Notitarde 30-04-2011 |
La toma del rectorado: un punto de inflexión
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En entregas anteriores hemos comentado que los finales de los años sesenta fueron el escenario de una revuelta estudiantil y juvenil universal. Tan amplia fue que hizo que pensadores nuevos, como los de la llamada Escuela de Frankfurt con Herbert Marcuse a la cabeza, comenzaran a postular la tesis de acuerdo con la cual, los cambios revolucionarios en el mundo ya no serían liderados por la clase obrera, por el proletariado, como lo preconizaran las corrientes socialistas del momento, sino que ese rol estaría jugado en lo adelante por NUEVAS VANGUARDIAS, una de las cuales obviamente, era la juventud.
Argumentaban estos pensadores que la clase obrera se había "aburguesado" y que se había integrado al establecimiento vía los acuerdos logrados con patronos y gobiernos.
El punto culminante de esa revuelta inspirada (o justificadora) de esas nuevas teorías fue el Mayo Francés del 68.
París fue tomado por una oleada de protestas estudiantiles que se mezclan con la huelga de la Dassault y que ponen al gobierno en jaque y meses después llevan a De Gaulle a perder el poder.
París se convierte así en la Meca de buena parte de la vanguardia juvenil mundial y sus jóvenes en un ejemplo.
La bandera de la renovación universitaria francesa, prendió en Venezuela, como también lo explicamos. En Carabobo fue la Toma del Rectorado, un acontecimiento que sacudió a la ciudad y a la región.
El movimiento estudiantil tradicionalmente dirigido por los partidos de izquierda: (En la UC por una alianza del Partido Comunista y el MEP) tenían el control formal de los organismos universitarios. Miguel Mesa de la JC presidía la FCU. Pues bien, al calor de la reivindicación de la reforma universitaria. Un sector de los estudiantes decide la toma del decanato de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales (la más politizada de la Universidad). La demanda central fue la dirección "paritaria" de la facultad.
Se radicalizan las acciones y comienza una suerte de torneo entre los grupos rivales. Los tomistas del decanato resuelven tomar el Rectorado de la UC y la FCU inicia una huelga de hambre para no perder protagonismo. A esa huelga de hambre (y siempre en la onda de rivalizar en radicalización) nos unimos a la huelga el sector de los que integrábamos el COMITÉ DE TOMA.
Comienza así una acción estudiantil que duró más de un mes y que paraliza a la universidad y en ocasiones a la ciudad.
Lo relevante del caso es que aquellos acontecimientos quebraron el clima de razonable tranquilidad de una ciudad como Valencia. El tiempo que duró la toma, el rectorado se convirtió en un sitio de visita de variados sectores. La huelga de hambre era un acontecimiento inusitado, una extravagancia rarísima y que despertaba curiosidad.
Desde las oficinas rectorales despachaban los dirigentes estudiantiles que comenzaron a hacer públicos archivos y que argumentan no saldrían hasta que la Universidad no fuera dirigida por un Comité Paritario de estudiantes y profesores.
No obstante, lo medular de todo esto es la nueva generación de dirigentes políticos y sociales que de allí salieron. Muchos de los cuales tienen hoy todavía relevancia local o nacional.
De ello daremos cuenta en la próxima entrega.
juliocasagar@gmail.com
Antonio Ecarri Bolívar
|| La generación del 68
Aecarrib@gmail.com
En días pasados, mi amigo Julio Castillo Sagarzazu, compañero de las luchas estudiantiles libradas en los años finales de la década de los sesenta, escribió un interesante artículo donde comenzaba por preguntarse si había existido una generación del 68, así como hubo una del 28 y otra del 58 y concluía creyendo en su existencia, por las circunstancias que se vivieron esos días y el carácter renovador de los planteamientos que se hacían, al socaire de la renovación universitaria del "Mayo francés". Como Julio tuvo la generosidad de incluirme, junto a muchos otros compañeros y amigos entrañables, vivos o ausentes, creo que vale la pena adentrarnos en este mismo tema.
El carácter de "generación", que se le puede endilgar a quienes participamos en esos eventos, podría venir dada por el carácter grupal y no individual que se le dio a la lucha de aquellos días. Porque ése, según nuestro criterio, es lo que define a una generación, a saber, su diferencia con caudillos o líderes providenciales de cualquier época.
Ya lo decía ese historiador excepcional que fue Manuel Caballero, cuando se refería a la del 28, al afirmar: "la importancia de la llamada "generación del 28" estriba en que trajo el inicio del espíritu gregario y de asociación, el cambio del "yo" por el "nosotros", la renuncia al caudillismo por la agrupación con fines políticos". Nosotros pertenecimos a la FCU o al Comité de Toma, pero nadie pretendió asumir un liderazgo único ni providencial. Además, una característica de este movimiento que se le escapó a Julio -seguramente por razones de espacio- y me lo recordaba Miguel Mesa, al discutir sobre el artículo en comento, es el carácter de ruptura de todos los movimientos participantes, por diferentes razones ideológicas, con el capitalismo, pero también con el "comunismo real" existente en la URSS por aquellos días.
No debemos olvidar que fueron los tiempos, no sólo del "mayo francés", sino también el de una ruptura global contra el "stablishmen" capitalista y soviético. El surgimiento del eurocomunismo -con Marchais, Carrillo y Berlinguer- de las tesis de Roger Garaudy en Francia y las de Teodoro Petkoff en Venezuela. Como dijo Julio, estábamos enfrentados la FCU (Juventud Comunista -ya en proceso de separación para fundar el MAS- y la Juventud del MEP) con el Comité de Toma (integrado por una pluralidad política que llamábamos la "ultra"), pero todos coincidíamos en que aborrecíamos tanto al capitalismo como al comunismo real, sobre todo después de la invasión de los tanques soviéticos a Checoeslovaquia.
Julio: Se nos acabó el espacio, pero vale la pena seguir para profundizar sobre el tema y recordar a algunos de aquellos feroces críticos de ¡Stalin! en el 68, a quienes hoy vemos sufrir la humillación de tener que postrarse ante un gamonal del siglo XIX.
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