Misión Gula de Miro Popic
Recetas egipcias y algo más que pan y cerveza
TAL CUAL 14-02-11
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Imposible no hablar de Egipto en estos días y a pesar de lo lejos que estamos de El Cairo, geográficamente hablando porque en otro aspecto nos parecemos mucho, en asuntos de comida hay toda una historia que aprender. Por rutinario y normal que nos parezca lo que comemos hoy en día, a veces ignoramos que algunas cosas fueron creadas en época de los faraones, uno de los primeros imperios de la humanidad, como el pan y la cerveza, por ejemplo.
La cocina de los faraones no nació con ellos, sino que ellos nacieron con la cocina. Puede parecer algo abstracto, pero tratando de simplificar la explicación, es producto de la evolución cuando los primeros humanos pasaron de cazadores a cultivadores. Y esto fue posible gracias a la fertilidad generosa que permitió el cultivo de trigo y cebada en el triangulo formado por el mar Rojo, el Egeo y el Caspio, donde surgió la civilización egipcia. “La alimentación a base de cereales, en contraste con la dieta cárnica, -- dice Carson Ritchie -- causó tantos problemas que su resolución hizo que el hombre pasase de ser un cazador primitivo, a convertirse en un ser civilizado”. Esto no ocurrió de un día para otro, obviamente, pero fue el control de los alimentos lo que llevó a una organización social y política que duró milenios y se expresó en monumentos magníficos como las pirámides y las esfinges a orillas del Nilo.
La fertilidad de las tierras inundadas con las crecidas del río permitió a los egipcios la acumulación de alimentos suficientes como para no tener que preocuparse por producirlos día a día, ganando tiempo para el ocio y la creación. Eran los faraones quienes controlaban la producción alimenticia, los que aseguraban la alimentación de su pueblo, los que se preparaban para los períodos de las vacas flacas acumulando reservas cuando las vacas estaban gordas, para que no les pasara lo que a Mubarak hoy.
Allí surgieron los primeros cultivos de trigo, cebada, lino, cebollas, habas, pepinos, uvas, etc., mientras en las huertas criaban ocas y patos y en las cercanías las ovejas pastoreaban, creando la base para una cocina que tiene en la cerveza y el pan su máxima expresión. ¿Qué fue primero, el pan o la cerveza? Los historiadores no logran ponerse de acuerdo. La cerveza, dicen unos, es “el origen de todas las civilizaciones” porque gracias a la magia del grano fermentado “persuadió a la gente a asentarse en pueblos sociables” (y Chávez quiere acabar con ella). Los egipcios fueron los mayores consumidores de cerveza de la humanidad y la elaboraban macerando pan de cebada desmigajado en agua que aromatizaban agregándole jugo de dátiles, comino, jengibre, mirto y miel. La bebían tibia porque todavía no se inventaba el hielo.
El pan, por su parte, es el alimento símbolo de la humanidad y debe su éxito a un componente proteico llamado gluten, transformándolo en algo mágico, gracias a la simple combinación de agua y harina. Los primeros panes de la historia surgieron en Egipto y eran pequeñas tortas a base de mijo o cebada molidos que colocaban sobre piedras calentadas al sol. Se presume que el descubrimiento de la levadura fue fruto de la casualidad, cuando mezclaron una masa anterior, ya agria, con una nueva, aumentando su volumen y dando origen a un pan más liviano y comestible. La aparición del horno fue posterior en época de los romanos.
Los egipcios de hoy no comen como sus faraones. Imposible. No solo por el carácter diferenciador social que tiene la comida, sino por las continuas invasiones que sufrieron, especialmente la de los árabes a la muerte de Mahoma, allá por el VII, posteriormente los turcos, Napoleón, los ingleses, etc. La actual cocina egipcia es eminentemente árabe, una cocina frugal, con muchos vegetales y frutas, cordero como principal proteína animal, ausencia de licor, aunque producen cerveza y vino, abundante te de menta azucarado y dulces ricos en miel, dátiles y pistachos. Hay también algunas preparaciones que llevan el agregado de “a la egipcia”, como berenjenas a la egipcia, rellenas con cebolla y tomates salteados; ensalada egipcia hecha con arroz, salpicón de hígados de ave, hongos y, curiosamente para un país musulmán, jamón; y un famoso potaje a la egipcia, que consiste en una crema de arroz con ajoporro y cebollas fritas en mantequilla.
Nadie sospechaba hace un mes que en el país de los faraones, donde la historia se mide en milenios, luego de 30 años en el poder, Mubarak iba a quedar convertido en momia en apenas 15 días. Tendremos que pedir la receta.
Uno de los primeros conceptos populares relacionados entre
el pan y la sociedad aparece en Europa bajo la idea romana
de pan y circo que ha derivado en similitudes como:
pan y fútbol (o su símil: pan y toros).
Esta idea surge en la política para amortiguar los
conflictos sociales proporcionando un placer simple y
básico al pueblo llano: pan gratis.
De la esposa del Rey de Francia Luis XVI: María Antonieta
es conocida la leyenda que durante la revolución francesa
la gente del pueblo, ante la falta de harina y trigo
fue directamente a Versalles a encarar a la reina, que
gastaba dinero en fiestas y joyas como actualmente
se nota en los gobiernos personalistas y ególatras
corrompidos que nos calamos, que patas en el
suelo de repente tienen haras de costosísimos
caballos, Hummers, etc...
según se cuenta, ésta habría respondido con la frase:
“Que coman pasteles” (Qu’ils mangent de la brioche),
causando gran enojo en el pueblo...tanto que tanto ella
como su marido fueron depuestos, hechos prisioneros
y muertos en la guillotina...
La importancia del pan es tal para la humanidad que
es referencia en muchos sucesos que conmueven a los
pueblos hasta en la época de la Unión Soviética el pan fue
inflado con aire en 1963 con motivo del racionamiento
que impuso Nikita Khrushchev a la harina para que
pareciesen las barras más grandes, a este pan se le
denominó jocosamente masa de Khrushchev
(en idioma ruso: хрущёвское тесто). Los alienados
rusos maestros de los cubanos en aguantar hambre
por su enajenación comunista y el lavado´
de cerebro que desde la escuela tienen
no hicieron lo que hizo
el pueblo de "Los miserables" de Víctor Hugo en su
Revolución...Mosca pues, que la falta de pan o arepas
desata pasiones.
El drama de la comida desechada mientras otros pasan hambre
Cada día toneladas de comida son desechadas en el mundo. (Foto Archivo)
Berlín (DPA).- Los precios de los alimentos no dejan de subir, y las revueltas por el pan fueron un elemento clave en protestas como las de Egipto o Túnez. Pero en los países ricos -y en los no tanto- los supermercados tiran a diario toneladas de comida, una tragedia frente a la realidad de los que pasan hambre para la que se exigen soluciones.
Ya sean los tomates aplastados, el pan que se quedó duro o la ensalada que no está del todo fresca, toneladas de comida acaban a diario en la basura, aunque no se sabe exactamente cuánto, porque no hay cifras. Una parte de los alimentos va a instituciones sociales, pero muchas veces es más barato sencillamente tirarlos.
En Alemania se estima que al año acaban en la basura 20 millones de toneladas de alimentos. Y también en el comercio es grande el porcentaje de comida desechada, señala el periodista y cineasta Valentin Thurn, que cree que se trata de un enorme problema.
Thurn acaba de producir una película al respecto, “Taste the Waste - El desperdicio global de alimentos”. Es difícil tener cifras claras en Alemania, denuncia, mientras que otros países desarrollados como el Reino Unido sí tienen estudios al respecto.
La Asociación Alemana de Comercio Minorista de Alimentos estima que un dos por ciento de los productos van cada año directamente a la basura. “En el caso del pan y otros productos de panadería incluso un 12 por ciento y en el de la fruta y verdura un tres y un cinco por ciento”, afirma el representante Michael Gerling. Con una facturación anual de unos 150.000 millones de euros, la pérdida no es sólo moral, sino en dinero contante y sonante para el sector.
El ministro de Consumo de Renania del Norte-Westfalia, el “verde” Johannes Remmel, afirma que esta práctica “no sólo es cínica frente a todos los que pasan hambre, sino que es un despilfarro diario de muchas materias primas valiosas”.
Remmel propone soluciones: que las estanterías de las tiendas no estén tan llenas de comida fresca al final del día como a primera hora. También pueden ayudar paquetes más pequeños en una sociedad con cada vez más hogares formados por una sola persona. Y una mejor colaboración con las organizaciones de beneficencia y comedores sociales.
“Hay que optimizar los sistemas de distribución de los productos”, señala Gerling, algo que debería ser posible porque ya se hace un inventario informático de cada pan y cada yogur que llega a la venta.
En cambio, es mucho más difícil reducir la excesiva oferta, algo muy complicado por la competencia. “Los clientes se irían a la competencia si sólo encuentran un tipo de patatas en las estanterías”, afirma Gerling.
Los protectores del consumidor creen que también la fecha de vencimiento es un problema. “El consumidor tiene que ser informado de que en ningún caso se trata de la fecha en que sí o sí un producto se pudre”, subraya el experto en alimentación Frank Waskow.
Los comerciantes podrían por ejemplo ofrecer esos productos a un precio rebajado, indicando el por qué, en vez de tirarlos a la basura. El yogur o la mermelada son dos productos -señala Waskow- que suelen seguir perfectamente bien incluso después de la fecha de vencimiento.
VENEZUELA | Escándalo de corrupción
La comida se pudre en los puertos venezolanos
El presidente de Venezuela, Hugo Chávez. | AFP
El Gobierno de Hugo Chávez, a través de su red de supermercados estatales, movilizó cerca de 600.000 toneladas de comida en 2009, con el objetivo de subvencionar la cesta de la compra de los venezolanos.
Nadie imaginaba que, un año después, parte de esas toneladas de comestibles iban a aparecer totalmente podrida en contenedores escondidos entre la maleza. En total, la policía venezolana ha decomisado 70.000 toneladas de comida descompuesta hasta la fecha, desempolvando un nuevo caso de corrupción que ha causado una fuerte indignación en los medios progubernamentales, poco proclives a la crítica.
El servicio de inteligencia venezolano (Sebin) se incautó la semana pasada de 1.197 contenedores cargados con productos básicos como arroz, harina de trigo, pasta, leche, sal y aceite, todos en mal estado, que se encontraban en un almacén estatal en el puerto de Puerto Cabello, estado de Carabobo (norte).
Esta semana otros 2.700 depósitos con alimentos dañados, como carne de res y de cerdo, fueron decomisados. Según reportes de prensa, estos rubros fueron importados por PDVAL (una división de Petróleos de Venezuela, PDVSA) en 2009, pero nunca llegaron a los puntos de venta.
En este país petrolero, que importa el 80% de lo que se consume, el precio de los alimentos básicos está fijado por el Estado. Productores y las patronales de empresarios sostienen que estos controles producen ciclos de escasez y desabastecimiento, mientras que el Gobierno de Chávez defiende estas medidas intervencionistas para luchar contra "la inflación" (25% en 2009) y "la especulación".
Por este caso, las autoridades arrestaron al ex presidente de la red PDVAL, Luis Pulido, a quien se le imputaron los delitos de boicot y corrupción. El gobernador opositor del estado de Carabobo, Henrique Fernando Salas Feo, calificó de "negocio redondo" el caso de la comida podrida, y acusó a las "mafias del Gobierno" de hacerse millonarios con la excusa de importar comida para distribuirla entre los sectores más pobres.
"Se valen del sistema cambiario a través del cual adquieren alimentos con dólar preferencial a 2.30 bolívares por dólar, realizan la compra con sobrefacturación y las comercializan a ocho bolívares por dólar", señaló Salas Feo. El control de Puerto Cabello (el mayor del país) era responsabilidad de esta gobernación hasta principios de 2009, cuando el Gobierno central creó una autoridad única (Bolipuertos) que se encarga de centralizar y supervisar la actividad comercial y portuaria.
Hugo Chávez, quien dijo que no pretende "minimizar la gravedad" del hecho, señaló el jueves que la cantidad de alimentos en mal estado que fue encontrado "no representa ni el 1% del gigantesco caudal de alimentos que ahora sí llega al pueblo".
"Uno puede pensar que es descuido, negligencia. Si fuera así, debe haber una sanción, pero pudiera también ser corrupción (...) y viene la burguesía y dice: 'es PDVSA la culpable'. No, no es PDVSA", sostuvo Chávez en defensa de la petrolera estatal, de la que depende PDVAL.
Este caso de corrupción coincide con las últimas amenazas de Chávez contra el gigante Polar, la mayor productora de alimentos y cervezas de Venezuela, a la que acusa de "acaparar" productos para supuestamente derrocar su Gobierno.
Lorenzo Mendoza, presidente de Polar, "te acepto el reto, vamos a ver quién aguanta más, vamos a pulsear... tú con tus millones y yo con mi moral. Mendoza, porque tú eres un ricachón, tú vas al infierno, al cielo no vas", dijo esta semana el líder socialista.
En lo que va de año, Chávez ha decretado la expropiación de la cadena de hipermercados Éxito, controlada por el grupo francés Casino; unos terrenos de Polar en el estado noroccidental de Lara, y la empresa de alimentos Monaca, propiedad del grupo mexicano Gruma.
Entre 2005 y 2009, también expropió más de 762 "empresas y latifundios", y regularizado la tenencia de unos 3,5 millones de hectáreas, con la finalidad de diversificar la economía venezolana, muy dependiente de las exportaciones de petróleo.
La patronal de empresarios, Fedecámaras, opina que las "empresas nacionalizadas no muestran ningún resultado eficiente una vez que pasan a manos del Estado", y ha advertido que las expropiaciones decretadas por el Gobierno "ponen en riesgo el desarrollo económico" del país.
El alto costo de la vida y la galopante inflación de los alimentos es una de las grandes preocupaciones de los venezolanos, dicen las encuestas, por detrás de la inseguridad y la falta de empleo.
De acuerdo con el instituto privado CENDAS, el costo de la cesta alimentaria básica se situó en marzo en 2.400 bolívares (558 dólares al precio oficial), mientras que el salario mínimo es de 1.200 bolívares (279 dólares). Según este centro de estudios, los productos que más escasearon hasta el mes de abril fueron: la leche en polvo, las sardinas enlatadas, margarina, azúcar, aceite, pastas alimenticias, harina de maíz y café.
Administración proselitista del hambre. Caso de la comida podrida en Venezuela
Golcar Rojas
(@golcar1 en Twitter)
MARACAIBO (infoCIUDADANO)
05/Junio/2010
Lo de las toneladas de alimentos podridos pareciera formar parte de lo que he llamado la “administración proselitista del hambre”, cosa que han hecho todos los regímenes comunistas al controlar la producción y distribución de alimentos y bebidas, como una forma de mantener sometida a la población a la discrecionalidad de los gobiernos para repartir “equitativamente” la comida.
Evidentemente, estos productos en Venezuela estaban siendo guardados por el gobierno para ser distribuidos cuando los números de las encuestas no le favorecieran o cuando se aproximase algún proceso electoral y se viera en la necesidad de conquistar el voto y el favor de un pueblo hambreado.
Por un lado, el gobierno ataca a la empresa privada productora y distribuidora de alimentos, amenazándola con expropiarla y limitando la asignación de dólares para la importación, y por el otro, se descubren (ya perdí la cuenta de cuántos contenedores y qué cantidad de toneladas) alimentos que tenían más de un año almacenados. Entre estos alimentos descompuestos, destaca un gran lote de aceite, harina y azúcar, tres de los rubros por cuya escasez más hemos padecido los venezolanos en los últimos tiempos.
No es casual que cada vez que el régimen arremete contra alguna industria productora de alimentos, al mismo tiempo empiezan a verse en los anaqueles productos que tenían tiempo desaparecidos. De esta forma, el gobierno pretende transmitir su “preocupación” por el bienestar de los ciudadanos y parecer eficiente en la procura de la seguridad alimentaria. Pero, el régimen no contaba con que por estar a la espera del momento oportuno para sacar provecho de la repartición de los productos, ingentes cantidades de alimentos se le pudrirían en los contenedores y su pestilente pudrición dejaría al régimen, una vez más, desnudo ante el mundo.
El gobierno le incautó hace poco a la empresa Polar 120 toneladas de alimentos y, con gran despliegue propapandístico, dijo que esa empresa “acaparaba” esos productos para jugar con el hambre del pueblo al mantener en sus depósitos tal cantidad de insumos.
Pocos días después, la pestilencia emanada por la descomposición de los alimentos ponen en evidencia quién es el principal acaparador, pues esos contenedores tenían allí más de un año, ¿a la espera de qué?
Las explicaciones que dio el gobierno al momento de proceder contra la Polar (empresa que además explicó que la industria en Venezuela no produce ni almacena ni un kilo de alimento que no sea bajo el control del régimen), incluían el estupor por la gran catidad de productos (repito 120 toneladas) que la empresa tenía acaparados y que debían ser puestos a la disposición de la población.
Pero a la hora de dar explicaciones sobre los contenedores descompuestos, el presidente echa mano de sus marabarismos matemáticos, suma, resta, multiplica y divide para llegar a la conclusión de que esos varios millones de kilos de alimentos dañados son una minucia y que no constituyen ni el uno por ciento de lo que se importa.
Sin duda, esos alimentos serían estratégicamente puestos en el mercado de acuerdo a la conveniencia del régimen para buscar votos en época electoral o subir unos punticos cuando las encuestas le sean muy desfavorables. Es decir como estrategia electorera.
Seguramente, en los próximos días, veremos varios titulares como el del incautamiento a la Polar. Esa es la forma que tiene el gobierno para hacer creer a los ingenuos que la seguridad alimentaria es una de sus prioridades. Así se juega con el hambre del pueblo.
En los momentos que considera oportunos, el gobierno saca con gran alharaca productos alimenticios a la calle, con la finalidad de obtener beneficios políticos electorales. Si los productos han sido arrebatados a la industria privada, pues la acción se hará con un encendido discurso contra la riqueza obtenida por los dueños de esas empresas, “explotadores y hambreadores del pueblo”. O sea, cuando quiero contentar o seducir a los votantes les pongo alimentos en los anaqueles y los hago creer que me importa mucho su bienestar.
Es como quien entrena un perro con galleticas: le doy un premio cuando hace lo que quiero y al final ese perro hará siempre lo que le ordeno para conseguir el premio.
El problema está cuando se acaban las galletitas. En el caso del perro, el animal seguirá obedeciendo porque ya se le hizo un hábito y se conformará con una palmadita en el lomo y un “buen muchacho” luego de obedecer. Pero, un pueblo hambriento ¿reaccionará igual o se levantará?
Sin duda, con el negocio de la importación de alimentos y su almacenamiento en los puertos, muchos se beneficiaron. Es difícil imaginar la cantidad de dinero que se debe haber embolsillado más de uno con las comisiones cobradas durante las negociaciones de compra e importación de los productos, así como con los negociados por la gran cantidad de dólares involucrados en esas operaciones y de los que algunos, posiblemente, fueron desviados al mercado negro.
Sin contar lo abultados que deben haber quedado los bolsillos de los dueños de los espacios donde se encontraron los contenedores de marras, quienes cobran por día el alquiler de esos lugares. Pero lo que más nos debe llamar la atención es ¿qué sentido tenía mantener esos productos durante más de un año parados en un país que viene padeciendo escasez de alimentos desde hace varios años? Es como para pensar…
ILUSTRACIÓN: @milagrosblue para InfoCIUDADANO
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Ayuda inhumana: Venezuela envió comida podrida a Haití
Así lo aseguraron varios medios. Bajo el título "Devolvieron buque con alimentos dañados", el diario El Nacional dijo que se trata de 60 contenedores que permanecen en el buque ‘Santa Paula’.
Al escándalo desatado por la aparición de unos 2.800 contenedores con alimentos podridos que pertenecen a la red estatal de mercados populares Pdval se añadió una gota inesperada: la devolución del carguero venezolano Santa Paula por parte de las autoridades de República Dominicana tras constatar que este transportaba hacia Haití unas 1.500 toneladas de alimentos que también habían pasado su fecha de vencimiento.
República Dominicana es el país que coordina todo el ingreso de ayuda humanitaria hacia Haití tras el devastador terremoto del pasado 12 de enero.
Los diarios locales El Nacional, TalCual y Últimas Noticias citaron fuentes anónimas relacionadas con el principal puerto del país -Puerto Cabello, ubicado en las costas del estado Carabobo- que afirmaron que el buque se encuentra fondeado en el país desde hace ya unas dos semanas.
"Las autoridades portuarias de República Dominicana, previendo una amenaza sanitaria, impidieron el desembarque del Santa Paula y ordenaron regresar la carga a su país de origen", señala una de las notas.
Apenas sucedió el terremoto, Venezuela reaccionó haciendo cuatro envíos de alimentos que sumaron hasta 5.000 toneladas de comida. Los reportes señalan que el Santa Paula había zarpado de las costas venezolanas el 19 de enero.
Hasta el momento no ha habido una sola confirmación o desmentido de la información por parte de las autoridades venezolanas, que también han exhibido un mutismo total para explicar por qué se han podrido en los depósitos de Pdval hasta 80.000 toneladas de comida, entre aceite, azúcar, pastas, y carnes de res y pollo.
El último hallazgo ocurrió el pasado lunes, cuando se encontraron otros nuevos 200 contenedores en Puerto Cabello, según denunciaron representantes del parlamento regional del estado Carabobo. También un ex trabajador del puerto, despedido por haber denunciado la aparición de los primeros 400 contenedores, afirmó ayer que aparecieron otros 40 contenedores con comida podrida.
El Tiempo – Colombia
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