Lisbeth Salas presenta una 'fotobiografía'
en "Rostros y Decires"
La poética vida de Rafael Cadenas (Barquisimeto, 1930)
no se narra solo en palabras. Más allá de una simple
biografía inundada de letras, en 119 páginas del libro
Rostros y decires/ La Cámara escrita 2 se presenta
una 'fotobiografía' que sorprende desde que se mira el
vestido del libro. Se trata de una narración desde la
mirada de la fotógrafa Lisbeth Salas (Caracas, 1971).
Ella decidió que al poeta debía vérsele desde otro ángulo.
Desde esas imágenes que se encuentran en sus álbumes
personales, desde esos instantes que Salas podría capturar,
desde esa poesía de Rafael Cadenas que a más de uno
ha enamorado hasta los huesos.
"Quería hacer biografías contadas en imágenes.
Se tratan de pequeñas 'fotobiografías', de manera
de que la gente se entere de la vida, la cotidianidad,
las obsesiones y los deseos de los escritores a través
de las imágenes. Quería echar un cuento a través de la
fotografía. Fue lo que hice con el libroInfinitamente
serie de Enrique Vila-Matas. Con Cadenas uso sus
manuscritos, cuento la historia desde el comienzo
de su vida. Es una 'fotobiografía' en la que he querido
agregar pequeños incisos de poemas de sus libros más
importantes. Incluso se incluye un poema inédito";
asegura Salas, del libro que pertenece a la editorial
Cámara Escrita.
En el proceso de creación no solamente participó el mismo
Cadenas, sino que la diagramación de Rostros y decires
fue realizada por el maestro Álvaro Sotillo, mientras que
la corrección de los textos la hizo Javier Aizpurua.
"Trabajo con autores vivos porque me gusta hacer los
libros con ellos. Me gusta saber lo que piensan, escuchar
sus opiniones, sus críticas. De alguna manera fue un diario
hecho a seis manos entre Álvaro, Rafael y yo. Cadenas me
está contando su vida y yo le estoy contando la mía", dice.
Dos años le llevó a Salas la realización de este proyecto.
En el primer año realizó el montaje con las imágenes
familiares de Cadenas; sus fotografías cuando era niño.
Ella misma seleccionó los poemas que aparecen en el libro,
comoIntemperie, Memorial y Falsas Maniobras, entre
muchos otros. Incluso, disimula sus fotos para que el
lector no crea que son tomadas por ella. "Intento hacer
mucha ficción. Intento que el lector se pregunté '
¿esto es verdad?' ¡Aquí todo es verdad! De hecho lo miras
a través de los manuscritos de Cadenas".
El libro no tiene desperdicio. Es una joya en cuanto a
diseño. En él se mezclan imágenes en polaroid, con
textos originales de Cadenas. Dentro de las 119 del
libro muchas páginas tendrán la caligrafía del poeta.
Sus correcciones quedan en esas hojas que diseñó
Sotillo y creó Salas.
"Para nosotros como lector siempre es una curiosidad saber
cómo es el otro. Ver esa identidad. Este libro traduce una
identidad que se llama Rafael Cadenas. Álvaro respetó la
narrativa del libro. Trabajamos a seis manos muy bien.
Cadenas estuvo con nosotros en todo el proceso".
En Rostros y decires, Lisbeth Salas descubrió que
podría realizar pequeñas antologías de los autores
que han apasionado a Rafael Cadenas. Ahí están
Miguel de Cervantes, Walt Whitman, Rilke, D.H. Lawrence,
Constantino Cavafy, Fernando Pessoa y Jorge Luis Borges.
"Es una parte del libro en la que Cadenas le hace homenaje
a sus autores. En el caso de Rilke, me fui al Castillo
Duino buscando sus huellas. Él representa el alma de
Cadenas, es un autor que no se ha agotado en su
lectura. Continúa leyéndolo", confiesa Salas.
El prólogo del libro está hecho por el propio Rafael.
Además de tener un poema escrito especialmente
para él por Antonio Gamoneda. "El equipo de trabajo
funcionó. Cadenas se cuida mucho. Sabíamos que no
quería nada pomposo ni vanidoso, que lo acercará a un
mundo que no fuera el suyo", remata Salas.
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