Una exposición que va "Desde afuera hacia adentro"
María Octavio y Kánako Noda abren el domingo una colectiva
DANIEL FERMÍN | EL UNIVERSAL
miércoles 5 de octubre de 2011 12:00 AM
Lo dijo María Ángeles Octavio: "La fotografía es una ficción porque copia la realidad con la subjetividad de quien la toma". La escritora venezolana, que realizó estudios fotográficos durante sus años universitarios, inaugurará este domingo (junto con Kánako Noda) Desde afuera hacia adentro, una exposición colectiva que estará hasta el 9 de noviembre en El Gabinete de Arte Ruan Vegas de Hacienda La Trinidad.
La muestra, integrada por propuestas de pintura y fotografía, consta de dos individuales: Pequeñas paredes, una apuesta plástica de Kánako con dibujos hechos con papel de arroz; y Alegorías, una serie de 17 imágenes del exterior de la ciudad que crean metáforas introspectivas de la realidad.
"La fotografías que tomo son como metáforas de esa ciudad que vemos en el exterior, pero convertida en reflejo, intervenida por los efectos del agua, hace que sea otra cosa diferente. Más hermosa que la propia ciudad", explicó Octavio, que realizó un postgrado de Literatura Comparada en la Universidad Central de Venezuela.
Fue ahí dónde estudió la teoría del paseante de Charles Pierre Baudelaire y Walter Benjamin, quienes decían que "no iban viendo lo que todo el mundo iba viendo, sino que iban recogiendo con los ojos aquellas cosas que el hombre desechaba, que dejaban olvidados", indicó la también periodista, nacida en 1964. "Esa teoría se quedó sembrada en mí. Una vez que empiezo a recorrer la ciudades, mis ojos quedan en la basura o en los charcos", agregó.
Y, sobre todo, en el agua. Ese elemento está presente en todas las gráficas de Octavio. Es una obsesión, su leitmotiv. "Desde pequeña, el agua me ha fascinado. Es un elemento que nos da la naturaleza. Como el agua es como un espejo, me sirve para tomar los reflejos, que es lo que más me atrae de una ciudad", dijo la autora del libro de cuentos Exceso de equipaje.
Al revés
Si María Ángeles Octavio presenta una recorrido que va de lo externo a lo interno, la obra de Kánako Noda hace un viaje inverso. La japonesa, nacida en 1980, expone 23 dibujos por primera vez en el país. "Kánako trabaja lo interno, la parte introspectiva del ser. Y lo plasma en paredes cubiertas de yeso que hacen que ya sean externas", explicó la caraqueña.
Kánako, que estudió antropología en la Universidad de Osaka, no se queda entre los límites de la pintura bidimensional. Ella va más allá. "Lo que quiero mostrar no es la imagen, pero sí la cosa en sí misma. Hoy en día, la pintura debe tener una presencia y un poder físico. Así que la textura, la sensación del material de la obra es cada vez más importante", dijo la asiática en la nota de prensa que acompaña la obra.
Su obra tiene como centro lo interno. Ahí comienza todo, con el silencio que describe su trabajo. "Siempre regreso a mi el silencio. Me gusta el silencio, es gratificante. No creo en la autoexpresión, en esa interpretación indulgente del arte como forma de gratificar el ego, exhibiéndolo", agregó Kánako, quien vive en Canadá. Son dos individuales que juntas integran la colectiva Desde afuera hacia adentro. O viceversa.
dfermin@eluniversal.com
La muestra, integrada por propuestas de pintura y fotografía, consta de dos individuales: Pequeñas paredes, una apuesta plástica de Kánako con dibujos hechos con papel de arroz; y Alegorías, una serie de 17 imágenes del exterior de la ciudad que crean metáforas introspectivas de la realidad.
"La fotografías que tomo son como metáforas de esa ciudad que vemos en el exterior, pero convertida en reflejo, intervenida por los efectos del agua, hace que sea otra cosa diferente. Más hermosa que la propia ciudad", explicó Octavio, que realizó un postgrado de Literatura Comparada en la Universidad Central de Venezuela.
Fue ahí dónde estudió la teoría del paseante de Charles Pierre Baudelaire y Walter Benjamin, quienes decían que "no iban viendo lo que todo el mundo iba viendo, sino que iban recogiendo con los ojos aquellas cosas que el hombre desechaba, que dejaban olvidados", indicó la también periodista, nacida en 1964. "Esa teoría se quedó sembrada en mí. Una vez que empiezo a recorrer la ciudades, mis ojos quedan en la basura o en los charcos", agregó.
Y, sobre todo, en el agua. Ese elemento está presente en todas las gráficas de Octavio. Es una obsesión, su leitmotiv. "Desde pequeña, el agua me ha fascinado. Es un elemento que nos da la naturaleza. Como el agua es como un espejo, me sirve para tomar los reflejos, que es lo que más me atrae de una ciudad", dijo la autora del libro de cuentos Exceso de equipaje.
Al revés
Si María Ángeles Octavio presenta una recorrido que va de lo externo a lo interno, la obra de Kánako Noda hace un viaje inverso. La japonesa, nacida en 1980, expone 23 dibujos por primera vez en el país. "Kánako trabaja lo interno, la parte introspectiva del ser. Y lo plasma en paredes cubiertas de yeso que hacen que ya sean externas", explicó la caraqueña.
Kánako, que estudió antropología en la Universidad de Osaka, no se queda entre los límites de la pintura bidimensional. Ella va más allá. "Lo que quiero mostrar no es la imagen, pero sí la cosa en sí misma. Hoy en día, la pintura debe tener una presencia y un poder físico. Así que la textura, la sensación del material de la obra es cada vez más importante", dijo la asiática en la nota de prensa que acompaña la obra.
Su obra tiene como centro lo interno. Ahí comienza todo, con el silencio que describe su trabajo. "Siempre regreso a mi el silencio. Me gusta el silencio, es gratificante. No creo en la autoexpresión, en esa interpretación indulgente del arte como forma de gratificar el ego, exhibiéndolo", agregó Kánako, quien vive en Canadá. Son dos individuales que juntas integran la colectiva Desde afuera hacia adentro. O viceversa.
dfermin@eluniversal.com
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