Razón del nombre del blog

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El por qué del título de este blog . Según Gregorio Magno, San Benito se encontraba cada año con su hermana Escolástica. Al caer la noche, volvía a su monasterio. Esta vez, su hermana insistió en que se quedara con ella,y él se negó. Ella oró con lágrimas, y Dios la escuchó. Se desató un aguacero tan violento que nadie pudo salir afuera. A regañadientes, Benito se quedó. Asi la mujer fue más poderosa que el varón, ya que, "Dios es amor" (1Juan 4,16),y pudo más porque amó más” (Lucas 7,47).San Benito y Santa Escolástica cenando en el momento que se da el milagro que narra el Papa Gregorio Magno. Fresco en el Monasterio "Santo Speco" en Subiaco" (Italia)

jueves, 19 de mayo de 2011

Estudio sobre Valencia y la raíz geomántica que marca la conducta de su población Parte I


















































Es necesario recordar que la tesis que planteo sobre Valencia
como Capital energética de Venezuela, tiene un comienzo cuando
la ciudad se construye según Las Leyes de Indias, y su cuadrícula
perfecta permite, lo que las Lics. Marisabel Jácome y Natalia
Díaz en su levantamiento del Casco Histórico de la ciudad para
la Alcaldía de Valencia, escriben en su informe que reproducimos
con el respeto a pie de página de su autora, después de haber
presentado el equipo completo en entradas anteriores.
El plano que se mantiene hasta el S.XVIII nos permite visualmente
apreciar esa cuadrícula y los textos siguientes dos aspectos importantes
pues según las leyes de la Geomancia, que se utilizaba en esa época
para levantar y organizar las fundaciones y planos de la ciudad,
el Camino Real y el punto cero son importantísimos pues marcan
signan, la energía que en esa ciudad influirá en la conducta de
sus pobladores, tanto que hoy a través de la Radiestesia se utiliza
para colocar las habitaciones y salas donde permanecerán personas
más de 8 horas, fuera de los cruces de las líneas energéticas de la
tierra, subterráneas, que pueden actuar beneficiosa y tóxicamente
sobre esos que se ubicarán sobre ellas.
Comenzaremos por el cambio de nomenclatura que la Lic. Natalia
Díaz saca del libro de Zawisza 1988: 201, efectuado en 1767 por el
Obispo Diez Madroñero con pasajes del Nuevo Testamento.
Eso me lleva a presentarles quién fue ese Obispo y qué significado tiene
el nombre que le coloca al Camino Real, que por primera vez recibe
un nombre signando, marcando con ese acto a la ciudad y su
población, pues a lo largo de la historia de Venezuela veremos los
acontecimientos que suceden a lo largo de él, y la conducta atribuida
a los valencianos, justamente asignada, a lo largo del desarrollo
del territorio venezolano como nación independiente.
Continuamos con un comentario sobre el tema hecho por el actual
III Cronista de Valencia en:

El Carabobeño11 abril 2011 (Edición Digital)

Guillermo Mujica Sevilla || De Azules y de Brumas

Cuando las calles tenían nombres de pasión

Al llegar la Semana Mayor, parecía descender sobre la ciudad un manto que era, a la vez, religioso y solemne. En las Iglesias, plenas de cirios y de fieles en oración, un lienzo morado cubría las imágenes de los santos. En las casas, la gente preparaba "el traje de estreno". Y, si las posibilidades económicas no daban para ese "flux" a estrenar, al menos se limpiaban, con métodos caseros, los viejos trajes para hacerlos lucir como nuevos. La gente se preparaba con respeto, a seguir las ceremonias de la Semana Santa, a cumplirse en los templos y en las calles.

Había en la Semana Santa, además del ambiente religioso severo, un ambiente "citadino" especial. Todo parecía teñirse de "morado". Desde morado triste e ingenuo de los penitentes, adultos y niños, vestidos de "nazarenos", hasta el morado grandioso y vegetal de los apamates en flor. Ahí, frente al Teatro Municipal, había una hilera de ellos que, florecidos, eran de una belleza indescriptible. Y luego, las comidas clásicas, infaltables el chigüire, ahora cada vez más difícil e imposible de encontrar, era, generalmente muy fácil de conseguir. Y nunca faltaba el "arroz con coco", como postre. Se tenía de Semana Santa aún las diversiones y los esparcimientos. Como la "echadera de coco", en las cuales se trataba de partir un coco sostenido en las manos de otro, con un coco "percutor". Y las idas a Puerto Cabello, para la bendición del mar. El tranvía resultaba insuficiente, para trasladar a tanta gente a la "Estación del Ferrocarril inglés" (o de Puerto Cabello), hoy Rectorado.

Había también la "picaresca" de Semana Santa: Cuando los muchachos, por ejemplo, se divertían en la iglesia, pegando (con alfileres o con hilo) la falda de una señora a la de la otra. Para el gran disgusto cuando ellas querían ponerse de pie. Tiempo también para las excursiones a Guataparo y sitios cercanos que eran rurales, para buscar contras: Fragmentos de zábila y otros vegetales que se conservaban como protección contra la mala suerte.

Pero hoy deseamos destacar un aspecto interesante de la vida antigua de la ciudad, en relación a la Semana Santa. El destacado historiador e insigne ciudadano de grata recordación, Don Torcuato Manzo Núñez, narra en su libro "Historia del Estado Carabobo", que la primera nomenclatura de las calles de la ciudad la produjo el Obispo Diez Madroñero en 1767. "La ciudad" nos dice Don Torcuato, tenía 14 calles de naciente a poniente y trece de Norte a Sur. Estas últimas se enumeraron del 1 al 13. Pero a las primeras (de naciente a poniente, nota nuestra) se les puso nombre. La que estaba más al Norte de la ciudad se llamó "La Pasión y Muerte de Nuestro Señor Jesucristo", y correspondía a la que hoy se llama "Vargas". La última, hacia el sur a la que hoy se llama Michelena, en aquella primera nomenclatura se llamó "El llanto de las mujeres de Jerusalén"; las doce calles intermedias tenían todas nombre de pasajes de la Pasión de Cristo. Revela la profunda religiosidad de aquella época el hecho de que esos nombres los conservan todavía las calles en 1794, año en que la ciudad tenía exactamente las mismas calles.

Estaba Valencia muy despoblada todavía. La calle de la Pasión y Muerte apenas tenía 11 casas. La más poblada era la "Traición de Judas", antigua calle Real y después Muelle Real y hoy calle Colombia, con 44 casas. Para este año de 1794, ya se estaba ubicando la mayor población hacia el sur-oeste que se llamaba Pueblo Nuevo y se levantaba allí la capilla de la Candelaria. Ahora, al comienzo de la Semana Santa deseamos recordar a aquella Valencia tranquila y religiosa del 1700, en la cual las calles llevaban nombres de "Episodios de la Pasión". Hasta no hace mucho tiempo se decía que el que en Semana Santa se bañaba, se transformaba en "pescado". ¿Cuántos transformados en "peces" habría hoy en día, de haber sido cierta la tradición?

Diego Antonio Díez Madroñero


Diego Antonio Díez Madroñero nace en Talarrubias (Badajoz) el 26 de abril de 1714 y muere en Valencia (Venezuela) el 3 de febrero de1769. A la par que se forma, cursa la carrera eclesiástica en la diócesis de Badajoz y obtiene en la Universidad de Toledo el grado de bachiller en Derecho canónigo, y una vez culminados sus estudios, ejerce destacados cargos en la archidiócesis toledana, siendo vicario general deMadrid-Alcalá; y previa presentación de Fernando VI, el 24 de mayo de 1756, Benedicto XIV lo nombra obispo de Caracas y recibe la ordenación episcopal en Madrid el 26 de septiembre del mismo año.

Austeridad y reforma

Hombre de visión clerical, el obispo Díez Madroñero, llevado de su indudable celo apostólico, es posible que en la Caracas del siglo XVIII, deseara imitar a Savonarola, y probablemente encontrara el terreno abonado para cambiar las costumbres de aquella ciudad, que según las apreciaciones del celoso obispo, había perdido la fe legada por sus antepasado y los estribos morales por el libertinaje de sus moradores.

En su manifiesta intransigencia, se empeñó en cambiar las costumbres libertinas de Caracas, reformando el concepto espiritual de quienes él consideraba disolutos moradores, aboliendo las costumbres de la época y enalteciendo la dignidad humana al amparo de la austeridad en la diversión, imponiendo obligatoriamente férrea disciplina religiosa y promoviendo la santa oración a todas las horas del día.

Fiscalización pastoral

En su celo patriarcal, además de rebautizar las calles de Caracas con el nombre de algún santo, comenzó por levantar un censo general de Caracas, y en poco tiempo tenía censados a los habitantes de cada vivienda (hombres, mujeres, niños, servidumbre, esclavos...) con sus edades, estado, condición, profesión, nacionalidad…, sin dejar de reflejar las contribuciones periódicas que daban a la Iglesia, el hábito de rezar el santo rosario y las veces que confesaban y comulgaban semanalmente aquellos sumisos feligreses que cuidaba don Diego Antonio.

Amparo y respeto

Teniendo como secretario a su coterráneo José Antonio García Mohedano (el mismo de la primera taza de café en Chacao en el valle de Caracas), aunque nunca había descuidado la beneficencia, durante los últimos años de su apostolado, se dedicó mayormente a cuidar del amparo de los desposeídos y de la moralidad de sus feligreses más señalados, ya que era público que algunos de ellos abusaban de las mujeres que tenían en sus haciendas.

Opinión razonada

Su intransigencia apostólica se puede apreciar en las opiniones del escritor y médico venezolano, Arístides Rojas, que citando a Díez Madroñero, nos lo presenta como... "reformador de costumbres e innovador religioso, monomaníaco pacífico, que supo transformar a Caracas, durante los doce años de su apostolado, en un convento en el cual solo faltó que los moradores de la capital vistieran todos el hábito talar".

Conclusión

Diez Madroñero pudo haber hecho una destacada labor en aquellos momentos de su apostolado cuando la iglesia y la política colonial necesitaban de manos firmes y mentes lúcidas. Cuando se produjo la expulsión de los jesuitas en 1767, quedó en un segundo plano al no criticar la pragmática real. Por otra parte, se abstuvo de intervenir en el enfrentamiento emancipador, lo que quizás hubiera contribuido a no fuera tan sangriento y tan traumático.

En una de sus visitas pastorales por la Provincia de Venezuela, moría en la Valencia venezolana el 3 de febrero de 1769

Bibliografía

  • "Misioneros extremeños en Hispanoamérica y Filipinas" Biblioteca de Autores Cristianos. ISBN 84-7914-090-9
  • "Crónicas de Caracas" Arístides Rojas. Biblioteca Popular Americana, Edición 1.946

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Quien quiera ahondar más en el tema existen, que yo sepa, los libros:

Pastor celestial, rebaño terrenal, lobo infernal
Alejando Moreno Olmedo


ISBN: 980-6741-33-1
páginas: 265
formato: 11,5 x 21 cm

A utos y sumarias que el obispo Diez Madroñero ordenara
incoarle a don Juan Vicente de Bolívar, padre del Libertador;
permaneciendo inéditos más de 200 años.

La justicia eclesiástica en tiempos del obispo Diego Antonio

Diez Madroñero (1757-1769)

Autor: Agustín Moreno Molina













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