Venezuela produce chocolate de clase mundial
El cacao venezolano ha sido siempre una exportación preciada. (Foto El Carabobeño)
AP
Las mazorcas del cacao tienen colores que van de un amarillo brillante a un rojo carmesí en las plantaciones de Venezuela, donde nacen algunos de los mejores chocolates del mundo.
La cosecha, una vez procesada, se transforma en barras finas que son saboreadas en Venezuela y exportadas a Estados Unidos, Europa y Japón por la empresa Chocolates El Rey. La compañía ha ganado fama internacional a pesar de tener que lidiar con una serie de dificultades durante el gobierno del presidente Hugo Chávez.
El Rey exportaba sin mayores inconvenientes en el pasado, pero en la actualidad su presidente afirma que debe satisfacer más de 50 requisitos para operar y sacar al exterior sus chocolates.
El gobierno ha expropiado algunas plantaciones pequeñas. Si bien esas medidas no afectan a El Rey, la empresa sufrió un duro golpe hace una década, cuando invasores de tierras tomaron su plantación modelo. Los ocupantes ilegales derribaron enormes árboles de caoba y samán, y sembraron maíz.
Los esfuerzos de El Rey por recuperar esas granjas han sido infructuosos y el propietario de la empresa, Jorge Redmond, admite ahora que le da cierta preocupación la posibilidad de que en algún momento el gobierno decida expropiársela. Sin embargo, no pierde el optimismo y planea realizar nuevas inversiones para aumentar la producción, que ya es de unas 3.000 toneladas de chocolate al año.
“Vamos a quedarnos y a dar pelea. No nos estamos rindiendo. Y creo que la mayoría de las otras empresas van a hacer lo mismo”, afirmó Redmond, quien dirige El Rey desde hace casi cuatro décadas como presidente y accionista mayoritario. “Hay que seguir trabajando. Mi filosofía es que vamos a durar más que el gobierno”.
El crecimiento de El Rey demuestra cómo algunos empresarios se las ingenian para salir adelante en la industria del chocolate en Venezuela mientras los productores de otras cosechas como café y azúcar han tenido problemas derivados de los controles de precios, las importaciones baratas y las confiscaciones de tierras y de plantas procesadoras hechas por el gobierno de Chávez.
La firma de Redmond paga más por cacao de calidad, provee asistencia técnica a pequeños productores y promociona su chocolate en Venezuela y en el resto del mundo. Parte del aromático cacao es producido por granjeros independientes de la región de Barlovento, en Miranda, en cuyos densos bosques costeros florece.
El cacao venezolano ha sido siempre una exportación preciada. Fue cosechado por esclavos durante la época de la colonia española en el siglo XVII, en que empezó a ser exportado a Europa. A principios del XX apareció el petróleo y desplazó al café y el cacao como el producto más importante para la economía venezolana.
Hoy Venezuela produce 17.000 toneladas de cacao al año, menos de la mitad del 1% de la producción mundial, según César Guevara, presidente de la asociación de procesadores industriales del cacao. Ha sido visto como un cultivo artesanal y nunca se promovió la exportación en gran escala. Venezuela es uno de los sitios donde se producen variedades aromáticas especiales, junto con Ecuador, Trinidad y Tobago y algunas islas caribeñas.
Los entendidos dicen que el chocolate venezolano tiene aromas y sabores exquisitos derivados de sus variedades del cacao, la tierra y el clima, junto con la cuidadosa fermentación y proceso de secado. “En los bosques venezolanos nacen los Rolls Royce y los Ferrari del cacao”, expresó Antonio Pasquali, ex funcionario de las Naciones Unidas y ex profesor universitario que se describe como un “chocolatómano”.
El y otros aficionados venezolanos dicen que se cree que el famoso cacao criollo se originó en la cuenca del Lago de Maracaibo, y sigue habiendo varias variedades criollas hoy en día. Pero como son frágiles y vulnerables a contraer enfermedades, en muchas regiones se empezó a cultivar una variedad híbrida, más resistente, llamada trinitario.
Otra empresa que produce la marca Chocolate San José también está floreciendo. La Hacienda San José, una compañía familiar en la Península de Paria, produce cacao desde 1830 y su gerente de ventas Claudia Franceschi representa la sexta generación de la familia dedicada al negocio. Dice que las ventas nacionales del Chocolate San José se han más que duplicado en años recientes.
Sin embargo, no todo el que se mete en el negocio tiene éxito. Kai Rosenberg dijo que el gobierno confiscó sus pequeñas plantaciones en Choroní y que no ha podido hablar con nadie sobre compensaciones. “No quieren pagar, y esa es la norma más que la excepción”, comentó Rosenberg, quien ha trabajado tres décadas en la recuperación de variedades de cacao criollo.
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