De los más de 70 mil libros que se editaron en España
en el 2010 a Venezuela solamente llegaron dos mil.
Así lo afirma el librero de Libroria, Ignacio Alvarado.
Es decir, que menos del 5% de los textos llegaron al
país. Por ejemplo, en Libroria ya no se encuentran
editoriales como Anagrama, Alianza Editorial o Ciruela.
Simplemente, dejaron de estar en las librerías.
El gran problema: la importación a través de Cadivi.
Muchas librerías han estado atadas de mano por esa
razón. Y el gran afectado es el lector venezolano,
quien ha dejado de tener en sus manos las joyas de
la literatura moderna.
"La biografía de Simón Bolívar, escrita por John Lynch,
Libertador, que es la más importante que se ha escrito,
al último país al que llegó fue a Venezuela. ¡Ya nadie trae
libros! Solamente hay como ocho importadores. Yo le
compro a algunos distribuidores, porque me es imposible
importarlos. De hecho, 95% de los libros que se editan en
el mundo no llegan a Venezuela. Al acabarse los dólares
preferenciales se acaba todo. No cualquiera puede
conseguir que Cadivi lo autorice a traer libros", dice
Alvarado.
Roger Michelena afirma con dolor que hacer una lista de
los libros que nunca llegaron a Venezuela, o lo hicieron
con retraso, es "para ponerse a llorar". Enuncia, por
ejemplo, que la McGraw-Hill, editorial de libros técnicos
por excelencia, se fue del país y ahora hay que importar
sus títulos desde Colombia. El último libro de Harumi
Murakami (1Q84) no se verá tan pronto como en España
y otros países de habla hispana, "Tusquets -casa que edita
la obra del japonés- no ha venido más a Venezuela", lamenta.
"El Palestino de Antonio Salas, por ejemplo, se editó en
Venezuela después de un año de su lanzamiento internacional...
Y son varias las editoriales que ya no envían sus productos
al país: Paidós, Salamadra...".
"La lista sería interminable", apunta por su parte, Rodnei
Cáceres de la Librería Alejandría. Cita como ejemplo,
El hombre que amaba a los perros de Leonardo Padura
Flores (Tusquets), (estoy jalandole bolas a Yajaira a ver si
me lo presta
aunque es de su cuñado Alfonso Molina)que seguramente,
llegará a destiempo a las bibliotecas venezolanas.
"En 2010 recibimos libros de 2009", cuenta el librero.
DF/ARG
NOTA: UN día escribía Nelson Rivera a El Nacional a ver dónde
compra las exquisiteces que comenta...En el exterior, fue su
amable y frustrante respuesta
"El problema de la gente que estudia es
muy difícil... los libros técnicos no están
llegando"
Walter Rodríguez venía triste pero ahora se ha
acentuado el dolor. No es sólo por las dificultades
para importar libros y la baja en las ventas de los
mismos, sino por los cambios económicos, culturales
y tecnológicos, que atentan contra la librería
tradicional y sobre todo, contra su oficio.
El librero acaba de tomar la dura decisión de cerrar
la emblemática Lectura, establecimiento con 60 años
de trayectoria en Venezuela. Si bien intentará
mantenerla a flote colocando algunas obras en
manos de colegas y amigos, y creando un espacio
en Internet, ya no será lo mismo.
-¿Cuál es el paso a paso para importar
libros?
-Hay varias fases. La primera es la que tiene que
ver con Cadivi (Comisión Nacional de Divisas) que
en los últimos años fue muy poco lo que otorgó en
dólares preferenciales para el libro. Uno tiene la
esperanza de que aunque sea un poco, tendrá
su aumento.
-¿Y maneja cifras de cuántas divisas preferenciales
otorgó Cadivi para libros?
-No. Estaba esperando a ver qué decía la Cámara
Venezolana del Libro de lo que pasó en 2010.
Tengo entendido que el otorgamiento de divisas
fue en un porcentaje muy bajo en relación con
lo solicitado.
-¿Y qué es lo más complicado en todo
el proceso?
-El Certificado de No Producción. Aunque la
gente del
libro tiene personas muy bien preparadas que
sabe cuáles
son los vericuetos que hay que tomar para
llegar y poder
convencer de que se necesitan divisas. Además
Cavelibro ha hecho reuniones con Cadivi.
-Decía que se acaban los "ratones de
librería".
¿Cómo los define y cuánto influye su
disminución
en la crisis de las librerías?
-Es la gente que está siempre pendiente de l
o que llega,
de lo que interesa, no es gente pudiente,
sino de clase
media, profesores universitarios, principalmente.
A esa
gente el problema económico le ha pegado.
Algunos
murieron, otros aparecen de vez en cuando.
Ahora
uno tiene que comprar lo que son los
Best Sellers
primero en España y después en Latinoamérica.
Se trabaja sobre lo seguro, sobre lo que suele i
nteresar.
Nosotros trabajábamos con algunas universidades
tratando de saber antes lo que iban a pedir;
eso ya
no se hace mucho. El problema de la gente que
estudia
es muy difícil, se ven en la necesidad de recorrer
librerías,
cuando no terminan sacando fotocopias, porque los
libros técnicos no están llegando.
Escenario desfavorable
-En líneas generales hay muchas cosas que confluyen.
Ya no hay aquellos encuentros literarios en los que se
reunían 20 personas y todas tenían que leer un libro y
opinar. Las presentaciones de libros: ya no vienen los
autores extranjeros que venían. Antes se conseguía
más apoyo de las editoriales para traer a sus escritores.
Yo temo mucho que las editoriales no venezolanas digan
que ya no les interesa Venezuela como plaza.
-Pero en cierto modo ya es así ¿no?
-Sí. De buenas editoriales viene poco o nada.
Lo que llega es en pequeña escala, y si es un libro
que se va a vender, de venta masiva.
-¿Los libros venezolanos se están leyendo más?
-En todas las épocas el ensayo se leyó en Venezuela y
lo que tuvo que ver con el ensayo político. También hay
editoriales venezolanas pequeñas, que publican mucho
sobre el problema actual de Venezuela; el Estado está
publicando mucho: El Perro y Rana, Monte Ávila,
Biblioteca Ayacucho, los ministerios...
-¿Qué opinión tiene sobre un país donde las
librerías tienden a desaparecer, donde las
novedades llegan con años de retraso,
donde no hay libros técnicos..?
-Son muchas las librerías que han cerrado en los
últimos tiempos. Es muy difícil mantener una librería
(de libros y revistas). Acá se ve mucho la librería y
papelería o las cadenas que venden muchos productos.
La librería tradicional ha ido perdiendo público, al cliente
fijo o al que busca algo de actualidad, le tienes que
decir que no, porque no llegan a tiempo los libros.
Luego, cada distribuidora tiene varias editoriales
buenas pero para cierto sector, de excelentes autores,
de libros que te dejan algo, pero como no tienen cierto
público seguro, tampoco traen productos. Han bajado
mucho también los regalos de libros: antes obsequiar
un libro de arte era normal; ahora los regalos son otros,
en todo caso, se regala un libro de actualidad.
-Entonces no necesariamente la crisis radica en
los trámites para la importación de libros...
-En Estados Unidos en 2010 se vendió más el audiolibro
que el de papel. Acá también vendimos muchos audiolibros.
Creo que el libro nunca va a desaparecer... pero le va a
costar existir.
-Un lector de www.eluniversal.com comentó que
se ataca a las cadenas cuando el verdadero problema
es el costo elevado de los libros ¿Qué opina al respecto?
-Yo no ataco a las cadenas, sea como sea, es un espacio
más que el libro tiene... Ocurre lo siguiente con los
distribuidores de libros -y eso no lo pueden negar las
cadenas: uno pide 500 ejemplares y resulta que una
cadena pide 200, otra 200 y otra y 100, entonces para
los libreros no queda nada. Ha habido pocos distribuidores
con criterio que digan, 'Este libro va a la librería, donde
va la gente que le interesa la filosofía, la Historia'.
El libro de Armando Scanonne, por ejemplo, se comercializó
en una cadena de farmacias. Cuando yo era presidente de
la Cámara hablábamos mucho de eso, cuando empezaron
a estar los libros en supermercados y farmacias.
-¿Y eso es negativo?
-Para el libro no; para un librero sí. Se piensa que para
eso es un librería, no es grato tener que decir: 'No tengo
ese libro porque se lo dieron a una farmacia'. Todo eso
lleva a que uno como librero se sienta mal por no tener
un libro que tendrías que tener tú.
-¿En qué se ha convertido o se convertirá
Walter Rodríguez?
-Yo nací en el libro, mi primer trabajo fue a los
17 años en esto, ya no puedo hacer otra cosa,
es muy difícil dejar esto.
-Ha conocido a grandes autores, así como
presidentes de la República ¿Qué le diría al
presidente Chávez en esta coyuntura?
-Que deje que vengan los libros a precios normales,
que sea más amplio con Cadivi para que no sólo las
grandes editoriales tengan beneficio, sino los
pequeños libreros, las pequeñas librerías.
NOTA. A Fidel Castro se le olvidó enseñarle a su
hijo Chávez que él creo en su revolución cubana
grandes movimientos editoriales y de difusión por
ejemplo "Casa de las Américas" que colocó bajo
la dirección de su gran amiga y guerrillera Haydée
Santamaría (claro no es Cilia Flores o la María León)
que terminó suicidándose desencantada de la Re-
volución a la que entregó su vida y su hermano
El suicidio fue tan significativo que lo hizo justo
en la fecha "heroica" de la Toma del Cuartel
Moncada en la que ella participó...
Abel fue mártir (le sacaron los ojos en vivo),
pero cumplió una gran labor que
fue lo que le dió lustre a la Revolución castrista
LUNES 14 DE FEBRERO DE 2011
LA TARDANZA EN PIAR
El foro del lunes
WALTER RODRÍGUEZ Ha dedicado 35 años a
«El problema es que los lectores no compran
Lectura, una librería con más de medio siglo de
MICHELLE ROCHE R.
La crónica fotográfica de la librería Lectura
Fundada en el año 1951 y emplazada en el edificio
Casi 25 años más tarde, cuando la librería se había
Incluso fue presidente de la Cámara Venezolana del Libro
Rodríguez ha vivido de la afición por leer libros impresos
Durante sus primeros años frente a Lectura desfilaban por
Tiempos menos afortunados llegaron, y durante
La peor, dice Rodríguez, ha sido la actual. Hace
Las (pocas) cifras. Para ese año, ya el sector se
Las cifras evidencian que 69% de las librerías venezolanas
Es interesante otro dato arrojado por el estudio: para
Ahora, cuando el precio del alquiler del local donde
Sin embargo, no existe un estudio similar al del Cerlalc
Rodríguez guardó los ejemplares que le quedaron en su
¿Cómo han variado los lectores venezolanos en las
La gente estaba en una buena situación económica, era
También había clientes asiduos y otros que buscaban
¿Qué antecedentes tiene la crisis que vive el sector
¿Hoy sigue vigente el pacto? Sí, se firmó en el primer
Hablaba de los problemas que hubo en la década de
Sí. Costó un poco durante la segunda presidencia de
¿Cómo han afectado las librerías los problemas con
También es difícil que la gente de clase media que antes
Ha señalado varias veces que han disminuido los
Creo que como 30%.
¿Y qué será de la vida de la Red de Librerías
Las Novedades?
¿Crisis en las librerías
venezolanas?
Lee y cuéntanos tu opinión sobre el tema del
futuro de las librerías
Ya es oficial. La recordada librería Lectura, ubicada en
el Centro Comercial Chacaíto y regentada por Walter
Rodríguez, cerró sus puertas. En un muy buen
trabajo de Dubraska Falcón y Angel Ricardo Gómez,
publicado en El Universal de hoy, se plantean las
posibles causas de lo que pudiéramos llamar una
crisis en las librerías venezolanas. Incremento de los
costos de operación, como el alquiler de los locales,
y del costo de los libros importados aparecen
como factores sospechosos de ocasionar los problemas
que afectan al negocio de los libreros en Venezuela.
Rodríguez también afirma que los venezolanos compran
menos libros.
(NOTA: Gracias a Chávez y su genial equipo de
economistas??? encabezado
por el super genio Giordani todo se gasta en COMIDA)
Un incremento en los costos, una merma en la variedad
de la oferta y una caída en las ventas es una
combinación fatal para cualquier negocio.
Tanto Roger Michelena, gerente editorial de
Ficción Breve Libros, como Rodnei Casares, de la
Librería Alejandría, estiman que la caída de las
ventas de libros ronda el 30 por ciento desde
el 2005 al 2010. ¿Se está leyendo menos en Venezuela?
La crisis de las librerías no es local. Afamadas
cadenas como Borders y Barnes & Noble están
al borde la quiebra. En el mes de enero publicamos
artículos de Gary Becker y Richard Posner sobre el
futuro de las librerías. Ambos autores explican en
sus artículos como las ventas electrónicas de libros
y el crecimiento de las ventas de E-books y lectores
digitales estaban afectando a las librerías.
El futuro de las librerías tradicionales no luce halagador,
de acuerdo con estos autores.
¿Están en crisis las librerías venezolanas?
¿Ha cambiado usted su comportamiento en relación
con la compra de libros?¿Visita menos las librerías?
¿Compra menos libros?¿Qué piensa acerca de la
situación de las librerías?
Las Librerías
tradicionales
están
condenadas
El premio Nobel de economía Gary Becker reflexiona
sobre el futuro de las librerías y los libros.
La librería tradicional está condenada por los lectores
digitales y la venta de libros por internet. Uso la palabra
“condenada” en el mismo sentido en el que la venta
en línea de copias digitales de películas y música ha
condenado a las tiendas que rentan películas, a los
cines y a las tiendas que venden discos de música.
“Condenadas” no significa que estas tiendas
desaparecerán rápidamente, e incluso completamente,
sino que han recibido un golpe mortal de la competencia
de internet.
Joseph Schumpeter, un destacado economista de la
primera mitad del siglo XX, acuñó el término
“destrucción creativa” para describir a las nuevas
tecnologías y otras formas de nueva competencia que
causan estragos en industrias más viejas y establecidas.
El proceso es creativo porque provee a los
consumidores y productores con medios más eficientes
para satisfacer sus necesidades, pero el proceso es al
mismo tiempo destructivo porque reduce de manera
significativa el valor de los productos y servicios provistos
por las viejas industrias.
Algunos ejemplos extremos de la destrucción creativa
durante el siglo XX incluyen la sustitución completa de
los caballos y carretas por carros, películas mudas
por películas con sonido y máquinas de escribir por
computadoras. Menos extremas son la gran reducción
en el personal administrativo y de secretaría causada por
el desarrollo de ordenadores y la Web o la reducción
considerable de la demanda de leche y huevos inducida
por una mejor información sobre el valor de la salud de
las dietas bajas en colesterol.
Un proceso similar de destrucción creativa empezó
para las librerías con el desarrollo de las ventas en
línea de Amazon, que ofrecían un gran inventario
de libros, conveniencias en las compras, entregas
rápidas, reseñas en línea de los libros y muchos otros
servicios que las hacían más eficientes y en muchos
casos más baratas que comprar en las librerías.
La venta de libros en línea tuvo un comienzo lento,
pero se ha acelerado a medida que los consumidores
se han familiarizado con el proceso de comprar libros
(y otros bienes) en línea. Yo empecé utilizando Amazon
en mi casa vacacional de verano, debido a que no
tenía cerca ninguna tienda de libros. Descubriendo la
conveniencia de comprar libros en línea, ahora compro
todo el año por esa vía, aunque aún disfruto visitar las
librerías.
Los lectores digitales en línea eficientes, como el
Kindle de Amazon o el iPad de Apple, apenas tienen
unos pocos años, pero se han convertido en grandes
éxitos ya que pueden ser usados tanto para comprar
libros en línea como para leerlos en forma digital.
Cientos de libros pueden ser almacenados digitalmente
en un solo lector que pesa menos de un kilo.
Son especialmente valiosos al viajar, útiles al leer
en la cama o comiendo e incluso durante lecturas
convencionales en una silla confortable.
Son particularmente útiles para individuos con problemas
de visión, ya que el tamaño de la letra puede ser
fácilmente ajustada. Una razón para que los lectores
digitales eventualmente seduzcan más a las personas
de más edad, aunque los más jóvenes son quienes
hasta ahora han comprado estos artefactos, pues los
mayores están menos familiarizados con las plataformas
digitales.
No espero que las librerías desaparezcan rápidamente,
al menos no de la misma forma que la producción de
películas silentes cesó una vez que las películas sonoras
fueron creadas. Sin embargo, sí espero un acelerado
declive en el número de tiendas una vez que muchas
se vean obligadas a cerrar por bancarrota y pérdidas
excesivas. Algunas librerías seguirán existiendo para
atender a aquellos hombres y mujeres que disfrutan de
estar entre copias físicas de libros, y también porque
algunos dueños de librerías obtienen un gran placer de
vender y estar rodeados de libros. Muchas de las
librerías sobrevivientes serán propensas a combinar
la venta de libros en físico en conjunto con otros servicios.
Por ejemplo, las librerías de las universidades suelen
vender ropa con el logo de la universidad, computadoras,
tarjetas, bocadillos, café y otros bienes que satisfacen
a los estudiantes y miembros de la universidad.
Otras librerías podrían sobrevivir combinando la venta
de copias físicas en tiendas con ventas en línea, tanto
de copias físicas como de libros digitales.
El declive de las librerías, teatros y cines, lavanderías y
otras industrias ilustra una tendencia que va en contra de
las viejas ideas acerca de los efectos del desarrollo
económico. Se ha presumido que el proceso de desarrollo
causa una sustitución de actividades de mercado por
producción casera. Por ejemplo, hogares en sociedades
rurales y pobres no sólo cosechan su propia comida,
sino que también hacen mucha de su vestimenta, lavan su
ropa, hornean su pan y cocinan desde cero sus propios
alimentos. Mientras los países se aventuraron al
crecimiento económico, muchas de estas actividades
productivas dejaron los hogares y migraron al mercado.
La ropa hecha en fábricas sustituyó a la ropa hecha
en casa y las panaderías y lavanderías evolucionaron
para hacer pan y dulces, y para lavar, limpiar y secar la ropa.
Sin embargo, desarrollos tecnológicos posteriores, tales
como motores pequeños usados en las lavadoras y
secadoras caseras o pequeñas máquinas para hornear
pan en casa fácilmente, mudó muchas actividades de nuevo
hacia el hogar y así redujo el tiempo y la energía gastada en
el proceso de compra. La revolución digital en línea es un
paso importante en esta tendencia de volver a las
actividades del hogar. Tiempo y esfuerzo son salvados,
por ejemplo, cuando en vez de ir al cine, los consumidores
compran y descargan películas en línea para ser vistas
en el “hogar”, bien en equipos de televisión, o, cada vez más
común, en computadoras.
Desde esta perspectiva, lo que está pasando con las
librerías no es inusual. Los “libros” aún son leídos en el
“hogar”, pero también son más comprados desde el hogar
y no sólo en copias físicas. Los libros digitales son una
verdadera revolución, pero sus efectos sobre las librerías
son sólo una pequeña parte de un desarrollo tecnológico
mayor que ha mudado actividades importantes paredes
adentro del hogar.
***
*******
Pueden leer el blog de Gary Becker y Richard Posner
¿Pueden
las librerías
sobrevivir?
Perspectivas
y
consecuencias
Richard Posner aborda el futuro de las librerías
Dos de las más grandes cadenas de librerías
—Barnes & Noble y Borders— están en peligro
(NOTA: ¿Qué haré cuándo vaya a visitar a mi hija
que vive en USA...Y el café dónde lo tomaré?)
de entrar en bancarrota; su situación genera preguntas
sobre si un número significativo de librerías sobrevivirán
y, de no hacerlo, cuáles serían las consecuencias.
Hay dos amenazas claras en contra de las librerías,
ambas relacionadas con internet. La más reciente
es el e-book, en el cual los contenidos de un libro son
transmitidos desde la red hacia un artefacto que
permite la lectura de material electrónico y que se
encuentra en posesión del comprador del libro. No
hay librería alguna involucrada. La otra, un poco
más vieja, es la venta —no el envío— de un
libro a través de la red. Amazon es el principal
vendedor dentro de este mercado. Ninguna librería
se involucra en este proceso de venta, a menos que
Amazon no tenga el libro en su inventario.
En ese caso, el consumidor es referido por Amazon a
una librería que tenga el libro, que lo venda a través de
la red y que se lo envíe al comprador; pero la compra
se hace a través de Amazon. La mayoría de lo libros que
ni Amazon ni el resto de las librerías electrónicas tienen
en inventario se encuentran fuera de catálogo, y las librerías
que los tienen tienden a ser pequeñas (aunque haya
excepciones) debido a que el mercado para esos
libros también es pequeño.
Una posible tercera amenaza es la disminución del
apetito por los libros. No he podido encontrar buenas
estadísticas sobre las ventas anuales de libros en
Estados Unidos (y, de todas maneras, “libros” es una
categoría extremadamente heterogénea de productos),
pero al parecer la cantidad de entretenimiento y
aprendizaje disponible en la red es tan grande que
ha sustituido parcialmente a la lectura de libros. Al
mismo tiempo, sin embargo, la demanda de libros
debería verse estimulada por la caída en costos cuando
los libros son comprados en línea, sin el intermediario
—la librería—, pero éste es un punto al cual volveré en breve.
Parece inevitable que las ventas de libros en librerías
tradicionales bajen vertiginosamente. Los libros comprados
a través de librerías son más costosos no sólo en precios
(para cubrir los costos de la librería), sino también en
términos de tiempo para el consumidor: el tiempo requerido
para ir y volver de la librería, encontrar el libro que se
quiere comprar y completar la compra (que toma más
tiempo que en una compra por internet). La única ventaja
a favor de las librerías es la oportunidad de ojear los libros
y de que el cliente pueda ver y manipular el libro antes
de comprarlo. Pero estas ventajas también son revertidas
hasta cierto punto (o, según algunos clientes, completamente)
por el uso de la inteligencia artificial por parte de los vendedores
en línea para recomendar libros a sus clientes, por un
inventario mucho mayor como en el caso de Amazon
(lo que facilita la búsqueda), por las reseñas escritas
por otros lectores y por la habilidad de los vendedores para
permitir a los clientes ver dentro de los libros como si los
estuvieran ojeando en una librería.
Es cierto que el programa de Amazon para recomendar
libros es primitivo y no es un sustituto respecto a ver
libros en una librería con amplio inventario, pero va
a mejorar: uno puede prever el día en el que los clientes
(y Amazon) llenarán información sobre su edad, sexo,
nivel educativo, ocupación y gustos, datos que Amazon
utilizará para crear una lista inicial de recomendaciones,
que luego se refinará a medida que se procesen los
pedidos y el consumidor provea más información a
medida que sus gustos e intereses vayan cambiando.
Actualmente, menos de 30% de todos los libros son
comprados en línea (sea el libro en fìsico o el e-book),
pero he visto estimados que establecen que esta
cifra aumentará hasta 75% en los próximos años.
Muy pocas librerías tendrán suficientes clientes para
sobrevivir si las ventas caen del 70% al 25% del total,
excepto las librerías especializadas en libros fuera de
catálogo, cuyos consumidores también estarán mayormente
en línea. Por otro lado, con el tiempo y con más y más
publicaciones electrónicas, habrá cada vez menos libros
“fuera de catálogo”.
La sustitución de las librerías por los medios en línea
para la distribución de libros generará un ahorro social
significativo y, como he dicho, aumentará la
demanda al reducir los precios de venta. Hay preocupación
respecto al efecto adverso sobre los editores y autores,
pero eso parece poco probable. Un vendedor intenta
minimizar sus costos de distribución tanto como intenta
minimizar el resto de sus costos; el editor es el vendedor
de última instancia y la librería es parte de la cadena de
distribución. Pero hay una importante y potencialmente
relevadora excepción, y es que el distribuidor ofrece
servicios en los puntos de venta que aumentan la demanda
por el producto. Ésta es la lógica para mantener un precio
de reventa: los productores ponen un mínimo al precio
de venta en tiendas, deliberadamente aumentando los
márgenes de ganancia del vendedor, pero con la
esperanza de inducirlos a una competencia distinta a
la del precio para que aumente la demanda de bienes.
El personal dentro de las librerías, con sus decisiones
respecto a la manera en que se exhibirán los libros y
haciendo sugerencias a los clientes, puede aumentar la
demanda de libros en principio. Pero estos servicios
no pueden garantizar la supervivencia de muchas
librerías porque, a menos de que los servicios sean
valorados más de lo que parece realista esperar,
habrá muy pocos clientes como para cubrir los costos
fijos de las librerías a precios aceptables.
La pregunta entonces es si la pérdida de servicios en los
puntos de venta perjudicará a los editores (y, por ende,
a los autores, cuya prosperidad se encuentra muy
relacionada con la de los editores) más de lo que
puede mejorar con la disminución de los costos
de distribución. Esto también es dudoso. A medida que
la tecnología siga mejorando, los vendedores en línea
encontrarán maneras posibles de replicar y mejorar los
servicios ofrecidos por las librerías. Las librerías
disminuirán y quizás desaparecerán cuando la actual
generación de personas más viejas, formada por personas
habituadas a los libros impresos (así como a periódicos
impresos), muera. A pesar de todo, esto puede representar
un genuino avance económico, así como las tiendas
por departamento y supermercados representaron
progreso,
a pesar de causar la caída de incontables tiendas
más pequeñas.
SÁBADO 19 DE FEBRERO DE 2011
EL CORONEL NO TIENE QUIEN LO EXHIBA
LIBROS Uno de los problemas del sector es que
Con la crisis, hasta las novedades son antiguas
El Estado debe entender que la importación de
MICHELLE ROCHE RODRÍGUEZ
Más que un diagnóstico pesimista del mercado
Lo mismo ocurrió con las librerías El Ateneo,
Desde que Rodríguez anunció el cierre de su local,
Los altos costos de los alquileres y el hecho de que
La denuncia constante en todos los encuestados
Andrés Boersner, librero de Noctua en Los Palos
"El problema no sólo es el trámite en Cadivi, que es l
La citada resolución obliga a los distribuidores a
"Los procesos para importar libros ahora no
Muchos distribuidores y libreros han optado
La solución de la escasez de títulos en las librerías
Diéguez también dijo que Cavelibro está en
Agregó que ya estaban adelantadas las gestiones
Una investigación de gustos podría ayudar a resolver
La primera de ellas es que para cada título que se
Otra razón para que ni los títulos nuevos sean
Ante estos problemas, muchos libreros han decidido
Fotografía: Manuel Sardá
Así como desaparecieron el "Monumento
a Colón en el Golfo Triste", en Plaza Venezuela,
destruido por las hordas chavistas
la escultura de María Lionza, o
Nao Santa María
la réplica del Barco de Colón, que reposaba
en el Parque del Este desde 1971, ahora,
ahorcado financieramente, el Museo del
Transporte se ve obligado a un cierre técnico
a partir de este domingo 13 de febrero.
Le llamaban los vikingos. Un grupo encabezado por
funcionarios del Ministerio de Obras Públicas de la
época y varios particulares, la mayoría individuos
robustos, a la cabeza del pelirrojo Antonio Agostini,
ingeniero y segundo director en la historia del
Parque del Este.
A finales de la década de los 60 esta tropa recorría
Venezuela en gandolas recopilando piezas de
transporte abandonadas y dispersas por todo el
territorio. Hubo jornadas intensas como la del
rescate de la Estación Zig Zag del Ferrocarril
Caracas-La Guaira. Desmantelaron la estructura
y la bajaron de la montaña pieza por pieza para
trasladarla en camiones a su sede actual, el terreno,
cedido en comodato por la Nación, donde funciona
el Museo del Transporte desde 1970.
La ciudad está a punto de perder otro de sus iconos.
Así como desaparecieron el "Monumento a Colón en
el Golfo Triste", en la Plaza Venezuela, la escultura de
María Lionza, o la réplica del Barco de Colón que
reposaba
en el Parque del Este desde 1971. Ahorcado
financieramente
se ve obligado a un cierre técnico. En la entrada
del Museo
del Transporte la directiva informa a sus usuarios que el
lugar, patrimonio histórico único en Venezuela y en
América Latina, cierra indefinidamente sus puertas
a partir de hoy, domingo 13 de febrero.
"Solo teníamos asegurado el pago de los obreros hasta
el mes de febrero", comenta una de las encargadas del
Museo, haciendo un gran esfuerzo por explicarle a una
usuaria que la visita guiada, que como ya es tradición
se realiza a grupos de estudiantes todos los miércoles,
no podrá efectuarse.
"El Ministerio del Ambiente ordenó a los concesionarios
que tenemos subarrendados (el Consorcio Fonbienes y la
Empresa de Transporte Peliexpress) que no nos cancelen
las mensualidades. Eso significa el ahorcamiento del museo,
que no recibe favores de la empresa privada ni del Gobierno",
explica Alfredo Schael, presidente del Museo del Transporte.
Actualmente el Juzgado de Sustanciación de la Sala Político
Administrativa está estudiando si se dicta una medida de
secuestro sobre el terreno, sede del museo, que fue
interpuesta por la Procuraduría y el Ministerio del Ambiente.
"Ya solicitamos una audiencia a la Magistrada, pero no hemos
recibido respuesta. Tampoco nos han citado para la audiencia
preliminar", precisa Schael.
Leonardo Casadiego, quien forma parte de la directiva del
Museo, se sorprende de que sean los propios funcionarios
del Gobierno quienes dejen en el aire una colección única
integrada por 104 carros, 12 locomotoras, aviones, carruajes,
carretas y embarcaciones.
Durante años se logró reunir el muestrario a través de
pesquisas y donaciones, se rescataron piezas que
estaban listas para ser fundidas. "Quienes trabajamos aquí,
defendemos algo que no es nuestro, pero que es de todos",
recuerda Schael.
dmeneses@eluniversal.com
La crisis económica dejará sin empleo a 25
trabajadores y sin un espacio de recreación
a todos los caraqueños
Caracas.- Miembros de clubes de automóviles se
reunieron desde temprano en las instalaciones del
Museo del Transporte en vista de que este es el
último día que prestará servicio. Alfredo Schael,
presidente de la institución, informó que la fundación
que sostiene al museo está ahorcada económicamente,
pues los concesionarios (Expresos Flamingo y Fonbienes)
adeudan 56 mil bolívares.
"Me parece una monstruosidad lo que está pasando,
esto es un lugar de desahogo para los caraqueños,
es parte de nuestra historia y no es justo que estén
pasando por esta situación", comentó Salvador López,
miembro de la Asociación Venezolana de Automóviles
Antiguos.
La preocupación también se extiende a los 25 trabajadores
que están a punto de quedar sin empleo por la situación.
Adriana Perozo, estudiante de Administración, trabaja
desde hace un mes en el Museo. "Es injusto que tengan
que cerrar, aquí viene mucha gente y familias los fines de
semana, además, ni siquiera hay que pagar entrada",
dice la joven.
Se espera que esta semana se lleve a cabo una reunión
con los miembros de la junta directiva del museo para
evaluar la posibilidad de funcionar aunque sea un solo
día a la semana.