El ciudadano Presidente de la Republica nos obligó a ser telespectadores de
su treno. Nos hizo testigos, sin que se lo pidiésemos de situaciones
personalísimas normalmente vividas en la intimidad hogareña.
su treno. Nos hizo testigos, sin que se lo pidiésemos de situaciones
personalísimas normalmente vividas en la intimidad hogareña.
Ojalá que el episodio televisado que nos obligaron a presenciar, tenga reflejo
en la voluntad del poderoso y ordene sacar a los presos de las ergástulas donde
llevan largo tiempo lo cual les ha generado cánceres y otras enfermedades
malignas. Y que no los saque "con la lengua mocha", -es decir con la prohibición
de referirse a temas que puedan poner en tela de juicio a los capitostes del poder
judicial, modalidad perversa impuesta por los jueces del régimen que no economizan
sufrimientos a las familias de los presos, las obligan a padecer incontables sacrificios
sin tener razón para ello.
en la voluntad del poderoso y ordene sacar a los presos de las ergástulas donde
llevan largo tiempo lo cual les ha generado cánceres y otras enfermedades
malignas. Y que no los saque "con la lengua mocha", -es decir con la prohibición
de referirse a temas que puedan poner en tela de juicio a los capitostes del poder
judicial, modalidad perversa impuesta por los jueces del régimen que no economizan
sufrimientos a las familias de los presos, las obligan a padecer incontables sacrificios
sin tener razón para ello.
La familia del Presidente, según vimos en el episodio televisado sufre, y lo
demuestra con el incontenible llanto de su honorable progenitora y deudos
gimiendo ante la imagen del Nazareno en piadosa rogativa por la salud del
Mandatario. La familia e íntimos en ningún momento lo han dejado solo,
cada vez que ha salido hacia La Habana, un grueso contingente de familiares,
amigos y séquito oficial lo acompaña, van con las comodidades materiales
posibles: hoteles de alta calidad, alimentación cónsona, transporte y solicitas
atenciones; que si no mitigan el dolor que los abruma, por lo menos, les asegura
idénticas comodidades y lujo al que ya se acostumbraron en los palacios
presidenciales de Miraflores y La Casona. Esta circunstancia es un saludable
atenuante para el enfermo, que convalece sin la natural preocupación que les
falte algo que aminore el estatus que padres, hijos, hermanos y nietos disfrutan
en Venezuela. Otro gran lenitivo para la familia del mandatario valetudinario es
saber que la condición del Jefe del Estado Venezolano, como pródigo subsidiante
del régimen de la Habana, le asegura que los tiranos de aquella isla procuren
sanarlo para que siga enviándoles con regularidad mensual los abultados beneficios
económicos y políticos que el paciente les prodiga.
demuestra con el incontenible llanto de su honorable progenitora y deudos
gimiendo ante la imagen del Nazareno en piadosa rogativa por la salud del
Mandatario. La familia e íntimos en ningún momento lo han dejado solo,
cada vez que ha salido hacia La Habana, un grueso contingente de familiares,
amigos y séquito oficial lo acompaña, van con las comodidades materiales
posibles: hoteles de alta calidad, alimentación cónsona, transporte y solicitas
atenciones; que si no mitigan el dolor que los abruma, por lo menos, les asegura
idénticas comodidades y lujo al que ya se acostumbraron en los palacios
presidenciales de Miraflores y La Casona. Esta circunstancia es un saludable
atenuante para el enfermo, que convalece sin la natural preocupación que les
falte algo que aminore el estatus que padres, hijos, hermanos y nietos disfrutan
en Venezuela. Otro gran lenitivo para la familia del mandatario valetudinario es
saber que la condición del Jefe del Estado Venezolano, como pródigo subsidiante
del régimen de la Habana, le asegura que los tiranos de aquella isla procuren
sanarlo para que siga enviándoles con regularidad mensual los abultados beneficios
económicos y políticos que el paciente les prodiga.
Estos quebrantos del Ciudadano Presidente de la Republica, ha despertado
en el General Henry Rangel Silva, una soflama alarmante y sesgada constitucionalmente.
Le recordamos a ese General, que los civiles no damos golpes de estado,
primero: porque no somos traidores a la Constitución, por demócratas, y segundo
porque las armas están en los cuarteles, donde ciertas personas en sus años mozos
se nutrieron en la conjura.
en el General Henry Rangel Silva, una soflama alarmante y sesgada constitucionalmente.
Le recordamos a ese General, que los civiles no damos golpes de estado,
primero: porque no somos traidores a la Constitución, por demócratas, y segundo
porque las armas están en los cuarteles, donde ciertas personas en sus años mozos
se nutrieron en la conjura.
Para darle soporte al derecho de lo que escribo copio por si se ha olvidado
el Artículo 328. De la Constitución de la República: "La Fuerza Armada Nacional
constituye una institución esencialmente profesional, sin militancia política, organizada
por el Estado para garantizar la independencia y soberanía de la Nación y asegurar
la integridad del espacio geográfico, mediante la defensa militar, la cooperación en
el mantenimiento del orden interno y la participación activa en el desarrollo nacional,
de acuerdo con esta Constitución y la ley. En el cumplimiento de sus funciones,
está al servicio exclusivo de la Nación y en ningún caso al de persona o
parcialidad política alguna. Sus pilares fundamentales son la disciplina, la obediencia
y la subordinación….".
el Artículo 328. De la Constitución de la República: "La Fuerza Armada Nacional
constituye una institución esencialmente profesional, sin militancia política, organizada
por el Estado para garantizar la independencia y soberanía de la Nación y asegurar
la integridad del espacio geográfico, mediante la defensa militar, la cooperación en
el mantenimiento del orden interno y la participación activa en el desarrollo nacional,
de acuerdo con esta Constitución y la ley. En el cumplimiento de sus funciones,
está al servicio exclusivo de la Nación y en ningún caso al de persona o
parcialidad política alguna. Sus pilares fundamentales son la disciplina, la obediencia
y la subordinación….".
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