Razón del nombre del blog

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El por qué del título de este blog . Según Gregorio Magno, San Benito se encontraba cada año con su hermana Escolástica. Al caer la noche, volvía a su monasterio. Esta vez, su hermana insistió en que se quedara con ella,y él se negó. Ella oró con lágrimas, y Dios la escuchó. Se desató un aguacero tan violento que nadie pudo salir afuera. A regañadientes, Benito se quedó. Asi la mujer fue más poderosa que el varón, ya que, "Dios es amor" (1Juan 4,16),y pudo más porque amó más” (Lucas 7,47).San Benito y Santa Escolástica cenando en el momento que se da el milagro que narra el Papa Gregorio Magno. Fresco en el Monasterio "Santo Speco" en Subiaco" (Italia)

viernes, 7 de octubre de 2011


OPINIÓN: Steve Jobs murió como vivió: como quiso

Por Alejandro Ángeles
Jueves, 06 de octubre de 2011 a las 18:18
La muerte de Steve Jobs no causó asombro, pero sí dolor (AFP).
La muerte de Steve Jobs no causó asombro, pero sí dolor (AFP).

Lo más importante
  • La muerte de Steve Jobs no sólo estaba anunciada, sino programada
  • Jobs no quiso tratar su cáncer de forma tradicional, según un reportaje de 'Fortune'
  • La decisión que tomó sobre su salud causó confusión

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(CNNMéxico) — 
Steve Jobs ofreció incontables conferencias y muy pocas entrevistas. Pude verlo en algunas de las presentaciones que dio, en los famosos MacWorld, los foros que Apple realiza cada año, tanto en Nueva York como en San Francisco.Me tocó ver un poco del deterioro en la salud del padre de Apple: del bonachón, robusto y guapo showman de fines de 1990 y los primeros años del nuevo milenio, al delgado, demacrado pero todavía entusiasta Jobs de principios de esta década.Si Gabriel García Márquez nos contó de muertes anunciadas, la de Jobs no sólo estaba anunciada, estaba programada. Así que no hubo sorpresa, pero sí dolor, para muchos, en su entorno, claro, y en el mundo que él creó, con las legiones que le siguen viendo como una especie de oráculo. Al enterarme de su muerte no pude evitar un suspiro y pensar que pudo haber sido diferente. No es que me aferre al “no debió morir”. En absoluto. Más bien, me remití a 2004, a los días en que Jobs reconoció padecer cáncer de páncreas, y de cómo —en un espléndido reportaje publicado en la revista Fortune en 2008—, se reveló que no se quiso tratar con medicina o procedimientos tradicionales y optó por un tratamiento alternativo.Además, se informó que Jobs había ocultado su padecimiento durante casi un año, sin tomar en cuenta el daño que podía causar a la empresa o sus inversionistas.Lo que más recuerdo de ese artículo es que el tipo de cáncer de páncreas que Jobs padecía podía tratarse y hasta revertirse pero, obstinado, él se aferró a buscar tratamientos no aprobados en Suiza. Siete años más tarde, vemos las consecuencias y que como él mismo lo dijo en su ya mega citado discurso en la Universidad de Stanford en 2005: “tienes que encontrar lo que amas” y “la muerte es el mejor invento de la vida”.No es morbo, pero esa decisión sin duda me confundió y hasta enojó, ¿cómo es posible que uno de los hombres más ricos del mundo, en la punta de la tecnología, sinónimo de innovación y visión de futuro, se fuera así?La respuesta es: porque quiso.

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