Diego Arria, ex embajador de Venezuela ante la ONU, asegura que el Presidente ha jugado con las esperanzas de los más pobres y confiesa que recogerá las firmas que pide el CNE para una candidatura presidencial
"Chávez debe renunciar, recuperarse en Cuba y volver a la campaña en 2019"
Si hay algo importante para el nuevo liderazgo del país, es aprender de los errores del pasado haciendo una valoración de la gestión política nacional e internacional de quienes precedieron al actual Gobierno, no solo de Venezuela, sino de todos los países del mundo, y en especial comparar con el presente para reforzar ideas y proyectos que puedan convencer y unir un pueblo dividido entre dos tendencias ideológicas y subdividido entre partidos, creencias y hasta sentimientos.
En la Venezuela actual, que está por enfrentarse a un proceso electoral para reelegir o escoger a un nuevo presidente, donde el Jefe de Estado padece una terrible enfermedad y quienes le son adversos se la juegan todas por unir esfuerzos y no cometer el error de llegar divididos a las urnas electorales, quienes quedan en el medio son los venezolanos de a pie, muchos de ellos entre promesas -cumplidas o no-, esperanzas, deseos, agresiones, burlas y atropellos, quienes aún no se definen por una tendencia y cuyo voto es decisivo para cualquiera de los bandos.
"Se ha tenido más que respeto, temor a la FAN porque éste ha sido un país sometido por militares"
A estas complejidades se suman el tema de la Fuerza Armada Nacional, Petróleos de Venezuela, la soberanía del Estado, reformas y creaciones de leyes y todo un tren ejecutivo y poderes públicos que se han visto manchados por infinitas denuncias que empañan la gestión del actual Gobierno Nacional.
¿Qué deben aprender los venezolanos de todo lo que se ha vivido durante los últimos doce años? ¿Cuál es la lección que deben asimilar los líderes que desean cambiar este país? ¿Qué ocurre a lo interno de los factores que gobiernan esta nación? Éstas son solo algunas interrogantes que surgen ante un panorama que muchos evalúan como difícil y que pueden ser despejadas por la inteligencia, preparación, trayectoria y conocimiento de Diego Arria, ex gobernador de Caracas, ex embajador de Venezuela ante la Organización de las Naciones Unidas -entre otro historial de cargos que le han permitido obtener una visión diferente de país, y quien en esta oportunidad es invitado al acostumbrado Desayuno en la Redacción de Notitarde, donde en síntesis explica su análisis sobre la realidad actual, presentación de alternativas y la duda que ha surgido ante sus cada vez más frecuentes recorridos y contacto directo con todo el país: sus aspiraciones.
Arria, quien estuvo en compañía de sus asistentes Oliver Blanco y Juan Bernardo Gómez, fue recibido por Ricardo J. Degwitz, presidente de Editorial Notitarde; Laurentzi Odriozola Echegaray, director del diario; Margarita Jiménez Márquez, miembro de la junta directiva; María Inés Ferrero, gerente de relaciones institucionales; Daniel Degwitz, gerente de finanzas; Alecia Rodríguez Del Valle, editora diurna de ciudad; Vanessa Carreño, periodista; y quien suscribe este trabajo.
"Toda una historia bajo la bota militar"
Como contexto histórico, Diego Arria inicia su intervención sobre el tema de la Fuerza Armada Nacional recordando que Venezuela tiene 200 años bajo la bota militar de alguna u otra manera, y agrega que "este país no ha recuperado su condición cívica". Es por ello que considera necesario reinventar el país cívico y no militar.
A propósito de esto, recuerda la trascendencia de los militares y el impacto directo de esta figura ante la sociedad. "Se ha tenido más que respeto, temor a las Fuerzas Armadas porque éste ha sido un país sometido por militares en su historia. Es momento de crear una nación de ciudadanos".
El ex embajador ante la ONU sostiene además -para complementar la afirmación- que el desprestigio se ha acentuado a propósito de las diferentes y turbias circunstancias que han rodeado especialmente a las cúpulas de poder, como el alto mando militar.
"Yo creo que el desprestigio de la Fuerza Armada Nacional nunca ha estado más bajo a lo largo de su historia".
Arria añade que el agravante está relacionado con la formación de "soldados esclavistas que juran por la revolución y el socialismo. Ahora los que entran a la Academia Militar son hijos o familiares de gente del régimen".
No obstante, deja en claro que "ellos tienen que discutir los problemas reales. Aquí no hablan porque están tutelados por cubanos y eso es un delito de lesa patria. Es la realidad de la Fuerza Armada, es vergonzoso, pero es lo que está pasando".
En este orden de ideas y a propósito de la presunta injerencia de Cuba en el sistema de defensa del Estado venezolano, resalta que "no estamos enfrentados a Chávez, sino a 70 mil cubanos, iraníes, ETA, Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, mafias de drogas de Colombia y México, y estamos enfrentados a que Venezuela es el botín más grande del mundo para grupos delincuenciales".
Ante esto, puntualiza que el problema del país no son las elecciones primarias, "aquí tenemos obstáculos monumentales" como los mencionados, y a propósito de esto subraya la necesidad de que se aproveche la ausencia de Hugo Chávez del país como una oportunidad para que los venezolanos se unan más "porque él es el factor fundamental de la división entre todos, y para mí, es su peor delito".
"He llevado a tribunales internacionales a personas que pensaban como Mota, Chávez y Rangel Silva"
"Chávez debe renunciar"
A propósito de la ausencia de Chávez por las quimioterapias que se hace en Cuba, sugiere que "un jefe de Estado que se somete a un proceso de quimioterapia, por lo complejo del proceso, creo que debería renunciar, recuperarse y curarse en Cuba y regresar en 2019 para la próxima campaña".
"Si tú eres un consciente de los derechos humanos, hay que dejarlo que se recupere tranquilo, que le hagan todo el tratamiento y regrese. Yo solo le doy un consejo a otro ser humano", detalla.
Sobre el entorno comunicacional que se ha dibujado alrededor de Chávez, precisa que "uno ve que le han hecho un obituario sus propios seguidores, porque yo lo veía la semana pasada en la sombra, hablando al futuro, despidiéndose, ¿quién hace esto? Sus colaboradores. Los mismos que no hicieron ni quórum para autorizar su salida y tuvo que salir la oposición a hacerlo. Su entorno dice algo así como: 'lo acompañamos hasta cierto punto, pero no nos enterramos con él'. Así es mi lectura".
No obstante, esta salida no luce como una propuesta para facilitar el camino de la oposición y es que por el contrario recuerda que "he tenido la oportunidad de llevar a tribunales internacionales a personas que pensaban como Mota, Chávez y Rangel Silva, que pensaban que no los alcanzaría la justicia y los alcanza".
Arria retoma la salud del Presidente y aprovecha y recuerda que quien realmente está enfermo "es el país", y ejemplifica al destacar que "si los pobres se agarraran de las manos y se unieran, crearían como un cinturón enorme de pobreza que recorre Venezuela y ya tú lo ves en Caracas como se evidencia en los cerros".
"Se ha jugado con los sentimientos de la gente y eso es un delito"
"El peor delito que ha cometido Chávez es abusar de la condición de la gente, es como el abusador de las mujeres en los barrios, es estafar las esperanzas de los débiles".
Con esta frase, Diego Arria señala como uno de los peores actos del Presidente contra sus seguidores el haberlos convertido en las principales víctimas porque "son los más desafortunados quienes genuina y honestamente lo quieren y eso es muy respetado, pero el abusador es él quien les estafa sus esperanzas, los convirtió en pordioseros, convirtió el Estado en casa de beneficencia, abusa de la gente que le ha permitido montarse".
El también ex gobernador de Caracas recuerda que el presidente Chávez llegó al Gobierno diciendo que estaba en contra de la corrupción y que no le gustaban el capital ni el dinero. "Su familia es muy rica, sus jerarcas son muy ricos y les gusta el dinero, y a los pobres les dicen que ser rico es malo. ¿Cómo va a ser malo si eso te permite adquirir educación, bienestar, entre otras cosas? Eso es lo más miserable".
Es por ello que señala que a lo largo de estos doce años de mandato, las expectativas y aspiraciones de los venezolanos se han "aplanado al punto de satisfacerse con cualquier cosa".
"Aquí ven a los venezolanos más desamparados, te doy un carrito, una casita, un perolito, porque los ven como eso, como unos perolitos, y hay una gran complicidad de la dirigencia general del país con el manejo de las misiones", explica Arria tras agregar que han sido estas últimas las que han ido generando una especie de costumbrismo en la sociedad, especialmente en las clases más bajas.
Sustenta la crítica al resaltar que en los países más ricos del mundo y en las sociedades más desarrolladas, ésta no es una estrategia adecuada, por lo cual "yo acabaría todas las misiones y haría un Estado moderno, porque cuando comienzan a poner en un cerro un cuchitril que no tiene ni servicios públicos, estafas al futuro".
Critica la ligereza y la calma con que se toma, por ejemplo, el tema de la escasez recordando que lo habitual que conversan los venezolanos ante la desaparición de la leche es "tómate la que está hecha a base de soya porque es más sana", y en este sentido relata que en ninguno de los países más ricos han acostumbrado a la gente "que hasta un papelito es una esperanza de vida, hay que acabar con esa esperanza y resignación absoluta".
"Uno de los últimos venezolanos que pensaron en grande fue Marcos Pérez Jiménez; los venezolanos debemos pensar en grande, pero aquí lo grande es comprar aviones de guerra o 15 mil millones de dólares en armamento, eso es lo grande", agrega.
"El desafío que viene lo he visto en otras sociedades más complejas y he dicho que es posible hacerlo"
¿Candidato presidencial?
Ante este análisis tan crítico y tras asomar algunas soluciones a los conflictos del país, surge la interrogante para este venezolano que ha ocupado importantes cargos políticos a lo largo de su trayectoria: ¿qué persigue Diego Arria?
"Me doy cuenta de que tengo una voz en el mundo y en el país. Yo hablo en el mundo entero. Yo siento que tengo una obligación mayor que la mayoría de los compatriotas que no pueden explicar sus opiniones y lo he hecho en 12 años. ¿Qué he descubierto? Que hay una moneda de escaso curso legal en Venezuela que es enfrentar abiertamente las injusticias y violaciones como yo lo hago y eso tiene su impacto. En ese proceso de conversar con la gente he tomado la temperatura del país y me he entusiasmado, y cuando tú hablas con claridad firmeza y sinceridad, puedes transmitir mensajes importantes y la gente reacciona; hablo con jóvenes que no tienen prejuicios ni complejos y esto sirve para estimular a mucha gente".
Tras este preámbulo recuerda que para aspirar a la presidencia debe recolectar 200 mil firmas y luego de hablar de su recorrido y contacto con los venezolanos de diferentes estados, afirma que "yo sí creo saber adónde voy y qué quiero decir, porque en la medida en que puedan tener impacto las cosas que digo, tú vas recibiendo apoyo", y finalmente lo admite: "en este proceso lo más probable es que yo salga a recoger las firmas".
No obstante, deja abierta la duda y resalta seguidamente que "para mí, la idea que me anima es más importante que intereses personales, los míos están aquí (se toca el pecho) y los personales allá (señala al otro lado de la sala donde se realiza la entrevista). Si coinciden, es una maravilla; seguiré predicando y diciendo las cosas como las sé. No tengo una visión mejor ni peor que el resto de mis compatriotas, pero sí distinta porque he visto muchas cosas".
Segundos después agrega: "¿Qué hacemos con las firmas? Ya veremos, pero es en serio", con lo que cierra el tema de su posible precandidatura a la presidencia en los venideros comicios electorales de 2012.
"El silencio que condena a nuestras sociedades"
Tal y como estaba previsto, Arria no solo analiza la realidad actual, sino que luego profundiza en torno a lo que se debe hacer para superar y mejorar el destino de Venezuela y retoma de nuevo el tema militar.
"El tiempo de los institucionales está llegando a sus límites. ¿Dónde están esos oficiales que juraron lealtad en la Constitución? ¿Cuál es su límite? ¿Cuándo opinan? Porque ellos opinan de sueldos, pero podrían opinar sobre otros temas, pero ésta es una Fuerza Armada Nacional entregada a un hombre".
El ex embajador ante la ONU se cuestiona y al hablar del fondo del problema pregunta: "¿Cómo manejar un país cuando salgas de esto? ¿Cómo reinstitucionalizar la Fuerza Armada? Porque tú no puedes acabar con ella. ¿Cómo vas a desmantelar redes y carteles que se han apoderado de parte del país?".
Agrega una explicación que para muchos resulta alentadora. "El desafío que viene lo he visto en otras sociedades más complejas y he dicho que es posible hacerlo, pero solo tienes que decir: 'vamos a hacerlo con instrumentos y personas que sean capaces de visualizarlo, hacerlo y actuar'. Sobre eso ya no hay mucho espacio para equivocarse".
En este orden de ideas, continúa detallando que "el problema de Venezuela es 2011; aquí todos los días pasan leyes, nos recortan libertades, espacios y la gente no reacciona. Aquí hay una acumulación de violencia, nos están moliendo diariamente, todas las semanas habrá una nueva ley".
Asimismo, se pregunta: "¿Qué país va a llegar a 2012 y a 2013? ¿Dónde estarán los medios de comunicación? ¿Dónde estarán las empresas? Tú notas temor, autocensura, y eso es nacional. ¿Cómo llegamos a 2012? Hay que resistir ahora, ¿cuándo vas a resistir? ¿Después de 2012?".
"Aquí nos jugamos el país, después de esto no habrá más chance. Lo más sencillo es el proceso electoral"
"Estoy harto de ver la situación de comodidad ante las violaciones a las normas y derechos ciudadanos y que los pisen de esa manera. Estoy harto. El silencio ha condenado a muchas sociedades de la historia, y ése es el cuadro venezolano y no comparto eso", resalta.
"Aquí nos jugamos el país, después de esto no habrá más chance. Lo más sencillo es el proceso electoral", explica Arria tras asegurar que "hay una falta de credibilidad y de confianza en el liderazgo masivo, y sin eso la movilización de la gente es difícil. La unidad no se decreta, es un sentimiento que nace de la confianza o no nace, y la única persona con conexión emocional y con porcentaje significativo es Hugo Chávez".
Afirma que ha llegado el momento de hablarle frontalmente a la gente, y admite que "los activistas de partidos son admirables, pero tengo menos admiración por algunos dirigentes y el problema es que los partidos no representan más del 12 ó 15%, mientras que las universidades, los gremios, sindicatos y sociedad civil son cada vez más importantes y debemos sumarnos".
Finalmente detalla que el proceso electoral de 2012 "no es para que la Mesa de la Unidad gane o pierda, es para que los venezolanos ganemos o perdamos. No podemos estar jugando a perder Venezuela; tengo una profunda inquietud de si vamos a llegar a este proceso, este señor Chávez que es un mentiroso patológico la única vez que dijo una verdad es que: 'si yo no estoy, será un desastre'. Lo que no sabía es que el desastre era en su grupo y el problema es que comienza a contaminarnos y a desorientarnos a nosotros también".
Ventana
Luchar por un país con oportunidades
(Vanessa Carreño Rojas).-Diego Arria ve la vida a través de los ojos de sus hijas, Manuela, Camila y Karina; y al observar que ellas han tenido la oportunidad de estudiar en los mejores sitios, de nutrirse en distintos ámbitos como el deporte o la música, de vivir en paz y seguridad, siente el inmensurable deseo de que los niños de Venezuela vivan también de esa manera. Sueña conque el país que lo vio nacer esté lleno de oportunidades, "lo más igual posible para todos".
Por ello, tiene la firme convicción de luchar para que el pueblo entienda que "unidos" serán capaces de obtener grandes logros. "El día en que los venezolanos sepan de lo que son capaces de hacer, ese día se van a sorprender de las cosas que pueden alcanzar".
Y es que este caraqueño, egresado de la Universidad de Michigan, en la carrera de economía y ciencias políticas, ve con preocupación que la gente esté "ocupada en revivir pesadillas", es decir, que simplemente hablan de lo que está pasando. "Para mí, lo que está aconteciendo es una pesadilla, pero no puedo concebir mi país de esa manera, lo concibo como un sueño", que está seguro se puede hacer realidad.
La hoja de vida de Arria es muy amplia, él como todo buen venezolano ha tenido la oportunidad de servir a su país y al mundo, fue embajador de Venezuela ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU); "allí tuve el privilegio de ser el presidente del Consejo de Seguridad representando a Venezuela". También fue consejero especial del secretario general de la ONU, Kofi Annan. Asimismo, estuvo en el Banco Interamericano de Desarrollo en Washington; fue presidente de la Corporación de Turismo de Venezuela, en la primera presidencia de Rafael Caldera, cargo al que renunció para formar el movimiento Causa Común.
De igual forma, fue diputado por el estado Miranda durante el gobierno de Carlos Andrés Pérez, quien lo nombró gobernador de Caracas. Después fue ministro de Información y Turismo y fundador de El Diario de Caracas, que, según explica, "ha sido una iniciativa ejemplar en Venezuela en la formación de un periodismo abierto, de libertad".
Recuerda que después de todas estas múltiples facetas, estuvo por un tiempo como empresario en programas de desarrollo urbano en los Estados Unidos y América Latina. "Después regresé a Venezuela y empecé mi hacienda 'La Carolina', hoy asaltada, pillada y robada por este régimen".
"He tenido una doble oportunidad de servir a Venezuela en cargos nacionales e internacionales, y servir al mundo como consejero del secretario general en la reconstrucción y reconciliación de otros países en varios continentes; eso ha enriquecido mucho mi visión y no la hace mejor que ninguno, pero la hace distinta. He sido un venezolano privilegiado en ese sentido que pocos han tenido esa oportunidad de ampliar su visión de esa manera", aseguró.
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