Siempre que empiezo un aspecto de mi trabajo sobre Valencia y su energía me acojo a la protección de
La Medalla-Cruz de San Benito
Cruz de San Benito |
César Burguera (*) || Santo y Seña
La necesaria unión nacional
Hace pocos días, una de mis devociones configurada en el mayor de mis hijos indagaba sobre qué había representado para el país la etapa de los cuarenta años previos a la asunción al poder del actual régimen. Su corta edad o tal vez alguna asignatura de su institución educativa lo llevaron a esta interrogante.
Esto viene a consideración por la necesaria unidad nacional como insustituible fórmula para ponerle punto final al presente escenario de improvisación, anarquía y corruptelas que se ha apoderado con abierta impunidad de nuestra patria y es que el acercamiento, el entendimiento de las más importantes corrientes políticas e ideológicas como lo representan la social democracia y la democracia cristiana, es sin lugar a dudas el más importante esfuerzo, el sendero por donde transitar en la conformación de la nueva Venezuela.
Porque los cuarenta años, con sus aciertos e innegables errores, han constituido el periodo más longevo, de mayor duración de nuestro sistema democrático, de su consolidación donde la convivencia permitía pensar en un país donde no podía tener cabida el radicalizar posiciones o, peor aún, tomar como deplorable bandera el conflicto de clases sociales. Porque es precisamente en esa etapa donde se le otorga el acceso al ciudadano de bajos recursos a un mejor porvenir y es así que se fue configurando nuestra clase media.
Surge la autonomía regional, el acercamiento al pueblo mismo a través de la descentralización, por ello es que ante la ignominia del presente, la incapacidad centralizada en Caracas, me quedo con el pasado periodo, es Salas Römer liderando el proceso descentralizador, es Henry Ramos con su voz legisladora en defensa de las libertades públicas, Oswaldo Alvarez o Eduardo Fernández, quienes literalmente entregaron sus existencias por el porvenir de la nación, y es eso lo que no sólo hay que significar, sino recordarlo, porque suele suceder que nuestra memoria es frágil y si es así, César Augusto no sólo perderá la posibilidad de la nueva patria, sino que su esperanza será mucho más remota.
(*) Abogado, ex diputado regional cburguera@gmail.comAl detectarse este movimiento, el presidente venezolano de la época Jaime Lusinchi
NO TUVO MIEDO NI REPAROS con el "país hermano", autorizó una gran movilización
que las fuerzas armadas venezolanas, incluyendo aviones F-16 que sobrevolaron las naves
colombianas, esperando órdenes para atacar.
El gobierno colombiano en cabeza de Virgilio Barco también ordeno una movilización
militar además de cambiar las hipótesis de conflicto para su preparación militar de la
siguiente forma X-2 Venezuela y X-3 Nicaragua la movilización de varias unidades del
ejército y la movilización del Submarino ARC Tayrona a la zona como apoyo
El 17 de agosto el presidente Lusinchi pide “unidad nacional frente a crisis con Colombia”.
Se reúne con el Alto Mando Militar y conversa con los expresidentes Rafael Caldera,
Carlos Andrés Pérez y Luis Herrera Campins. Los secretarios generales de los partidos
El 18 de agosto, 9 días después del primer retumbe de tambor, Luisnchi se dirige
a la nación y ofrece a Colombia “diálogo abierto sin presiones ni plazo fijo y con agenda global”.
Finalizó afirmando: “Este es un problema nacional y con ese criterio y por razón de estado
así lo manejaremos”. Prometió “ser a todo evento intérprete fiel de la voluntad nacional”.
Para ese momento, ya se había retirado la nave incursora colombiana que permanecía
en territorio marítimo venezolano.
El 17 de agosto de 1987 la crisis llego a su máximo punto, el gobierno de Venezuela
iba a ordenar el hundimiento de la Corbeta ahora Fragata ARC Independiente que llegó
a la zona para relevar a la ARC Caldas, sin embargo la fragata Colombiana también
estaba preparada para hundir varias unidades venezolanas y el submarino Tayrona
las demás que estuvieran en la zona. Este ha sido un punto difícil a la hora de explicar l
o sucedido ya que es muy difícil determinar cuál de las dos versiones es la correcta.
Sin embargo, por pedido del secretario de la OEA João Clemente Baena Soares
y el presidente de Argentina Raúl Alfonsín el gobierno colombiano retiró la
corbeta de la zona
.
La crisis tuvo como causa la disputa sobre la soberanía en el Golfo de Venezuela,
sobre el cual no existe una delimitación aceptada por ambos países.
Tanto Venezuela como Colombia la han delimitado unilateralmente, perdiendo siempre Venezuela,
por supuesto, por lo cual las áreas de patrullaje de sus armadas se solapan, pero Lusinchi le echó
un carretón de bolas venezolanas y no arrugó o negoció, que en eso son unos artistas los
colombianos..
La crisis de la corbeta Caldas no fue la primera ocasión en que se corrió el riesgo de unaRafael Poleo: La fina tarea de Santos y Obama
Rafael Poleo
La fina tarea de Santos y Obama
Revista ZETA
Opinión
29-04-2011
Toreando al alimón, los finos estadistas que gobiernan en Estados Unidos y Colombia han ido desnudando y acorralando al desacertado gobernante venezolano, a quien Santos tiene sometido al punto de indicarle a qué guerrillero debe entregarle.
Los venezolanos tenemos mucho que aprender de los colombianos, quienes, sin los ingentes recursos que tenemos nosotros, han alcanzado un nivel de vida superior al nuestro en todos los sentidos y están en un camino ascendente mientras nosotros, como proclamada estrategia de Estado, descendemos hacia el nivel de los cubanos, quienes son el pueblo que peor vive en el continente hecha la excepción de Haití.
En tiempos de la defectuosa democracia los colombianos se venían para Venezuela porque aquí se vivía mejor. Todo se echó a perder cuando los venezolanos incurrieron en la irresponsabilidad de elegir presidente a un mozo atolondrado que no tenía preparación para el cargo. Esta vida no perdona errores. Los venezolanos lo pagarán con una miseria de la cual apenas están sufriendo el comienzo, ya que el daño es estructural y la reparación tomará mucho tiempo aún si Chávez es desalojado del poder -que si no, Venezuela será totalmente destruida.
Decir que el error lo cometió “el colectivo” no refleja toda la verdad. En primer lugar porque, en su momento, muchos venezolanos alternamos ruegos e insultos tratando de convencer a nuestros compatriotas de que no cometieran el costoso disparate de elegir a ese muchacho sin preparación. Luego, porque eso de “colectivo” sirve para disolver la responsabilidad, cuando es evidente que unos fueron más irresponsables que otros. Por último, porque si “el colectivo” entendido como masa fue irresponsable, más lo fueron los dirigentes, cuya calidad venía descendiendo desde que los padres fundadores de la democracia abandonar el escenario.
Desde que desaparecieron hombres de Estado como Betancourt, Leoni, Villalba y Caldera, por no hablar de servidores públicos como Pérez Alfonzo, Mayobre y Andrés Germán Otero, y de empresarios como Eugenio Mendoza, Alejandro Hernández, Ángel Cervini, N. D. Dao y Rodolfo Rojas, éste país entró en pendiente en cuanto a calidad del liderazgo se refiere. Por cierto que esta apreciación se puede extender a la Literatura y el Arte, al generalato -había que verles la cara a generales como Briceño Linares y Ramón Florencio Gómez-, a todo salvo el deporte profesional, que no es venezolano aunque venezolanos se destaquen en él. Bajamos y bajamos hasta quedar gobernados por estos curracos y no tener una figura sólida que concentre el respeto y la adhesión del electorado opositor, lo cual convierte las primarias de la Oposición en una feria de muchachos que no han aprobado el curso superior en “esas difíciles ciencias que deben saber los nautas”, como decía Job Pim.
La calidad del “colectivo” y la del liderazgo están obviamente interconectadas. Líderes como Pérez Jiménez, Betancourt, Leoni y el primer Caldera no adulaban a la gente prometiéndoles el paraíso. Eran gobiernos de trabajo. Con el petróleo a seis dólares o menos le dieron a Venezuela un impulso que la convirtió en ejemplo mundial de seriedad y progreso. Los problemas estaban identificados y cada año se los hacía retroceder. Después vino el alza en los precios del petróleo y aparecieron los gabinetes cuyos ministros estaban allí para enriquecerse y los presidentes que fundamentaron su popularidad en envilecer al pueblo, de los cuales el actual es el ejemplo más irresponsable y descarado. Mientras tanto, en Colombia una generación de estadistas como los Lleras fue sucedida por otra no menos competente, como la de Uribe y Santos. Con unos ingresos modestos, incomparablemente inferiores a los que el petróleo y la deuda criminalmente contraída proporcionaron a los gobernantes venezolanos, sus pares colombianos están construyendo una gran nación, mientras aquí asistimos a la disolución de la república, que Hugo Chávez debilitará hasta dejarla lista para la parrilla de los intereses internacionales; es decir, para la pérdida de la soberanía, destino fatal si Dios no mete su mano.
Chávez en manos de Santos
La superioridad del liderazgo colombiano se está demostrando en el pobrísimo desempeño de Chávez frente a sus correspondientes Uribe y Santos. Uno primero y el otro después, concatenados, cada uno con su estilo, a Chávez lo han llevado por la calle de la amargura. Uribe dejó listas las pruebas de que Chávez, en desempeño propio de su infantil naturaleza, cayó en la barbaridad de asociarse con la narco-guerrilla en el plan para derrocar el sistema democrático en Colombia. La intervención fue una chambonada. Dejó huellas por todas partes. Cuando se dio cuenta del disparate que había cometido ya los colombianos nos tenían en sus garras. Tuvo que ir en sumisa peregrinación a Santa Marta. Allí, con el pánico pintado en el rostro, tuvo que hacerle la barba a Santos -cuya sonrisa cruel era un poema-, y someterse a una prueba que los Jefes de Gobierno enfrentan normalmente: las preguntas directas de periodistas independientes. Aquella dolorosa comparecencia frente a periodistas normales demostró que el Presidente de Venezuela no es capaz para el ejercicio del cargo, que es el dulce mal con que nos estamos muriendo chavistas y no chavistas.
Venezuela tiene un presidente incapaz para el ejercicio de su cargo, a quien manejan otros gobernantes que sí son capaces, Castro de un lado y Santos del otro, siempre en perjuicio del interés nacional venezolano.
A partir de la computadora de Raúl Reyes y después de la ordalía de Santa Marta, Chávez no ha hecho más que padecer. En manos de Santos luce como un principiante haciendo de sparring para un campeón. El colombiano es despiadado en mostrar la indefensión del venezolano. Uno casi es solidario con Hugo, reprochándole quién lo mandó a meternos en esa vaina-pregunta absurda, pues todo el mundo sabe que lo mandó Fidel.
Ahora, con la captura del guerrillero colombiano con asilo sueco, Santos lo ha puesto a violar algo que algún día Chávez va a necesitar, como es el derecho internacional del asilo. La traición al confiado camarada guerrillero lo querella con la izquierda, pero sobre todo evidencia que Santos lo tiene sujeto por las mochilas. Cómo será esa garra cuando Chávez ha tenido que hacer semejante barbaridad, costosa en sí misma pero agravada por la desastrosa revelación de que el “guerrillero sueco” tiene cédula de identidad venezolana, otorgada cuando eran panas. De allí vamos a lo que quizás sea lo más importante de cuanto hay ahora mismo sobre el tapete político: un Registro Electoral Permanente trucado por expertos cubanos para asegurarle a Chávez un bojote de votos antes de que se abran las votaciones. Ingenuo sería creer que Santos no lo sabía.
Para este observador que alguna experiencia tiene, Santos actúa entendido con Obama. El Presidente de Estados Unidos tiene en la bola mucho más de lo que sugiere su bien administrado aire de negrito simpático. Su paciente desempeño en el escenario interno estadounidense merece comentario aparte. En el escenario internacional, ha metido en el canasto a las potencias europeas obligándolas a pagar la cuenta en el Norte de África y el Medio Oriente, obligación que siempre habían tenido que cumplir los americanos. Sobre Iberoamérica se hace el desentendido, pero va al origen del problema, que es la pobreza, al empujar tratados de libre comercio que crearán empleo en los países favorecidos, Panamá y Colombia especialmente. Estas mercedes tienen contraprestación. Sin meter la mano directamente, Obama ha solicitado a Santos que maneje a Chávez, lo cual para el colombiano es un placer además de una obligación, puesto que Chávez al final lo que quiere es tumbarlo y montar en Colombia otro fidelismo -realidad que Santos no pierde de vista.
En todo esto vemos a dirigentes de alta calidad respaldados por electores conscientes de lo que significa elegir un presidente. Dos grandes pueblos, Colombia y Estados Unidos, trabajando en las áreas de común conveniencia, mientras dos pueblos desacertados, Cuba y Venezuela, se hunden en la pobreza, pierden su libertad y cuidado si también la soberanía. Un panorama para estudiar, evaluar y aprender.
Rafael Poleo: Obama-Santos-Chávez
– 26 ABR 7:58PUBLICADO EN: OPINIÓN
Rafael Poleo
A Sangre Fría
El Nuevo País
Opinión
26-04-2011
*** Maestro del toreo, Santos va metiendo a Chávez en el canasto del Imperio, que es una manera de salvarlo, vistos los modos que Obama, el de la sonrisita de “yo no fui”, se está gastando por esos lados de África.
Entre los años cincuenta y sesenta Venezuela tuvo un torero muy vistoso en Luis Sánchez, “El “Diamante Negro”. Un negro fino de aspecto y condición, con una capa vistosa y una izquierda que una vez ligó hasta diecisiete naturales. Pero Luis perdía los trofeos porque su derecha fallaba a la hora de matar.
La toledana en manos de un matador de toros es lo que la misilística en manos de un presidente de los Estados Unidos, o viceversa. Obama tiene una fina mano izquierda. Con ella llevó a los europeos a dar la cara por el bodrio que tenían montado en el Norte de África. Y una firme derecha, la que está demoliendo el poder aéreo y blindado sin el cual Kadafi no puede sostenerse.
Estados Unidos siempre tuvo mano derecha. Hace más de cíen años corrió a las potencias europeas que se querían repartirá Venezuela. Fue en tiempos de Cipriano Castro, de quien Chávez gusta proclamarse legítimo heredero.
Esa mano derecha que Estados Unidos aplicó en la Venezuela de Don Cipriano, haciendo regresara Europa los acorazados que sitiaban Puerto Cabello, ahora se ha vuelto sutil sin perder nada de su fuerza. Es una mano derecha que aprieta dónde y cuándo le conviene a su dueño. A Kadafi lo ha apretado lo suficiente para detenerlo, mientras la otra mano, la izquierda, busca dónde guardarlo -puede ser en Venezuela.
Pero Estados Unidos no tenía mano izquierda hasta que llegó Obama, el negrito sonriente que no moja pero empapa. Con Obama, Estados Unidos se metió en lospateaderos europeos del África sin siquiera mojarse los pirrieles. De ahora en más no podrán negarle su parte de petróleo africano, sin tener que pagar precios como los pagó en Vietnam y Afganistán.
En América Latina, Obama se ha pasado la muleta a la mano izquierda. Lo de Honduras es orfebrería, y Raúl Castro no haría lo que está haciendo si no tuviera cierta forma de acuerdo con Estados Unidos.
Todo se le hace más fácil a Obama con el aliado que se encontró, un estadista a su altura, el colombiano Santos. Como Uribe, el actual Presidente de Colombia es flor de una oligarquía responsable que tiene a su pais en el camino de la mayor prosperidad, con ese tratado de libre comercio que le abrirá a los laboriosos colombianos el mercado más rico del planeta, el de Estados Unidos. (¡Ah malaya una oligarquía responsable, en vez de esta absentista y extractiva que hemos tenido en Venezuela!).
Obama y Santos son una llave maestra capaz de abrir las puertas del Cielo y cerrar las del Infierno. El bolsillo de Santos es un cajón de sastre. Ahí hay de todo. A Chávez lo tiene sujeto por las mochilas por eso de la indiscreta cohabitación de Hugo con la narco-guerrilla. Para mayo viene la apertura de las computadoras guerrilleras. Será en Londres. Ni Obama ni Santos tendrán nada que ver…
Cada vez que Cha vez va, con la gorra en la mano, a conversar con Santos, de allí sale a hacerle al colombiano alguna diligencia. Esta vez se trata de amansar a Zelaya. De obligarlo a que asuma su realidad, regresando a Honduras a hacer política convencional, no a echar vaina. Obama se lo pidió a Santos. Santos se lo pautó a Chávez, Chávez salió a hacer el mandado y Zelaya tiene que cuadrar. Así iremos conociendo a un Chávez colaborador y diligente. Santos va “metiéndolo en el canasto” de Obama, como dicen los toreros cuando van conduciendo al toro bajo el conjuro de una muleta experta, un natural tras otro, pura mano izquierda.
Asi, no les extrañe que Santos cuadre un discreto entendimiento de Chávez con Estados Unidos. No le va quedando otra al atolondrado barinés para escapar de un destino como el de sus pares árabes. José Vicente, Diosdado y demás capitostes chavistas, generales incluidos, dormirían el sueño de los salvados. Giordani se hará monje budista y sus traficantes financieros se conchabarán con sus pares de Wall Street. Jodidos estarán honestos radicales como Rodríguez Araque, traicionados cual en política corresponde a la gente de buena fe.
Del otro lado. Santos tendría lo suyo: un mercado ganoso de los productos colombianos. En cuanto a Obama, habrá coronado su faena de pacificar el vecindario. Con mano derecha y mano izquierda, que pa’eso Dios nos dio un par.
No hay comentarios:
Publicar un comentario