Las librerías locales no hacen su agosto
La gente se acerca más a los libros en vacaciones, pero las ventas bajan
El libro siempre es un buen acompañante para los viajeros o en el período de receso laboral o escolar CORTESÍA
DANIEL FERMÍN | EL UNIVERSAL
viernes 24 de agosto de 2012 12:00 AM
Philippe Delerm tiene un cuento, que está en el libro El primer trago de cerveza y otros placeres de la vida, en el que retrata la incomodidad de leer en la playa. El sol, la arena que se cuela entre las páginas, los cambios de postura, el viento. Elementos que dejan a uno con la sensación de leer con el cuerpo, diría el francés. Y aunque los turistas suelen llevarse un libro a la playa, eso no se refleja en las ventas de las librerías nacionales independientes.
El período de vacaciones perjudica a los libreros, que no hacen su agosto en agosto. Las ventas bajan en esos días. "A nosotros esa fecha nos afecta; muchos se van de la ciudad. Históricamente agosto y septiembre siempre han sido meses flojos para el negocio", dijo Andrés Boersner, librero de Noctúa (ubicada en el Centro Plaza).
La disminución de las ventas no indica que la gente no lea en ese período de descanso. Muchos compran su lote de libros previo a las vacaciones. "Los meses antes, junio o julio, las ventas agarran un pequeño auge. No mucho, pero sí suben. Intuyo que es para leer en las próximas semanas. Y si no leen, por lo menos tienen la intención de hacerlo", agregó el también presidente de la Sociedad de Amigos de la Fundación para la Cultura Urbana.
A la Librería Alejandría II también le pasa algo similar. "Yo no sabría cómo medirlo. Solo diría que antes de llegar a Semana Santa, la gente se lleva las llamadas novelas playeras, igual que en Carnaval, o en diciembre. Creo que aprovechan la temporada para leer lo que no leen el resto del año", explicó Rodnei Casares, encargado del local de Centro Comercial Paseo Las Mercedes.
Las lecturas ligeras suelen ser ideales para esas fechas. Como para leer mientras se está acostado en la arena, aunque pocos terminen el libro, o a la espera de un avión o autobús. Libros que los saquen de su entorno diario sin exigir demasiada concentración. Novela negra, literatura juvenil. "Cada librero tiene su perfil. Aquí se venden muchas novelas policiales, thrillers. Ahora, en las últimas semanas, se han llevado El hombre que amaba a los perros (Leonardo Padura). También la serie de Juego de tronos (George R.R. Martin). Yo aprovecho para recomendar a los cuentistas venezolanos, que se pueden leer de a ratos, mientras uno está de tiempo libre", agregó Casares, que también administra el sitio web www.librodeldia.wordpress.com.
Librerías atravesadas
Las grandes cadenas de librerías nacionales no sufren tanto en agosto o en septiembre. Tecniciencia, por ejemplo, se beneficia de la variedad de best sellers que tiene en su catálogo. También de las sedes distribuidas por casi toda Venezuela. "Esa es una de nuestras ventajas: si viajas a Margarita, allá puedes comprar uno de los productos que ofrecemos", explicó Álvaro Álvarez, gerente de ventas de la cadena con 23 tiendas en 10 ciudades del país.
También está la ubicación: los centros comerciales con gran afluencia de turistas. "Eso nos da un gran impulso. La gente siempre sale de compras o a pasear en ellos. Si se le atraviesa una librería, se para a comprar o a ver qué hay", dijo Álvarez, que asegura que la época de vacaciones genera menos ingresos que diciembre o el Día del Padre o del Niño. "De las fechas importantes, te diría que agosto está de último".
Por eso, la mayoría de las editoriales en Venezuela (a diferencia de otros países que esperan el verano para presentar ofertas) lanza novedades a finales o en la primera mitad del año. "Agosto es un período quieto para tomarse vacaciones, como el resto de la población. Disminuyen los movimientos en las editoriales, hay pocos bautizos en las librerías", dijo Ulises Milla, director del Grupo Alfa, que presentará (a través de Ediciones Puntocero) dos libros de ficción el mes que viene. Milla, como muchos otros, aprovecha el receso laboral para ponerse al día con la lectura. Hay quienes dicen que leer es una forma de viajar.
dfermin@eluniversal.com
El período de vacaciones perjudica a los libreros, que no hacen su agosto en agosto. Las ventas bajan en esos días. "A nosotros esa fecha nos afecta; muchos se van de la ciudad. Históricamente agosto y septiembre siempre han sido meses flojos para el negocio", dijo Andrés Boersner, librero de Noctúa (ubicada en el Centro Plaza).
La disminución de las ventas no indica que la gente no lea en ese período de descanso. Muchos compran su lote de libros previo a las vacaciones. "Los meses antes, junio o julio, las ventas agarran un pequeño auge. No mucho, pero sí suben. Intuyo que es para leer en las próximas semanas. Y si no leen, por lo menos tienen la intención de hacerlo", agregó el también presidente de la Sociedad de Amigos de la Fundación para la Cultura Urbana.
A la Librería Alejandría II también le pasa algo similar. "Yo no sabría cómo medirlo. Solo diría que antes de llegar a Semana Santa, la gente se lleva las llamadas novelas playeras, igual que en Carnaval, o en diciembre. Creo que aprovechan la temporada para leer lo que no leen el resto del año", explicó Rodnei Casares, encargado del local de Centro Comercial Paseo Las Mercedes.
Las lecturas ligeras suelen ser ideales para esas fechas. Como para leer mientras se está acostado en la arena, aunque pocos terminen el libro, o a la espera de un avión o autobús. Libros que los saquen de su entorno diario sin exigir demasiada concentración. Novela negra, literatura juvenil. "Cada librero tiene su perfil. Aquí se venden muchas novelas policiales, thrillers. Ahora, en las últimas semanas, se han llevado El hombre que amaba a los perros (Leonardo Padura). También la serie de Juego de tronos (George R.R. Martin). Yo aprovecho para recomendar a los cuentistas venezolanos, que se pueden leer de a ratos, mientras uno está de tiempo libre", agregó Casares, que también administra el sitio web www.librodeldia.wordpress.com.
Librerías atravesadas
Las grandes cadenas de librerías nacionales no sufren tanto en agosto o en septiembre. Tecniciencia, por ejemplo, se beneficia de la variedad de best sellers que tiene en su catálogo. También de las sedes distribuidas por casi toda Venezuela. "Esa es una de nuestras ventajas: si viajas a Margarita, allá puedes comprar uno de los productos que ofrecemos", explicó Álvaro Álvarez, gerente de ventas de la cadena con 23 tiendas en 10 ciudades del país.
También está la ubicación: los centros comerciales con gran afluencia de turistas. "Eso nos da un gran impulso. La gente siempre sale de compras o a pasear en ellos. Si se le atraviesa una librería, se para a comprar o a ver qué hay", dijo Álvarez, que asegura que la época de vacaciones genera menos ingresos que diciembre o el Día del Padre o del Niño. "De las fechas importantes, te diría que agosto está de último".
Por eso, la mayoría de las editoriales en Venezuela (a diferencia de otros países que esperan el verano para presentar ofertas) lanza novedades a finales o en la primera mitad del año. "Agosto es un período quieto para tomarse vacaciones, como el resto de la población. Disminuyen los movimientos en las editoriales, hay pocos bautizos en las librerías", dijo Ulises Milla, director del Grupo Alfa, que presentará (a través de Ediciones Puntocero) dos libros de ficción el mes que viene. Milla, como muchos otros, aprovecha el receso laboral para ponerse al día con la lectura. Hay quienes dicen que leer es una forma de viajar.
dfermin@eluniversal.com
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