Razón del nombre del blog

Razón del nombre del blog
El por qué del título de este blog . Según Gregorio Magno, San Benito se encontraba cada año con su hermana Escolástica. Al caer la noche, volvía a su monasterio. Esta vez, su hermana insistió en que se quedara con ella,y él se negó. Ella oró con lágrimas, y Dios la escuchó. Se desató un aguacero tan violento que nadie pudo salir afuera. A regañadientes, Benito se quedó. Asi la mujer fue más poderosa que el varón, ya que, "Dios es amor" (1Juan 4,16),y pudo más porque amó más” (Lucas 7,47).San Benito y Santa Escolástica cenando en el momento que se da el milagro que narra el Papa Gregorio Magno. Fresco en el Monasterio "Santo Speco" en Subiaco" (Italia)

domingo, 20 de febrero de 2011

En materia de la preocupación "mayor" de la sociedad valenciana con excepciones es...

Sin críticas ni juicios, esa es la realidad igual que la

aspiración de casarse en Aruba, Santo Domingo o en
cualquier isla caribeña y renovar "promesas de ma-
trimonio en Las Vegas.

Obsesión por ser joven

ISABEL LANDA | EL PAÍS DE MADRID

La lucha por aparentar ser jóvenes ha llevado a las personas a practicarse liftings y aplicarse botox cuyo abuso trae como resultado un cambio en la expresión del rostro y de la mirada, uniformizando incluso un tipo de rostro poco expresivo entre los famosos. De vuelta de los excesos, ahora la tendencia es verse más joven pero con una apariencia mucho más natural. Ya hay varias arrepentidas que dejaron esas prácticas. Ellas sostienen que puede ser una adicción peligrosa que cambia a las personas.




Estrellas se arrepienten de haber abusado del botox

A Martin Scorsese le cuesta cada vez más encontrar actrices que transmitan emociones en los planos cortos. El director de cine estadounidense se ha declarado contrario al efecto que conlleva el abuso del botox y de los lifting que bombardean cualquier atisbo natural de comunicación no verbal. En Hollywood la plasticidad de las caras retocadas empieza a ser un inconveniente más que un bálsamo estético.

La batalla para parecer eternamente joven en un mundo cada vez más competitivo no solo atañe al ámbito del espec-táculo, también se libra en la calle, aunque los hombres y las mujeres, huyen ya de los excesos y buscan una aparente naturalidad. ¿Pero cuál es el precio de parecer más jóvenes? ¿Cuál es la edad que se quiere aparentar?


Las personas cada vez viven más años. En España, la esperanza de vida se ha elevado hasta los 78,55 años en los hombres y 84,56 para las mujeres en 2009. Además, la crisis del modelo social actual, que los expertos hablan de cambiante, líquido, instalado en lo reversible, lo provisional, hace un buen maridaje con las cirugías estéticas no invasivas. Se trata del ahora me pongo, ahora me quito. La creencia de que la felicidad consiste en tener un buen aspecto físico está muy implantada. Según los expertos, la sociedad occidental tiene sobrevalorados la juventud y el culto al cuerpo.



La actriz Nicole Kidman confesó hace poco en público que no solo había sido una asidua a las inyecciones de botox, sino que estaba arrepentida y que `no le había gustado el efecto`. La cantante Sharon Osbourne, esposa de Ozzy Osbourne, ya renegó hace un par de años de su adicción al botox. Llegó a temer acabar como `esa gente que parece que tiene el rostro planchado y congelado`.Testimonios de mujeres famosas y de a pie que empiezan a mostrar signos de arrepentimiento por la falta de expresividad en sus rostros tras hacer uso de infiltraciones de la toxina botulínica, más conocida como botox, evidencian una tendencia a la reflexión y abren un debate sobre la necesidad de verse jóvenes sin perder el valor de la expresión.

CADA VEZ MÁS JOVENES. No hay nada nuevo en el hecho de que las personas expuestas al público se retoquen, tampoco en que el resto de mujeres y hombres sigan los cánones de belleza que marcan el cine y la televisión. Lo que sí está cambiando es que cada vez se hace a una edad más temprana. Según un estudio realizado por la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética (Secpre), el 43% de las intervenciones quirúrgicas se realizaron a pacientes de 30 a 44 años, el 35% a aquellos de más de 45 y el 22% restante, a los menores de 30. En EE. UU, el 20% de las pacientes tiene menos de 34.



Hoy, crece el uso de materiales de relleno, aplicaciones con láser, mesoterapia y radiofrecuencia, técnicas menos invasivas con el cuerpo pero que buscan lo mismo: detener el paso del tiempo.

Hay una frase recurrente en las consultas de cirugía plástica: `Que sea natural`. Los pechos exagerados y los labios abultados son ya historia frente a la búsqueda de resultados más naturales y sutiles. Para el cirujano plástico Jaume Masià, la cirugía es cuestión de coherencia. El responsable de la Unidad Avanzada de Reconstrucción Mamaria, Microcirugía y Linfedema de la Clínica Planas, en Barcelona, cree que hace tiempo que se ha demostrado que los cirujanos plásticos no tienen una varita mágica. `Tener 50 años y querer aparentar 20 no funciona porque se ha visto que se pierde la naturalidad cronológica. Sí es verdad que antes se abusaba con los excesos. Se trata de mejorar y optimizar cada momento en la vida de las personas y que se sientan mejor consigo mismas`, explica Masià.

El cirujano plástico Juan Peña que lleva 30 años ejerciendo la profesión, asegura que los excesos son malos porque el sentido de la belleza es la armonía. `El criterio del médico es fundamental. Saber decir que no a un paciente a tiempo es una victoria, la fama no te la dan los pacientes que operas sino los que rechazas`.



Con la misma cara aunque ría o llore

La toxina botulínica (botox) es uno de los tratamientos antienvejecimiento más demandados actualmente. Según los especialistas, esta sustancia paraliza temporalmente los músculos evitando que se contraigan. De esta forma, se previene las arrugas y las existentes se suavizan hasta ser casi inapreciables. Adriana tiene 37 años y hace un año y medio probó a inyectarse botox encima de la ceja. Le gustó el efecto porque fue mínimo y por eso hace un mes lo repitió. Pero no resultó igual y se arrepintió desde el momento en que no sentía la frente. `Tengo la sensación de que se me ha hecho el ojo más pequeño. La gente me dice que no se nota mucho pero yo lo noto, pierdes expresividad. Hay que tener cuidado con esto porque hay gente que tiene mucho vicio y se les queda la misma cara ría, llore o esté seria. Eso me horroriza`, dice.

El País Digital