Por qué en Venezuela hay una dictadura
MARIANO DE ALBA URIBE | EL UNIVERSAL
martes 1 de abril de 2014
Hace pocos días, el nuevo canciller de Chile, Heraldo Muñoz Valenzuela, declaraba al diario chileno "El Mercurio" que en Venezuela no hay una dictadura. Para el jefe de la diplomacia del nuevo gobierno de Michelle Bachelet, lo que está pasando en Venezuela es que "hay un gobierno democráticamente electo que sufre una polarización donde hay violencia, donde hay una falta de diálogo".
Las declaraciones del canciller chileno dejan entrever cómo observan los países democráticos de Latinoamérica la crisis que está viviendo Venezuela. Dichas declaraciones son importantes si se tiene en cuenta que Chile no es precisamente un país que depende del petróleo venezolano y es un modelo a seguir por ser uno de los países más desarrollados del continente. Para muestra, cabe recordar que Chile fue uno de los países que votó a favor de que la sesión en la OEA en donde participaba la diputada María Corina Machado fuera pública.
Teniendo esto en cuenta, cabe preguntarse, ¿está en lo cierto el canciller chileno? Yo me inclino a pensar que la crisis que vive Venezuela no se limita exclusivamente a un problema de polarización donde hay violencia y falta de diálogo. Precisamente esa situación de violencia y falta de diálogo es consecuencia directa de la falta de garantías democráticas en nuestro país.
Para demostrarlo, basta simplemente traer a colación la Carta Democrática Interamericana, una resolución que por interpretar a la Carta de la OEA, es de cumplimiento obligatorio para todos los Estados Miembros de dicha organización. En su artículo 3, dicha Carta establece que son elementos esenciales de una democracia: el respeto a los derechos humanos y las libertades fundamentales, el acceso al poder y su ejercicio con sujeción al Estado de Derecho, la celebración de elecciones periódicas, libres, justas y basadas en el sufragio universal y secreto, el régimen plural de partidos y organizaciones políticas; y la separación e independencia de los poderes públicos.
Teniendo eso en cuenta, es imposible concluir que en Venezuela hay un régimen democrático. Esa propia disposición de la Carta Democrática recoge la diferenciación de que la democracia no solamente se circunscribe a una legitimidad de origen (celebración de elecciones), sino que también involucra una legitimidad en el ejercicio.
Por ende, aunque ya en Latinoamérica hayan superado la discusión del resultado dudoso de las elecciones presidenciales del 14 de abril de 2013, lo cierto es que en Venezuela, tal y como ha quedado evidente durante los últimos meses, los demás elementos que menciona el artículo 3 de la Carta Democrática no están presentes.
El gobierno actual de Venezuela no respeta los derechos humanos. Para ello simplemente hay que revisar la actuación de organismos de seguridad del Estado durante los últimos meses. Tampoco se actúa en estricto respeto a la Constitución y las leyes. Aquí cabe mencionar cómo el presidente de la Asamblea Nacional anuncia en rueda de prensa que expulsa del hemiciclo a una Diputada electa con los votos de los ciudadanos. El régimen plural de partidos políticos peligra cuando mediante acciones penales se persigue a los dirigentes de un partido político de oposición. Por último, la inexistente separación e independencia de los poderes es más que evidente, especialmente cuando desde el Tribunal Supremo de Justicia se le aplican juicios sumarios a Alcaldes y la Fiscalía y Defensoría del Pueblo actúan con un sesgo político preocupante. Las pruebas de todo esto están disponibles públicamente.
Por ende, hay que seguir adelantando el trabajo importante de informar al mundo de las circunstancias excepcionales que vive nuestro país. Desde el Gobierno argumentan que la democracia es evidente pues todavía hay medios desde los cuales se puede criticar al régimen. Sin embargo, lo cierto es que hay una amenaza latente contra todos aquellos que disienten de las políticas del Gobierno porque la experiencia nos ha demostrado que este régimen está dispuesto a prescindir de al menos una parte del ordenamiento jurídico para ejercer su autoridad en el país.
Este es un gobierno que está tratando de imponer su autoridad en franca violación a lo que establece la Constitución y las leyes que desde propia facción política aprobaron. En consecuencia, se equivoca el canciller chileno. En Venezuela, hay una dictadura.
@marianodealba
Las declaraciones del canciller chileno dejan entrever cómo observan los países democráticos de Latinoamérica la crisis que está viviendo Venezuela. Dichas declaraciones son importantes si se tiene en cuenta que Chile no es precisamente un país que depende del petróleo venezolano y es un modelo a seguir por ser uno de los países más desarrollados del continente. Para muestra, cabe recordar que Chile fue uno de los países que votó a favor de que la sesión en la OEA en donde participaba la diputada María Corina Machado fuera pública.
Teniendo esto en cuenta, cabe preguntarse, ¿está en lo cierto el canciller chileno? Yo me inclino a pensar que la crisis que vive Venezuela no se limita exclusivamente a un problema de polarización donde hay violencia y falta de diálogo. Precisamente esa situación de violencia y falta de diálogo es consecuencia directa de la falta de garantías democráticas en nuestro país.
Para demostrarlo, basta simplemente traer a colación la Carta Democrática Interamericana, una resolución que por interpretar a la Carta de la OEA, es de cumplimiento obligatorio para todos los Estados Miembros de dicha organización. En su artículo 3, dicha Carta establece que son elementos esenciales de una democracia: el respeto a los derechos humanos y las libertades fundamentales, el acceso al poder y su ejercicio con sujeción al Estado de Derecho, la celebración de elecciones periódicas, libres, justas y basadas en el sufragio universal y secreto, el régimen plural de partidos y organizaciones políticas; y la separación e independencia de los poderes públicos.
Teniendo eso en cuenta, es imposible concluir que en Venezuela hay un régimen democrático. Esa propia disposición de la Carta Democrática recoge la diferenciación de que la democracia no solamente se circunscribe a una legitimidad de origen (celebración de elecciones), sino que también involucra una legitimidad en el ejercicio.
Por ende, aunque ya en Latinoamérica hayan superado la discusión del resultado dudoso de las elecciones presidenciales del 14 de abril de 2013, lo cierto es que en Venezuela, tal y como ha quedado evidente durante los últimos meses, los demás elementos que menciona el artículo 3 de la Carta Democrática no están presentes.
El gobierno actual de Venezuela no respeta los derechos humanos. Para ello simplemente hay que revisar la actuación de organismos de seguridad del Estado durante los últimos meses. Tampoco se actúa en estricto respeto a la Constitución y las leyes. Aquí cabe mencionar cómo el presidente de la Asamblea Nacional anuncia en rueda de prensa que expulsa del hemiciclo a una Diputada electa con los votos de los ciudadanos. El régimen plural de partidos políticos peligra cuando mediante acciones penales se persigue a los dirigentes de un partido político de oposición. Por último, la inexistente separación e independencia de los poderes es más que evidente, especialmente cuando desde el Tribunal Supremo de Justicia se le aplican juicios sumarios a Alcaldes y la Fiscalía y Defensoría del Pueblo actúan con un sesgo político preocupante. Las pruebas de todo esto están disponibles públicamente.
Por ende, hay que seguir adelantando el trabajo importante de informar al mundo de las circunstancias excepcionales que vive nuestro país. Desde el Gobierno argumentan que la democracia es evidente pues todavía hay medios desde los cuales se puede criticar al régimen. Sin embargo, lo cierto es que hay una amenaza latente contra todos aquellos que disienten de las políticas del Gobierno porque la experiencia nos ha demostrado que este régimen está dispuesto a prescindir de al menos una parte del ordenamiento jurídico para ejercer su autoridad en el país.
Este es un gobierno que está tratando de imponer su autoridad en franca violación a lo que establece la Constitución y las leyes que desde propia facción política aprobaron. En consecuencia, se equivoca el canciller chileno. En Venezuela, hay una dictadura.
@marianodealba
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