Razón del nombre del blog
miércoles, 10 de agosto de 2011
En Venezuela la dignidad de la persona humana está vulnerada con la erosión definitiva de la libertad
miércoles 10 de agosto de 2011
El Presidente tiene que renunciar
OSWALDO ÁLVAREZ PAZ - El Nacional
No faltarán quienes digan que es una necedad ingenua plantear la renuncia del Presidente. Repetirán, en tono de resignación pesimista, que no lo hará y que la única vía para poder sustituirlo es la elección que deberá realizarse en no sabemos cuál momento del año próximo.
En quienes de buena fe manifiestan sus dudas existe el temor al caos o al salto en el vacío que, según ellos, pudiera darse con la salida del señor. Parecieran partir del principio absurdo de que más vale malo conocido que bueno por conocer. Estos sentimientos existen, aunque mezclados con la creciente indignación de una población harta de tanta demagogia, de las payasadas aclamacionistas del régimen, de su ineficacia y de las múltiples manifestaciones de corrupción que asoman descaradamente los que en la calle van siendo calificados como "los pranes del oficialismo".
Descubrimos que no todos son jefes en las cárceles y centros de detención del país. También existen en las distintas instancias del poder gracias a una impunidad insólita que ya es política de Estado.
Lo cierto es que nada funciona bien en Venezuela. Con la sola excepción de las estructuras del crimen organizado, presenciamos la obra destructiva del peor gobierno de la historia. Tomamos como referencia los principios y valores del sistema democrático.
No será malo este proceso desde una perspectiva socialista y comunistoide.
La idea de ellos es destruir lo existente. Liquidar institucionalmente la democracia y destruir todo centro de poder, público o privado, que escape al control del señor, es un imperativo categórico que cumplen afanosamente.
Van más allá.
La dignidad de la persona humana está vulnerada con la erosión definitiva de la libertad, en su acepción más amplia, de la propiedad como base patrimonial de la familia y de las empresas, y de la falta de seguridad de las personas y de los bienes, sin lo cual es imposible vivir con un mínimo de normalidad.
El país se derrumba. El proceso será inevitable mientras el régimen exista. Para colmo, la enfermedad grave del señor coloca el proceso en un estado tal de anarquía que todo camina para peor, sin supervisión ni control.
Los demonios oficialistas están sueltos y la soterrada lucha por el control del poder se hace abierta y pública.
Chávez debería renunciar. Las fuerzas motrices de la nación deben prepararse para un gobierno de transición, bajo un pacto de gobernabilidad e integrado por quienes compartan esos principios y valores fundamentales que identifican a todos los demócratas. Este señor, enfermo, en proceso de recuperación o sano, ha sido un pésimo presidente. Está sobregirado en un tiempo que ya se agotó.
oalvarezpaz@gmail.com
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