Torre David irá a la Bienal de Venecia
Alfredo Brillembourg mostrará en un libro la invasión de la Torre Confinanzas.
Brillembourg y Klumpner presentarán el libro "Torre David"
DUBRASKA FALCÓN | EL UNIVERSAL
viernes 17 de agosto de 2012 12:00 AM
Antes de comenzar la entrevista Alfredo Brillembourg (Nueva York, 1961) pregunta: "¿Cómo te enteraste del proyecto de Venecia?". La interrogante es justificada. El arquitecto está consciente de la polémica que ha generado en Venezuela la presentación del libro Torre David: Gran horizonte, que se llevará a cabo en el edificio Corderia, dentro de la XIII Bienal de Arquitectura de Venecia.
Sabe que ha recibido fuertes críticas de sus colegas -por ejemplo, de Jimmy Alcock y Oscar Tenreiro- por el trabajo, realizado junto con Hubert Klumpner, que fue seleccionado por el curador del evento David Chipperfield para estar dentro del Pabellón de Italia.
"¿Cómo pueden hablar si ni siquiera han visto la propuesta? Lo que está circulando es un bosquejo que Chipperfield soltó como información de prensa. Obviamente nadie entiende la propuesta", afirma el creador de los gimnasios verticales, el baño seco de La Vega y la escuela para niños autistas en Valle Arriba.
El equipo de trabajo Brillembourg, Klumpner y de la oficina Urban Think Tank se instaló durante un año dentro del Centro Financiero Confinanzas, conocido como Torre David, ubicado en la avenida Andrés Bello. Ahí hicieron un diagnóstico de los trabajos realizados por 3.000 familias que invadieron, hace cinco años, la construcción creada por David Brillembourg.
"El punto no es hablar de política. Somos historiadores, diseñadores y teólogos de la arquitectura de la ciudad. Al curador le interesó nuestro trabajo acerca del fenómeno de la Torre David en Caracas. A nosotros no nos interesa cómo llegó a ser lo que es hoy. Ahora examinamos cómo los habitantes han logrado, sin ascensor, infraestructura, electricidad, ingresos y apoyo de ningún banco, transformar un edificio que, supuestamente, no podía ser transformado".
De esta experiencia nació el libro Torre David: Gran horizonte, de 450 páginas, cuyas imágenes serán expuestas en la Bienal. El texto, de cuatro capítulos, comienza con entrevistas a los arquitectos e ingenieros que construyeron la torre; cuenta qué encontraron al entrar, y plasma la idea de repensar la Torre Confinanzas como un edificio de vivienda social, similar a lo que están construyendo en Shanghai o en Hong Kong.
"Ni Sao Paulo, Lagos, Mumbai ni Caracas pueden controlar la migración feroz. 50% de la población mundial vive en ciudades. Gran parte de ese porcentaje, de aquí al 2030, va a crecer rápidamente hacia el Hemisferio Sur. Se han comido el terreno disponible. La única solución es hacer viviendas verticales populares", apunta.
A la edificación asistieron ingenieros y especialistas en tecnología sustentable de varias partes del mundo, así como científicos de la Universidad Eidgenössische Technische Hochschule, ETH, de Zürich. Este grupo examinó cómo los habitantes de la Torre David consiguieron proveer de energía al edificio; construyeron un tanque utilizando agua de lluvia y crearon un sistema de bombeo; hicieron jardines hidropónicos; crearon instalaciones sanitarias; e instalaron mercados.
"Todo esto lo hicieron a pulso. Ya el edificio no puede recuperarse para la banca. Tienes tres mil familias adentro: ¿Qué vas hacer con ellas?", dice el arquitecto acerca de los invasores que el presidente Chávez juraba desconocer hasta el pasado miércoles, cuando Katiuska Botello le dijo en cadena nacional que tenía tres años en la torre.
Alfredo Brillembourg está consciente de que la torre está invadida. Para él, que jura no avalar este tipo de prácticas, llevar este proyecto a Venecia significa generar discusiones globales. "El arquitecto no hace juicios. La responsabilidad del arquitecto o del urbanista no es denunciar; es buscar soluciones. Mi postura no puede ser decir: 'Sáquenlos de ahí'. ¡No, ya no se puede! Hay que aceptar lo que pasó. La torre es símbolo del fracaso de la administración de la ciudad y de la política habitacional".
El arquitecto afirma, además, que la Torre David es una "mini Caracas" que se ha convertido en un símbolo de la ciudad. "Todo lo que pasa en Caracas pasa dentro de la torre. Si en Caracas hay actos delictivos, en la misma proporción los van a ver en la torre. ¡Es una mini Caracas vertical! Por eso las denuncias de mis colegas son completamente absurdas. No entienden la realidad: Caracas no se puede echar para atrás, tú no puedes cambiarla y convertirla en Barcelona", remata Alfredo Brillembourg.
Sabe que ha recibido fuertes críticas de sus colegas -por ejemplo, de Jimmy Alcock y Oscar Tenreiro- por el trabajo, realizado junto con Hubert Klumpner, que fue seleccionado por el curador del evento David Chipperfield para estar dentro del Pabellón de Italia.
"¿Cómo pueden hablar si ni siquiera han visto la propuesta? Lo que está circulando es un bosquejo que Chipperfield soltó como información de prensa. Obviamente nadie entiende la propuesta", afirma el creador de los gimnasios verticales, el baño seco de La Vega y la escuela para niños autistas en Valle Arriba.
El equipo de trabajo Brillembourg, Klumpner y de la oficina Urban Think Tank se instaló durante un año dentro del Centro Financiero Confinanzas, conocido como Torre David, ubicado en la avenida Andrés Bello. Ahí hicieron un diagnóstico de los trabajos realizados por 3.000 familias que invadieron, hace cinco años, la construcción creada por David Brillembourg.
"El punto no es hablar de política. Somos historiadores, diseñadores y teólogos de la arquitectura de la ciudad. Al curador le interesó nuestro trabajo acerca del fenómeno de la Torre David en Caracas. A nosotros no nos interesa cómo llegó a ser lo que es hoy. Ahora examinamos cómo los habitantes han logrado, sin ascensor, infraestructura, electricidad, ingresos y apoyo de ningún banco, transformar un edificio que, supuestamente, no podía ser transformado".
De esta experiencia nació el libro Torre David: Gran horizonte, de 450 páginas, cuyas imágenes serán expuestas en la Bienal. El texto, de cuatro capítulos, comienza con entrevistas a los arquitectos e ingenieros que construyeron la torre; cuenta qué encontraron al entrar, y plasma la idea de repensar la Torre Confinanzas como un edificio de vivienda social, similar a lo que están construyendo en Shanghai o en Hong Kong.
"Ni Sao Paulo, Lagos, Mumbai ni Caracas pueden controlar la migración feroz. 50% de la población mundial vive en ciudades. Gran parte de ese porcentaje, de aquí al 2030, va a crecer rápidamente hacia el Hemisferio Sur. Se han comido el terreno disponible. La única solución es hacer viviendas verticales populares", apunta.
A la edificación asistieron ingenieros y especialistas en tecnología sustentable de varias partes del mundo, así como científicos de la Universidad Eidgenössische Technische Hochschule, ETH, de Zürich. Este grupo examinó cómo los habitantes de la Torre David consiguieron proveer de energía al edificio; construyeron un tanque utilizando agua de lluvia y crearon un sistema de bombeo; hicieron jardines hidropónicos; crearon instalaciones sanitarias; e instalaron mercados.
"Todo esto lo hicieron a pulso. Ya el edificio no puede recuperarse para la banca. Tienes tres mil familias adentro: ¿Qué vas hacer con ellas?", dice el arquitecto acerca de los invasores que el presidente Chávez juraba desconocer hasta el pasado miércoles, cuando Katiuska Botello le dijo en cadena nacional que tenía tres años en la torre.
Alfredo Brillembourg está consciente de que la torre está invadida. Para él, que jura no avalar este tipo de prácticas, llevar este proyecto a Venecia significa generar discusiones globales. "El arquitecto no hace juicios. La responsabilidad del arquitecto o del urbanista no es denunciar; es buscar soluciones. Mi postura no puede ser decir: 'Sáquenlos de ahí'. ¡No, ya no se puede! Hay que aceptar lo que pasó. La torre es símbolo del fracaso de la administración de la ciudad y de la política habitacional".
El arquitecto afirma, además, que la Torre David es una "mini Caracas" que se ha convertido en un símbolo de la ciudad. "Todo lo que pasa en Caracas pasa dentro de la torre. Si en Caracas hay actos delictivos, en la misma proporción los van a ver en la torre. ¡Es una mini Caracas vertical! Por eso las denuncias de mis colegas son completamente absurdas. No entienden la realidad: Caracas no se puede echar para atrás, tú no puedes cambiarla y convertirla en Barcelona", remata Alfredo Brillembourg.
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