La artista logró combinar en una noche muy íntima y especial un amplio catálogo de sus temas clásicos. Su voz y su presencia en escena hicieron que el público asistente quedara, a partir de ahora, marcado como el selecto grupo de personas que pudo verla en su regreso a Venezuela.
Caracas.- A las 10:00 en punto de la noche las primeras notas de Tonada de Luna Llena, original de Simón Díaz, se dejaron escuchar en el centro de convenciones del hotel Eurobuilding y con esa canción una impactante Paloma San Basilio deleitó a los presentes para seguidamente agradecer al publico por la calurosa bienvenida y luego de unas palabras dedicadas a Tío Simón, llegó Pecado.
El público se dejo seducir por su portentosa voz y acompañó a la San Basilio cuando interpreto el bolero Sabor a ti.
El escenario, aunque pequeño, se dio abasto para el íntimo concierto que la española le estaba dedicando a los caraqueños que acudieron a su encuentro. Entre las luces azules Paloma se movía delicadamente y regalaba suaves temas como Piensa en mí para luego animar a los presentes con el varias veces versionado Piel canela en el que regalo un baile y fue recompensada con fuertes aplausos del público.
Seguidamente, entre pasos de joropo y gran entusiasmo por parte del público, que a estas alturas ya estaba rendido a sus pies, el internacional Caballo Viejofue entonado por la siempre elegante Paloma.
Hasta bromas se permitió la ibérica, quien antes de la primera pausa del recital, para cambiarse de vestuario, señaló que ya eran suficientes las plumas que cargaba, debido a que era Paloma como para seguirlas llevando en su vaporoso vestido. Al llegar del cambio de vestuario San Basilio volvía a ser ella con un estilizado vestido plata con lentejuelas y cantó Al este del edén, una de sus canciones favoritas como confesaría.
Siguió Mediterráneo de Joan Manuel Serrat, para seguidamente comenzar a interpretar sus clásicos Cariño Mío, Demasiado herida en la que su histrionismo hizo gala; Juntos en la que auditorio la acompañó en el coro; Beso a beso, Luna de miel, Por qué me abandonaste e Himno al amor.
Era el tercer acto y San Basilio volvía a cambiarse de vestido para regresar con un delicado traje blanco.
Como ella confesaría, los temas por los cuales se hizo cantante serían los que interpretaría ahora.
Comenzó con Memories del musical Cats, siguió Por ti volare, que desde el inicio arrancó aplausos, interpretó también Vida, y llenó de magia el escenario con No llores por mí Argentina original de Andrew Lloyd Webber, la cual fue la canción más coreada y aplaudida de la noche que sirvió para cerrar con broche de oro, mientras que el auditorio se paraba y la despedía con fuertes aplausos pidiendo una y otra vez que volviera al escenario para seguir volando con sus clásicos.
Paloma San Basilio
demostró que aún le
queda mucho más
Adriana Chirinos Castro | achirinos@el-carabobeno.com
Adriana Chirinos Castro | achirinos@el-carabobeno.com
El tiempo pasa, pero como bien lo gritó uno de los espectadores, para Paloma San Basilio no. La diva de 60 años demostró, en la tarima del World Trade Center de Valencia, que aún tiene mucho que ofrecer y que su voz se mantiene exacta, o mejor que hace algunas décadas.
Con millones de aplausos, el público recibió a la española, que los deslumbró con un maravilloso vestido blanco floreado, con plumas que le cubrían el pecho y la espalda. El primer tema, electo especialmente para su tour "Esencia" en Venezuela, fue "Tonada de luna llena", de Simón Díaz. Las alabanzas no faltaron al culminar la canción.
Ya cautivada la audiencia con su entrada, aumentó la emoción al decir: "Encantada de volver a estar aquí y más por la maravillosa causa del Aula Magna de la universidad. Siempre he pensado que sin información y sin cultura, la libertad es menos libertad".
"Yolanda", "Sabor a mí" y "Piensa en mí" fueron los temas que siguieron. Su emoción al cantar y sus tradicionales vueltas lentas sobre la tarima hicieron que un fanático le gritara. Riendo, respondió: "No te he entendido pero seguro que fue maravilloso. Luego me lo dices en privado" y lanzó un beso.
Oír a Paloma San Basilio, en el evento organizado por Egreamigos, entonar una canción del maestro Simón Díaz fue una sorpresa. "Caballo viejo" fue el tema con el que culminó la primera parte; luego de cantar la diva se cambió de vestuario. A los pocos minutos salió con un entallado vestido plateado que brillaba en todo el salón.
"Viene la parte de cortarnos las venas y luego nos la volvemos a coser", dijo San Basilio al público con gestos de una persona que ama lo que hace. De Armando Manzanero, interpretó "Será que hoy" con la que abrió esta etapa del show, le siguieron "Demasiado herida", "Juntos", "Beso a beso, dulcemente" y el éxito internacional que la inmortalizó, "Luna de Miel". Todas fueron coreadas por los más de mil espectadores.
Para cerrar y dejar a jóvenes y adultos con la boca abierta, Paloma salió con un vestido blanco que pocas pueden llevar así de bien. Su estatura y elegancia se desbordaban del escenario, mientras interpretó "Por ti volaré" de Andrea Bocelli, "No llores por mi Argentina", escrita en inglés por Andrew Lloyd Webber y Tim Rice para el musical "Evita". Al son de una marcha se despidió con "Hasta siempre".
"Nadie como tú" hizo que la mayoría se levantara de sus asientos para bailar la última canción, que por ahora San Basilio interpretó en Valencia. Las expresiones de alegría, entusiasmo y respeto por la cantante se reflejaron en una ovación de pie.
Emoción antes de "comer"
Antes de que el "plato principal" saliera al escenario, el joven Manuel Betancourt deleitó a las personas durante tres hermosas y románticas canciones. Luego fue el momento del Grupo de Música Popular Latinoamericana de la Universidad de Carabobo, que con casi 30 años de fundado, mantuvo la alegría en el lugar.
"La Bikina", de Rafael Fuentes; "América"; "Rosario"; varios popurrís, incluyendo uno de joropo y un golpe tocuyano, animaron tanto al público que al culminar pidieron otra. Ese fue el momento de "Cambalache", tema con el que dejaron la tarima.
Hoy y Después en Valencia
Alfredo Fermínafermin@el-carabobeno.com
En esta ciudad, donde los buenos espectáculos han desaparecido, es un acontecimiento memorable el ofrecido, el jueves, por la cantante española Paloma San Basilio, en el auditorio del hotel Hesperia WTC, con la presencia de más de 1.500 espectadores que quedaron extasiados, ante la belleza, la elegancia y la voz de esta artista que -aunque menos aterciopelada- continúa siendo una excelencia musical.
El concierto fue organizado por María Luisa Maldonado y la junta directiva de Egreamigos que le acompaña, para cumplir el sueño de dotar a la Universidad de Carabobo de un aula magna en la que la arquitectura, las actividades artísticas y culturales se unan a la academia y a la extensión universitaria.
Fue un acierto que se cambiara el escenario, escogido inicialmente, el edificio en construcción en Bárbula, por el gran salón del World Trade Center, no sólo por las amenazas de lluvia, sino por la seguridad, la comodidad y por el atractivo de conocer una de las salas más modernas que existen en el país, a la que sólo le falta mejorarle la acústica.
Además, hubo el atractivo de disfrutar de whiskies y vinos, con sus respectivos tequeños, hasta que la empresaria María Gómez, con ese tono de autoritarismo que la caracteriza, dio la orden de que no quería ver más a un mesonero por la sala, efectuando su trabajo. Así fue y estuvo bien.
El espectáculo comenzó con la presentación del joven cantante Manuel Betancourt quien, acompañado al piano por Juan Pablo Correa, sorprendió con su calidad interpretativa. Siguió el Grupo de Música Popular Latinoamericana, que inició la fiesta con un entusiasta programa que terminó con un popurrí de joropos y el tango Calambache, que cantó como bis, a pesar de que el tiempo se les había agotado. Pero el soberano lo exigió y se le complació, de acuerdo con el buen saber y entender del director Juan Pablo Correa.
EVA PERON REENCARNADA
Eran las 9:54 de la noche, cuando el sonido melancólico de una flauta anunció la entrada de la diva con un traje crema con estampados y plumas de variados colores en el escote. Como una escultura de Evita Perón, de su voz salió la Tonada del Cabrestero, de Simón Díaz. Paloma dedicó comentarios para expresar su admiración por el compositor venezolano y su pesar por encontrarse "malito".
La artista expresó también su satisfacción por regresar a Valencia para cantar por la causa de Egreamigos, a favor de la cultura porque, "cuando no hay cultura, hay menos libertad", frase que le valió una salva de aplausos.
Siguió una tanda de boleros: Se te olvida, Sabor a mí, Piensa en mí, Piel Canela. Y, cuando el público se encontraba evocando tiempos idos, irrumpieron los primeros compases de Caballo Viejo, del cual hizo una versión conmovedora, moviendo la falda de su delicado traje como una bailarina de joropo. La profundidad del canto y su entrega por expresar el alma venezolana, demostraron que la artista quiso rendirle homenaje al gran Simón Díaz. La interpretación de este canto fue suficiente para recordar, por siempre, esta velada.
Para la segunda parte, Paloma, luciendo traje color malva con brillantes destellos y el estilo de los años 50, se mostró sensual, divina, con movimientos de manos, propios de una primera estrella del ballet, y sensualidad que se desbordaron en piezas de Armando Manzanero, en Demasiado herida y Nunca sabré.
En su tercera y última parte, la diva española se presentó trajeada de blanco con escote asimétrico, del cual pendía una estola, un verdadero espectáculo de mujer glamorosa, dispuesta a completar su artística faena, en la que no podía faltar No llores por mi Argentina, la pieza que más ha cantado en su vida. El grupo musical, con percusión y flauta, y el equipo de iluminación se unieron para que el espectáculo, auspiciado por Egreamigos, resultara redondo, perfecto e inolvidable.
EN CINE ARTE PATIO TRIGAL tenemos la oportunidad de ver El Cisne Negro, un film apasionante que a pesar de su imperfección es capaz de maravillar al público. Natalie Portman asimila la transformación asombrosa de su personaje, que le valió el Oscar de este año 5:15, 7:15 y 9:15.
Sueños y desvelos de
Carmelo Niño en el
Museo de la Cultura
Belgica RodriguezLa imaginación creadora de este artista pintor, no tiene límites. Sorprende en cada pintura que sale de su taller y proyecta su actitud frente a la creación artística.
Mente, espíritu, afectos, emoción, conocimiento, concepto y realidad artística se corporeizan en la sola columna que fundamenta un planteamiento único: un Carmelo Niño es un Carmelo Niño.
Son las pinturas realizadas al abrigo del silencio de un taller donde, sin dejar de ser el espacio del hombre, los fantasmas del pasado le piden traerlos al presente.
Logra el artista la perfección soñada, siempre renovada a partir de sus propuestas plásticas, de sus atmósferas sublimes y reiterativas en sus personajes solitarios y hieráticos que no aceptan el olvido. El tiempo se detiene en la magia de lo fantástico, en la energía de los lugares de la memoria y en ciertas imágenes arquetípicas de la historia del arte.
Las madonas de tiempos históricos, aparecen en retratos plantados sobre escenarios nebulosos que parecen haber sido robados del telón de fondo, simbólico y surrealista, que envuelve La Gioconda de Leonardo, de quien toma, en la mayoría de sus obras, la composición piramidal con la figura central dominando la composición plástica de retratos de personajes desconocidos que conducen al espectador a celebrar la vida y el arte.
El horizonte no tiene límites en esta pintura. Las imágenes ubicadas en ese universo nebuloso, son metáforas de una realidad que se confunde con el sueño.
Figurativo por excelencia, Carmelo Niño describe algo que le pertenece. Es su melancolía. Melancolía como tema colateral al extremadamente detallado figurativismo de grandes dimensiones, reales y aparentes, resueltas a partir de la fuerza de la figura central, proyectándose hacia aquellas otras que, desdibujadas en el espacio, son perfiladas en el fondo de la pintura.
Igual que a existencias subjetivas, en los personajes de Niño, cualquier asomo anecdótico queda relegado a otro lugar cuando el artista asume responsablemente el origen y la forma como base sustentable de su propuesta, temática y estética. Sin estridencia cromática Niño, muestra su tema figurativo en versiones de seres detenidos en el tiempo y el espacio.
La materialidad reposada de los elementos pictóricos que permea la pintura de Carmelo Niño, sustrae la interpretación de imágenes antiheroicas, ellas solo representan una existencia interior, una realidad de carácter mágico religioso que les permite sobrepasar los límites de lo real para ubicarse en el universo reflexivo del Ser y la Nada.
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