PÁJARO, ARTISTA PLÁSTICO
El peregrinaje metafísico de Pájaro
"Son personajes, tiempos y atmósferas de mi viaje interior. Se trata de una búsqueda eterna, de un peregrinaje constante"
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38 obras en mediano formato se exponen, desde el domingo, en la galería Punto de Arte, de los Palos Grandes. Se trata de la exposición "Peregrinos". FOTOS CORTESÍA
DUBRASKA FALCÓN , PÁJARO. ARTISTA PLÁSTICO | EL UNIVERSAL
jueves 13 de octubre de 2011 12:00 AM
Caminaba por el bulevar de Sabana Grande. El creador Pájaro se detuvo frente a un mimo que vestía de blanco. Volteó, y se dio cuenta de que las personas seguían su camino sin prestarle atención al mimo. Eso fue para el artista plástico un llamado de atención. Se acercó al hombre que realizaba mímica y le susurró: "Aquí estamos en un puerto, en el que todo el mundo está ocupado. Nadie se da cuenta de que estamos en un barco. Estamos en constante peregrinaje. Viajando, tratando de cruzar hacia la otra orilla", recuerda Pájaro.
Fue luego de este encuentro que decidió llamar al grupo de cuadros que expone, desde el domingo en la galería Punto de Arte de Los Palos Grandes, Peregrinos. Las piezas recientes de Pájaro son un reflejo de su vida actual. El artista plástico, que no exponía desde hace cuatro años, decidió plasmar en sus obras el viaje que está haciendo hacia la metafísica. Ahí ha logrado llegar, según afirma, a un lugar más armónico.
"Son personajes, tiempos y atmósferas de mi viaje interior. Se trata de una búsqueda eterna, de un peregrinaje constante. Todos estamos viajando hacia un mundo superior, para encontrar un mundo más armónico. Estas obras son un reflejo de eso", afirma el artista plástico.
Se trata de una propuesta de 38 obras recientes, en mediano formato, en el que Pájaro decidió no evidenciar atmósferas tridimensionales ni claroscuros, como acostumbra. Algunas de ellas son nombradas por el artista como Salto a la luna, A vuelo de pájaro, Casa del secreto, Ofrenda, Aprendiendo a volar, Entre el bien y el mal.
"Cada pieza tiene un hilo que los une, pero técnica y estéticamente son distintas. Sigo trabajando mis paisajes, mis seres y mi mundo metafísico. Pero ahora no son tridimensionales. Hay una serie de obras que parecieran que son caminos, que son peregrinajes. Son vetas creativas que he ido trabajando. Dejo constancia de que existe un mundo metafísico detrás de ellos. Es por ello que algunas de las piezas son sólo bidimensionales. Y en otras se sugiere un mundo tridimensional a través de la abstracción de algunas de las obras. Aquí la perspectiva no es tan importante. Lo fundamental es que están incluidas en mi mundo metafísico", asegura.
Pájaro afirma que en estos momentos está consolidando su peregrinaje. El mismo que ha trabajado desde hace 36 años en su obra. Hecho que evidencia que su vida de meditación se ha sumergido entre sus pinturas, las mismas que coquetean con el surrealismo, pero que se escudan dentro de la mente y el espíritu del pintor.
"Estar vivo es un peregrinaje. Cada vez tomo con más fuerza que somos peregrinos. Tenemos que estar conscientes de que eso existe en nuestras vidas. Podemos ascender, y es una realidad. Tenemos la posibilidad de conquistar un mundo superior. Ese es el verdadero cambio. No viene de ideas políticas, viene del interior del hombre. La lucha es despertarnos. El viaje es interno: es vencer el odio y conocer el amor", concluye Pájaro.
Fue luego de este encuentro que decidió llamar al grupo de cuadros que expone, desde el domingo en la galería Punto de Arte de Los Palos Grandes, Peregrinos. Las piezas recientes de Pájaro son un reflejo de su vida actual. El artista plástico, que no exponía desde hace cuatro años, decidió plasmar en sus obras el viaje que está haciendo hacia la metafísica. Ahí ha logrado llegar, según afirma, a un lugar más armónico.
"Son personajes, tiempos y atmósferas de mi viaje interior. Se trata de una búsqueda eterna, de un peregrinaje constante. Todos estamos viajando hacia un mundo superior, para encontrar un mundo más armónico. Estas obras son un reflejo de eso", afirma el artista plástico.
Se trata de una propuesta de 38 obras recientes, en mediano formato, en el que Pájaro decidió no evidenciar atmósferas tridimensionales ni claroscuros, como acostumbra. Algunas de ellas son nombradas por el artista como Salto a la luna, A vuelo de pájaro, Casa del secreto, Ofrenda, Aprendiendo a volar, Entre el bien y el mal.
"Cada pieza tiene un hilo que los une, pero técnica y estéticamente son distintas. Sigo trabajando mis paisajes, mis seres y mi mundo metafísico. Pero ahora no son tridimensionales. Hay una serie de obras que parecieran que son caminos, que son peregrinajes. Son vetas creativas que he ido trabajando. Dejo constancia de que existe un mundo metafísico detrás de ellos. Es por ello que algunas de las piezas son sólo bidimensionales. Y en otras se sugiere un mundo tridimensional a través de la abstracción de algunas de las obras. Aquí la perspectiva no es tan importante. Lo fundamental es que están incluidas en mi mundo metafísico", asegura.
Pájaro afirma que en estos momentos está consolidando su peregrinaje. El mismo que ha trabajado desde hace 36 años en su obra. Hecho que evidencia que su vida de meditación se ha sumergido entre sus pinturas, las mismas que coquetean con el surrealismo, pero que se escudan dentro de la mente y el espíritu del pintor.
"Estar vivo es un peregrinaje. Cada vez tomo con más fuerza que somos peregrinos. Tenemos que estar conscientes de que eso existe en nuestras vidas. Podemos ascender, y es una realidad. Tenemos la posibilidad de conquistar un mundo superior. Ese es el verdadero cambio. No viene de ideas políticas, viene del interior del hombre. La lucha es despertarnos. El viaje es interno: es vencer el odio y conocer el amor", concluye Pájaro.
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