Fidel Castro cumple 86 años
El Carabobeño 13 agosto 2012
Agustín Blanco Muñoz || Violencia polarizada
¿Qué define esta campaña electoral? ¿La convivencia, tolerancia y respeto? ¿Qué factores permiten pensar que todo terminará en un ambiente de paz y entendimiento?
¿Tiene asidero el escenario en el que dos bandos aceptan resignada y respetuosamente los resultados CNE?
En una sociedad polarizada prevalece la inquina, el enfrentamiento, la descalificación. No se deja espacio a la suma de voluntades y acciones para conformar una sociedad mejor.
Estamos frente a una posición oficialista en la cual predomina la tendencia radical, centrada en lo que se ha dado en llamar Socialismo del S-21, que significa una negativa cada vez mayor a aceptar nada que provenga de “las oposiciones”.
Y se llega al punto de señalar que en caso de algún imprevisto o imponderable, que no garantice el triunfo en las “elecciones burguesas”, se procedería a la aplicación de un Plan “B” que sólo reconoce al golpista-presidente (GP) en la primera magistratura.
Esto lo expresó clara y específicamente el Gral. Rangel Silva, hoy Min-Defensa (UN,10-11-10).
Frente a esta desafiante posición, que tiene a su favor una inmensa inversión pública para la compra-venta de votos-conciencia y la maquinaria de fraude-trampa CNE, el polo opositor comenzó ofertando el progreso y el futuro sin confrontar a nadie y ya en la actualidad cuestiona la acción gubernamental que en 14 años no ha cumplido con sus ofertas.
Cada vez se siente mayor confrontación. El polo oficial le exige permanentemente al candidato opositor anunciar que reconocerá el dictamen del árbitro el 7-0. Y como no hay pronunciamiento al respecto, señala que existe un Plan “B” para cantar fraude y desconocer la derrota. Pero “se arrepentirán porque les daremos con todo”.
Agrega además el GP que ante ese anunciado desconocimiento el proceso se mantendrá alerta. Esto significa que los camisas rojas tomarán la calle el 7-0 y que, antes o en el momento de aludir a fraude, puede comenzar una confrontación verbal que podría asumir el camino violento, que no sabemos hasta dónde nos puede llevar.
Esta violencia electoral-polarizada no sólo está anunciada. Ya está andando a nivel mediático-virtual y no se podría menos que lamentar que se vuelva incontrolada en determinado momento y circunstancia.
Sancho, nos esperan tiempos aún más duros y no podemos permitir que apunten hacia una gran mortandad!
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