Santa Escolástica
Texto tomado del blog "Por Cristo con El
y en El" del Padre Beda Hornung,
Monje benedictino de la Abadía
"San José" Güigüe. (Edo.Carabobo)
En la Vida de San Benito, escrita a comienzos del siglo séptimo por el Papa San Gregorio Magno, hay una escena muy bella, que nos habla del encuentro del Santo con su hermana Escolástica. Para los que no la conocen, la resumo brevemente: Benito se encontraba cada año con su hermana Escolástica, “pasando el día entero entonando las alabanzas de Dios y entretenidos en santas conversaciones”. Al caer la noche, volvía a su monasterio. Esta vez, su hermana insistió en que se quedara con ella, cosa a que él se negó rotundamente. Tenía que volver al monasterio. Su hermana le pidió a Dios, en oración con lágrimas, y Dios la escuchó. Se desató un aguacero tan violento que nadie pudo salir afuera. A regañadientes, Benito se quedó con su hermana. Así pasaron toda la noche en vela, “en santas conversaciones sobre la vida espiritual, quedando cada uno gozoso de las palabras que escuchaba a su hermano. No es de extrañar que al fin la mujer fuera más poderosa que el varón, ya que, como dice Juan: Dios es amor (1Juan 4,16) y, por esto, pudo más porque amó más” (Lucas 7,47).
Con esta frase lapidar, San Gregorio nos introduce en el misterio de la relación entre un santo varón y una santa mujer, en lo sublime que puede ser la relación entre un varón y una mujer.
Pero, ¡no nos engañemos! Donde un varón y una mujer se encuentran, allí las tendencias naturales, desde el más profundo de nuestro inconsciente, tienden a aflorar. San Benito había recorrido todo un camino de crecimiento para poder llegar a este encuentro con la mujer bajo la figura de la hermana. A lo largo de la Vida de él, San Gregorio Magno nos describe escenas donde Benito creció.
Primero está la separación de la figura materna, representada por su nodriza que lo había acompañado durante sus años de estudio en Roma, y después en Affide. La deja en la madrugada, sin decirle nada. La independencia y la libertad no se piden ni se negocian. El hombre tiene que aprender a valerse por sí solo, sin muletas.
Pero eso no es todo; por más que estemos en la soledad, llevamos el mundo dentro de nosotros. En la cueva de Subiaco, adonde se había retirado como ermitaño, recordó un día la imagen de una mujer que había visto hace tiempo. Frente a esta tendencia de vivir en la fantasía, buscando el placer fácil e inmediato, él fija su mente y su corazón en la dura realidad que vive, cosa que puede experimentarse como revolcárse entre espinos.
Más tarde, un vecino celoso envió al recinto del monasterio que había construido mientras tanto, unas jóvenes a bailar allí desnudas, para hacer caer a los monjes. Es la imagen de la mujer que tiene intenciones claras de desviar a otros de su propósito y su compromiso. Con ella no puede haber diálogo. Benito simplemente se retira.
Así, anclado firmemente en Dios, es capaz de este encuentro hermoso con la mujer como hermana. En el centro de atención ya no está la otra persona, sino Dios.
Parece que es la mujer que siempre le abre al hombre una dimensión más allá de lo inmediato y superficial, para bien y para mal. Lo puede engañar, para llevarlo a lo más bajo y mantenerlo en la esclavitud de los instintos animales, y lo puede elevar a lo más alto, como lo vemos en el caso del encuentro entre Benito y Escolástica.
Vemos en este encuentro también algo de la relación entre estructuras y relaciones personales. Benito había organizado su monasterio de tal manera que todo les facilitara a sus monjes la relación con Dios, eliminando distracciones. Al caer la noche, Benito quiere volver a este amiente. Escolástica le enseña que se encuentra a Dios no sólo en las estructuras, por más nobles que sean sus fines, sino también, y sobre todo, en la relación personal, lo que exige flexibilidad. Como diría la Biblia: el hombre está por encima del sábado, no al revés (Marcos 2,27).
Vale la pena indagar un poco en el significado del nombre “Escolástica”: este nombre viene de una palabra del griego antiguo, "schola" que significa ocio, tiempo libre, libre de compromisos, trabajos y ataduras. No es la ociosidad en el sentido negativo, sino un tiempo libre y reservado para poder dedicarse a algo, como leer, estudiar, a cultivar una relación personal. De allí, nuestra palabra "escuela": no trabajar, para tomarse el tiempo para estudiar. Así, Escolástica es una mujer libre de ataduras, para poder dedicarse “con todo su corazón, con toda su alma, y con todas sus fuerzas” a Dios (Deuteronomio 6,5). Recuerda un poco a María, la hermana de Marta, que se pone a los pies de Jesús, para escucharlo (Lucas 10,38-42).
Benito, por esta entereza interior, era un hombre sano, tan sano que pudo irradiar sanación incluso después de su muerte. Cuenta San Gregorio, que un día, una mujer enajenada que estaba errando por aquella región entró en la cueva donde Benito había estado como ermitaño, para pasar allí la noche. Al día siguiente, se despertó, encontrándose en su sano juicio. El hombre, íntimamente relacionado con Dios, puede sanar a una persona que anda errando sin saber qué está buscando. Y ya no es el hombre quien sana, sino que es Dios quien se manifiesta en este hombre, incluso cuando éste ya está muerto; porque, al final, todo es obra de Dios que fluye a través del hombre. Por eso, Gregorio llama a Benito muchas veces “el varón de Dios”.
Abadía Benedictina "San José". Obra del
Arq. Jesús Tenreiro que recibió el Premio
Nacional de arquitectura 1991
y el premio de la Bienal del Colegio de Arquitectos de
Venezuela en 1998. Esta abadía fue inaugurada en 1990
por el Cardenal José Alí Lebrun y su construcción se llevó
a cabo en cuatro años.
NOTA de Josefina: Tuve la gracia de ingresar a
la Abadía "San José" de Güigüe después de una
enfermedad, el 17 de febrero de 1992 y conocer
a sus monjes, en especial al Padre Beda y al enton-
ces Abad Dr. José María Martínez quien me acogió
como discípula, según la Regla de San Benito que
contempla la hospitalidad en los monjes hacia los
peregrinos, según ciertas normas benedictinas. Mi gran
problema era el desamor a mi misma, producto de aban-
donos paternales y estricta crianza, y esa noche me
asignaron la habitación 7 de las 16 que hay en la Hos-
pedería del Monasterio, señalada con el nombre de
Santa Otilia, Patrona de la Congregación benedictina
alemana a la que pertenecen nuestros monjes,
pues la Orden de
San Benito es un Gran Tronco del que se desprenden
ramas unidas todas por la Regla de San Benito.
Justo a eso de las 2 a.m. el
escuchar campanas de verdad en el día y el silencio
absoluto que reinaba en el lugar, me conmovió mucho
y cansada lloré pidiéndole a Dios ayuda, ya que
había transitado muchas Escuelas espirituales y caminos
buscando paz a mi alma que aunque nadie lo creía,
estaba atormentada. A esa hora juro que vi una Luz
que iluminó mi habitación y escuché estas palabras:
"Pero si Yo te amo"...Como no me he creído nunca
vidente, ni me ha caracterizado un amor por lo irracional,
todo lo contrario he sido muy crítica con esas posturas,
al día siguiente salí disparada a hablar con el Abad sobre
lo vivido, y él lo tomó como un hecho normal, ya que a
lo largo de la historia, en los monasterios y abadías bene-
dictinas han sucedido grandes conversiones. A partir
de ese hecho comencé a trabajar en la Abadía
mezclándome con los monjes de una manera super
normal, estudiando
la cristiandad desde sus orígenes y la historia de la orden
benedictina desde su fundación, teniendo hasta el presente
al Abad Martínez como "maestro". He sido una mujer laica,
que NUNCA ha sido "curera" ni he pensado meterme a monja,
todo lo contrario a lo largo de esos años he sido esposa,
madre y abuela
que desde 1992 ha vivido una experiencia entre monjes,
hombres "normales" y yo única mujer, donde y con los
que para muchos será insólito, he comprendido el valor
de la verdadera femineidad y no poniéndome faldas largo-
tas, quitándome el maquillaje o volviéndome fea, para no
tentarlos, todo lo contrario, algunos eran muy buenmozos
y atractivos y su trato tan llano que veía hombres laicos
con más prejuicios y traumas. Lean la reflexión del P.
Beda y verán por qué.
Por eso no acepto la versión que Humberto Eco dió en
su archiconocida novela "El nombre de la rosa" sucedida
en una Anadía benedictina del Medioevo donde al final
deducimos por el monje benedictino ciego encargado de la
biblioteca que “La risa saca el miedo, el miedo es el que
hace creer, y si traemos el miedo traemos la fe”. Además
la muchacha que enseña a Adso el amor, es una pobre
bruta, sin bañarse, una animalito pues, símbolo de
pecado y eso no lo viví yo en Gúigüe cuando entré joven
y buenamoza. Comento ésto porque es lo que
me pareció que quiso decir aquel hombre ciego.
fanático.
Es que no debían reir, por no poner en entredicho
lo que decían las Escrituras, porque al estar en un
estado “maligno” podían interpretar mal lo que
verdaderamente nos querían decir, los libros
prohibidos.
Mi experiencia en Güigüe fue de libertad y conoci-
miento y la relación de San Benito y su Hermana
Santa Escolástica, lo que expresa tan bien el P. Beda.
Gracias a los monjes benedictinos por su amistad probada
en muchas formas, su apoyo y sus enseñanzas.
Hoy también cumpliría años una mujer
alemana de vida
muy interesante a quien el mundo de la
radiestesia en
Venezuela le debe mucho:
Elizabeth Diederichs que
que fue como una "madre" para mi
El "DON" de Buscar Agua
y de quien reproduzco esta entrevista.
Me coloco en un punto donde puedo ver alrededor mío y pregunto, por ejemplo: -¿Dónde está la veta de agua menos profunda? ¿Donde está la veta de agua con un mínimo de 10 litros por segundo? ¿Dónde está la veta más grande 50 metros alrededor mío?...
Con una varita de “Rabo de Ratón” detecta desde hace 43 años, aproximadamente, la existencia de aguas subterráneas para la perforación de pozos. Ha dictado gran cantidad de cursos con la finalidad de dar a conocer su “secreto” y legarle algo útil a la humanidad.
El día que mi esposo Bruno decidió perforar un pozo de agua profundo en la hacienda y me dio una horqueta de Rabo de ratón, para luego indicarme que caminara en una determinada dirección, mi sorpresa fue grande al ver que la horquilla bajaba bruscamente en un lugar específico, tanto así que si no la suelto se quiebra en mis manos. Esto sólo podía indicar la presencia de vetas de agua subterránea y mi esposo, que lo aprendió de su padre, lo sabía. Esta afirmación la hace la señora Elisabeth Diederichs, una alemana nacida en la ciudad de Berlín en 1920 y con más de 43 años de residencia en la población carabobeña de Salom.
De esta forma, si se quiere primitiva, he buscado y localizado más de 1.000 puntos para perforar pozos profundos y con un 90% de efectividad han resultado en ríos subterráneos, no lagos subterráneos o niveles freáticos sino “ríos subterráneos”, porque el Radiestesista lo que percibe son radiaciones producidas por estas corrientes, las cuales por su lucha para encontrar camino en lo profundo de la tierra producen esta radiación por fricción. Esta sensitividad se puede desarrollar tanto, que se puede definir exactamente el ancho y la dirección de las vetas de agua. Y parece ser, hasta el momento, que el hombre es el “Instrumento más fino” que hay para determinar la existencia de los ríos subterráneos, porque él puede percibir las radiaciones, hasta profundidades de miles de metros, mientras que los instrumentos electrónicos más sofisticados no pueden medir bajo las rocas. En ocasiones puedo percibir esas radiaciones desde avionetas a 10 km de altura.
“En el año 1975, cursé estudios de radiestesia en Alemania, que me han permitido ser más sensitiva y poder captar hasta las radiaciones más finas y determinar el tamaño y la profundidad del caudal, además de la fuerza de la radiación (este trabajo es conocido como Raptomancia). Hoy en día ni siquiera tengo que caminar 50 metros porque la varita me indica a cuantos metros encuentro el agua”, refiere Elisabeth. En el presente, ya no utiliza la varita de “Rabo de ratón” porque esta debe ser fresca, razón por la cual ha sido sustituida por una varilla de metal. También lo puede hacer con un péndulo, ya que como ella misma dice “no es el instrumento sino la persona la que detecta la energía emanada por las vetas de agua”.
Hoy más que nunca se está trabajando en la radiestesia, que no es más que la sensibilidad para captar las radiaciones y vibraciones producidas por las corrientes de agua subterráneas o las vetas de metales radiactivos. Elisabeth ha orientado su trabajo en dos sentidos: Uno, buscando el agua y definiendo los puntos donde se debe perforar, y el otro es el denominado criobiología, que consiste en detectar las vetas de agua subterránea que producen radiaciones nocivas para la salud.
De cada diez personas, siete tienen problemas de salud y afirma con seguridad que en todas partes existen vetas de agua, aunque sean pequeñísimas, con vibraciones entre 0 y 10 hertz por segundo. Cuando dormimos -explica-, el cerebro está vibrando a 4 hertz, pero si hay una vibración de 10, por efecto de una veta subterránea, el organismo se recarga resultando nocivo para la salud. La vida en la tierra, depende del equilibrio electromagnético entre las radiaciones positivas del Cosmos y las negativas de la tierra. Cuando este equilibrio es perturbado, por ejemplo, con radiaciones producidas por las corrientes de agua subterránea, vetas de metales radiactivos o fallas geológicas las cuales intervienen en dicho equilibrio y son nocivas, tanto para la salud del hombre, como la de animales y plantas, ya que ellos sufren un desorden, al estar situados por mucho tiempo bajo esta influencia.
Este campo de interferencia geopático, es considerado hoy como un posible factor de primer orden en todo desarrollo de enfermedades, especialmente las crónicas. También hay publicaciones que explican en forma dramática, como el hombre puede reducir en un 50% las posibilidades de contraer enfermedades y que éstas se tornen crónicas, si evita los «peligros que vienen del sub-suelo». Y es tan fácil evitarlo: cambiando el sitio de la cama, porque sepa usted que estas vetas, generalmente tienen una anchura que no sobrepasa los 40 ó 70 cm, según mis experiencias, así que con sólo rodar un poco su cama o escritorio se podrá librar de ellas.
Pero ¿Cuál es el lugar más indicado para colocarla? Aprendiendo a manejar el péndulo podremos saberlo, nos dice la señora Elisabeth. Un simple anillo en un hilo puede servir, preguntando sobre la cama: ¿Es positivo o negativo para la salud? Una rotación en sentido de las agujas del reloj, es positivo y en contra del reloj es negativo. Si el péndulo no se mueve, no debemos desesperarnos, es sólo cuestión de tener la suficiente paciencia y concentración. Ya esto lo hacen en otros países como Alemania. Sin embargo, cuando yo empecé a difundir este conocimiento a través de los cursos y de mi libro “Radiestesia, salud y corrientes de agua subterráneas”, tuve ciertos problemas porque algunas personas se molestaron conmigo, incluso una de mis maestras de Alemania, porque eran secretos que no se debían revelar, pero yo consideré que ayudar a la humanidad a prevenir sus problemas de salud era mi misión en la vida. Por ello lo he estado haciendo desde que lo aprendí, de la misma manera que cuando conocí las flores de Bach me preocupé por investigar las flores de este país que pueden hacer el mismo efecto para no depender de las importaciones y, además, en este caso enseño a las personas para que ellas mismas aprendan a ubicar las esencias que necesitan.
A través de mis investigaciones he encontrado no sólo las flores equivalentes, sino que también he trabajado con otras especies no conocidas en la terapia de Bach. En mi libro “Flores para la curación”, realizado junto con la doctora Carmen Lee Torres, se enumeran las 60 flores que hemos estudiado, de las cuales 24 han sido investigadas por otras personas. Estamos hablando de flores por todos conocidas como son las flores de mango, lechosa, parchita, naranja, eucalipto, coqueta (muy buenas para la personas impacientes, rápidas de acción y pensamiento), de limón (excelentes para los muchachos que tienen dificultades de aprendizaje, debido a que estimulan el intelecto, promueven la concentración y la capacidad de memoria, hacen que las personas puedan motivarse para interpretar conceptos abstractos como las matemáticas), mientras que las flores de cayena, aguacate y auyama, descubiertas por Elisabeth, sirven para la estimulación sexual, pero no como afrodisíaco, sino como ayuda para poner a tono la sexualidad.
(Estas lecciones las dejó la sra. Diederichs para todos los interesados en esta área)
Publicado por Galileo
Radiestesia, salud y corrientes de agua subterranea
Autor: Elisabeth Diederichs
NOTA:El libro de Radiestesia, casi imposible de conseguir hoy día, de la Sra. Elizabeth Diederichs es digno de admiración, porque lo ha simplificado, para que cualquier lector entienda y comience la práctica sobre bases sólidas.-
Cuando la llammé por teléfono, comenta un lector,allá por el 2005, no podía creer que la llamaran de Buenos Aires, Argentina, lo tomó como una broma.Si alguna vez acceden al libro verán que no agrandé nada lo expuesto.-incluso existe una tesis de grado en Ingeniería aprobada en Chile oficialmente. Sumada a muchas otras aprobadas en la última década, como manifiesta la Sra. Elizabeth cuando menciona que, hoy dia, ha retomado vigor esta práctica con suficientes evidencias científicas que avalan la utilidad de su uso para muchos aspectos, incluida la Geobiología.-
Presidente actual de la Asociación Argentina de Radiestesia fundada en 1966.-
Entrevista por Internet al Presidente de la Asociación
Venezolana, Prof. J.R. MERCADO RIVERO.
(...)MR: Al principio fui autodidacta. Leí mucho al respecto, y
me pude dar cuenta que existe mucha paja y poco trigo en esa
literatura, en su mayoría "comercial"
Hubo un librito: "En el umbral del subconsciente"Ampliamente reconocidas son las esencias florales extractadas de las mismas flores, a través de procesos muy sofisticados con el fin de preservar su esencia, sus propiedades. Son prescritas por muchos médico a nivel mundial. Su origen proviene de civilizaciones antiguas y se dice que Platón y Sócrates buscaban el rocío depositado sobre los pétalos para un alivio de estados emocionales en desequilibrio.
Entre la mas conocida mundialmente están las Flores Bach. Se llama así a la serie de 38 esencias naturales extraídas de flores silvestres de la región de Gales, en Gran Bretaña, cuyas propiedades curativas fueron descubiertas por el galés Dr Edward Bach (1886-1936), médico, bacteriólogo, homeópata e investigador. “Su teoría era que las enfermedades físicas tienen un origen emocional y que si los conflictos emocionales subsisten por mucho tiempo, la enfermedad del cuerpo empieza a aparecer. De esta manera, al restaurar el equilibrio emocional, se resuelve la enfermedad física. Fue de esta forma que el Dr. Bach desarrolló la Terapia de las emociones.” Escribiéndole a un colega definía: “la enfermedad es una suerte de consolidación de una actitud mental y solo es necesario tratar tal actitud mental y la enfermedad desaparecerá”, para referirse a los estados negativos de la mente y de esas emociones que provocan desequilibrio y falta de armonía.
Las flores de Bach ofrecen una serie de alternativas para ayudar a equilibrar a los Niños Indigo, especialmente porque muchas de sus conductas, poco adecuadas y su rebeldía, pueden ser minimizadas con el uso de la flor que mas se semeje a la cualidad que se desea destacar en el chico. En todos los casos, las esencias florales no van a suprimir procesos repentinamente ni interferir en lo que cada niño venga a realizar, sino que van a armonizar al niño para suavizar los problemas con sus padres, así ellos podrán expresar sus dones y sus cualidades libremente y seguros de si mismos.
En Venezuela surgieron las llamadas “Flores para la Curación” extractadas de flores de plantas venezolanas o que se cultivan en nuestro país, concebidas por Elisabeth Diederichs, afamada radiestesista nacida en Alemania y residente en Venezuela desde el año de 1955, todas con aplicaciones similares a las Flores de Bach.
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