Opinión | TAL CUAL 03/08/2012
EJEMPLO DE LOS PRESOS
Los presos perdón, los privados de libertad están subordinados a comandaturas denominadas "pran" cargo merecido por nunca flaquear dentro de los centros penitenciarios
MELIDO ESTABA
Los presos perdón, privados de libertad constituyen en estos días de bochinche, desorganización y despilfarro, una excepción en lo referente a trabajo metódico y productivo. Ejemplos múltiples de sus acciones contundentes y planificadas han sido expuestos a través de los medios (porque hasta en eso son sortarios, los muchachones) como para restregarnos en la cara, que no son pendejadas sino que "así, así es que se gobierna".
Dónde... cuándo ha visto usted esa forma tan certera de conducir un proceso, en el que compatriotas de humildad genuina y a pesar de sus pocos años, manejan un universo de compañeritos nada fundamentosos ellos con la maestría absoluta del estadista certero, incompatible con la habladera de bolserías, la prometerá de vainas imposibles, y la echadera de cuentos, en un mundito donde nadie se sobrepasa a menos que quiera que le jalen las orejas. Bien lejos las magistraturas o aduladores que han hecho del arrastre un oficio provechoso. Allá hay un dirigente, tan consciente de su misión, que hasta en nombre reniega de la pantallería.
Nada de comandaturas o denominaciones celestiales y libertadoras: simplemente "pran", como expresión sencilla que de por sí denota la responsabilidad del cargo, ganado por lo demás a fuerza de carácter y nunca por arañar. Y es que la organización es tan seria que pasa por alto sin muchos problemas a uniformados y jerarcas, con métodos infalibles que garantizan el silencio eterno.
Manejan juiciosamente, sin contralo rías majunches, un presupuesto pedevesérico, apartado de tramposerías cubanas o chinas, donde se entregan cuentas diarias y nadie se enquesa, a riesgo de ser desterrado (con los pies por delante). Cómo será el coroto, que tienen reservas alimenticias para resistir a todo trapo hasta cuatro meses de bloqueo, con el prusianismo de un ejército que no recula porque está resteado en una especie de revolución exquisitamente armada por el enemigo.
Negocian sólo con los mandamás del gobierno, pero cuando les sale del forro. Se dan el lujo de celebraciones y parrandas con piscinadas, canchas de bolas y coleo, güisqui del mejor y pernoctas alucinantes, donde hasta regalos de lujo corren por cuenta de los anfitriones. Aquel es un mundo organizado, con reglas, planes y pranes para trabajar, sino pregúntenselo a los que pasan mil y una necesidades haciendo colas a la intemperie, hasta tres veces por semana para entrar a la visita.
Y para que nos duela: las filas son de mujeres, en mayoría bien hermosas y sonrientes. Eso es disposición, que parecía perdida, pero ahora sabemos que sólo está presa...privada de libertad, pues.
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