La Silla Caliente de Oscar Yánez (1998) 3/9
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Subido por videoangel111 el 04/08/2008
Entrevista a todos los Candidatos a la Presidencia de 1998 y otras personalidades políticas de Venezuela. Los entrevistados fueron: Hugo Chávez, Irene Sáez, Carlos Andrés Pérez, Jaime Lusinchi, Luis Herrera Campins, Claudio Fermín, Henrique Salas Romer, Pérez Jiménez, Antonio Ledezma, Pompeyo Márquez, Andrés Velásquez, Eduardo Fernández, Francisco Areas Cárdenas, Mons. Mario Moronta, Alfredo Ramos, Miguel Gutiérrez y otros. La Constituyente
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14 años después el mesmo personaje: La estrategia perversa del Presidente
FRANCISCO RIVERO VALERA | EL UNIVERSAL
viernes 10 de agosto de 2012 04:01 PM
La estrategia perversa del Presidente es la manipulación.
Y manipulación es sinónimo de manejo, fraude y engaño porque encubre la naturaleza de los motivos, medios y fines que utiliza en sus acciones.Aubouchon.
Manipulación también es ejercicio abusivo del poder.
O sea, el Presidente utiliza la falta de conocimientos que tienen algunos venezolanos sobre la situación del país, para imponer su poder con maniobras psicosociales ocultas.
Y como manipulador busca transformar el pensamiento de la gente para dirigir el comportamiento colectivo hacia su control total. Y lo hace a través de montajes e imágenes en medios audiovisuales, particularmente en televisión.
De esa manera, utiliza la televisión como Videopoder o Videocracia, vital en la manipulación de masas. Sartori. Por esa razón, en esta campaña, las cadenas televisivas son de vida o muerte electoral para el Presidente, a pesar de que esa falsificación de imágenes y medios ocultos, como en Mercadotecnia para el consumo masivo, con el propósito de engañar venezolanos ingenuos e influenciar los resultados electorales, se considera fraudulenta.
Y los manipulados, según la Psicología Social, pierden capacidad de racionamiento lógico, habilidad para deliberar, decidir, negociar, evadir resultados, liberarse de la relación de poder o elegir la acción más conveniente. Cialdini. Un colectivo de esclavos. Pero, como la manipulación depende del manejo secreto de los medios, al ser divulgados la manipulación termina y comienza la reacción de indignación de los manipulados ante el fraude.
Por otra parte, las técnicas de manipulación no son secretas, son del dominio público. Como Las 10 estrategias de manipulación a través de los medios, de Noam Chomsky:
-La distracción. Ocultando problemas importantes del país con temas sin importancia. Como la gorra de Capriles para ocultar la debacle electoral del Presidente.
-Creando problemas para ofrecer soluciones. Dejando libre la violencia para crear leyes contra la libertad.
-Gradualidad. Aplicando medidas gota a gota. Como el Comunismo y el Socialismo del siglo XXI.
-Diferimiento. Medidas a futuro aparentando ser necesarias y menos dolorosas. Las multas de Corpoelec.
-Dirigirse a la población como criaturas de poca edad. Y hacer pensar con infantilismo. La apertura de los discursos del Presidente con: hijitos míos o mis hijos, antes de anunciar medidas políticas.
-Manejar más el aspecto emocional que la reflexión. Boicotear el análisis racional e implantar ideas y miedos en el inconsciente. La manipulación de su enfermedad.
-Mantener a la población en la ignorancia y la mediocridad. Implantando la creencia de que ser estúpido, vulgar e inculto es la moda. El lenguaje del Presidente.
-Reforzar la autoculpabilidad. Induciendo depresión e inhibición de la acción, al infundir responsabilidad por las desgracias del país. Con la IV república.
-Y, conociendo a la gente mejor que ellos mismos se conocen. Con métodos científicos de investigación biológica y policial para fines políticos.
Si estas 10 estrategias de Chomsky se usan como test evaluador de la manipulación, el Presidente resultará 10/10. Pero, lo importante es recordar que la manipulación termina cuando son divulgados los medios utilizados por el manipulador.
Faltaría la denuncia masiva de los medios de manipulación del Presidente. Será el fin de su estrategia perversa. Y el comienzo de la democracia en las elecciones del 7 de octubre.
Que así sea.
riverovfrancisco@hotmail.com
@friverovalera
Y manipulación es sinónimo de manejo, fraude y engaño porque encubre la naturaleza de los motivos, medios y fines que utiliza en sus acciones.Aubouchon.
Manipulación también es ejercicio abusivo del poder.
O sea, el Presidente utiliza la falta de conocimientos que tienen algunos venezolanos sobre la situación del país, para imponer su poder con maniobras psicosociales ocultas.
Y como manipulador busca transformar el pensamiento de la gente para dirigir el comportamiento colectivo hacia su control total. Y lo hace a través de montajes e imágenes en medios audiovisuales, particularmente en televisión.
De esa manera, utiliza la televisión como Videopoder o Videocracia, vital en la manipulación de masas. Sartori. Por esa razón, en esta campaña, las cadenas televisivas son de vida o muerte electoral para el Presidente, a pesar de que esa falsificación de imágenes y medios ocultos, como en Mercadotecnia para el consumo masivo, con el propósito de engañar venezolanos ingenuos e influenciar los resultados electorales, se considera fraudulenta.
Y los manipulados, según la Psicología Social, pierden capacidad de racionamiento lógico, habilidad para deliberar, decidir, negociar, evadir resultados, liberarse de la relación de poder o elegir la acción más conveniente. Cialdini. Un colectivo de esclavos. Pero, como la manipulación depende del manejo secreto de los medios, al ser divulgados la manipulación termina y comienza la reacción de indignación de los manipulados ante el fraude.
Por otra parte, las técnicas de manipulación no son secretas, son del dominio público. Como Las 10 estrategias de manipulación a través de los medios, de Noam Chomsky:
-La distracción. Ocultando problemas importantes del país con temas sin importancia. Como la gorra de Capriles para ocultar la debacle electoral del Presidente.
-Creando problemas para ofrecer soluciones. Dejando libre la violencia para crear leyes contra la libertad.
-Gradualidad. Aplicando medidas gota a gota. Como el Comunismo y el Socialismo del siglo XXI.
-Diferimiento. Medidas a futuro aparentando ser necesarias y menos dolorosas. Las multas de Corpoelec.
-Dirigirse a la población como criaturas de poca edad. Y hacer pensar con infantilismo. La apertura de los discursos del Presidente con: hijitos míos o mis hijos, antes de anunciar medidas políticas.
-Manejar más el aspecto emocional que la reflexión. Boicotear el análisis racional e implantar ideas y miedos en el inconsciente. La manipulación de su enfermedad.
-Mantener a la población en la ignorancia y la mediocridad. Implantando la creencia de que ser estúpido, vulgar e inculto es la moda. El lenguaje del Presidente.
-Reforzar la autoculpabilidad. Induciendo depresión e inhibición de la acción, al infundir responsabilidad por las desgracias del país. Con la IV república.
-Y, conociendo a la gente mejor que ellos mismos se conocen. Con métodos científicos de investigación biológica y policial para fines políticos.
Si estas 10 estrategias de Chomsky se usan como test evaluador de la manipulación, el Presidente resultará 10/10. Pero, lo importante es recordar que la manipulación termina cuando son divulgados los medios utilizados por el manipulador.
Faltaría la denuncia masiva de los medios de manipulación del Presidente. Será el fin de su estrategia perversa. Y el comienzo de la democracia en las elecciones del 7 de octubre.
Que así sea.
riverovfrancisco@hotmail.com
@friverovalera
El retrato de Bolívar y el nuevo hombre
RICARDO GIL OTAIZA | EL UNIVERSAL
viernes 10 de agosto de 2012 04:43 PM
El país ha seguido con interés lo relacionado con el nuevo rostro de Simón Bolívar que mostrara el Presidente en la última fiesta patria, y que ha derivado en una suerte de conjura entre opositores y oficialistas, entre neófitos y expertos, entre opinadores de oficio y chismosos de cuadra. En este contexto, ya se encuentra en la calle el nuevo Bolívar: lo venden en los semáforos y en las esquinas, y su cabello flamea al son de los vientos huracanados que nos llegan por estos días de la mano de Ernesto.
Toda la discusión se ha centrado en si ese rostro, mostrado con orgullo por Chávez, es verídico, es decir, se corresponde con el del Libertador en su fase terminal, camino ya de San Pedro Alejandrino, y que es producto de sesudas investigaciones científicas realizadas in situ (en el propio sepulcro del padre de la patria), o si por el contrario es apócrifo, como sucede ahora con las fotografías del resto de los mortales con el ya masificado programa photoshop,que hace de las delicias de quienes ya no tenemos la piel tan lozana o la cabellera en su sitio; o nos pone los pelos de punta al vernos convertidos en meros fantoches. Vistas así las cosas, he llegado a la necesaria conclusión que el nuevo rostro mostrado este 24 de julio a todo el país, se corresponde "hoy" con el rostro del general Simón Bolívar, libertador de cinco naciones.
Como se ha de suponer, los contrastes fisonómicos que hacemos entre los disímiles retratos pintados en vida de Bolívar, con los rasgos que muestra "el nuevo hombre" nacido de las entrañas de un ordenador, no concuerdan en casi nada. Se acentúan aún más las divergencias si tomamos como apoyo el retrato que más se ha referenciado para Bolívar, y con el que se le conoce en el mundo, producto del trabajo del retratista peruano José Gil de Castro, que muestra al Libertador cinco años antes de su muerte (1825), en plena gloria, que si a ver vamos es el retrato utilizado como base por los "científicos" de Chávez para contraponer su "hallazgo".
No nos fijemos en la cabellera ni en el traje del personaje, sino en los rasgos del rostro: frente, cejas, ojos, nariz, boca, oreja, mentón y color de la piel. En el retrato de Gil de Castro la frente es amplia, atravesada por leves surcos: la frente de un hombre inteligente que entra de manera acelerada a la vejez. La oreja derecha es proporcionada al rostro y a unas cejas gruesas y perfiladas que le confieren hidalguía y señorío y le dan preeminencia a unos ojos que muestran una mirada profunda, que escruta más allá del momento histórico que vive; son ojos cansados, aunque inteligentes, maduros, aunque hirientes, que parecieran gritarnos la terribilidad de la empresa acometida. La nariz es perfecta de perfil griego , seguida de una boca rosada que exhibe un labio superior delgado, apenas delineado, sombreado por un bigote que se presume poblado, mientras que el labio inferior es prominente (en concordancia con la barbilla), pero sin desentonar con la comisura derecha de la cual se dibuja una tenue sonrisa. El mentón es agudo y afila el rostro. La tez es blanca, casi rubicunda, propia de los de su raza.
En el Bolívar de Chávez la anterior descripción (que se supone fuera conocida por el propio Bolívar. Es más, algunos de sus retratos fueron posados), se va al suelo, ya que el solo hecho de cambiar el color de la piel de blanca a mulata, trae imbricaciones fisonómicas (y raciales) imposible de soslayar. Lógicamente cambian los ojos, que ya no son fulgurantes sino temerosos, y le imprimen al rostro una percepción distinta, si se quiere atormentada. Las cejas, aunque delineadas, aumentan de tamaño hasta perder la forma y le restan señorío y delicadeza a las facciones. La nariz crece en grosor, se hace bulbosa, lo que trae la pérdida de armonía del consabido perfil del personaje. La boca aumenta de tamaño y los labios pierden el conocido contraste tan característico en todos sus retratos. El mentón se hace redondo y desde el punto de vista estético hace parecer la cabeza demasiado grande para el menudo cuerpo de Bolívar.
El venerable rostro de Simón Bolívar, que conociéramos desde siempre, que diera la vuelta al mundo, que fuera fundido en bronce y tallado en mármol, contado en prosa y en verso, llevado a la cima de la montaña venezolana que lleva su nombre, el mismo que viera Humboldt a su paso por estas tierras, el que mirara el funesto Pablo Morillo en su abrazo de Trujillo, el que retratara José Gil de Castro, Roulin, Guérin y tantos otros artistas, el que libertara estas naciones, no es el auténtico ni es el verdadero. ¡Estábamos equivocados!
El verdadero rostro de nuestro Libertador hoy es ese mismo que nos presentara Hugo Chávez hace pocos días: metamorfoseado, desnaturalizado y desclasado. Y con él, su actuación, su pensamiento y su inmenso legado. Toda una pérfida metáfora.
rigilo99@hotmail.com
@GilOtaiza
Toda la discusión se ha centrado en si ese rostro, mostrado con orgullo por Chávez, es verídico, es decir, se corresponde con el del Libertador en su fase terminal, camino ya de San Pedro Alejandrino, y que es producto de sesudas investigaciones científicas realizadas in situ (en el propio sepulcro del padre de la patria), o si por el contrario es apócrifo, como sucede ahora con las fotografías del resto de los mortales con el ya masificado programa photoshop,que hace de las delicias de quienes ya no tenemos la piel tan lozana o la cabellera en su sitio; o nos pone los pelos de punta al vernos convertidos en meros fantoches. Vistas así las cosas, he llegado a la necesaria conclusión que el nuevo rostro mostrado este 24 de julio a todo el país, se corresponde "hoy" con el rostro del general Simón Bolívar, libertador de cinco naciones.
Como se ha de suponer, los contrastes fisonómicos que hacemos entre los disímiles retratos pintados en vida de Bolívar, con los rasgos que muestra "el nuevo hombre" nacido de las entrañas de un ordenador, no concuerdan en casi nada. Se acentúan aún más las divergencias si tomamos como apoyo el retrato que más se ha referenciado para Bolívar, y con el que se le conoce en el mundo, producto del trabajo del retratista peruano José Gil de Castro, que muestra al Libertador cinco años antes de su muerte (1825), en plena gloria, que si a ver vamos es el retrato utilizado como base por los "científicos" de Chávez para contraponer su "hallazgo".
No nos fijemos en la cabellera ni en el traje del personaje, sino en los rasgos del rostro: frente, cejas, ojos, nariz, boca, oreja, mentón y color de la piel. En el retrato de Gil de Castro la frente es amplia, atravesada por leves surcos: la frente de un hombre inteligente que entra de manera acelerada a la vejez. La oreja derecha es proporcionada al rostro y a unas cejas gruesas y perfiladas que le confieren hidalguía y señorío y le dan preeminencia a unos ojos que muestran una mirada profunda, que escruta más allá del momento histórico que vive; son ojos cansados, aunque inteligentes, maduros, aunque hirientes, que parecieran gritarnos la terribilidad de la empresa acometida. La nariz es perfecta de perfil griego , seguida de una boca rosada que exhibe un labio superior delgado, apenas delineado, sombreado por un bigote que se presume poblado, mientras que el labio inferior es prominente (en concordancia con la barbilla), pero sin desentonar con la comisura derecha de la cual se dibuja una tenue sonrisa. El mentón es agudo y afila el rostro. La tez es blanca, casi rubicunda, propia de los de su raza.
En el Bolívar de Chávez la anterior descripción (que se supone fuera conocida por el propio Bolívar. Es más, algunos de sus retratos fueron posados), se va al suelo, ya que el solo hecho de cambiar el color de la piel de blanca a mulata, trae imbricaciones fisonómicas (y raciales) imposible de soslayar. Lógicamente cambian los ojos, que ya no son fulgurantes sino temerosos, y le imprimen al rostro una percepción distinta, si se quiere atormentada. Las cejas, aunque delineadas, aumentan de tamaño hasta perder la forma y le restan señorío y delicadeza a las facciones. La nariz crece en grosor, se hace bulbosa, lo que trae la pérdida de armonía del consabido perfil del personaje. La boca aumenta de tamaño y los labios pierden el conocido contraste tan característico en todos sus retratos. El mentón se hace redondo y desde el punto de vista estético hace parecer la cabeza demasiado grande para el menudo cuerpo de Bolívar.
El venerable rostro de Simón Bolívar, que conociéramos desde siempre, que diera la vuelta al mundo, que fuera fundido en bronce y tallado en mármol, contado en prosa y en verso, llevado a la cima de la montaña venezolana que lleva su nombre, el mismo que viera Humboldt a su paso por estas tierras, el que mirara el funesto Pablo Morillo en su abrazo de Trujillo, el que retratara José Gil de Castro, Roulin, Guérin y tantos otros artistas, el que libertara estas naciones, no es el auténtico ni es el verdadero. ¡Estábamos equivocados!
El verdadero rostro de nuestro Libertador hoy es ese mismo que nos presentara Hugo Chávez hace pocos días: metamorfoseado, desnaturalizado y desclasado. Y con él, su actuación, su pensamiento y su inmenso legado. Toda una pérfida metáfora.
rigilo99@hotmail.com
@GilOtaiza
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