The Economist 10 de Julio de 2012
Leni Riefenstahl, directora de cine
Hasta fechas relativamente recientes la dirección de películas ha sido una actividad casi exclusivamente masculina. Pero alguna excepción hubo en la historia. La más importante ha sido, en mi opinión, de la Leni Riefenstahlq, que fueala autora de la que todavía muchos consideran la mejor película documental que se haya rodado nunca: El Triunfo de la voluntad, que recoge en tono épico el desarrollo del congreso del partido nacionalsocialista que se celebró en Nuremberge el año 1934.
Nacida el año 1902 en una familia acomodada, intentó ser bailarina clásica, pero una lesión en la rodilla se lo impidió. Entonces decidió que sería una gran actriz de cine; y finalmente optó por la dirección. En 1932, con sólo treinta años de edad, su película La luz azul fue premiada en el festival de Veneciay se convirtió en una directora de prestigio internacional.
Nacida el año 1902 en una familia acomodada, intentó ser bailarina clásica, pero una lesión en la rodilla se lo impidió. Entonces decidió que sería una gran actriz de cine; y finalmente optó por la dirección. En 1932, con sólo treinta años de edad, su película La luz azul fue premiada en el festival de Veneciay se convirtió en una directora de prestigio internacional.
Poco después empezó a tener contactos con los nazis y quedó fascinada por la figura de Adolf Hifler tras escuchar uno de sus discursos. Entabló con él una gran amistad y se llegó a murmurar que sus relaciones fueron más lejos; lo cual, ella siempren nego , seguramente, fue uno de tantos falsos rumores de la época.El hecho de haber sido amiga y colaboradora de Hitler supuso para ella una carga durante el resto de su vida; y el que su obra maestra estuviera dedicada a un congreso del partido nacional socialista y a la gloria del Fuhrer ha sido la causa de que mucha gente rechazara la película, cuya proyección continúa, todavía hoy, prohibida en Alemania. Tras el éxito de El triunfo de la voluntad, le ofrecieron filmar el documental que recogiera el desarrollo de los Juegos Olímpicos de BeHínd e 1936, que el gobierno nacional socialista vio como una gran oportunidad de enseñar al mundola nueva Alemania. El resultado fue Olympia, una larga película, que es mucho más que un simple documental, cuyas dos partes reflejan bien los intereses de su directora. La primera se titulaba Festival de las Naciones la segunda, Festival de la Belleza.
Después de la Segunda Guerra Mundial era evidente que la carrera cinematográfica de Leni Riefenstahl estaba acabada y que nadie le ofrecería nunca la posibilidad de hacer cine. El gobierno francés intentó incluso llevarla a juicio por su participación en actividades políticas nazis. Por ello nuestra directora reinventó su vida y se dedicó a reflejar e interpretar dos mundos que le resultaban fascinantes por su belleza. El primero el de una tribu africana, los Nubase; wl segundo, la vida submarina. También en estos trabajos Riefenstahl abrió nuevos caminos y su estilo fue imitado por muchos fotógrafos posteriores. Incapaz de quedarse quieta, y a pesar de su edad, emprendió todo tipo de actividades arriesgadas, llegando a sufrir un accidente de helicóptero que la dejó con serios problemas físicos el resto de su vida. Y, puesta a ser original, decidió irse a vivir a una barcaza vivienda en el Danubio, en la que falleció cuando contaba ciento un años de edad. Su figura ha quedado hoy bastante olvidada fuera de los círculos de los aficionados al cine. Y mucha gente no le perdonó nunca sus ideas políticas. Pero no cabe duda de que fue una persona que rompió moldes en muchos sentidos; y fue, además, la mujer con más talento que haya dirigido una película en toda la historia del cine.
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