DOMINGO, 27 DE MAYO DE 2012
Tomado del blog Termómetro Zodiacal de Pedro González Silva
Eclipse de Venus: un nuevo rumbo movido por los afectos
Entre el 5 y 6 de junio ocurrirá un fenómeno astronómico poco común. Un “eclipse de Venus”, aunque en realidad es el Sol el eclipsado por este planeta. Esto sólo puede ocurrir cuando Venus está en su movimiento retrógrado.
En las fechas indicadas, Venus, visto desde la Tierra, estará pasando por delante del Sol, produciendo un “mini eclipse”, fenómeno que se producirá porque la Tierra, Venus y el Sol se encontrarán alineados. Como un punto negro, el planeta recorrerá lentamente de izquierda a derecha la superficie brillante del astro rey.
Este fenómeno no será visible en Venezuela; en nuestro país serán las 8:50 de la noche del 5 de junio, cuando este suceso esté en su momento central. Este tipo de fenómenos se dan aproximadamente cada 130 años, pero cuando ocurren, vienen de a dos, en períodos de ocho años, es decir, que después de más de 100 años, hubo un eclipse de Venus en 2004, y ahora, ocho años después, viene éste, y luego no volverá a ocurrir otro hasta dentro de más de cien años.
El eclipse de Venus del 2004 soltó energías muy poderosas para armonizar las fuerzas masculinas y de liderazgo del Sol con las amorosas energías asociadas con Venus. Los mayas previeron este fenómeno, y consideraron los ocho años entre estas dos fechas (2004-2012) como una puerta evolutiva o período de gestación para la liberación de nuevas ideas y cambios del mundo.
El 8 de junio de 2004, Venus cruzó el camino del Sol, marcando el principio de un ciclo de 8 años de Venus que termina el 6 de junio de 2012, justamente antes del fin de la cuenta larga maya y el Gran Año Galáctico.
Tanto el eclipse de Venus del 2004 como el del 2012, así como el pasado eclipse de Sol, y el eclipse lunar que ocurrirá el 4 de junio, se producen muy cerca de un grupo de estrellas de gran significación para nuestro planeta: las Pléyades.
Nuestro sistema solar pertenece a las Pléyades. Estamos en medio de una rueda, dentro de otra rueda, una máquina de tiempo cósmica. Esta rueda más grande es conocida como la Precesión de los Equinoccios, el período de tiempo que le toma a la Tierra para realizar un recorrido completo de las constelaciones del zodíaco en 26 mil años, aproximadamente, y más de dos mil años por cada constelación.
Los mayas previeron que cuando llegara el eclipse de Venus de 2012, estaríamos finalizando a la vez el recorrido de nuestro Sol y nuestra Tierra por la rueda zodiacal mayor, y por tanto ellos anunciaron el fin de un ciclo, y el nacimiento de una nueva era, que nosotros conocemos como la era de Acuario.
El fin de ciclo a que se refieren los mayas no tiene que ver con el fin del mundo, sino con el inicio de un nuevo ciclo evolutivo de la Tierra.
Las energías de Venus están relacionadas con nuestro mundo afectivo; y nuestros sentimientos, si los analizamos desde un punto de vista colectivo, mueven a cambios en el rumbo de la humanidad.
Por ejemplo, Venezuela en el 2004, cuando se produjo el eclipse de Venus en junio, era una Venezuela de ánimos exaltados, con grandes movilizaciones de masas, y que estaba en pleno proceso de recolección de firmas para un referendo revocatorio presidencial; luego de este eclipse y con los resultados del referendo, Venezuela se “tranquilizó”, cayó en un letargo emocional, del cual ahora con este nuevo eclipse, es previsible que despierte, o en todo caso, se produzcan cambios en nuestras relaciones afectivas colectivas.
Asimismo ocurrió en otros países; por ejemplo en Europa, zona de cierta tranquilidad social, pasó a la inversa de Venezuela, se despertó la población y comenzaron las grandes movilizaciones y protestas, como la de los “indignados”. En EEUU, sólo un cambio afectivo pudo permitir que un hombre de raza negra llegara a la Presidencia de esa nación de gran tradición racista.
Estaremos atentos a los grandes cambios afectivos que se han de producir a nivel mundial, y estemos también atentos a los que se produzcan a nivel individual.
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