El Carabobeño 08 agosto 2011
Isa Dobles ||
Chávez pregonando su cáncer... ¿Y el país? Bien, gracias
Ya Chávez regresó a Cuba a recibir otra quimioterapia, según él, la segunda y ya "sin células cancerosas" en su cuerpo. Uno llega a los ochenta años y después de aprender tantas cosas, siempre menos de lo deseado, creía que la quimio se aplicaba para eliminar esas células, no para "prevenirlas".
Pero, en fin, en esta novela, el guionista, actor y director tiene la libertad de trastocar los factores de la trama como le provoque, como ha hecho siempre con el gran teatro que lo tiene que soportar.
La prensa internacional no puede ignorarla, tiene todo lo que recuerda tiempos pasados con el militarsote inculto llevado al poder por la ignorancia o rabia de los pueblos, más poderoso hoy cuando el arma que refuerza ese poder es el petróleo y los $$$ que chorrea, una tecnología informativa que no puede evitar el atractivo de sus desmanes psicopáticos retando gozoso a adversarios y circunstancias y que lo mantiene en la ventana del mundo que ya no se asombra.
Es más grave aún no asombrarse o reírse. No le importa. Que hombres como Hugo Chávez o Gaddafi cuenten con la indiferencia del mundo, y muy especialmente de las "democracias" que perduran aún en sus propias búsquedas, no es ningún consuelo.
Porque lo que está planteado tras todo esto no es solamente una lucha, bastante desproporcionada, de ideas. Es una lucha de principios. Y los hombres pasan... pero los pueblos quedan. Y el daño irreparable de un pueblo degradado, donde sus hombres y mujeres no puedan ya mirarse a los ojos con respeto, donde la vida de uno no valga nada para el otro, donde la mentira se repita una y otra vez tras intereses personalistas y el agravio a otros esté en el discurso del día, tardará mucho en encontrarse en el progreso y la paz.
"Invocando a Dios, a los espíritus de la sabana y a la ciencia médica para derrotar la enfermedad", el mandatario insiste una y otra vez en que ha renacido: "No es que es otro Chávez, soy yo mismo. Pero es como una nueva etapa de mi vida, más diversa, más reflexiva, más multifactorial. Es una preparación integral. Espiritual, moral, física; fortalecer la vida para poder ser útil", explicó sobre cómo se alista para una campaña en la que su estado físico será clave a la hora de buscar votos. "Es mi eterno retorno, el volver sobre mí mismo, el niño que fui, el adolescente que fui, el cadete que fui, el soñador que fui", relató el presidente.
Son declaraciones de Hugo Chávez aparecidas en un diario argentino. Mientras esto sale al mundo, el cáncer que se pregona y nadie sabe cómo es, qué es o dónde es, distrae a un país de sus preocupaciones reales, dolorosas, como el agua que no llega, la electricidad que desaparece o limitan, los alimentos que escasean, el alto costo de la vida con la inflación más alta de nuestro continente, los medios cerrados, las cadenas forzadas de horas del gobierno, los presos muertos y hacinados, la corrupción, la inseguridad, carreteras intransitables, puentes destrozados. Y a los presos, sólo a aquellos con enfermedades terminales, se les ofrece la libertad... "YO, YO, YO". El espíritu no puede cambiar, atrapado en la fantasía enfermiza de Hugo Chávez en la que Venezuela es sólo el escenario de su gloria.
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