Razón del nombre del blog

Razón del nombre del blog
El por qué del título de este blog . Según Gregorio Magno, San Benito se encontraba cada año con su hermana Escolástica. Al caer la noche, volvía a su monasterio. Esta vez, su hermana insistió en que se quedara con ella,y él se negó. Ella oró con lágrimas, y Dios la escuchó. Se desató un aguacero tan violento que nadie pudo salir afuera. A regañadientes, Benito se quedó. Asi la mujer fue más poderosa que el varón, ya que, "Dios es amor" (1Juan 4,16),y pudo más porque amó más” (Lucas 7,47).San Benito y Santa Escolástica cenando en el momento que se da el milagro que narra el Papa Gregorio Magno. Fresco en el Monasterio "Santo Speco" en Subiaco" (Italia)

viernes, 31 de agosto de 2012

No regresa Sándor Márai a Hungría, y su extensa obra (aún sin traducir por entero al español), así como su tragedia personal, esbozada en estas memorables páginas, quedan como testimonios de grandes errores históricos de la humanidad, que supeditaron la libertad y la vida de millones de personas a proyectos totalitarios, que -tanto hoy como ayer- sólo buscaban el poder por el poder mismo, y rápido se olvidaron de las promesas mesiánicas para echar a andar sus funestas maquinarias de la muerte...El que tenga capacidad de discernimiento entiende el mensaje sobre lo que nos espera si gana Hugo Chávez estas elecciones


El comunismo y sus maquinarias de la muerte

RICARDO GIL OTAIZA |  EL UNIVERSAL
viernes 31 de agosto de 2012  04:30 PM
Tarde llegan al mundo hispanohablante los libros del escritor húngaro Sándor Márai (1900 -1989), quien luego de su muerte, ocurrida por decisión propia (al no soportar la soledad y la tristeza a raíz del fallecimiento de su esposa), han recibido una cálida acogida por parte de los lectores y de la crítica especializada, ya que retratan, con pasmosa fidelidad, un mundo velado para nosotros de una periferia europea arrasada por la guerra, destruida hasta los escombros, y que fuera reconstruida paso a paso no obstante el inmenso dolor humano que todo ello trajo consigo.

En ¡Tierra, Tierra! (Salamandra, 2006), considerado por los editores como el libro "más íntimo y desgarrador" de Márai (cuestión que no comparto, ya que susDiarios, publicados por la misma casa editora, son tan o más personales y desgarradores que la obra hoy reseñada), ha llegado a convertirse en un verdadero clásico en su estilo.  Si bien el libro se lee como una gran novela (una verdadera obra maestra, dicho sea de paso), no deja de ser triste el constatar que nada de lo en él expresado es producto de la fantasía del autor, sino que constituye el recuento (hecho más de dos décadas después de lo acaecido) de sus terribles vivencias personales y familiares entre 1944 y 1948, desde que el ejército alemán invadiera a Hungría, pasando por el cerco ruso a Budapest y la entrada del ejército rojo, hasta 1948, año en el que autor abandona su país al ser incompatible con sus principios y valores el férreo régimen comunista impuesto desde Moscú a sus naciones satélites, y se autoexilia (junto a su esposa y su hijo) en Estados Unidos, concretamente en San Diego, California, hasta su muerte.

Es ¡Tierra, Tierra! un libro fundamental para comprender, desde nuestra visión occidentalizada de la historia y de sus grandes catástrofes, la tragedia vivida por millones de personas de la Europa del Este, quienes en pleno siglo XX tuvieron que perder hogares, empleos, sueños y -millones de ellos- sus vidas, a causa del fanatismo (de cualquier naturaleza: ideológico, religioso o tribal), que necesariamente conduce al exterminio, y que ha dado muestras suficientes de ser incompatible con el progreso y la paz de las naciones.

¡Tierra, Tierra! no es un libro fatalista, en el que el autor haga catarsis con amargura de todas las humillaciones recibidas por él y los suyos para generar en los lectores una suerte de "compasión", que utilice como ancla para mantenernos atentos a la lectura, como suele suceder con muchos libros memorialistas. Nada de eso. Es un texto sobrio, sosegado (aunque apasionante), si se quiere esperanzador, en el que el escritor plasma con rigurosidad (exenta de odio y de deseos de venganza; que sería lo dable por todo el sufrimiento acumulado) cómo lentamente el oprobio comunista se va apoderando de la sociedad y la hace esclava de su supuesto "Ideal", hasta destruirla. Márai narra de manera descarnada cómo el denominado "bolchevismo", lenta y certeramente se entroniza en el corazón del aparato político de la nación húngara -mas no en el corazón de sus habitantes-, y la hace (literalmente) añicos.

Pero no sólo nos habla Márai de la tragedia social del pueblo húngaro (equivalente a la de las otras naciones satélites del poder soviético), sino también de su cultura. El libro abunda en referencias sobre los escritores húngaros legendarios para entonces (Krúdy, Csokonai, Vörösmarty, Ady, Cholnoky, Mór Jókai, József Eötvös, Kálmán Milkszáth, Géza Csáth y Kosztolányi, entre otros), así como de las nuevas voces que ya empezaban a despuntar en un horizonte de casi diez millones de almas aglutinadas en torno a su lengua.  Se mueve el autor en un espectro en el que las bellas letras se convierten así en la única razón para quedarse en medio de la devastación comunista, pero se da un punto de quiebre en el que Márai comprende "que estaba viviendo en un país donde no solamente estaba prohibido hablar y escribir libremente, sino donde también estaba prohibido callar libremente", y es entonces cuando decide marcharse antes de vender a los rojos su conciencia, y su intelecto.

No regresa Sándor Márai a Hungría, y su extensa obra (aún sin traducir por entero al español), así como su tragedia personal, esbozada en estas memorables páginas, quedan como testimonios de grandes errores históricos de la humanidad, que supeditaron la libertad y la vida de millones de personas a proyectos totalitarios, que -tanto hoy como ayer- sólo buscaban el poder por el poder mismo, y rápido se olvidaron de las promesas mesiánicas para echar a andar sus funestas maquinarias de la muerte.

rigilo99@hotmail.com

No hay comentarios: