Razón del nombre del blog

Razón del nombre del blog
El por qué del título de este blog . Según Gregorio Magno, San Benito se encontraba cada año con su hermana Escolástica. Al caer la noche, volvía a su monasterio. Esta vez, su hermana insistió en que se quedara con ella,y él se negó. Ella oró con lágrimas, y Dios la escuchó. Se desató un aguacero tan violento que nadie pudo salir afuera. A regañadientes, Benito se quedó. Asi la mujer fue más poderosa que el varón, ya que, "Dios es amor" (1Juan 4,16),y pudo más porque amó más” (Lucas 7,47).San Benito y Santa Escolástica cenando en el momento que se da el milagro que narra el Papa Gregorio Magno. Fresco en el Monasterio "Santo Speco" en Subiaco" (Italia)

martes, 10 de mayo de 2011

Tomado del blog "Por Cristo con El y en El del Padre Beda Hornung osb. Abadía "San José". Güigüe

LOGOTIPO


Tomado del monograma del “REDENTOR DE JOB” que

es símbolo de la espera paciente.


El Alfa y el Omega símbolos de Jesucristo: Principio y Fin
La Cruz, símbolo de la Salvación.
Las flores símbolo de la abundancia de vida y de la Resurrección.
El círculo símbolo del proceso continuo en torno al

Misterio de Cristo.


LUNES 9 DE MAYO DE 2011

El Misterio Pascual y la Oración Centrante

Monograma del "Redentor de Job"











“Así pues, si han resucitado con Cristo, busquen las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Aspiren a las cosas de arriba, no a las de la tierra. Porque han muerto, y su vida está oculta con Cristo en Dios” (Gálatas 3,1-3).
Así que “hemos muerto”, “hemos resucitado”. ¿Cómo es eso? ¡Si estamos vivos todavía! San Pablo nos da una pista en otra carta: “Fuimos (con Cristo) sepultados por el bautismo en la muerte a fin de que, al igual que Cristo fue resucitado de entre los muertos…, así también nosotros vivamos una vida nueva” (Romanos 6,3-4). Habla del bautismo, no como un rito, sino como una decisión de vida, una decisión de dejar atrás el egoísmo, y vivir para servir y amar. Para eso seremos capaces si dejamos atrás nuestros intereses egoístas, no haciendo caso a nuestros miedos y preocupaciones.
¿Qué hacemos cuando practicamos la oración centrante? Consentimos a la presencia y acción de Dios en nosotros. En silencio. Entonces nos vienen a la mente toda clase de pensamientos, preocupaciones, deseos, emociones, diálogos interiores: todas estas cosas que provienen de nuestro ego. Al volver una y otra vez a nuestra intención de consentir a la presencia y acción de Dios en nosotros, volvemos una y otra vez a Él, nos levantamos una y otra vez, para volver, como el hijo pródigo (Lucas 15,11-32), a nuestro Padre.
Esta práctica ¿tiene sentido? Contesto con otra pregunta: ¿qué sentido tiene ir a un gimnasio, para levantar pesas, “remar” donde no hay ni lago, caminar o correr sobre una banda, sin que se llegue a ninguna parte? Es verdad, estas acciones parecen no tener sentido. Pero: a las pocas semanas, uno se da cuenta de que tiene más agilidad, más fuerza, más bienestar general. En el gimnasio no se buscan efectos inmediatos, sino frutos a largo plazo. Así también en la oración centrante: la vuelta constante a nuestro consentimiento nos acerca más y más a Dios, a la consciencia de que Él está en nosotros y actúa en y a través de nosotros. Todo lo que se nos pide es, que le dejemos actuar; que no antepongamos nuestros intereses a los suyos.
Así, después de un tiempo, nos daremos cuenta de que nuestra vida tiene otra calidad; hay una presencia. Aunque estemos solos, no nos sentiremos solos – como dice Jesús “Uds. me dejarán solo, aunque no estoy solo; el Padre siempre está conmigo” (Juan 16,32). Esto exige una práctica constante que, después de un tiempo, dará sus frutos, y nos permitirá vivir una vida nueva, una vida “resucitada” – como diría San Pablo.

Autor: P. Beda Hornung osb.

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