Yo no estudié en el Colegio "Lourdes" de Valencia, pero si tuve el gran
honor de hacerlo en la Casa Madre de las Hermanas de San José de
Tarbes", que era
el "Internado San José de Tarbes" de El Paraíso, Caracas
y era la casa madre porque ahi
residía la Madre Saint-Jacques, Superiora
de la Orden en Venezuela. Compañeras tuve de toda la vida, que fueron y
siguen siendo
como mis hermanas, ya que era hija única y pasaba la mayor
parte del día en el colegio, y de verdad además de la prepa-
ración educativa que recibimos, el estudio de la famosa Caligrafía Inglesa, y
el desarrollo de una inteligencia crítica, a mi generación le tocó vivir las
nuevas directrices de la Iglesia Católica emanadas del Concilio Vaticano II,
que vivimos completico en el Colegio, y permitió que existiera un grupo de
monjas venezolanas, educadas en la Francia revolucionada
que culminó con el Mayo del 68, que convivían con las tradicionales
francesas como las Hermanas Elizabeth, Marcel (la de la exquista
caligrafía que comenzabamos a practicarla diariamente con pluma
fuente y tinta en tercer grado, ojo, nuestros exámenes eran con pluma
fuente, correcta ortografía incluso los de matemáticas, para los que
nos daban una hoja de examen aparte para que hiciéramos los cálculos
en lápiz de grafito), cuya exquisitez y belleza me hizo
amante de ese "arte", y
Conceoción, y las venezolanas inolvidables: Rosa (Directora oficial
del Colegio y Marie Gabrielle (Srta.Luisa Ruán quien fue la Hermana
que más quise en mis 11años en el colegio) hoy Provincial de la Orden.
Merece comentario aparte la Hermana Anunziata, que nos dió clases
en 4º grado A que era un personaje único en todo.
Esa realidad de cambios estructurales hizo del Tarbes
un centro de discusión y apertura muy acorde a los tiempos renovadores
que no era la característica que se le endosa a
estos colegios tarbesianos, caracterizados por su disciplina, porque formaba
señoritas que bordaban y hablaban francés y de la selecta sociedad.
No niego que la hubo pero ahi no estaba la selecta sociedad nada más,
había gente de color y nadie era selectivo,
el trato era muy especial, pues nuestros profesores eran verdaderos
egresados del vecino Instituto Pedagógico y de la UCV, y venían
a exigirnos muchísimo ya que la educación pública era excelente, (nuestros
otros vecinos eran los Liceos Aplicación y Caracas) y nosotras debíamos estar
al mismo nivel que ellos como Colegio privado, por éso nos hicieron "mujeres
pensantes", agudas, críticas, si no pregúntenle a la compañera "Charito" Rojas
que es la única que tengo cerca en esta ciudad.
Creo que el "Lourdes" era más tradicional, por la sociedad a quien servía
y gracias a la presencia de Sor Luisa Victoria, a quien conocí
cuando yo trabajaba con Aziz Muci Mendoza, quien la quería mucho, tanto, que
Mecenas como era él de las artes aunque nadie lo mencione en estos tiempos,
ni por agradecimiento a la ayuda económica que Aziz dió al Ateneo de los tiempos
de Cora Topel, sobre todo por su cariño hacia ella,su amiga,
donde creó y costeó el Premio "Eulalio Toledo Tovar" también
por la admiración que sentía hacia el artista, guariqueño
como su señora madre Doña Francisca Mendoza de
Muci Abraham, para noveles artistas durante los períodos
de la presidencia de la sra.Páez de
Topel, los pintores y escritores jóvenes que no tenían apoyo,
Miguel Torrence que cada rato iba a pedir "una ayudita" en la casa de
los Muci Abraham, de Aziz pues, ubicada cerca de Imgeve en
Camoruco Viejo, al lado de la casa de los Mandry, hoy derrumbadas,
y tantos otros que parece que tienen
un Alzheimer de nobleza, porque Aziz hasta fue el donante de su colección
de libros costosísimos, con los que se creó la Biblioteca "Margot Ramírez
Travieso" de la Asociación de Escritores durante la Presidencia del
querido Prof. Eduardo Arroyo Alvarez. Pues bien, Aziz visitaba a Sor
Luisa Victoria con mucha frecuencia y yo lo acompañé a presupuestar
en la mejor editorial de Valencia en esos años 80, los dos tomos que recogían
las columnas que Sor Luisa Victoria publicaba en El Carabobeño.
También tengo en mi biblioteca el libro "El río que pasó bajo los puentes"
del Dr. Guillermo Mujica Sevilla, que fue publicado por Aziz, quien ilustró
la portada de dicho libro con un dibujo de una procesión de la Virgen del
Socorro de quien era muy devoto. El libro recogía crónicas del hoy Cronista
de Valencia, ilustrado mironianamente con sus dibujos. Dichos
libros fueron publicados y de verdad son un tesoro, no sólo por el contenido
sino por la belleza de diseño y calidad de edición. Por eso hoy que leí
el artículo que apareció escrito por la Prof. Subdelia Páes de Sevilla en
el diario valenciano "El Carabobeño",que aparece reproducido más
adelante vinieron a mi mente recuerdos muy gratos, pues la srta.
Subdelia vivía en una habitación del Colegio, justo al lado de la Enfer-
mería, y su voz potente se nos hizo inolvidable cada vez que llegaba
por la puerta que daba al Instituto Pedagógico donde ella
cursaba estudios en Caracas, y saludaba y pasaba a su cuarto.
Se me quedó tan grabada que volví a oirla en la Casa Páez cuando
llegué a Valencia y me le presenté aunque su rostro no me era
familiar, porque su voz era inigualable y resultó que si era ella.
Esos son los recuerdos que llenan mi alma, aunque la amistad
como yo la entiendo sólo ha resurgido
con Charito y Ana Dhamarys Contramaestre (sobrina justamente
de la Hermana Judith Osorio), quien hace poco se radicó
en Valencia, esa relación a"la manera de Caracas", llana y espontánea,
nada selectiva por apellidos o cargos, ni ambiciosa de alardes sociales,
que nunca he podido variar. También está Irene Scannone de Gorbea,
cuyo hijo Manuel es el quinto hijo que no tuve.
Por ese gran cariño a las Hermanas del San José de Tarbes que me
formaron y a las amigas que hace 41 años fueron mis compañeras de
camino, y que hace poco disfruté por el reencuentro en el 2009
de nuestrapromoción de bachilleres, es que reproduzco el
artículo de la Prof. Subdelia Páez de Sevilla, precedido de la
Historia de la Congregación en Venezuela
para poder entender su relevancia en la educación del país.
Historia
Las Hermanas de San José de Tarbes vinieron desde Cantaous, Francia; a
Venezuela en 1889. Las 18 primeras religiosas dirigidas por la Reverenda
Madre Saint Simón, llegaron a La Guaira, Venezuela, el 13 de junio de 1889,
durante el Gobierno del Presidente Rojas Paúl, con el objeto de desempeñarse
en centros hospitalarios y educativos. A petición de las familias de Caracas,
el 1 de marzo de 1891, se abrió una casa particular contigua a la Iglesia de
San Juan, el "Internado de San José de Tarbes", con una matrícula inicial de
40 alumnas. En 1902 el colegio se traslada a su nueva sede en El Paraíso,
donde continúa su funcionamiento, aunque cuando estábamos en Tercer Año se
inaugura el teatro del colegio, convertido luego en el Teatro Israel Peña en honor
al conocido músico venezolano .
Al transcurrir del tiempo, el Colegio ha crecido hasta alcanzar una matrícula
considerable, incorporando la educación mixta.
En función de las exigencias pedagógicas, acorde con los nobles objetivos de
la Institución y de una Venezuela de avance, fue necesario ampliar sustancialmente
la infraestructura del Plantel.
Durante los primeros 30 años de funcionamiento, además de la formación
integral que se impartía a las alumnas, se cultivaba el buen gusto por las
bellas artes (Hermana María Consuelo entre otras), se fomentaba el amor al deber,
se formaba su corazón inspirándoles una piedad sólida, cualidades que eran y
continúan siendo el encanto de la sociedad y aseguran el bienestar de la
familia como Institución.
Junto a la educación Primaria, el Colegio impartía la enseñanza del idioma francés
como segunda lengua. Otorgaba a las alumnas el Diploma Francés,
Título máximo reconocido en este Instituto.
En 1936, se crea la Educación secundaria y la Educación Preescolar,
ajustándose a las exigencias legales establecidas por el Ministerio de Educación.
Esta apertura de la Institución a los diferentes niveles educativos, impone la
necesidad de construir una edificación dedicada a tales fines, la cual es
llevada a cabo por la compañía Guinand y Brillembourg, la misma empresa
que construyó la Abadía "San José" de Güigüe, (fue nuestra época
en sexto grado que pasamos de la "vieja Primaria" a la nueva cuya cons-
trucción nos exigió cursar ese año en la modernísima Escuela Básica
"Madre Saint Jacques", que
estaba al lado de Bachillerato y donde trabajábamos con quienes estudiaban
en sus aulas SIN DISTINCIÓN DE CLASES PUES EL VATICANO II ANULÓ
ESA MALA PRACTICA DEL CRISTIANISMO, A Dios gracias)
gracias al dinamismo de la Reverenda Madre Saint Jacques, quien con
grandes esfuerzos adquirió terrenos adyacentes al edificio central y gradualmente
fue impulsando nuevas instalaciones, hasta lograr lo que constituye el actual
Colegio San José de Tarbes - El Paraíso.
En el año 1961, se hace necesario popularizar aún más la educación y para que
ésta llegue a todos los niveles, gracias a la infatigable y progresiva Madre Saint Jaques,
se abre la Sección C en 1962, sección que a partir de 1990 se constituye como la
Escuela Básica "Madre Saint Jacques", hija predilecta de nuestra institución,
la cual atiende a niñas en la I y II Etapa de Educación Básica.
Además de la educación académica, el Colegio forma con especial interés a
sus alumnas, en actividades deportivas, musicales, artísticas, teatrales,
apostólicas y otras; agrupando al alumnado en movimientos juveniles organizados:
Club Misioneso Tarbesiano; Banda de Guerra; Estudiantina; Club Deportivo;
Actividades teatrales; Mitar (Misioneras tarbesianas); Catequistas; Sociedad
Bolivariana, Centro de estudiantes y variadas actividades complementarias.
Desde hace muchos años, conjuntamente con el Personal religioso, laboran
seglares que ejercen funciones directivas, docentes, administrativas y subalternas,
comprometidos con el proyecto del Plantel, que conjuntamente con los Padres y
representantes, unen esfuerzos hacia el logro de metas y objetivos dirigidos no
solo a la formación académica sino en valores y principios humanos y cristianos
NOTA: Hay una anécdota de la Madre Saint Jacques que no puedo olvidar: En el retiro
espiritual de Quinto Año en Villa "Mosén Sol" (El Marqués) supimos que una compa-
ñera estaba embarazada...La Hermana Marie Gabrielle, guía de 4º y 5º año de Humani-
dades lo supo y al poco tiempo todo Bachillerato fue convocado al patio del Colegio
para una charla de la Madre Saint-Jacques. Pues bien, contrario a lo que se supo-
nía debía venir de ella, nos ordenó a todas RESPETAR a nuestra compañera, NO HA-
BLAR NI UN PALABRA EN SU CONTRA O EXPRESAR UNA CRITICA con peligro de
expulsión para quien lo hiciere. Ella permanecería en el Colegio, usaría el uniforme
y se graduaría con nosotras. Y punto. Eso es el verdadero AMOR CRISTIANO...
En 1992 mi hija mayor salió embarazada cursando también su final de bachillerato
en un recién inaugurado colegio del Norte de Valencia...Nunca mi esposo y yo
hemos sido tan maltratados y vejados por la Psicóloga del plantel y por su Director,
ex-sacerdote para más cuento. La niña fue botada del colegio y vista como un "mal
ejemplo para sus amigas" cuyas conductas me reservo pues yo era docente en varias
instituciones de la ciudad, y sabía junto al Padre Rivolta el grave problema de abortos
producidos por las madres en aras de "preservar el qué dirán" y la "apariencia social"
Por eso me siento orgullosa de ser tarbesiana y que en 1969 la severa y respetable
Madre Saint Jacques, ya anciana, me dio con su ejemplo un verdadero testimonio
del actuar del verdadero cristiano. Hoy mi nieto estudia Derecho en la UC y no herí a
mi hija como vimos Rivolta y yo tantos casos en esa década tan difícil de los años 90.
"El Carabobeño" 16 febrero 2011
Edición Digital
Subdelia Páez de Sevilla ||
Reconocimiento a la Congregación San José de Tarbes
Inconmensurable la labor del Colegio Nuestra Señora de Lourdes, próximo a cumplir 120 años de su fundación y ante la proximidad del 11 de febrero día de Nuestra Señora de Lourdes, todos sus ex alumnos recordamos con gratitud esa labor imperecedera cumplida con entrega, amor y servicio por las religiosas de la Congregación San José de Tarbes.
Las primeras religiosas llegaron a Valencia en el año 1891 y desde su arribo dedicaron todos sus servicios para atender dos vertientes: unas se orientaron a la asistencia social donde dejaron una huella indeleble por su entrega y caridad en el antiguo hospital civil de Valencia y en la Beneficencia llamada más tarde Albergue San Martín de Porres. Otras se entregaron con afecto al llevar la luz y los conocimientos a centenares de alumnos en el Colegio Nuestra Señora de Lourdes, Colegio Santa Ana y Asilo de Huérfanas hoy Casa Hogar Febres Cordero.
El Colegio de Lourdes fue uno de los primeros internados que hubo en el centro del país hasta el año 1968, siendo una institución exclusivamente para niñas, pero a partir del año 1990 comienza a ser mixto. Allí se imparte Educación Inicial; Educación Primaria y Educación Diversificada; en la actualidad, egresan Bachilleres en Ciencias con una formación integral y una preparación académica que les abre las puertas de los estudios universitarios para luego graduarse y ser unos profesionales probos, honestos con gran preparación y una gran sensibilidad social.
En este camino de servicio social y educativo de más de un siglo, es justo inclinar nuestro afectivo reconocimiento a todas las religiosas que entregaron los mejores años de su vida; su juventud, a educar y a servir, ellas sembraron en muchas de las valencianas de ayer y de hoy, incalculables valores de solidaridad y profundos sentimientos espirituales que de generación en generación se han ido transmitiendo.
Merecen especial atención recordar con intensa gratitud las hermanas que le correspondió la responsabilidad de dirigir esta importante institución educativa; Sor Juan Bautista de la Salle, Rita de Casia, Ana Teresa, Teresa del Niño Jesús, Sor Luisa Victoria quien por muchos años estuvo al frente del Colegio, dejando una estela de amor, servicio y espiritualidad muy digna de recordar; Bernardita, y en los últimos años: Antonieta Rotundo, Elvia Saval, Judith Osorio y en la actualidad cumpliendo nuevamente con esa responsabilidad de directora, ceñida a sus votos de humildad, castidad y obediencia pero consciente del reto que le ha correspondido en estos nuevos tiempos, ejerce con gran tino la dirección la hermana María Estela Penso; para todas ellas nuestra eterna gratitud.
Inolvidables para todas las ex alumnas los espacios físicos de la antigua casona en la Av. Bolívar, entre la Calle Cedeño y Calle Arismendi, imposible olvidar la bella capilla con sus paredes y cielos azules con angelitos pintados, el túnel que había que pasar en extremado silencio para ir de unas aulas a la cancha, el bello y moderno auditorio y muchos espacios que guardamos con cariño y respeto en nuestra mente, siempre en cada espacio recordamos la presencia de una hermana solícita y cariñosa para orientar y dar lecciones de educación y buenos modales.
Más de un centenario de labor educativa, un centenario lleno de amor y servicio, un centenario impregnado de valores espirituales, morales y éticos, deben volcar en los valencianos vivos sentimientos de gratitud y afecto a las Religiosas de San José de Tarbes en la celebración del centenario de su llegada el 5 de Abril de 2011.
No hay comentarios:
Publicar un comentario