TAL CUAL Opinión | 18/06/2012
De maduro a rancio
El marxismo generó la condena de la versión burguesa de los derechos humanos
PAULA VÁSQUEZ
Claude Lefort señala que ya sea científicamente, ya sea irónicamente, el marxismo ha condenado de modo vehemente la noción burguesa de los derechos humanos, ya sea irónicamente, el marxismo ha condenado de modo vehemente la noción burguesa de los derechos humanos.
De manera que Maduro no está inventando el agua tibia, eso es viejísimo. Los sobresaltos en los espíritus marxistas que generaron el descubrimiento de la amplitud del sistema de campos de concentración del Gulag quedaron olvidados para aquellos que tienen mala memoria, ya sea por mala fe, ya sea por pura ignorancia.
Nos inclinamos hacia la segunda opción, por supuesto. Evo Morales, Correa y Chávez no quieren que nadie los condene por reprimir. Lo que nuestro gobierno manifestó en la cumbre de Cochabamba es algo que suena muy rancio: un modelo de coerción masiva ejercida contra toda disidencia y un modelo que implique el reconocimiento de los derechos de la disidencia. Maduro es pues un neoestalinista sin saberlo.
Esas organizaciones civiles que tanto molestan, esas que muestran que no hay justicia en Venezuela, que las fuerzas del orden actúan con desmesura bajo el gobierno de Chávez, esas que señalan los desmadres del poder son calificadas de conspiradoras, padecen la nueva versión de la vieja hipocresía de una cierta izquierda.
Aquella que lanzaba gritos destemplados contra Nixon pero que se hacía la loca con Camboya. No es accidente, acontecimiento fortuito, desventura o desmán accidental que en el socialismo se violen los derechos humanos y se condenen los delitos de opinión. Es inherente al sistema.
Lefort apunta a otro problema, y es la tensión entre derechos individuales y derechos colectivos.
Se puede decir que los totalitarismos tienen menos problemas con los derechos individuales ¬comer, tener vivienda, trabajar - que con los colectivos - organizarse, hacer asambleas, fundar organizaciones. A Maduro no le importa que la gente viva siempre y cuando se disuelva en un cuerpo político homogéneo chavista.
El problema es cuando aparecen grupos cuyas formas de sociabilidad son ajenas al Estado. Mi punto hoy es que eso es viejísimo y que si la izquierda latinoamericana representada por Evo, Correa y Chávez está enfrascada en ese problema es porque no han salido de la discusión sobre el estalinismo. Que Chaderton hable de dictadura mediática de los medios privados cuando el Estado posee o controla la mayoría de los medios es un vil acto de cinismo.
Como decía un periodista francés en un foro reciente en París, son muy pocos los que leen la prensa escrita de oposición en Venezuela, en cambio todos los venezolanos se calan las cadenas a toda hora.
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