qué triste es vivir muriendo
jesuslugopea@yahoo.es
"La pálida muerte llama igualmente en las chozas de los pobres y en los castillos de los reyes". Horacio
Unos pregonan como slogan político publicitario y demagógico, "vivir viviendo" para referirse a los logros alcanzados y por alcanzar durante su régimen, tratando de ocultar la gran realidad nacional referente a la inseguridad prevaleciente y sus nefastas consecuencias en la vida de los venezolanos.
Muy a mi pesar quiero preferiblemente utilizar la frase que encabeza este escrito: vivir muriendo, para referirme a la triste realidad que nos embarga a todos los venezolanos, como lo constituyen los diferentes partes de guerra que se reproducen cada fin de semana, en las diferentes ciudades y pueblos del país.
Por más que se empeñe el régimen en disimular, ocultar, reservar las escalofriantes cifras, así como el no permitir el acceso a las diferentes fuentes de información para conocer la realidad, está como la tos y hasta la pobreza, no se pueden ocultar, no se pueden negar.
Hace bien el régimen en protestar por las diferentes muertes que se producen en los diferentes frentes de guerra en ejecución en el mundo y, aunque en forma reiterada populista y demagógica señala que mucho le importa una sola muerte que ocurra, impide en la Asamblea Nacional que se discuta el tema tan sensible para la población, como lo constituye la inseguridad imperante, así como los muertos que ya sobrepasan los 160.000 en sus años de ejercicio. Así son de engañadores y contradictorios.
No podemos comprender la vida, si no nos explicamos, en alguna manera, el significado de la muerte. El criterio rector de nuestras acciones, el hilo conductor que ha de guiarnos para salir de este laberinto, de esta desgracia, en resumen la luz, entonces debe venirnos de allá, de la misma muerte. ¿Es triste, verdad?
Por otra parte, cuando un hombre, un ciudadano ha cumplido con sus deberes naturales, la muerte es tan natural y bienvenida como el sueño, pero no así, en plenitud de juventud, de salud, por tener unos zapatos, una bicicleta o una moto, un celular, cuando no por cosas llamadas "arreglo de cuentas".
Cuando Wolfgang Von Goethe estaba en sus últimos momentos le rogaba a sus amigos que le abriesen la ventana, pronunciando sus últimas ya famosas palabras "Mehr Licht", o sea ¡Más luz! Eso, precisamente, es lo que todos los venezolanos le solicitamos al régimen, más luz en estos aspectos opacos, que se sobreponen también a la oscuridad existente por las dificultades que estamos padeciendo en materia de electricidad.
Termino con un verso de Calderón que dice: "Ven, muerte tan escondida,/ que no te sienta venir,/ porque el placer de morir/ no me vuelva a dar la vida".
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