Subdelia Páez de Sevilla || A todas las madres del mundo
A todas las madres del mundo
A todas las madres del mundo confiados en recibir su protección, ayuda y socorro; indiscutiblemente que haber ubicado en este mes el Día de la Madre, es como colocar en el vértice del triángulo una estrella a la madre terrenal, a la madre naturaleza y a la madre celestial.
Escoger el mes de mayo para celebrar el Día de la Madre ha sido una espléndida decisión, pues la madre naturaleza, pródiga en abundancia, nos brinda la riqueza de su flora y fauna, y el trinar y cantos de los pájaros. Nos extasiamos y admiramos la diversidad del color verde en los follajes y árboles, nos sensibilizamos ante las bellísimas y exóticas flores; todo este bello escenario natural nos eleva el espíritu, nos da gran sensibilidad y agradecemos a Dios Padre los sublimes momentos de la creación, todo para el solaz y bienestar del hombre y de la mujer.
Las madres llevan impreso en su corazón toda la inmensidad y belleza de la creación, en ellas brota la magnificencia de la dulzura, de la bondad, del sacrificio, de la humildad, de la entrega por ese ser al que junto al padre le dio la vida. Este día tan especial, sin ánimo de comercializarlo, debe servir para un minuto de reflexión a los hijos y manifestar en forma recíproca al ser que le dio la vida, al ser que sin pedir nada y aun con sacrificio fue capaz de entregar todo para conducir a los hijos por los caminos de las virtudes y de los valores, de hacerlos individuos útiles a la comunidad y con un corazón lleno de cualidades positivas, vaso comunicante del binomio madre-hijo.
En este día tan especial elevemos al Dios Todopoderoso una oración por las madres sufridas; las que han perdido uno o dos hijos víctimas de la violencia desatada y sin control, por las madres que deambulan solicitando ayuda económica para sus hijos enfermos, por las madres que pierden a sus hijos en las guerras y acciones terroristas, por las madres que sufren por sus hijos en las cárceles, por las madres que sufren por la falta de trabajo para los jóvenes, por las madres agobiadas por la falta de vivienda; para todas ellas pidamos ayuda y protección y hagámonos solidarios ante sus necesidades.
La gratitud y nuestra oración por la madre ausente, la que nos antecedió para ir a la casa del Padre, para ella todo hijo debe tener un recuerdo agradecido y sentirla en su corazón como presente. Su labor de madre nos condujo por los caminos para hacernos ciudadanos útiles a la comunidad, imprimió en nosotros el gran compromiso de coadyuvar a construir la sociedad donde reinen el amor, la justicia y la paz y nos sembró la fortaleza necesaria para trabajar por alcanzar la estabilidad y el progreso de todos los ciudadanos, progreso y estabilidad tan necesarios en esta sociedad del siglo XXI.
¡Felicitaciones a todas las mamás del mundo!
Guillermo Mujica S.
|| De Azules y de Brumas
Valencia y el Día de la Madre
Cuando la luz del día vi / oí un susurro que decía / ha nacido otro valenciano / era mi madre querida. /...Mi madre con alegría pese al dolor que sintió / sonreía y me cantaba / las coplas de un arrorró/. Sentía en mi pequeño cuerpo su calor y su llanto/, es por eso que a las madres/ los hijos las quieren mucho. / Calor de madre... al nacer/ calor de madre al momento/ calor de madre al crecer/ calor de madre en el tiempo.../
Así, llena de irradiante luz, de inmensa alegría y sublime dulzura, se abre el corazón de una madre cuando le ponen entre sus manos el ser querido que concibiera, y estrechándolo entre sus brazos suavemente y llena de emoción, comienzan a brotar de sus ojos lágrimas de alegría, y les hará con ellas el signo de la cruz en su frente llenándolo de besos, sonriendo y llorando. A partir de ese momento será su más fiel compañera durante toda su vida.
Hermosas y sentimentales palabras de mi gran amigo y colaborador, siempre tras bastidores, que un día la Virgen de Candelaria me lo envió y desde ese momento ha sido mi ángel canario.
Siempre cuando llega este día me obligo a seguir recordando a la Valencia que empecé a conocer, la que me contaban mis padres cuando era un muchacho, y la que he vivido hasta el presente gracias a Dios.
Guillermo, -me decía mi madre- Valencia en mayo se llenaba siempre de muchas flores. Había flores para las madres y para ornar la Cruz de Mayo, en las casas y jardines y en todas las calles de la ciudad.
Era una Valencia con patios grandes, donde no faltaban matas de rosas que llamaban "cuarenta días" y otras plantas que en el mayo lluvioso se cubrían de flores. Era una ciudad si se quiere más pequeña que la de hoy, hijo, pero más tranquila y vegetal, se vestía en mayo con sus mejores galas de flores. Era tan hermosa y natural como una madre obsequiada floralmente por la naturaleza y su cara resplandeciente de sonrisa.
Entonces recordaba que nadábamos en un mar de flores multicolores, plenas de aromas y vuelos de mariposas, y decíamos entusiasmado ante tanta belleza ¡Valencia, también eres nuestra Madre querida!
El tiempo sigue su curso y debemos seguir recordando que la celebración del "Día de las Madres" nació en nuestra Valencia. Fue idea de un ilustre médico nacido en La Victoria (capital del estado Aragua para 1882, fecha de su nacimiento), pero valenciano por formación y por vocación, fue el Dr. Jesús María Arcay, quien también fundó la Sociedad "Caridad y Concordia" estableciéndola en su casa de habitación situada en la calle de Cúcuta, hoy calle Vargas en jurisdicción del municipio El Socorro, destinada a socorrer la niñez desvalida y a la ancianidad indigente, conmemorándose por primera vez el Día de la Madre en Valencia, el 24 de mayo de 1921.
Otro año más celebramos ayer el Día de la Madre en toda la nación y cada año se observa un aumento en forma desproporcionado donde el giro comercial y material sigue opacando aceleradamente, aquel ayer amoroso, humilde, cariñoso, humano y hoy para mí tal vez... más nostálgico.
Sin embargo, Valencia continúa con su tradición, la cual también está representada por el grupo escultórico, casi siempre solitario, cuya significación posiblemente pocos valencianos conocen hoy en día y algunos la llaman "Las Tres Gracias". Se trata del monumento que simboliza a tres madres fundamentales: "La madre de Dios, la madre Patria y la madre de los Hombres". El 30 de septiembre de 1925 fue inaugurado este monumento de la firma J. Roversi Sucesores en el bulevar que lleva justicieramente el nombre del Dr. Eduardo Herrera (entre la Facultad de Derecho y el Teatro Municipal), y de ahí...
Por siempre honraremos a ese hermoso ser que con mucha dulzura llamamos Madre. Que le hagan agradables sus días los que la tienen viva. Y que la recordemos con cariño los que ya no la tenemos en este mundo. Mi madre terrenal está representada en mi casa por una estatuilla de una viejecita que, como ella, maneja una maquinita de coser, para ayudar al mantenimiento del hogar. La otra madre, la política, fue para mí una bendición que con su cariño alivió tiernamente la ausencia de la madre carnal y a mi adorada e incansable esposa Carmen. Para la madre espiritual, hoy como ayer, la Madre de Dios en sus advocaciones le pedimos como siempre su bendición para todo el pueblo valenciano.
Nota: Poema de mi amigo y colaborador
José Hernández A.
Alcaldía de Valencia había ofrecido iniciar rehabilitación para enero de este año
Abandonada plaza Las Tres Madres
A las once de la mañana
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