El carabobeño 11 agosto 2011
Julio César Pineda || Ante la actual crisis financiera
jcpineda01@gmail.com; @jcesarpineda
Alemania reunificada celebrará este fin de semana la Caída del Muro de Berlín con el compromiso de la democracia y la libertad frente al recuerdo del gobierno dictatorial comunista. El 13 de agosto de 1961 se inicio la construcción del muro que dividió no sólo a Alemania, sino también a toda Europa y al mundo. Hoy Alemania y todas las antiguas repúblicas bajo la Cortina de Hierro han escogido la libertad y buscan la justicia para sus sociedades, pero Alemania como toda Europa atraviesa momentos difíciles con la crisis financiera, desatada en los Estados Unidos que ha atemorizado a las bolsas del mundo y que pareciera conducirnos al shock financiero de los años 2007 y 2008. En Europa, Grecia ha sido el punto de referencia en la nueva crisis internacional con una posible extensión a España, Portugal e Italia y cierta desestabilización del euro. El tema del techo de la deuda pareciera poner fin al proyecto social del Presidente Barack Obama, exitoso en política internacional y muy criticado en política interna. Ha perdido toda credibilidad y se ha visto obligado a negociar con los republicanos en el Congreso para evitar la quiebra de la primera economía mundial. Las bolsas europeas, las asiáticas y especialmente la economía latinoamericana se verán afectadas por la crisis de Estados Unidos. Venezuela ya está sintiendo los efectos con la baja de los precios del petróleo y los países del tercer mundo con la desvalorización de las materias. Por ahora tanto la Banca Central Europea como la Reserva Federal Americana han podido evitar una crisis mayor. Nuestros Estados ricos o pobres no pueden seguir con gastos improductivos y la acumulación excesiva de deuda tanto por los gobiernos, los bancos, las empresas o los consumidores. Esto frena la necesaria expansión de las economías y engendran riesgos por el fenómeno de la desconfianza. La crisis de confianza no sólo es en Occidente, sino también en las economías del extremo Oriente y es un fenómeno difícil de prever. Cuando se habla del retorno de Kynes se invoca la mayor participación del Estado y de la comunidad internacional para regular el sistema financiero mundial y la necesaria coordinación de políticas macroeconómicas.
Con la globalización y la interdependencia las respuestas no pueden ser sólo nacionales, sino también regionales y mundiales, por eso las recientes decisiones del Grupo de los 20 y en nuestro caso las pertinentes reuniones de la naciente institucionalidad de Unasur con los doce Estados latinoamericanos que la integran más allá de la CAN y el Mercosur.
Más allá de Alemania y Francia dos de las más grandes economías europeas han advertido sobre la crisis del euro. Precisamente con el fin del comunismo y la Caída del Muro de Berlín, tanto Francois Mitteran como el canciller Helmut Kohl lanzaron un proyecto económico que posteriormente permitió una moneda única, el euro. Los arquitectos de la moneda europea única trataron de minimizar los riesgos de la asimetría económica con un Pacto de Estabilidad, crecimiento y de ayuda mutua, pero siempre llamando la atención sobre el endeudamiento excesivo. Los primeros años del euro fueron exitosos sin mayor control fiscal y presupuestario tanto a nivel multilateral como en cada país producto de la visión neoliberal de la economía, pero la crisis ha obligado a replantearse el tema económico y financiero, esto puso no sólo al euro en peligro, sino también a la Unión Europea. Afortunadamente Atenas se ha comprometido a un programa riguroso y austero, a pesar de las protestas populares y obligó a España, Portugal e Italia a recortes fiscales.
Tanto en el caso europeo como estadounidense y en general para todas las economías, la salida de la crisis obliga a una mejor gobernabilidad en cada país, en cada región y a nivel internacional. Alemania, Francia y todos los países de la Unión Europea son un laboratorio de lo que puede ser la nueva estructura internacional.
Es interesante observar en esta crisis la actitud que va a tomar el llamado Grupo BRIC (Brasil, Rusia, India y China), incluyendo a Turquía como principales potencias emergentes en el siglo XXI con su nuevo perfil de la multipolaridad y más allá del sistema tradicional capitalista o socialista.
No hay comentarios:
Publicar un comentario