Razón del nombre del blog

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El por qué del título de este blog . Según Gregorio Magno, San Benito se encontraba cada año con su hermana Escolástica. Al caer la noche, volvía a su monasterio. Esta vez, su hermana insistió en que se quedara con ella,y él se negó. Ella oró con lágrimas, y Dios la escuchó. Se desató un aguacero tan violento que nadie pudo salir afuera. A regañadientes, Benito se quedó. Asi la mujer fue más poderosa que el varón, ya que, "Dios es amor" (1Juan 4,16),y pudo más porque amó más” (Lucas 7,47).San Benito y Santa Escolástica cenando en el momento que se da el milagro que narra el Papa Gregorio Magno. Fresco en el Monasterio "Santo Speco" en Subiaco" (Italia)

domingo, 9 de noviembre de 2014

El 9 de noviembre se cumplen 25 años de la caída del Muro de Berlí­n

Patriarca Tawadros II: 'los extremistas son un producto de Occidente'
El primado de la Iglesia Copta Ortodoxa afirma que el objetivo es configurar un nuevo equilibrio de poder en la región. Las comunidades cristianas tendrán que abandonar Oriente Medio
Por Redacción
MADRID, 07 de noviembre de 2014 (Zenit.org) - Los grupos extremistas, con su ofensiva a gran escala que están alterando los escenarios geo-políticos de Oriente Medio, son también un producto de estrategias equivocadas perseguidas en Occidente. Así lo ha denunciado este martes el patriarca copto ortodoxo Tawadros II, en una entrevista retransmitida por la red de televisión Al Hayat y recogida por la Agencia Fides, con motivo de su visita a Rusia.
Respondiendo a las preguntas del entrevistador, el primado de la Iglesia Copta Ortodoxa ha hecho referencia explícita a la complicidad occidental con los grupos fanáticos extremistas, con el objetivo de configurar un nuevo equilibrio de poder en la región. Un proyecto que, según el papa Tawadros, incluye la evacuación total de las comunidades cristianas autóctonas en esa zona del mundo.
En esta perspectiva, el patriarca ha definido como mal dirigida la confianza de aquellos que esperan de Occidente una ayuda a las comunidades cristianas de los países árabes y de Oriente Medio. También en Egipto, viendo las reacciones mediáticas desencadenadas cuando se quemaba la puerta de una iglesia, ha recordado el papa Tawadros, "algunos han pensado que América podría protegernos". Pero luego, cuando en agosto de 2013 fueron asaltadas y destruidas decenas de iglesias y escuelas por los islamitas, "no se movió nadie".
Durante la entrevista, el primado de la Iglesia Copta Ortodoxa ha indicado también que en las próximas elecciones políticas no apoyarán ninguna lista en particular, y que los candidatos cristianos se inserirán en todas las listas, según cuanto establece la nueva Constitución.

La pared que separó dos mundos
El 9 de noviembre se cumplen 25 años de la caída del Muro de Berlí­n
Por Iván de Vargas
MADRID, 07 de noviembre de 2014 (Zenit.org) - El 9 de Noviembre de 1989 caía todo un símbolo en Berlín. Lo que la opinión pública occidental había llamado "el muro de la vergüenza" desaparecía al fin, después de 28 años dividiendo una ciudad que, desde la construcción del Telón de Acero en 1961, se había convertido en el símbolo más tangible de la división entre dos maneras de entender el mundo.
La ciudad de Berlín, Alemania, y Europa celebran estos días el 25 aniversario de la caída del Muro. Con motivo de este acontecimiento la metrópoli alemana llevará a cabo diferentes actividades este domingo para recordar a los más de cuatro centenares de personas que perecieron intentando huir a la República Federal.
Desde Bornholmer Strasse hasta la Puerta de Brandemburgo y Checkpoint Charlie, unos 8 mil globos serán el epicentro visual de los eventos conmemorativos. Sin embargo, el tema que inspira la celebración, "Mut zur Freiheit" ("El coraje de buscar la libertad") recordará a aquellos que hicieron que la revolución pacífica de 1989 fuera posible. Con este propósito, la institución Robert-Havemann Gesellschaft dispondrá 100 pantallas informativas a lo largo de la instalación de luz que relatarán las historias de los que fueron separados por el Muro de Berlín y los que murieron tratando de cruzarlo.
También se ofrecerán numerosas visitas guiadas, empezando por Mauerpark, Checkpoint Charlie y la East Side Gallery. Los recorridos ilustrarán historias de división, huida y una ciudad cicatrizando sus heridas. También los voluntarios de la iniciativa de apoyo turístico Service in the City compartirán sus propios recuerdos sobre la época del Muro.
Finalmente, el festival del 9 de noviembre frente a la Puerta de Brandemburgo ofrecerá conciertos, así como entrevistas con testigos contemporáneos. A las 19 horas, punto destacado del aniversario, sonará la "Oda a la Alegría" de Ludwig van Beethoven. Luego se soltarán los globos, que se elevarán en el cielo nocturno de Berlín.
La historia del Muro
Tras el fin de la II Guerra Mundial (1939-1945), las potencias vencedoras deciden dividirse Alemania en áreas de influencia: Estados Unidos, Reino Unido y Francia gestionarían la parte Oeste de Alemania, mientras que la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) se encargaría de la parte Este. Por su lado, Berlín, que había sido la capital del III Reich, queda dividida de la misma manera.
Hay que tener en cuenta que, potencias con intereses tan contrapuestos como los aliados occidentales (EEUU, Reino Unido y Francia) y la Unión Soviética (URSS), se habían puesto de acuerdo para vencer a un enemigo común, pero seguían manteniendo sus diferencias insalvables. Mientras en Occidente las democracias decimonónicas daban paso a los nuevos estados sociales y de derecho, la Unión Soviética mantenía una “dictadura del proletariado”.
El final de la guerra terminó con el espejismo de colaboración y definió los dos bloques que se enfrentarían desde 1949: las democracias occidentales y los regímenes comunistas del Este. La construcción del muro del Berlín supuso la exteriorización de este enfrentamiento y fue la reacción inmediata a la continua emigración que se producía desde el Berlín Este al Berlín Oeste. Las autoridades soviéticas decidieron aislar a los ciudadanos berlineses, pero también a los del resto de Alemania, construyendo una frontera física entre la República Federal de Alemania (RFA) y la República Democrática de Alemania (RDA), y a los de otros países de Europa. De la noche a la mañana, dieciséis años después del fin de la guerra, se desplegaba sobre Europa lo que se conoció como el “telón de acero”: la división del continente entre países asociados a los Estados Unidos y los países cercanos a la órbita de la URSS. En este momento surgirían organizaciones como la OTAN y el Pacto de Varsovia. Además, la división de Europa trajo la denominada “guerra fría”, un conflicto mundial tácito que se desarrollaba entre los Estados Unidos y la URSS a través de guerras regionales en países sobre todo asiáticos. También fue la época de la proliferación de armas nucleares.
La división de Europa tuvo como consecuencia la evolución de las sociedades que estaban a un lado o al otro del muro de forma diferente. Aquellas que mantenían democracias activas desarollaron una economía capitalista. Por contra, los que se encontraban en la parte soviética o bajo regímenes comunistas, con economías centralizadas, sufrieron años de retraso y pobreza. En 1957, algunos países de la Europa occidental crearon la Comunidad Económica Europea, el embrión de la actual Unión Europea.
La vida en el Berlín comunista fue hasta la caída del Muro una permanente aproximación a la esquizofrenia colectiva. Se vivía en la penuria constante, comprando lo que fuera aunque no se necesitase cuando se encontraba, porque en la escasez cualquier cosa podía ser canjeada oportunamente. Y al mismo tiempo, se sabía que desde el punto de vista de suministros de todo tipo se vivía en la capital de la República Democrática Alemana infinitamente mejor que en el resto del país.
Pero en cuanto llegaba gente del otro Berlín o de la República Federal de Alemania, se veía también que al otro lado del Muro existía una opulencia insultante. Las divisas alemanas occidentales se cambiaban 4 a 1 en el mercado negro. Este mercado secundario con una moneda fuerte les evidenciaba a los berlineses orientales las deficiencias económicas del sistema de una forma rayana en lo ofensivo.
En 1989, con la presión de las democracias occidentales, las ansias de libertades políticas y sociales de los pueblos bajo sistemas comunistas, y una economía decadente, el final de la URSS como potencia mundial se vislumbraba cercano. En cualquier caso, los alemanes decidieron tomar las riendas de su destino y, la noche del 9 de noviembre, se concentraron en la Puerta de Brandenburgo, y otros lugares de Berlín, para derribar el muro y hacer desaparecer una cicatriz artificial creada por los políticos en el corazón de un pueblo.

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