Este domingo en el Museo de la Cultura
Inauguración de la exposición "Sueños y desvelos" del artista Carmelo Niño
Valencia, (Especial).- El Gobierno de Carabobo, a través de la Secretaría de Cultura, invita al público en general a asistir este domingo 8 de mayo, a las 11:00 de la mañana, a la inauguración de la exposición "Sueños y Desvelos" del reconocido artista plástico venezolano Carmelo Niño, en las instalaciones del Museo de la Cultura, ubicado en Valencia.
María Cora Páez de Topel, titular del despacho cultural, destacó que para el Gobernador Henrique Fernando Salas Römer es un orgullo presentar al público valenciano y a visitantes, la destacada obra plástica del referido artista, oriundo de Maracaibo, estado Zulia.
"Se trata de una muestra de alto nivel que a nosotros nos complace tener en nuestra sede cultural, para la cual Carmelo Niño trae un total de 25 obras, de gran formato y caracterizadas por el dibujo figurativo, a través del cual crea un mundo de realismo mágico", explicó.
La exposición "Sueños y Desvelos" permanecerá abierta al público desde este 8 de mayo hasta el venidero mes de julio del presente año. La curaduría y museografía está a cargo de Bélgica Rodríguez, egresada en Historia del Arte de la Universidad Central de Venezuela y quien define el discurso visual de Carmelo Niño como "presencias, ausencias y soledades, presencias inverosímiles con objetos y animales volando, símbolos que tienen referencia a la niñez o eventos recurrentes, como recurso visual que el artista utiliza para hacer énfasis en algún aspecto formal de la obra".
Carmelo Niño nació en Maracaibo en el año 1951, estudió Arte Puro en la Escuela de Artes Neptalí Rincón, entre 1967 y 1970. Está representado en el Museo de Arte Contemporáneo, Museo de Bellas Artes, Galería Nacional, Museo Jacobo Borges y en el Museo de la Estampa y el Diseño Carlos Cruz.
El Museo de la Cultura está ubicado en la Av. Paseo Cabriales, cruce con calle Independencia, Parque Humboldt, San Blas, Valencia, estado Carabobo.
Es reconocido como un verdadero símbolo parroquial
"El reloj de Güigüe", no es reverenciado por habitantes
El párroco del pueblo, José Gregorio Ilija, manifestó que le da pesar que una reliquia cultural esté tan deteriorada. "Lamentablemente los habitantes del municipio han contribuido a que el reloj de Güigue pierda el valor patrimonial que realmente tiene".
Por su parte, le hizo un llamado a los pobladores del sector para que no continúen rayando las bases y cornisas del gigante, además exhortó al gobierno regional para que lo rescaten, señaló Ilija.
Historia desde el tiempo
de Gómez
Según cronistas y habitantes del sector, el reloj tiene un pasado oscuro y maléfico. La leyenda dice que quien lo repare morirá en pocos días, como le pasó a Salvador Consoli, Andrés Mijares y Juan Lorenzo.
Al respecto, se conoció que más que una leyenda de pueblo, es sólo casualidad ya que los relojeros que han estado dentro de él para repararlo, han sido personas de edad avanzada, es decir, entre 80 y 90 años de edad.
Así que de esta manera puede quedar demostrado que el reloj ni está poseído por una influencia maléfica traída del más allá, sino que los técnicos existentes en esa época eran todos ancianos y en consecuencia murieron de vejes. De todos modos sería interesante ver si uno de la nueva generación se atrevería a actualizarlo...
Su llegada al Trompillo
A más de 287 años de fundada la parroquia Güigüe, sus pobladores todavía tienen la dicha de disfrutar de una muestra de las cosas viejas y de grato sabor pintoresco como es "El reloj de Güigüe".
El reloj es reconocido como un verdadero símbolo parroquial, que llegó desde Europa por mar a tierras venezolanas. Cuando llega, inmediatamente lo ubican en el amplio patio de la casona de don Antonio Pimentel y el General Juan Vicente Gómez en el Trompillo, su función consistía en controlar las labores cotidianas de la peona que recibía el café de la producción sureña el Copetón.
Por último, muerto el General Gómez, todas las instalaciones de la hacienda quedaron abandonadas y casi desmanteladas. Entre los años 1946 y 1947 fue desmontado y trasladado a Güigüe y empotrado en una base ubicada en la plaza Ávila frente a la iglesia del pueblo, hasta el año 2001 que lo pasan a la acera de la casa parroquial.
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