Chávez conmemora en Valencia 19 años del 4 de febrero
08 febrero 2011
Luis T. Izaguirre T. || 4 de febrero 2011
4 de febrero 2011
La visita del presidente de la República Hugo Rafael Chávez Frías al estado Carabobo, realmente debió aumentar el malestar físico que por motivo de gripe tenía el Presidente.
Entendemos todos que el 4 de febrero no es un día para celebrar, pero no importa, a juicio del Presidente no existe un día preciso en el cual él pueda conmemorar el nacimiento de una supuesta revolución que ha dado al traste al desarrollo de Venezuela. Pero él considera que es la fecha que debe tomarse conmemorativa o festiva para él, y sus seguidores.
Con ese espíritu el Presidente llega a Valencia, y se percata del simple y escuálido numero de asistentes que se congregaron a oír más de lo mismo, extrañamente se debe haber percatado y no lo manifestó que el gran volumen de pancartas tapaban la escasa asistencia de personas al mitin, siendo tal la estrategia de los organizadores del evento al poner a ciertas distancias las pancartas que el mismo Presidente en un acto de humildad dijo que ya estaba viejo y que no veía el texto de las pancartas, supongo que como zorro político tiene que haber caído en cuenta, que no leía el contenido por la distancia entre ésta y el Presidente, y las pusieron a larga distancia para que no viera la escasa concurrencia de personas.
En el paneo televisivo se pudo observar que las pancartas eran todas de sitios o lugares cercanos a La Isabelica, algunas personas de Negro Primero, otros de Miguel Peña y en definitiva quienes pudimos ver los autobuses el número de ocupantes era escaso en cada unidad, de acuerdo al número de personas que para un mitin se calcula por autobús. Claro, también vino gente de otros municipios a la celebración, de Puerto Cabello, de Morón, occidente y oriente del estado.
Quizás lo más extraño de todos, es que el Presidente escogiera ese día, ese momento, ante tan escasa asistencia de simpatizantes para lanzarse como candidato a la Presidencia de la República y que Carabobo sería rojo rojito. Estos dichos ya son por todos conocidos y reflejan una intencionalidad también por todos conocida, pero lo que impresiona es el momento y la condición en que los dice; con lo cual resto colorido a lo expresado.
Imagino que los organizadores del evento tienen que haberle metido 500 cuentos al Presidente, porque ni el tráfico en La Isabelica se alteró, supongo que alguno de los organizadores le diría lo tan perfecta de la organización que ni el tráfico se congestionó, en definitiva en este tipo de evento cuando no llena las aspiraciones de los candidatos se buscan 500 excusas.
Yo recuerdo que siendo yo secretario de organización de mi partido AD y el ingeniero Jesús Enrique Vivas Casanova, secretario general y en plena lucha partidista interna, asistimos conjuntamente con Pablo Bolaños a un acto político que debía realizarse en Tocuyito en la casa de un compañero de partido, quien nos había ofrecido la asistencia de más de 100 compañeros, ocurre que lloviznó y el compañero de partido no conseguía cómo justificar la poca asistencia de compañeros al acto, y no consiguió otra solución que comenzar a pisotear todo el patio que tenia un gran árbol de mango, y nos expresó: esto estaba full pero la lluvia hizo que se fueran a sus casas. Esto nos causó gracia y risa por la salida ocurrente del compañero que nos había invitado, a quien le dije, explícame cómo está todo el patio pisado con huellas de zapatos, si cuando comenzó a llover los compañeros se fueron no hubo tiempo de tantas pisadas, aparte de que por el portón de entrada había contadas pisadas producidas por la mezcla del barro.
En fin de los 100 compañeros ofrecidos sólo la asistencia fue de 30 a 40 compañeros, según nos explicaron algunos vecinos, pero realmente fue ocurrente la excusa. Sería interesante saber qué le habrán dicho al Presidente sobre la asistencia y organización a dicho acto, para saber si a él le causó la misma gracia que me causó a mi la ocurrencia de nuestro compañero.
El 4 de febrero partió en dos la historia de Venezuela”, dijo. (Foto Archivo)
Marcos Castillo / María de los Ángeles Martínez
Valencia (REDACTA).- A las 2:20 minutos de la tarde de este viernes el presidente Hugo Chávez ordenó iniciar una cadena de radio y televisión para transmitir su discurso en Valencia, para conmemorar los 19 años de la intentona golpista que lideró el 4 de febrero de 1992.
“El 4 de febrero partió en dos la historia de Venezuela” fue una de las primeras frases pronunciadas por el mandatario nacional ante los miles de simpatizantes que participaron en la concentración en la avenida Sesquicentenario, en el sur de la capital carabobeña.
Chávez inició sus palabras recordando a Gilberto José Peña Campos, Ángel Alberto Ruiz, Columba Guadalupe Rivas y José Luis Zerpa Miotta, quienes se unieron a la rebelión dirigida por los militares que se alzaron contra la gestión del gobierno de Carlos Andrés Pérez.
"Recuperaremos la Gobernación"
Chávez auguró que dentro de dos años el chavismo recuperará la Gobernación de Carabobo, la cual habrían perdido en las últimas elecciones a una “falta de claridad ideológica”, al tiempo que ratificó que él es el candidato de la revolución para las elecciones presidenciales de 2012.
“Tengo la certeza que en dos años recuperaremos la Gobernación de Carabobo.
Esa batalla ya comenzó (...) Llamo al pueblo de Carabobo a la batalla para ganar las elecciones de la gobernación y alcaldías”, fueron algunas de sus frases.
El presidente estaba notablemente afectado por una gripe y reveló que estuvo muy cerca de no asistir a la concentración debido a que su médico le ordenó reposo ante la fuerza del virus. Sin embargo, decidió viajar a Valencia cuando observó en VTV la cantidad de seguidores que se estaban concentrando.
Amenaza a Coca-Cola
El Presidente señaló que el pueblo debe convertirse en "agitadores de la propaganda política" y luego leyó una pancarta de uno de sus seguidores en la que se hacía alusión a una supuesta "explotación" por parte de la empresa Coca-Cola.
"Hay que hablar con esos trabajadores, y si la Coca-Cola no quiere cumplir con la Constitución y las leyes, bueno uno puede vivir sin Coca-Cola, no es imprescindible ¿Quién dijo que hace falta para vivir? Guarapo de caña, el jugo de parchita, el de lechosa es bien bueno", dijo el presidente.
Arreglos de última hora
La avenida Sesquicentenario y sus alrededores, donde siempre hay desperdicios, vegetación sin cortar y oscuridad; fueron limpiados y “acomodados” durante la noche del jueves, para recibir este viernes al presidente Chávez.
Alrededor de las 9:00 de la mañana comenzaron a llegar civiles y militares a la concentración. Pasadas las 11:00 de la mañana hicieron acto de presencia diferentes personalidades políticas como Diosdado Cabello, Darío Vivas,
Héctor Agüero, Luis Reyes Reyes y Jorge Luis García Carneiro.
“Hoy, 4 de febrero, 19 años después, aquí estamos ¡más vivos que nunca! Desde aquí le envío un saludo al pueblo venezolano, a los soldados venezolanos, rememorando aquel día 4 de febrero de 1992 que partió en dos la historia venezolana”, dijo Chávez en un acto ante cientos de seguidores que fue transmitido en cadena por radios y televisoras.
“Si no hubiera ocurrido el 4 de febrero, nosotros no estaríamos acá.
Al asumir la derrota de las fuerzas golpistas, Chávez pronunció por la televisión una frase que se hizo famosa: “Lamentablemente, por ahora, los objetivos que nos planteamos no fueron logrados”.
Durante su discurso, este viernes, Chávez recordó además a “los mártires del 4 de febrero” y aseguró que el país seguirá marchando hacia el socialismo.
Durante su discurso, este viernes, Chávez recordó además a “los mártires del 4 de febrero” y aseguró que el país seguirá marchando hacia el socialismo.
Al asumir la derrota de las fuerzas golpistas, Chávez pronunció por la televisión una frase que se hizo famosa: “Lamentablemente, por ahora, los objetivos que nos planteamos no fueron logrados”.
Además, reiteró que optará por un tercer periodo presidencial en las elecciones de finales de 2012 y pidió a sus seguidores que no permitan “que las diferencias, las debilidades ideológicas y el sectarismo” debiliten la unidad de su gobierno.
“Todo indica que debo continuar al frente de esta batalla. Desde ahora tenemos que empezar esta jornada rumbo al 2012 para asegurar la continuidad de nuestra revolución, que nació el 4 de febrero de 1992″, concluyó Chávez.
Soto Rojas anuncia que Chávez pronto ofrecerá un discurso durante el acto del 4F
El Presidente de la Asamblea Nacional, Fernando Soto Rojas, anunció que pronto el Presidente Chávez estará ofreciendo su discurso en conmemoración del 4 de febrero de 1992, durante el acto que se desarrolla en Carabobo.
“Nuestro pueblo está resistiendo y esperando al comandante Chávez, que dentro de poco va a tomar la palabra y se va a dirigir a esta amplia patria popular”, dijo.
Desde la Plaza de la Dignidad, en Valencia, Soto Rojas expresó que a partir del 4 de febrero “el país comenzó a cambiar”.
“Hoy, a 19 años de ese gesto militar, podemos decir que la correlación estratégica nacional de fuerzas es favorable al pueblo venezolano”, aseguró.
Entre tanto, advirtió que “los pueblos del mundo se está alzando contra el capitalismo”.
Con información de AFP
El Nacional VIERNES 4 DE FEBRERO DE 2011
pág. Opinión 9
4-F ¿Hay golpes buenos?
Por: Oscar Lucien
Vuelvo sobre una interrogante transitada en varias ocasiones
ÓSCAR LUCIEN:
4-F ¿Hay golpes buenos?
¿Por qué el TSJ condenó en su
oportunidad el golpe en Honduras?
Vuelvo sobre una interrogante transitada en varias ocasiones en estas mismas páginas. Para ser más preciso, cito: “¿Puede un joven oficial idealista, con sinceros deseos de reivindicación de su patria, tomar las armas de la república y dar un golpe de Estado para `salvar a su país’ de la ineficiencia, el burocratismo y la corrupción? ¿Es legítimo que lo haga?
¿Quién determina que un golpe de Estado sea bueno o sea malo?”. Podríamos agregar ahora: ¿Por qué Micheletti, que lideró la acción militar que sacó del poder a Manuel Zelaya (por violar la Constitución de su país, dicho sea de paso) es, a decir del presidente Chávez,
un “gorilete”, mientras que él mismo, autor de una escaramuza militar que resultó en decenas de humildes compatriotas muertos o heridos honrando su deber institucional de enfrentar a los golpistas venezolanos (muchos también entre las víctimas inocentes), se considera poco menos que un héroe de la patria y tiene la osadía de crear una orden de condecoración en memoria de los fracasados golpistas del 4 de febrero de 1992? Más llamativo y preocupante aún, ¿por qué si el TSJ condenó en su oportunidad
el golpe de Estado en Honduras y afirmó que de ser verdad que el presidente depuesto, Manuel Zelaya, violó leyes y la Constitución de Honduras, quienes lo derrocaron debieron utilizar los mecanismos legales respetando el debido proceso “y no extrañarlo de su país, con nocturnidad y en evidente violación de sus derechos humanos”, en Venezuela, ese mismo Tribunal avala la orden Condecoración 4F, que pretende dignificar los cruentos sucesos de 1992 cuando militares felones venezolanos también “debieron utilizar los mecanismos legales, respetar el debido proceso” y no asaltar el Palacio de Miraflores y bombardear la residencia
presidencial La Casona “en evidente violación de los derechos humanos” del presidente constitucional, de su familia y de los soldados encargados de su custodia? Como miembro de la asociación civil Ciudadanía Activa y a título personal, soy partícipe de una acción de nulidad contra el Decreto Presidencial Condecoración Orden 4 de Febrero, el cual, en nuestra modesta opinión, pretende dar legitimidad post facto a una escaramuza militar criminal violatoria de la Constitución y de la voluntad popular expresada en las urnas. La motivación de nuestra querella es la siguiente: el decreto con rango, valor y fuerza de ley sobre la Condecoración Orden 4 de Febrero, publicado en la Gaceta Oficial 36618 del 1 de febrero de 2007, en nuestra consideración es una afrenta a la conciencia democrática de los venezolanos y un bochorno contra la memoria de las decenas de humildes compatriotas asesinados en la escaramuza, incluidos los soldados y oficiales que honraron su vida creyendo que su deber constitucional era enfrentar a los cruentos golpistas.
En segundo lugar, la primera Ley Habilitante que dicta el teniente coronel Chávez que crea una orden de condecoración en memoria de los fracasados golpistas del 4 de febrero de 1992 extralimita la habilitación concedida por la Asamblea Nacional en esa oportunidad. Desde febrero de 2007, hace ya cuatro años, esperamos respuesta del TSJ. Con argucias formalistas, cuando la Constitución establece que no se puede negar justicia por formalismo no esenciales, el máximo tribunal de la república no se avoca a esta causa que consideramos puede establecer luces fundamentales para el respeto a la Constitución y, esencialmente, al mandato de que la Fuerza Armada Nacional se rija por los principios de disciplina, obediencia y subordinación al poder civil, a su condición de fuerza profesional no condicionada por persona o parcialidad política alguna, claramente establecidos en el artículo 328 de la carta magna.
La ausencia de respuesta del TSJ sobre la legalidad, legitimidad o constitucionalidad de esta absurda y ofensiva Orden Condecoración 4 de Febrero es preocupante por cuanto su silencio podría justificar indirectamente el intento de golpe militar contra un gobierno elegido por el voto popular y, por otro lado, deja en desamparo al ciudadano desprovisto de elementos para discriminar cuándo un golpe es bueno (si tal cosa existe) o malo y, más peligroso aún, podría justificar el libre albedrío que tendrían los militares para intervenir en la vida política del país y utilizar las armas que le encomienda la república para decidir los destinos de la nación.
Esta semana iniciamos otra acción cautelar y al momento en que consigno esta nota todavía no hay respuesta. ¿Hay golpes buenos?
Por: ÓSCAR LUCIEN
olucien@el-nacional.com
Política | Opinión
EL NACIONAL
Mis vivencias del golpe de Chávez el 4/F/1992 y fotos
Se desató el fuego parejo hacia La Casona, la residencia presidiencial defendida por el Batallón de Custodia, los funcionarios destacados de la DISIP y la Policía Municipal de Sucre, algunos de ellos muertos. Se fajaron con valentía. Los insurrectos usaron armamento de mayor potencia del que contaba la defensa de la residencia.
Las fotos fueron tomadas por el fotógrafo de mi despacho Jony Trigo y medios de todas partes del mundo las han publicado.
Aunque, milagrosamente, muchas bombas y granadas lanzadas, aparecieron sin explotar según los reconocimientos realizados por los expertos en explosivos de la guardia civil: quedaron pasmadas en el interior de la casa, en los alrededores de la fuente frente al llamado Patio Rojo y sobre los techos de las habitaciones del área privada.
Recuerdo que muchos amigos me habían visto en el cierre de los noticieros de la noche por una rueda de prensa que tuve en la mañana para comentarles a los periodistas el por qué doña Blanca Rodriguez de Pérez había suspendido las visitas de rutina a los hogares de cuidado diario. Por una caída había sido sometida a una operación y en proceso de recuperación requería portar un cabestrillo como se aprecia en la gráfica (a los días del golpe para atender una entrevista) e intentaron comunicarse conmigo al conocer lo que ocurría. También unos colegas, cuando me llamaron a mi despacho a mi teléfono privado, para enterarse sobre la situación y si yo estaba bien, les atendió el militar que asaltó la residencia, el teniente Miguel Rodríguez Torres.
Con Chávez presidente, ocuparía el cargo de Director de la DISIP. Actualmente, es Coronel y el Sub director de la Academia Militar de Venezuela.
Lo reseñaría el periodista Jesús Eduardo Brando en la edición especial del periódico El Nacional de ese día: “…el informante llamó nuevamente esta vez al despacho de la asistente de prensa de la señora de Pérez la periodista Marta Colmenares, pero le atendió alguien que sólo se identificó como el Capitán Rodríguez. El oficial le aseguró que doña Blanca estaba bien y que no tenía de que preocuparse para colgar inmediatamente’’.
El sedicioso con teléfono en mano y sentado en mi cómoda silla de espaldar alto, se comunicaba e incluso por ahí aceptaba pactar la tregua solicitada por el Teniente Coronel Bacalao, el Comandante del Batallón de Custodia de La Casona, y jefe de la guarda de la familia presidencial, para atender a los heridos de lado y lado. Por cierto, “Ríndase Doña Blanca, ríndase”, le decía Bacalao a la en ese momento, primera dama, Blanca Rodríguez de Pérez.
La Primera Dama venezolana, esa honorable mujer, será recordada por su coraje, en ningún momento se planteó rendirse, y así está inserta en la historia. Ahora, eso que andaba con escopeta en mano es una fábula.
Con una hermana mayor, una hija, dos nietos de menos de 4 años, y algunos allegados. El presidente Carlos Andrés, acababa de abandonar la casa, para dirigirse al palacio presidencial, cuando comenzaron los ataques.
En Venezuela, había una situación de confusión y malestar en el sector militar. Su mayoría involucrados en este golpe, unos directa o indirectamente.
No se sabía quién era quien: oficiales y suboficiales traidores los hubo por montones (aún esconden su participación pero el tiempo los va develando). Lo que fue determinante para que se diera el golpe en contra del Gobierno de Carlos Andrés Pérez, legal y legítimamente constituido.
En este arroz con mango privaron razones políticas en el ejército, es indudable: el brazo armado de la política son las fuerzas armadas. Pero con una gran diferencia: ahora con el régimen de Chávez, la adulación es el merito mas importante de un militar y cualquier militar considerado inconveniente y que no aplude y rinda homenaje al “socialismo, patria o muerte, venceremos”, pasa a engrosar la lista de presos políticos.
Conservo las fotos de los daños causados a La Casona y sin verlas el hecho está registrado, y en las ocasiones que me toca pasar por el lugar, vienen a mi mente los recuerdos, desde que los asaltantes comenzaron a encaramarse en el techo de mi oficina y sonaba: “taclán, taclán, taclán”. Era muy tarde, casi las 12 de la noche, sentimos al presidente llegar de su viaje al exterior, era mi costumbre subir a confirmar y ultimar los detalles de la agenda con la primera dama, pero me retardé chequeando en los canales lo de la rueda de prensa.
Yo le decía a Wilson mi asistente, “¿qué es eso, qué es lo que suena?”, con cierta angustia. Y hasta revisamos los aires acondicionados, pero nunca imaginamos que los “tacán, taclán” era cuando se iban encaramando los asaltantes golpistas. Teniamos encima los hombres, una cuerda de soldados muy jóvenes, que habían venido engañados a cometer un magnicidio con familia y allegados incluídos.
Los hechos dejaron secuelas en mí. A 17 años, a veces siento que me tocan la espalda o vienen los sonidos del taclán.
Los afiches de mi despacho que colgaban en las paredes de la antesala, serie de gráficas de la pareja presidencial o de la Primera Dama en sus diversas actividades amanecieron arañados o lacerados.
Por el ancho de la ranura presumo que lo hicieron a punta de bayoneta, así con el mismo delirio del plomo parejo que se desataba: el combate entre las fuerzas leales y los sublevados era intenso. Más por parte de los sublevados que de los leales. ¡Quién podría imaginar que hasta los reclutas, muchachos, unos chamos, del regimiento Guardia de Honor entrenados para ser mesoneros también tomaron las armas para defender La Casona!
Esa mácula de odio dejada ahí, en los afiches de la pared de la antesala, me asombró muchísimo. Igualmente me marcó. Ese odio de éstos hacia esos personajes, la pareja presidencial, y posiblemente hacia quienes también con ellos ahí posábamos, con digno orgullo. Digno orgullo por el trabajo realizado.
Ahí estaba la crónica del trabajo que se había hecho: nuestras visitas a los Hogares de Cuidado Diario, Programa de Estado para enfrentar la pobreza, entrega de sillas de ruedas, nuestras idas a los barrios, no sólo en Venezuela.
Ni se diga de las fotografías del archivo sacadas de sus sobres para ser pisoteadas. Igualmente quedaron con las huellas de esas botas militares con cierre lateral en piel un tanto húmedas y llenas de polvo marca UNIFORMEX.
En el Fuerte Tiuna, se iniciaron las acciones golpistas, en las comandancias generales del Ejército y la Armada. Y en la base aérea Francisco de Miranda en La Carlota, a cargo del teniente coronel Joel Acosta Chirinos. Denominada por los insurgentes como Operación Zamora, la cual incluía la toma de los medios de comunicación, que no pudo materializarse. Y en otras ciudades también se sublevaron.
El gobierno tuvo que enfrentar la insurrección haciendo uso de unidades de policía, del batallón de infantería Simón Bolívar, de la 31 Brigada de Infantería, algunas unidades blindadas del batallón Ayala, del destacamento 51 de la Guardia Nacional, y de aviones Bronco, Tucán y F16.
La gráfica muestra la tanqueta asesina. Las tropas leales retomaron el Palacio de Miraflores a las 4 a.m., del 4 de febrero; y así, el para ese momento Jefe del Estado, Carlos Andrés Pérez, retornó al Palacio. Se habían rendido los golpistas.
En otro de mis escritos en relación a este indigno día de la historia venezolana, en la versión 2004 de “Recuerdos de un día aciago”, hago mención en relación a la participación decisiva para salvar tanto la vida del Presidente como la de la democracia, quien quedará para la posteridad con sus méritos y créditos en esta gesta heroica. Cosas como estas:
En el periódico El Nacional una foto “de Jesús Castillo ilustraba el reportaje de Víctor Rodríguez: “La larga noche del Presidente”, relato desde el arribo de CAP a Maiquetía, hasta su llegada a Venevisión, pasando por el momento de ser sacado del Palacio por el Jefe de la Casa Militar, Mario Ivan Carratú, protagonista de esta historia, testigo fiel del trayecto y sus horas, cuando se defendía la democracia venezolana. A Carratú se le debe haber salvado la vida del presidente y por ende la democracia.
Chávez enconchado en el Museo de la historia.
CAP daba su primer mensaje sin protocolo ni Bandera de Venezuela ni edecanes como backing al fondo. Al cabo de unas horas, ya en su despacho durante su tercer mensaje se retomaba la majestad presidencial y veíamos a un Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas firme anunciando que la situación se estaba normalizando rápidamente”.
Por cierto, tiende a generalizarse el referirse a la fecha como intentona golpista. Es un error. Fue un golpe de estado, ahora que haya fracasado es otra cosa.
El 4 de febrero de 1992, es el ejemplo más didáctico cuando del delito de rebelión militar se trata. Cifras oficiales determinaron 14 muertos, 53 heridos, 1.089 militares detenidos y cuantiosas pérdidas materiales. Aunque versiones extraoficiales inicialmente daban un estimado de 100 muertos y cientos de heridos.
Sin embargo, el Teniente coronel Hugo Chávez y demás golpistas, responsables de un hecho consumado, reconocido, con pruebas, con utilización de los recursos militares del Estado (guarniciones, batallones, armas, tanquetas, aviones), con muertos, heridos y daños y con rendición, fueron objeto de toda clase de prebendas. Tampoco tuvieron violaciones procesales en sus juicios. De hecho fueron indultados o sobreseídas sus causas. La democracia de entonces, respetó sus derechos.
Al día de hoy, sus autores disfrutan de grandes fortunas al tomar luego el gobierno electoralmente y han ocupado y ocupan cargos relevantes.
Chávez ha convertido el 4 de febrero en una fiesta nacional y glorifica la fecha como “El Día de la Dignidad”. Los venezolanos de la democracia sentimos con dolor ese día aciago para Venezuela.
Algunos advertimos que se avecinaba la desgracia para nuestro país. Hugo Chávez alcanzó la presidencia gracias a muchos que hoy le adversan, y un infausto proyecto revolucionario, que mejor se define como revolcón chavista, tiene al país derruido.
Yo ese día entendí quien era Hugo Chávez. Aunque era difícil predecir que se constituyera en una amenaza para el continente americano y el mundo.
Martha Colmenares
Fotos inéditas. Ellos defendieron La Casona de los ataques cuando el golpe del 4 de febrero de 1992
A la izquierda, Antonio Aguinagalde, jefe de la escolta civil de Doña Blanca Rodriguez de Pérez desde el primer gobierno de su esposo Carlos Andrés Pérez, fallecido el pasado 25 de diciembre 2010. Aguinagalde estuvo con ella desde 1974 al 1999, cuando el régimen de Hugo Chávez le retira la custodia a los ex presidentes y sus esposas, y etonces solicitó su jubilación. Funcionario de carrera de muchos años en el organismo de inteligencia la Disip (ahora Sebin).
En el segundo período (1989-1994) la acompaña valientemente esa noche aciaga, esa noche de dolor del 4f por los muertos causados, heridos, daños a los vecinos de la residencia, a la nación, por los traumas cusados a muchos entre los cuales me cuento.
Un hombre a quien siempre recordaré por su calidad humana, por su vocación de servicio y lealtad. Guardo en mi haber muchas anécdotas de aquello que tuvimos que compartir en cumplimiento de nuestras funciones, él, en la seguridad, en mi caso, en la de la dirección de información y prensa. Murió de forma repentina, por un acv, en octubre pasado, del 2010.
En la segunda foto, el Mayor de la Aviación, Rafael Rangel, edecán de la primera dama, le tocó estar esa noche, estaba de guardia. Una gran persona, lamentablemente murió en un trágico accidente ocurrido en la base aérea de La Carlota años después. Muy doloroso lo ocurrido, para entonces teniente coronel. Los demás, otros funcionarios civiles destacados en la residencia, personal explosivista encargado de las experticias, y de la Guardia de Honor presidencial asignada en La Casona, un organismo militar que tiene la responsabilidad de la seguridad del presidente de la República y su familia.
Las fotos fueron tomadas por Jony Trigo. Se aprecian los destrozos del carro en el estacionamiento exterior de La Casona, así como éste, muchos otros que iré mostrando.
Ellos defendieron La Casona. Así como otros, soldaditos de la Guardia de Honor, que no están en las imágenes pero igual lucharon contra aquel ataque cruel. La Valentía empeñada, la dignidad, y honor en la defensa de un compromiso inquebrantable, gesta heróica la de estos hombres, quedó impresa en mis recuerdos y en la historia. Antonio Aguinagalde, el Mayor Rangel… queda mucho por contar
Martha Colmenares
Recuerdos de un dia aciago
Por Martha Colmenares
Inmediatamente del intento criminal, el de asesinar a un presidente, Carlos Andrés Pérez y a su esposa, Blanca Rodríguez de Pérez, a su familia, así como a su entorno (también contábamos todos los que de alguna manera formábamos parte) las reacciones fueron muy solidarias, las internacionales bastante precisas, muchos políticos valientes dieron la cara, otros no aparecieron, y existe un buen número de anécdotas bien reseñadas en los medios. De ello haré un recuento a la manera de un ejercicio de recordatorio de este aciago día para Venezuela, 4 de febrero de 1992. Algo insospechado. Aunque se lee que se hablaba de un golpe anunciado, en mi existencia, a pesar de las evocaciones remotas cuando la caída de Pérez Jiménez nunca imaginé que viviría un golpe de estado, ni mucho menos que sería parte de él. Los titulares de la edición extraordinaria del Nacional, la cual conservo (me costó 20 bolívares), ese día reseñaban: “Se rindió el jefe de los golpistas”, “Frustrado asesinato a Pérez”, “CAP se le fugó a los golpistas por estacionamiento de Miraflores”
Fotos de Jesús Castillo ilustraban el reportaje de Víctor Rodríguez: “La larga noche del Presidente”, relato desde el arribo de CAP a Maiquetía, hasta su llegada a Venevisión, pasando por el momento de ser sacado del Palacio por el Jefe de la Casa Militar, Mario Ivan Carratú, protagonista de esta historia, testigo fiel del trayecto y sus horas, cuando se defendía la democracia venezolana. CAP daba su primer mensaje sin protocolo ni bandera de Venezuela ni edecanes como backing al fondo. Al cabo de unas horas, ya en su despacho durante su tercer mensaje se retomaba la majestad presidencial y veíamos a un Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas firme anunciando que la situación se estaba normalizando rápidamente. Humberto Celli de AD, fue categórico, Fedecámaras dio su respaldo al gobierno, el Banco Central suspendió actividad en el mercado de las divisas. Andrés Velásquez, en ese entonces gobernador de Bolívar, garantizó que las empresas básicas de Guayana estaban operando con tranquilidad y también fue solidario con la institución democrática.
El Secretario General de COPEI, Eduardo Fernández casi seguidamente a la alocución presidencial, se pronunció en el mismo canal de televisión, condenando el hecho golpista al recordar que ninguna otra orden de ningún oficial de ningún nivel podía intentar quebrantar el juramento de lealtad que todos los soldados han dado a la Constitución Nacional, entre otras cosas mencionó que: “El prestigio internacional de Venezuela nos reclama en este momento una actitud muy firme y patriótica. Defender la constitución. Los problemas en una democracia se resuelven con votos y no con balas’’ Un pronunciamiento valeroso que le costaría mucho posteriormente. Se lo cobró el oportunismo, pero hoy y mañana su gesto, se lo reconocerá la posteridad. A primeras horas de la mañana los militares rebeldes que tomaron la residencia oficial del gobernador del Zulia Oswaldo Alvarez Paz, liberaron a sus hijos, mientras el permaneció secuestrado unas horas más y el Arzobispo de Maracaibo, Domingo Roa Pérez, hacia un llamado enérgico a los sublevados para que depusieran su actitud.
Igual Aldo Cerdeño, gobernador de Falcón por el partido verde, repudiaba la intentona. El Batallón Blindado de Valencia, se mantenía alzado bajo el mando de un capitán. Se decía que los F16 sobrevolaban en Valencia las instalaciones tomadas por los rebeles, el Aeropuerto de Barcelona no permitió la entrada de los empleados ni público. En ese tiempo era el titular de la Oficina Central de Información, Andrés Eloy Blanco y luego de la reunión de urgencia del Consejo de Ministros, le correspondió leer el decreto presidencial donde se suspendían en todo el territorio nacional las garantías constitucionales. El Ministro de la Defensa Fernando Ochoa Antich, en Fuerte Tiuna negociaba y ya el mundo rechazaba el intento del Golpe de Estado en Venezuela. Dieciséis Presidentes de América Latina firmaron un comunicado condenando la rebelión, divulgado por el gobierno de César Gaviria. España emitió dos comunicados señalando que esperaban que se reestableciera la democracia, la Internacional Socialista ofreció apoyo incondicional, Brasil expresó solidaridad, era mandatario Fernando Collor de Melo.
Nicaragua también condenó la asonada, el rey Juan Carlos y Bush padre llamaron a CAP por teléfono. Francia desaprobó la tentativa castrense, Italia estuvo en contacto permanente con su embajador en Caracas, Paolo Bruni. Menen declaraba que lo importante fue que el presidente salvó la vida. A Jesús Romero Anselmí le tocó dar cobertura y escribir en términos de rebeldes, de batallones insurrectos y de hasta ataque simultáneo, en fin. Escribía que mientras en el Canal 8 no habían acciones cruentas, el balance del operativo ejecutado por tropas leales al gobierno de Carlos Andrés Pérez en Miraflores era de un promedio de 14 muertos y de 300 militares presos en los sótanos del Palacio Blanco. “Por primera vez en los golpes de estado, desde que funciona en Palacio el Poder Ejecutivo, ingresaron tropas alzadas hasta la antesala del despacho presidencial. Las paredes, puertas, jarrones, incluso las chaguaramas del jardín central, muestran los resultados de los tiroteos. Los proyectiles entraron al Salón Sol del Perú y destruyeron unos de los antiquísimos espejos.”
En la residencia presidencial permanecía Blanca Rodríguez de Pérez con su hija Carolina, sus dos nietos: Jacinto el hijo de Marielos, y Carlos Andrés, el hijo de Thaís, así como Chabita su hermana mayor. El comandante Bacalao era el Jefe de la Guarda y Custodia de la familia presidencial y Antonio Aguinagalde, el jefe de la escolta civil, quien con otros funcionarios de la Disip y los Guardia de Honor (los soldaditos) algunos de ellos entrenados para ser mesoneros fueron quienes defendieron la Casona. Llamé a un teniente coronel que había sido edecán de la primera dama para que le avisara al Comandante de la Guardia Nacional, pero no pudieron llegar los refuerzos prometidos, aunque si la Policía de Sucre que envió Enrique Mendoza, recuerdo que eso se lo comentó Carmen de Pacanins a doña Blanca. Hubo muertos y muchos heridos atendidos por la primera dama, por ella misma rompiendo sábanas para hacer torniquetes. Luego del control sobre Miraflores, de la residencia presidencial La Casona se escribió que había seguido tomada por unas horas más. Y así fue. Hubo plomo parejo.
Recuerdo que José Vicente Fossi y también Tite Oteysa cuando me llamaron a la oficina, a mi teléfono privado, les atendió el militar que asaltó la residencia y esto lo escribe Jesús Eduardo Brando en esta edición especial: “…el informante llamó nuevamente esta vez al despacho de la asistente de prensa de la señora de Pérez la periodista Marta Colmenares, pero le atendió alguien que sólo se identificó como el Capitán Rodríguez. El oficial le aseguró que doña Blanca estaba bien y que no tenía de que preocuparse para colgar inmediatamente’’. Es verídico, el usaba mi teléfono para comunicarse e incluso pactar la tregua con el comandante Bacalao, y atender los heridos de lado y lado. En realidad eran mas de 70 muertos los que ingresaban a hospitales declarados en emergencia. El transporte público y Metro paralizados hasta media mañana. El Presidente de la Federación de Asociaciones de profesores Universitarios, aunque deploró la abolición de los derechos de la Carta Magna, también enfatizó que era hora “que el Ejecutivo nacional pueda darle un viraje a la política económica…”
Fue muy reproducida la foto de Alí Gómez y el famoso Comandante que momentos antes, luego de haber salido de su escondite en el Museo de la Historia para rendirse, había pronunciado el “por ahora’’. Con estos hechos se desataría la desventura de nuestro país y la de todos esos diablos sueltos que a costa del golpe se apropiaron del país para traerlo hasta acá, pasando por los que salieron ese día a justificarlo como bien lo hizo el ex-presidente que mas ha odiado a su homólogo Carlos Andrés Pérez. Y hoy aquí cargando con la desventura de un hombre golpista fracasado, ahora presidente. Un ser demoledor y destructor en potencia, fundamentalmente inconcluso, fiel expositor de los anti-valores y el deshonor, capaz de repetir las más grandes mentiras en los más grandes escenarios, capaz de avergonzar, abochornar y denigrar de su adversario, incompetente, incapaz de generar beneficios o algo que respire bienestar. Un golpe de verdad no la farsa del 11 de abril cuando al presidente viéndose descubierto por los crímenes a los marchistas que iban por la libertad le tocó renunciar.
Otros periodistas como Pedro Estacio, Aliana Gonzalez, Hercilia Garnica, Graciela Garcia, Luis Alonso, Milagros Durán, Mariela Colmenares, Ildemaro Alguindigue y Felix Reyes corresponsales de Valencia y Maracaibo, la presencia de Virgilio Avila Vivas como Ministro del MRI garantizando absoluta normalidad pasadas las 10 de la mañana, también sobresalen en esta edición especial sobre el amanecer de un aciago día. Las gráficas de Frasso, de Pedro Estrada, de Carlos Rivodo, de Ernesto Morgado son inolvidables: la famosa tanqueta subiendo las escaleras de Palacio, la rendición de los rebeldes, Hilarión Cardozo y el expresidente Lusinchi tratando de entrar a Miraflores. Se apreciaron las colas en los supermercados aunque los comercios habían cerrado, los daños de las viviendas y vehículos del estacionamiento exterior de La Casona. Concluye la edición con una gráfica de Castillo que muestra a un funcionario de la Policía de Sucre muerto sobre el capót del carro y dice en su leyenda: “Una vida que se ofrenda a la aventura de algunos militares desadaptados’’
Martha Colmenares
Escrito en el 2004
El 4/febrero/92: “Así salvó su vida” CAP. Mario Iván Carratú lo cuenta en entrevista
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“El problema en Venezuela es que los poderes públicos son cabrones”
Habla Mario Iván Carratú Molina, jefe de Casa Militar durante el 4-F/92. “Perdimos la democracia, (…) las Fuerzas Armadas fueron destruidas”, afirma el vicealmirante retirado.
Por Hiram Aguilar Espina
Versión Final
El vicealmirante (r) Mario Iván Carratú Molina habla con una franqueza que a veces resulta incómoda. Parece no estar dispuesto a decir lo que la gente quiere escuchar, sino sólo la verdad.
El 4 de febrero de 1992 recibió la artillería de los insurrectos en Miraflores, y a 19 años del “cuartelazo”, la realidad del país le hizo colgar la esperanza junto con el uniforme.
— ¿Cuál es su balance sobre los hechos ocurridos entre el 3 y el 4 de febrero de 1992?
— A 19 años de ese cuartelazo militar lo que queda es que perdimos la democracia, se han destruido las instituciones, el venezolano ha perdido calidad de vida, perdió la libertad, y enfrentamos un destructivo régimen totalitario, con un talante represivo desde el ámbito militar, policial, judicial y legislativo. Ese es el balance que tenemos ahorita. Aclaro que el cuartelazo no tumbó a Pérez, pero le dio un soberano golpe al sistema político. El golpe militar era parte del complot, que siguió trabajando hasta que sacaron del poder al Presidente, el 23 de mayo de 1993.
— ¿Por qué a Chávez se le permitió aparecer en TV con su uniforme, aunque la orden había sido otra?
— Por desconocimiento de la autoridad presidencial por parte del Alto Mando Militar, específicamente del ministro de la Defensa (Fernando Ochoa Antich).
— Entonces, ¿el ministro estaba entre los conspiradores?
—Hay varias conjeturas. La primera que te digo yo como militar; el militar no puede ser ambiguo, tiene que tener una posición definida. En esos días ya existían rumores de que iba a haber una movilización militar. El Alto Mando Militar no tomó las medidas de control. Eso no tenía por qué ordenarlo el Presidente de la República, era inherente al Alto Mando Militar y no lo hizo. Después de que las unidades militares salen de los cuarteles, automáticamente significa que el Alto Mando Militar no tiene autoridad sobre las Fuerzas Armadas, y al no tener autoridad, la Presidencia asumió el control de la operación militar para restablecer la democracia.
—El parte oficial fue de 17 muertos, ¿Cuántos son en realidad?
—En Miraflores fueron siete muertos, tres muertos en La Casona, es decir, diez muertos en total. Después hubo en La Carlota tres, y tres más por la parte externa de La Casona. O sea, un total de 25 muertos, aproximadamente, entre Caracas, el litoral, Valencia y Maracay, que fueron los sitios donde las unidades se alzaron. En Maracaibo también se alzaron, pero no hubo muertos.
—¿Entonces mienten quienes dicen que fueron alrededor de 50 los fallecidos?
—Los muertos no pasaron de veinte.
—¿Incluyendo civiles?
—Sí. Porque la movilización militar no tuvo enfrentamientos, solamente en La Casona, en La Carlota, en Miraflores y en la Disip. En Maracay, en el comando de la Policía; y en Valencia, en la Brigada Blindada. Ahí no hubo enfrentamiento con civiles, ni con otras fuerzas militares. Ninguna fuerza militar enfrentó a los conspiradores, ellos se rindieron.
—¿Pudiera ser mayor la cifra si se toman en cuenta los reportes de muertes de civiles por balas perdidas?
-Bueno, puede haber ocurrido que balas perdidas hayan impactado a un ciudadano, o una casa. Si te dicen que hubo mil muertos, como algunos dicen, eso es mentira.
—Es difícil precisar, además porque Cofavic y Provea no llevan registro de las víctimas del 4-F…
—Cofavic, independientemente de que hace una buena labor, no se ha dedicado a averiguar si no lo del ‘Caracazo’; los otros muertos, del 27 de noviembre y del 4 de febrero a ellos no les interesan, porque ellos creen que solamente eran militares y había una conspiración para tumbar a Pérez, entonces a ellos no les interesa desempolvar eso. Para mí, no son suficientemente honestos con la nación y con lo que ellos están diciendo que hacen.
Si tú eres una organización que se ocupa de averiguar los muertos que ocurren fuera de la ley, bien sea por el Gobierno, o por cualquier acción política en Venezuela, el cuartelazo fue una rebelión militar, Entonces, ellos tienen que averiguar los muertos, y la responsabilidad de la rebelión no solamente recae en Hugo Chávez, son los políticos, empresarios y medios de comunicación, que fueron los autores intelectuales de la conspiración.
—Chávez asumió la responsabilidad de la intentona, pero no actuó sólo. ¿Quiénes fueron los civiles tras el golpe?
—Los civiles fueron todas las élites políticas y sociopolíticas que querían sacar a Pérez del poder, medios de comunicación, nombrarlos a todos. Eran todos, Pérez estaba solo. Ahora, fíjate lo siguiente: cuando Chávez cae preso después del cuartelazo militar, no aparece ningún civil involucrado. Pero, después de que Chávez es presidente, en diciembre del 98, aparecen en el gobierno todos los civiles que estaban con él en la conspiración, José Vicente Rangel, Alfredo Peña, monseñor Mario Moronta, Abdón Vivas Terán, una cantidad de tipos que estaban metidos en el gobierno, y formando parte de la Constituyente. Ellos no llegaron porque eran los mejores, sino porque estaban comprometidos con Chávez.
—Si el alto mando militar conocía sobre la actividad conspiradora de Chávez, sabía de sus devaneos históricos en los que se autoproclamaba descendiente de próceres de la patria, entonces ¿por qué le permitieron llegar tan lejos?
—Porque había complicidad, y si no, había ineficiencia en el cargo. Te voy a explicar por qué: el Alto Mando Militar es un cuerpo colegiado conformado por siete generales, los cuatro comandantes de Fuerza; Aviación, Marina, Ejército y Guardia, el inspector de las Fuerzas Armadas, que es otro general; el jefe de Estado mayor, que es otro general; y el Ministro (de Defensa), son siete.
Esos siete generales tienen la tarea constitucional de preservar la seguridad de los venezolanos y la defensa militar del país. El golpe militar es un atentado contra la democracia, contra las instituciones, entonces entra dentro de la competencia del Alto Mando Militar, entonces no cumplió sus funciones, no defendió la democracia.
—¿Son más culpables que los propios golpistas quienes con su silencio cómplice permitieron el golpe?
—Yo no soy jurista, pero son corresponsables de lo que pasó esa noche (3 de febrero), porque cómo me explicas tú a mí que se movilicen más de 12 mil hombres, siete guarniciones se alcen en Venezuela y ellos no sabían. Y se sabía que Chávez era conspirador junto con su grupo desde el año 87, y no tomaron medidas, y la conspiración se levantó en la Academia Militar, y no sabían. Entonces, ¿a quién le meten esa coba? Otra cosa, la responsabilidad de ellos es frente a los ciudadanos, no frente al Presidente, porque el Alto Mando Militar no depende del Presidente, es la función ejecutiva del Presidente; pero el Alto Mando Militar es la cabeza institucional de las Fuerzas Armadas, a quienes les corresponde defender a los venezolanos. Así como antes tenían que hacerlo, hoy tienen que hacerlo.
—Después de 10 años del alzamiento, en el año 2002, no sólo permanecían impunes los delitos del 3 y 4 de febrero, sino que además Chávez convirtió aquel acontecimiento en fecha patria, ¿qué piensa al respecto?
—En un país donde no hay instituciones, donde hay una complicidad silente de todas las personas que conforman la estructura sociopolítica del país, que un Presidente de este talante haga eso y nadie le reclame significa que hay dos condiciones: una complicidad total o un temor total, y entonces una persona que tenga una función ejecutiva del Estado, que sea Poder Judicial, Tribunal Supremo, Asamblea Nacional, Alto mando Militar, partidos políticos, universidades, y permiten que el Gobierno haga eso, oye ¿cómo te explico yo? No los puedo acusar, pero es una carencia de valores éticos y morales desde el punto de vista político.
—¿Por qué la Fuerzas Armadas actuales no reaccionan en defensa de la Constitución de 1999?
—Simplemente porque fueron destruidas. Las Fuerzas Armadas no existen como valor institucional, son parte de un partido que dirige el Presidente de la República, así como dirige el Tribunal Supremo. Aquí le reclaman a las Fuerzas Armadas porque no reaccionan, pero yo te diría ¿y por qué no reacciona el Tribunal Supremo, que son 30 magistrados? ¿Por qué no reacciona constitucionalmente la Asamblea Nacional, que son 160 diputados? ¿Qué pasa, entonces necesitamos que reaccionen los militares con la punta de la bayoneta, para que se respete el Estado de Derecho?
—¿Está el G-2 cubano en control de la Fuerza Armada denominada “bolivariana”?
—No. Las Fuerzas Armadas están en control del Presidente, lo que pasa es que el Presidente le asigna tareas a algunos cubanos para que dirijan las Fuerzas Armadas, y los militares no tienen cómo responder a eso.
-Durante su carrera como militar activo ¿supo usted de nexos entre las Fuerzas Armadas, el Gobierno y el narcotráfico, tal como parece ponerlos en evidencia ahora Walid Makled?
-Yo no conocí sobre eso en ese entonces, porque en ese entonces había unos organismos muy importantes, que eran la Conacuid, la Disip, la DIM y la Guardia Nacional, que tenían una lucha continua contra el narcotráfico y el crimen organizado a nivel nacional. Si se habían infiltrado en las Fuerzas Armadas, nunca se supo. Pero es que el problema no es que estén infiltrados, sino que los militares no combaten en la frontera ni a los guerrilleros, ni a los irregulares, ni al narcotráfico.
— Pero ahora los venezolanos que habitan en frontera se quejan no sólo de que no los combaten, sino que andan de la mano…
-Bueno, porque esa es política de Estado, y la política de Estado la define el Presidente, no los militares. Los militares obedecen a la política de Estado, y ésta se define en los tres poderes constitucionalmente hablando; Tribunal Supremo, que es el Poder Judicial; el Poder Legislativo y el Poder Ejecutivo. Del Poder Ejecutivo dimanan las órdenes para que los militares actúen, no son autónomos. Eso no quiere decir que descarguen las responsabilidades, ojo. Pero el problema de lo que está ocurriendo en Venezuela no es de competencia militar, es de competencia de los poderes públicos, que no actúan que son cabrones, que son cómplices.
— ¿Chávez entregará el poder si resulta derrotado en las elecciones de 2012?
— No.
— ¿Cuál sería el escenario?
— Nada. Todo el mundo pa’ su casa. Chávez no va a entregar el poder.
— ¿En qué se traducen las declaraciones de Rangel Silva, que dijo no aceptaría un Gobierno que no fuese el revolucionario, y aseguró estar casado con la revolución?
— Lo que dijo el general Rangel Silva es un irrespeto a la autoridad constitucional del ministro de la Defensa, que permitió que ese general hablara de esa manera, Aquí lo que procedía es que ese general fuera destituido y pasara a juicio, pero si el Presidente lo apoya, ¿quién le pone el cascabel al gato? Ellos pueden decir lo que les da la gana y no les pasa nada, aquí no hay valores institucionales, no hay equilibrio de poderes, sino abuso de poder, aquí hay totalitarismo.
— ¿Cuál es la posición del Gobierno de EEUU? ¿Le conviene que el desbarajuste en el país continúe y hasta siga creciendo?
— Yo creo que cada Estado es responsable de lo que ocurre dentro del Estado. A los americanos me imagino que les llama la atención la forma como se ha degradado la democracia en Venezuela, pero a los americanos y a los países de América Latina lo que les interesa es que en Venezuela haya paz, que no haya violencia y que haya seguridad hemisférica. Lo que sí les interesa y les preocupa a los americanos es la presencia de iraníes en el continente, de grupos terroristas, eso es lo que le preocupa a los gringos.
— Pero tenemos el caso de Cubillas, que no es del período de Chávez, sino de tiempos de Carlos Andrés Pérez…
— Está bien, yo no digo que no… Oye… ¿Cómo te digo? Cuando esos señores llegaron a Venezuela, los cuerpos policiales, el Gobierno venezolano y la Embajada española les pusieron unas tareas aquí. Ellos no podían meterse en política, pero desde el año 93, cuando se fue Caldera del poder, esos señores están libres en Venezuela haciendo lo que quieren, y ahora con este Gobierno siguen haciendo lo mismo, o seguían, hasta que fueron descubiertos.
— Pero esta gente incluso porta credenciales otorgadas por el Gobierno…
— Bueno, eso es problema del Gobierno, ¿quién le dice al Gobierno que no haga eso? ¿A dónde vas tú a denunciar al Gobierno? Eso es un problema de autoridad, de justicia, de respeto institucional. Es que tú me estás preguntando como si estuviéramos en democracia, ¿tú no te has dado cuenta de que esto no es una democracia? Los dictadores hacen lo que les da la gana.
— ¿Cómo se reflejan en Venezuela los acontecimientos de la Cuba actual? Con un gobierno que prácticamente admitió, después de medio siglo, el fracaso de sus políticas?
— Aquí, lamentablemente hay dos Venezuelas. La que rechaza el comunismo y la que lo aprueba. Para unos es criticable, y para otros es lamentable, el problema es que no hay reacción, la gente está pasiva, los grupos políticos no discuten eso, solamente compiten por sus intereses de grupo o personales, pero no luchan por los intereses del Estado venezolano.
— ¿Cuál sería la salida?
— La salida que yo veo es que la sociedad reaccione.
(Se puede visualizar la versión impresa por este pdf)
- Reseña de la edición de El Nacional el 4F/92: Así salvó su vida. CAP se le fugó a los golpistas por estacionamiento de Miraflores.
Señala que Iván Carratú Molina (lo ponen como general), en ese entonces era contralmirante, jefe de la Casa Militar, “tomo al Presidente de un brazo, lo cubrió con un sobretodo y lo condujo a los estacionamientos de la parte trasera.
Lo montó en un vehículo oscuro, de esos normales y se lo llevó por La Pastora arriba. Tres semáforos violaron. A gran velocidad subieron por la Cota Mil y en La Florida sortearon Las Palmas arriba hasta llegar frente a los estudios de venevisión. Un buen rato mantuvo escondido el general Carratú al Presidente, En la casa de enfrente, un hotel de una estrella, esperaron que les dieran luz verde para cruzar la calle. Grabó allí su primer mensaje, entre el nerviosismo que provoca el sentirse sin la protección y la parafernalia propia que rodea a un jefe de Estado.
Desde esa planta de TV, el Primer Mandatario se comunicó con el Ministro de la Defensa, Fernando Ochoa Antich y le exigio información sobre los sucesos en todo el país. El general le contestó que esta parlamentando o negociando con los rebeldes que habían tomado Miraflores. Pérez le ordenó en tono muy firme: no quiero negociaciones de ninguna índole. ¡Echéles plomo!¡Quiero ir ya para Miraflores!”.
Así lo cuenta la hemeroteca.
Martha Colmenares
Artículo “Caldera: golpe desleal a la Democracia” y su discurso del 4F/92 en video
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Fotos inéditas. Ellos defendieron La Casona de los ataques cuando el golpe del 4 de febrero de 1992
febrero 03, 2011
Caldera: golpe desleal a la Democracia
Por Baldomero Vásquez Soto
El venidero 4 de febrero se cumplen 19 años del golpe militar fallido contra el régimen democrático que ejecutara el actual Presidente de la República, Hugo Chávez Frías. Es el mismo lapso de tiempo que nos separa de otro acontecimiento histórico: el discurso que aquel día pronunció el ex-presidente Rafael Caldera ante el Congreso Nacional para referirse a la intentona golpista. Consideramos que el mensaje de esa pieza oratoria, expuesta en aquellas circunstancias, hizo un daño irreparable a la democracia venezolana y en él centraremos nuestra reflexión.
Las herramientas conceptuales con las que vamos a analizar el mencionado discurso, las hemos tomado del libro de 1978 del politólogo Juan Linz: “La quiebra de las democracias” (1). En dicho texto, agrupa Linz los distintos tipos de oposición de acuerdo con su grado de compromiso con el sistema democrático. Según este criterio de homogeneización, los opositores a un régimen democrático entran en alguna de estas tres categorías: “Oposición leal, desleal y semileal”.
La “oposición leal” es la de los partidos que adversan al partido de gobierno, al cual aspiran sustituir pacíficamente por vía electoral, y que se consideran parte del sistema democrático; por tanto, están comprometidos incondicionalmente con la defensa de sus bases morales, legales e institucionales. La oposición leal se pone a prueba en situaciones de grave crisis porque está dispuesta a sacrificarse por la democracia para preservarla y evitar su caída.
La “oposición desleal” es la que ejecutan todo tipo de organización política con el objetivo destruir, incluso por vía violenta si tienen que hacerlo, el régimen político democrático. Es una oposición antisistema que actúa dentro del sistema democrático, aprovechando las garantías legales, con la finalidad de derrocarlo. La experiencia ha demostrado que la oposición desleal crece en las épocas de crisis, ya que atiza al máximo los conflictos, escandaliza con las denuncias de corrupción, manipula con el empobrecimiento de los pobres y el enriquecimiento de los ricos, etc. Su interés es convertir los conflictos sociales en insolubles para achacarle la ineficacia en resolverlos a toda la institucionalidad del régimen democrático (gobierno, parlamento, tribunales de justicia, partidos políticos).
Como bien apunta Linz, independientemente del riesgo que ello significa, ningún régimen democrático, “que por definición permite la articulación y organización de toda tendencia política”, puede existir “sin oposición desleal” (Componente que explica la existencia de partidos comunistas –opositores desleales por definición- en todas las democracias occidentales).
La “oposición semileal” la realizan los partidos que no tienen por objetivo destruir la democracia, pero que al actuar con ambigüedad y oportunismo frente a ella, sobre todo en los momentos de crisis, terminan beneficiando los intereses de la “oposición desleal” y contribuyendo al derrumbamiento del sistema.
El discurso del ex–presidente Caldera como opositor semileal
Citemos otra idea de Linz que juzgamos de gran valor para nuestro análisis, ya que nuestro planteamiento central es que el mencionado discurso del ex-presidente Caldera fue pronunciado desde el campo de la “oposición semileal” al sistema democrático:
“Un indicador de conducta semileal…es la disposición a animar, tolerar, disculpar cubrir, excusar, o justificar las acciones de otros participantes que van más allá de los límites de las pacíficas y legítimas pautas de conducta en una democracia…La violencia política, el asesinato, las conspiraciones, los golpes militares fallidos y los intentos revolucionarios sin éxito son situaciones en las que se pone a prueba la semilealtad.”
Lo primero que llama la atención del discurso del ex-presidente Caldera, y que marca su tono, es la frase con la que inicialmente se refiere al golpe militar: “el deplorable y doloroso incidente de la sublevación militar” (2). Con el calificativo de “incidente” reduce, prácticamente, a la nada el cuestionamiento al golpe de estado.
A renglón seguido, se dirige a criticar al gobierno por plantear que el golpe militar tuviese como objetivo el magnicidio. Afirmó que: “…no estoy convencido de que el golpe felizmente frustrado hubiera tenido como propósito asesinar al presidente de la república. Yo creo que una afirmación de esa naturaleza no podría hacerse sino con plena prueba del propósito de los sublevados. Bien porque hayan confesado o bien porque exista otra especie de plenas pruebas que difícilmente creo se puedan haber acumulado” (Qué opinión tendría el ex–presidente Caldera de las acusaciones de magnicidio que en contra de la oposición hace con frecuencia el Presidente Chávez en su programa de TV, donde nunca se presentan pruebas ni se procede a abrir ninguna investigación).
En otro segmento, tras la ambigua frase “los graves hechos ocurridos en el día de hoy en Venezuela”, agrega que “esa gravedad nos obliga a todos, no sólo a una profunda reflexión sino a una inmediata y urgente rectificación”. Rectificación que exige al Presidente, pues expresa que pidió la palabra para: “Transmitirle desde aquí al señor presidente de la república y los dirigentes de la vida pública nacional, mi reclamo, mi petición, mi exigencia, mi ruego, en nombre del pueblo venezolano, de que se enfrente de inmediato el proceso de rectificaciones que todos los días se está reclamando”. Planteamiento favorable a los militares golpistas que habían levantado las armas de las Fuerzas Armadas en contra de la constitución y la democracia; pero nefasto para los militares leales al sistema democrático que arriesgaron su vida para defenderlo.
Al entrar el ex-presidente Caldera en consideraciones de mayor profundidad, señala que la causa más importante de la estabilidad de la democracia venezolana ha sido: “la decisión del pueblo venezolano de jugárselo todo por la defensa de la libertad, por el sostenimiento de un sistema de garantías de derechos humanos, el ejercicio de las libertades públicas que tanto costó lograr a través de nuestra accidentada historia política”.
Argumento de un inequívoco contenido principista a favor de la democracia que era necesario continuar sosteniendo, pero que, lamentablemente, el ex-presidente inmediatamente desvalorizó -evadiendo su responsabilidad con el país y consigo mismo como líder histórico y constructor insigne de nuestro sistema democrático- diciendo: “Debo decir con honda preocupación que la situación que vivimos hace más de treinta años no es la misma de hoy”…“no encuentro en el sentimiento popular la misma reacción entusiasta, decidida y fervorosa por la defensa de la democracia”…”no hemos sentido en la clase popular, en el conjunto de venezolanos no políticos y hasta en los militantes de partidos políticos ese fervor, esa reacción entusiasta, inmediata, decidida, abnegada, dispuesta a todo frente a la amenaza contra el orden constitucional”.
Y, por si eso fuera poco, añadiría la conocida frase que no debió pronunciar nunca: “Es difícil pedirle al pueblo que se inmole por la libertad y por la democracia, cuando piensa que la libertad y la democracia no son capaces de darle de comer”. Planteamiento inconsecuente con la larga trayectoria democrática del ex-presidente, y que, como hemos dicho, es propio de las oposiciones desleales que atacan a la democracia por la ineficiencia del gobierno para derrumbarla; pero sobre la idea el ex-presidente Caldera se explaya: “no podemos nosotros afirmar en conciencia que la corrupción se ha detenido, sino que…se está extendiendo progresivamente, que vemos con alarma que el costo de la vida se hace cada vez más difícil de satisfacer para grandes sectores de nuestra población, que los servicios públicos no funcionan…Que el orden público y la seguridad personal…tampoco encuentran un remedio efectivo”.
Llevó tan lejos ese argumento, que lo utilizó para objetar la solidaridad expresada por los presidentes Bush, Mitterrand, Felipe González y otros, con nuestra democracia frente al golpe de Estado. Estas fueron algunas de sus palabras: “Yo quisiera que los señores jefes de Estado de los países ricos que llamaron al presidente Carlos Andrés Pérez para expresarle su solidaridad en defensa de la democracia entendieran que la democracia no puede existir si los pueblos no comen”.
El papel de la oposición semileal tiene tanta importancia en el derrumbamiento de los sistemas democráticos que para Linz explica, “el proceso de la quiebra (de las democracias) casi tanto como el papel de la oposición desleal”. Para desgracia de los venezolanos, en su mensaje del 04 de febrero de 1992, el ex-presidente Caldera colocó su legitimidad carismática, siempre leal con los valores de la libertad y el pluralismo, del lado de la oposición desleal que perpetró el golpe de estado. Sus palabras infringieron una herida moral a las bases de sustentación del sistema democrático, contribuyendo en gran medida a que los militares golpistas de 1992 tomaran el poder por vía electoral seis años más tarde. Su actuación fue contraria a la que tuvo como Presidente en 1968 con el proceso de Pacificación, política con la cual tendió la mano para incorporarlos al régimen democrático a la oposición desleal derrotada en la aventura guerrillera de los 60.
Ubicándonos en el presente, seria una necedad negar las crecientes probabilidades de derrumbamiento de la democracia venezolana. Aspiramos a que la profundidad de las raíces de ésta en el alma de los venezolanos, impida semejante tragedia para nuestro pueblo. Si así ocurriera, paradójicamente, se reivindicaría la figura histórica del Dr. Caldera, pues a la solidez de esas raíces dedicó la mayor parte de su vida: fue firmante del Pacto de Punto Fijo, corredactor de la Constitución de 1961 y fundador de un partido leal como COPEI.
1) LINZ. J. La quiebra de las democracias. Editorial Alianza Universitaria. 1996.
2) http://www.analitica.com/bitblio/caldera/4f.asp
17/1/2011
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