Procedente de Atlanta
Llegan a Venezuela restos mortales de Carlos Andrés Pérez
Pérez será sepultado el jueves en una ceremonia pública organizada por sus parientes y seguidores, informaron fuentes de la familia en Caracas.
El féretro fue trasladado ayer a una cripta para la repatriación (Efe)
EL UNIVERSAL
martes 4 de octubre de 2011 10:22 PM
Caracas.- Los restos mortales del expresidente de Venezuela Carlos Andrés Pérez llegaron hoy a Venezuela, luego de haber sido repatriados desde Estados Unidos, donde falleció el pasado 25 de diciembre.
El presidente del partido Acción Democrática (AD), donde militó Pérez, Henry Ramos Allup, confirmó a través de su cuenta en la red social Twitter que los restos del ex mandatario llegaron al Aeropuerto Internacional de Maiquetía, en el litoral cercano a Caracas, reseñó DPA.
Allup indicó que esperaban culminar los trámites legales para trasladarlos a la capital venezolana.
Pérez (1922-2010) será velado el martes y miércoles en la sede de Acción Democrática, en el oeste de Caracas. El jueves se realizará su entierro en el Cementerio del Este, donde reposará junto a los restos del ex presidente Rómulo Betancourt (1959-1964).
El funeral del expresidente no contará con honores presidenciales debido a la gran rivalidad que sostuvo con el actual mandatario, Hugo Chávez, quien como comandante del ejército lideró una intentona golpista contra Pérez el 4 de febrero de 1992.
Pérez, comúnmente conocido por las siglas de CAP, fue presidente de Venezuela en dos periodos: 1974-1979 y 1989-1993. En su primer período le tocó administrar el boom petrolero generado por el embargo árabe posterior a la guerra del Yom Kipur en 1973.
En tanto, su segundo periodo fue turbulento y tuvo que enfrentar un levantamiento popular conocido como el Caracazo, que se saldó con cientos de muertos y desaparecidos, dos intentonas golpistas y un juicio político que terminó sacándolo del poder un año antes del fin de su mandato, lo cual derivó además en su expulsión de AD en 1996.
AD terminó devolviéndole su militancia en 2007 como un gesto de reconciliación.
El exgobernante falleció en Florida, Estados Unidos, el pasado 25 de diciembre, pero sus restos fueron sujeto de una batalla legal entre las familias Pérez Rodríguez, hijos del matrimonio del ex mandatario con su esposa Blanca Rodríguez de Pérez que residen en Venezuela, y los Pérez Matos, establecidos en Miami y resultado de la relación de CAP con su ex compañera sentimental Cecilia Matos.
La disputa se complicó porque CAP, pese a que tenía largo tiempo separado de su esposa, nunca se divorció, lo que a su vez le imposibilitó casarse con Cecilia Matos, con quien convivía desde hace varias décadas.
El litigio se centraba en el retorno los restos del ex gobernante. Los Pérez Rodríguez querían que éstos fuesen sepultados en Venezuela de inmediato, mientras que los Pérez Matos aseguraban que la voluntad de CAP era ser enterrado en Venezuela sólo después de la salida de Chávez del poder.
Tras la elección de Chávez en 1998, CAP se exilió en República Dominicana y Estados Unidos luego de que el Estado venezolano lo acusara de delitos por violaciones de los derechos humanos por los hechos relacionados con el Caracazo, algo que el exgobernante siempre rechazó.
Sin embargo, a mediados de agosto los Pérez Rodríguez y los Pérez Matos llegaron a un acuerdo para repatriar los restos de Carlos Andrés Pérez a Venezuela.
Los actos fúnebres serán llevados adelante por la familia Pérez Rodríguez, aunque AD realizará un homenaje al que fuera uno de sus líderes históricos. También se espera la presencia de varios dirigentes y precandidatos presidenciales opositores.
El presidente del partido Acción Democrática (AD), donde militó Pérez, Henry Ramos Allup, confirmó a través de su cuenta en la red social Twitter que los restos del ex mandatario llegaron al Aeropuerto Internacional de Maiquetía, en el litoral cercano a Caracas, reseñó DPA.
Allup indicó que esperaban culminar los trámites legales para trasladarlos a la capital venezolana.
Pérez (1922-2010) será velado el martes y miércoles en la sede de Acción Democrática, en el oeste de Caracas. El jueves se realizará su entierro en el Cementerio del Este, donde reposará junto a los restos del ex presidente Rómulo Betancourt (1959-1964).
El funeral del expresidente no contará con honores presidenciales debido a la gran rivalidad que sostuvo con el actual mandatario, Hugo Chávez, quien como comandante del ejército lideró una intentona golpista contra Pérez el 4 de febrero de 1992.
Pérez, comúnmente conocido por las siglas de CAP, fue presidente de Venezuela en dos periodos: 1974-1979 y 1989-1993. En su primer período le tocó administrar el boom petrolero generado por el embargo árabe posterior a la guerra del Yom Kipur en 1973.
En tanto, su segundo periodo fue turbulento y tuvo que enfrentar un levantamiento popular conocido como el Caracazo, que se saldó con cientos de muertos y desaparecidos, dos intentonas golpistas y un juicio político que terminó sacándolo del poder un año antes del fin de su mandato, lo cual derivó además en su expulsión de AD en 1996.
AD terminó devolviéndole su militancia en 2007 como un gesto de reconciliación.
El exgobernante falleció en Florida, Estados Unidos, el pasado 25 de diciembre, pero sus restos fueron sujeto de una batalla legal entre las familias Pérez Rodríguez, hijos del matrimonio del ex mandatario con su esposa Blanca Rodríguez de Pérez que residen en Venezuela, y los Pérez Matos, establecidos en Miami y resultado de la relación de CAP con su ex compañera sentimental Cecilia Matos.
La disputa se complicó porque CAP, pese a que tenía largo tiempo separado de su esposa, nunca se divorció, lo que a su vez le imposibilitó casarse con Cecilia Matos, con quien convivía desde hace varias décadas.
El litigio se centraba en el retorno los restos del ex gobernante. Los Pérez Rodríguez querían que éstos fuesen sepultados en Venezuela de inmediato, mientras que los Pérez Matos aseguraban que la voluntad de CAP era ser enterrado en Venezuela sólo después de la salida de Chávez del poder.
Tras la elección de Chávez en 1998, CAP se exilió en República Dominicana y Estados Unidos luego de que el Estado venezolano lo acusara de delitos por violaciones de los derechos humanos por los hechos relacionados con el Caracazo, algo que el exgobernante siempre rechazó.
Sin embargo, a mediados de agosto los Pérez Rodríguez y los Pérez Matos llegaron a un acuerdo para repatriar los restos de Carlos Andrés Pérez a Venezuela.
Los actos fúnebres serán llevados adelante por la familia Pérez Rodríguez, aunque AD realizará un homenaje al que fuera uno de sus líderes históricos. También se espera la presencia de varios dirigentes y precandidatos presidenciales opositores.
El regreso del Cid
CAROLINA GÓMEZ-ÁVILA | EL UNIVERSAL
miércoles 5 de octubre de 2011 03:17 PM
"Ya entra el Cid Ruy Díaz por Burgos;
sesenta pendones le acompañan.
Hombres y mujeres salen a verlo,
los burgaleses y burgalesas se asoman a las ventanas:
todos afligidos y llorosos.
De todas las bocas sale el mismo lamento:
¡Oh Dios, qué buen vasallo si tuviese buen Señor!"
Cantar de Mío Cid - Autor desconocido
Nadie lo dude: Rodrigo Díaz nació en Vivar, una pequeña aldea de Burgos que me trae a la memoria alguna de nuestro estado Táchira. Y como a todo el que es convertido en héroe nacional, se le atribuyen las máximas virtudes que debe tener un gobernante: justo, equilibrado, atento a la voz de su pueblo, leal a los suyos, valiente, prudente, incansable y culto...
Ya muy joven se alineó al lado de los que eran mayoría y obtuvo el mote de Campeador por haber vencido en duelo personalísimo a su oponente. Como a los vencedores se les quiere, el cariño determinó que lo llamaran Mío Cid. Pero la vida está llena de gente envidiosa y la suerte del Cid cambió apenas aparecieron los ruines como emergentes.
Sufrió un destierro, regresó y venció a más oponentes; por un malentendido lo destierran otra vez, tiempo en que su fama adquiere altísimos niveles, mayores -en mucho- a la del gobernante de turno.
No es difícil imaginar que en las reseñas de un vencedor se diga que su obra fue perfecta, que bajo su mano hubo un estatuto de justicia envidiable y equilibrado, atendió bien por igual a cristianos y musulmanes, reavivó la economía, se rodeó de una corte con poetas árabes y cristianos y con hombres eminentes en el mundo de las leyes para darle vida, con muchísima energía, a un Estado próspero.
Si esto era o no era cierto, ¡qué importa ya! Era el siglo XI y todo tiempo pasado fue mejor. De algo estoy segura, ni el mismísimo Cid imaginó la trascendencia de su vida tras su muerte. Todos los juglares por venir contarían en forma de cantares de gesta su vida y sus hazañas mientras inventaban su leyenda.
El Cid murió y su esposa doña Jimena, ante la imposibilidad de defender la ciudad, mandó a incendiarla llevándose antes el cadáver embalsamado del Cid. Sobrecogedor el espectáculo de las multitudes atravesando campos, aldeas, castillos y fortalezas, transportando al héroe.
¡Ah! Una leyenda tardía asegura que el Cid, muerto ya, fue montado a caballo y su temible aspecto hizo huir a los enemigos.
Pero eso fue en el siglo XI.
Palabra de honor.
@cgomezavila
sesenta pendones le acompañan.
Hombres y mujeres salen a verlo,
los burgaleses y burgalesas se asoman a las ventanas:
todos afligidos y llorosos.
De todas las bocas sale el mismo lamento:
¡Oh Dios, qué buen vasallo si tuviese buen Señor!"
Cantar de Mío Cid - Autor desconocido
Nadie lo dude: Rodrigo Díaz nació en Vivar, una pequeña aldea de Burgos que me trae a la memoria alguna de nuestro estado Táchira. Y como a todo el que es convertido en héroe nacional, se le atribuyen las máximas virtudes que debe tener un gobernante: justo, equilibrado, atento a la voz de su pueblo, leal a los suyos, valiente, prudente, incansable y culto...
Ya muy joven se alineó al lado de los que eran mayoría y obtuvo el mote de Campeador por haber vencido en duelo personalísimo a su oponente. Como a los vencedores se les quiere, el cariño determinó que lo llamaran Mío Cid. Pero la vida está llena de gente envidiosa y la suerte del Cid cambió apenas aparecieron los ruines como emergentes.
Sufrió un destierro, regresó y venció a más oponentes; por un malentendido lo destierran otra vez, tiempo en que su fama adquiere altísimos niveles, mayores -en mucho- a la del gobernante de turno.
No es difícil imaginar que en las reseñas de un vencedor se diga que su obra fue perfecta, que bajo su mano hubo un estatuto de justicia envidiable y equilibrado, atendió bien por igual a cristianos y musulmanes, reavivó la economía, se rodeó de una corte con poetas árabes y cristianos y con hombres eminentes en el mundo de las leyes para darle vida, con muchísima energía, a un Estado próspero.
Si esto era o no era cierto, ¡qué importa ya! Era el siglo XI y todo tiempo pasado fue mejor. De algo estoy segura, ni el mismísimo Cid imaginó la trascendencia de su vida tras su muerte. Todos los juglares por venir contarían en forma de cantares de gesta su vida y sus hazañas mientras inventaban su leyenda.
El Cid murió y su esposa doña Jimena, ante la imposibilidad de defender la ciudad, mandó a incendiarla llevándose antes el cadáver embalsamado del Cid. Sobrecogedor el espectáculo de las multitudes atravesando campos, aldeas, castillos y fortalezas, transportando al héroe.
¡Ah! Una leyenda tardía asegura que el Cid, muerto ya, fue montado a caballo y su temible aspecto hizo huir a los enemigos.
Pero eso fue en el siglo XI.
Palabra de honor.
@cgomezavila
ESTE ARTICULO VALE PARA CAP Y PARA HUGO CHAVEZ PUES
SON LAS DOS CARAS DE LA MISMA MONEDA DEL MITO, Y JUSTAMENTE
SU COINCIDENCIA EN LA MUERTE, NADA FACIL PARA NINGUNO
DE LOS DOS, INDICA EL FINAL DEL CICLO DE LA VENEZUELA
QUE DEJAMOS ATRAS EN 1973
Chávez culpable
ALEXANDER CAMBERO | EL UNIVERSAL
miércoles 5 de octubre de 2011 02:56 PM
Jamás hemos practicado el juego de los hipócritas. Esos que se desgarran sus vestiduras en público, pero sostienen lo contrario en privado, son tan despreciables como aquellos que se arrastran tras las sandalias de los amos del poder. Pertenecen al mismo club cosmético de las forzadas apariencias. Disfraces que abarcan toda una sociedad que se pudre, por la falta de escrúpulos de muchos de aquellos que dictan la opinión pública.
En lo particular, lamentamos los problemas de salud por lo que atraviesa el presidente Hugo Chávez. Lo hacemos asumiendo un principio básico de la naturaleza humana, al hombre en severas dificultades, que incluso le impiden ejercer adecuadamente el cargo; le deseamos que se restablezca pronto para que le responda al país por sus múltiples desmanes. No es posible que la terrible enfermedad, sirva como un mañoso recurso para que olvidemos el festín que han hecho estos individuos que se hacen llamar revolucionarios. Son trece años dilapidando los inmensos recursos económicos que tiene la nación, y que en mala hora cayeron en manos de unos desalmados.
Que nadie se llame a engaños. El gran responsable de la corrupción, el despilfarro, la falta de buenos servicios públicos, el desempleo y la inseguridad; entre otros, es la gestión de Hugo Chávez; además de haber sembrado la división y el odio en la familia venezolana. Ese crédito nadie se lo quitará jamás. El autor de nuestras desventuras es el magnate de Miraflores. Así de sencillo, un megalómano que decide hasta el cargo del último portero en el Gobierno no puede ahora negar su desastre.
La severa complicación de la salud presidencial, cambió el escenario dramáticamente. Las políticas oficialistas pasan por los variables que dibujen las quimioterapias; los funcionarios esperan que un mensaje de Twitter dirija su accionar. Que la llamaba de un eficaz mecanismo, por cierto nacido bajo tecnología del odiado capitalismo norteamericano. Traiga aunque sea la voz del hombre clandestino. El líder infranqueable, aquel que lo condensa todo es su perturbación trascendental; reducido a ciento veinte caracteres o a la gangosa expresión de un individuo que se nota agotado, dando explicaciones cada día más incoherentes, tratando de esconder una verdad que la desparraman hasta sus íntimos. Ni hablar de las forzadas apariciones en público en donde se observan las duras secuelas del tratamiento oncológico. Esas imágenes rebaten cualquier estratagema estúpida de tratar de negar lo que ocurre. Un hecho gravísimo que le acontece al más importante funcionario de la nación; sin embargo, él no es la nación. Por lo cual no deben confundirse los roles. La enfermedad presidencial no tiene porque ser adosada a Venezuela y sus instituciones. La vida de la república tiene que continuar con sus alas abiertas soñando con el futuro. Las naciones no tienen complicaciones por enfermedades del cuerpo, sufren de otros males tan severos como el cáncer; y estos son las gestiones corrompidas. Tal como la ejercida desde Miraflores. Un régimen que tendrá que responder algún día por tanto daño infligido a los venezolanos. El juicio al presidente Hugo Chávez, no sólo es un asunto que lo dirimirán en el ámbito de la justicia. Es el balance de cada ciudadano que estamos seguros, tiene múltiples razones para rechazar sus pretensiones de perpetuarse en el poder, aún conociendo de sus limitadas capacidades intelectuales y hasta físicas. Queriendo gobernar desde un reducto de hospital a través de un mensaje electrónico; como si Venezuela fuera una computadora todo en uno. No es que estemos en contra de la tecnología, y más en nuestro caso particular que ejercemos el periodismo, teniendo como herramienta fundamental los nuevos avances en materia de interacción con el mundo de la información. El rol de un mandatario es otro. Los asuntos de Estado deben tenerlo al frente las veinticuatro horas del día, los problemas no se resuelven con apariciones virtuales. El poder debe ejercerse en el sitio de los acontecimientos; enfrentando las duras contingencias que se presentan. Si no está en capacidad de hacerlo debería nombrar al vicepresidente como encargado. El país no puede pagar los platos rotos por algo que le puede suceder a cualquiera. Lo ideal sería que se dedicase a librarse de su terrible mal. A luchar por mantenerse entre los vivos. De todas formas en octubre del 2012, colocaremos en Miraflores a un venezolano con todas sus potencialidades al servicio de la nueva Venezuela. Con más futuro que pasado y que gobernará para todos por igual.
Requerimos de un cambio total en la conducción de la nación. Un liderazgo con la frescura de las buenas ideas, que se impregne con el espíritu democrático hasta sacarnos de esta pesadilla totalitaria. Que hable de futuro sin ruborizarse y asumiendo con grandeza los cambios sociales necesarios. Alguien de carne y hueso con las ganas hasta el alma y una salud de toro miura para que pueda levantar a Venezuela del desastre actual. Llegó la hora de escoger entre el futuro esplendoroso o el pasado que se muere. Dos opciones que ilustran el devenir histórico de la patria. En tus manos está el destino de Venezuela. ¡Escoge bien...!
alexandercambero@hotmail.com
twitter @alecambero
En lo particular, lamentamos los problemas de salud por lo que atraviesa el presidente Hugo Chávez. Lo hacemos asumiendo un principio básico de la naturaleza humana, al hombre en severas dificultades, que incluso le impiden ejercer adecuadamente el cargo; le deseamos que se restablezca pronto para que le responda al país por sus múltiples desmanes. No es posible que la terrible enfermedad, sirva como un mañoso recurso para que olvidemos el festín que han hecho estos individuos que se hacen llamar revolucionarios. Son trece años dilapidando los inmensos recursos económicos que tiene la nación, y que en mala hora cayeron en manos de unos desalmados.
Que nadie se llame a engaños. El gran responsable de la corrupción, el despilfarro, la falta de buenos servicios públicos, el desempleo y la inseguridad; entre otros, es la gestión de Hugo Chávez; además de haber sembrado la división y el odio en la familia venezolana. Ese crédito nadie se lo quitará jamás. El autor de nuestras desventuras es el magnate de Miraflores. Así de sencillo, un megalómano que decide hasta el cargo del último portero en el Gobierno no puede ahora negar su desastre.
La severa complicación de la salud presidencial, cambió el escenario dramáticamente. Las políticas oficialistas pasan por los variables que dibujen las quimioterapias; los funcionarios esperan que un mensaje de Twitter dirija su accionar. Que la llamaba de un eficaz mecanismo, por cierto nacido bajo tecnología del odiado capitalismo norteamericano. Traiga aunque sea la voz del hombre clandestino. El líder infranqueable, aquel que lo condensa todo es su perturbación trascendental; reducido a ciento veinte caracteres o a la gangosa expresión de un individuo que se nota agotado, dando explicaciones cada día más incoherentes, tratando de esconder una verdad que la desparraman hasta sus íntimos. Ni hablar de las forzadas apariciones en público en donde se observan las duras secuelas del tratamiento oncológico. Esas imágenes rebaten cualquier estratagema estúpida de tratar de negar lo que ocurre. Un hecho gravísimo que le acontece al más importante funcionario de la nación; sin embargo, él no es la nación. Por lo cual no deben confundirse los roles. La enfermedad presidencial no tiene porque ser adosada a Venezuela y sus instituciones. La vida de la república tiene que continuar con sus alas abiertas soñando con el futuro. Las naciones no tienen complicaciones por enfermedades del cuerpo, sufren de otros males tan severos como el cáncer; y estos son las gestiones corrompidas. Tal como la ejercida desde Miraflores. Un régimen que tendrá que responder algún día por tanto daño infligido a los venezolanos. El juicio al presidente Hugo Chávez, no sólo es un asunto que lo dirimirán en el ámbito de la justicia. Es el balance de cada ciudadano que estamos seguros, tiene múltiples razones para rechazar sus pretensiones de perpetuarse en el poder, aún conociendo de sus limitadas capacidades intelectuales y hasta físicas. Queriendo gobernar desde un reducto de hospital a través de un mensaje electrónico; como si Venezuela fuera una computadora todo en uno. No es que estemos en contra de la tecnología, y más en nuestro caso particular que ejercemos el periodismo, teniendo como herramienta fundamental los nuevos avances en materia de interacción con el mundo de la información. El rol de un mandatario es otro. Los asuntos de Estado deben tenerlo al frente las veinticuatro horas del día, los problemas no se resuelven con apariciones virtuales. El poder debe ejercerse en el sitio de los acontecimientos; enfrentando las duras contingencias que se presentan. Si no está en capacidad de hacerlo debería nombrar al vicepresidente como encargado. El país no puede pagar los platos rotos por algo que le puede suceder a cualquiera. Lo ideal sería que se dedicase a librarse de su terrible mal. A luchar por mantenerse entre los vivos. De todas formas en octubre del 2012, colocaremos en Miraflores a un venezolano con todas sus potencialidades al servicio de la nueva Venezuela. Con más futuro que pasado y que gobernará para todos por igual.
Requerimos de un cambio total en la conducción de la nación. Un liderazgo con la frescura de las buenas ideas, que se impregne con el espíritu democrático hasta sacarnos de esta pesadilla totalitaria. Que hable de futuro sin ruborizarse y asumiendo con grandeza los cambios sociales necesarios. Alguien de carne y hueso con las ganas hasta el alma y una salud de toro miura para que pueda levantar a Venezuela del desastre actual. Llegó la hora de escoger entre el futuro esplendoroso o el pasado que se muere. Dos opciones que ilustran el devenir histórico de la patria. En tus manos está el destino de Venezuela. ¡Escoge bien...!
alexandercambero@hotmail.com
twitter @alecambero
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