Razón del nombre del blog

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El por qué del título de este blog . Según Gregorio Magno, San Benito se encontraba cada año con su hermana Escolástica. Al caer la noche, volvía a su monasterio. Esta vez, su hermana insistió en que se quedara con ella,y él se negó. Ella oró con lágrimas, y Dios la escuchó. Se desató un aguacero tan violento que nadie pudo salir afuera. A regañadientes, Benito se quedó. Asi la mujer fue más poderosa que el varón, ya que, "Dios es amor" (1Juan 4,16),y pudo más porque amó más” (Lucas 7,47).San Benito y Santa Escolástica cenando en el momento que se da el milagro que narra el Papa Gregorio Magno. Fresco en el Monasterio "Santo Speco" en Subiaco" (Italia)

sábado, 16 de marzo de 2013

Ricardo III hoy sería un militante revolucionario.

Rayma


Manual para canallas

La mentira es su materia prima esencial, el influjo de su alma, la gelatina de sus huesos

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CARLOS RAÚL HERNÁNDEZ |  EL UNIVERSAL
sábado 16 de marzo de 2013  12:00 AM
En septiembre 2012, debajo de un estacionamiento de Leicester, Inglaterra, se descubrió el esqueleto de Ricardo III, personaje en el que Shakespeare resume la ruindad extrema de la que se puede ser capaz. Era físicamente deforme como él lo retrata, y moralmente un monstruo. Manda ahogar en un tonel de vino a su propio hermano Clarence, encarcelado en la Torre de Londres. También en esa torre del horror asesina por razones dinásticas dos niños, los hijos de Eduardo IV. Hace decapitar un enemigo y seduce a la viuda, que se le entrega en plenas exequias de su marido en busca de protección de aquel mundo de fieras.

Una perspectiva de la Historia Universal es el recuento de la maldad, presidida por su reina: la mentira. La bestia que todos llevamos dentro ha sido difícil de embridar en 40.000 años. En los comienzos del homo sapiens solo el amor moderó la violencia. La antropología sostiene que la evolución terminó cuando macho y hembra descubrieron el sexo cara a cara, ahora hombre y mujer que se amaban a los ojos, según el arte rupestre, y la pequeña cueva se tornó un paraíso, después de sobrevivir el día. El judaísmo hace lo suyo milenios después cuando Moisés impone mandamientos severos a la vida tribal. Más tarde el Cristianismo dignificó la condición humana. Todos somos hijos de Dios.

Del Cristianismo nacen la Declaración de Derechos del Hombre en 1789, y finalmente la democracia. Pero Ariel y Calibán siguen en combate en el corazón y en el siglo XX las revoluciones de izquierda y derecha de nuevo asoman los colmillos del homo homini lupus. El comunismo y el nacionalsocialismo se basan únicamente en el odio y la mentira. Cada uno de sus líderes es potencialmente Ricardo III o Fidel Castro, su versión contemporánea.

Por fortuna la marcha global hacia la libertad pone obstáculos y los revolucionarios no tienen, en general, las manos libres para asesinar. Dicen luchar por valores sublimes, la igualdad, la verdad, el futuro, la justicia, y muchos lo creen, pero sus medios y sus fines son criminales. Son por definición amorales, enfermos de esquizofrenia ética. Tienen la cabeza llena de delirios ideológicos, aunque su verdadero motivo es el odio por el mundo que los rodea y la gente normal.

Joseph Conrad consideraba sus razonamientos como la "imbécil y atroz respuesta de un discurso revolucionario meramente utópico", pero que ha llegado a ser eficaz, hasta el extremo que resucitó luego de que en 1989 se le creía enterrado. Los revolucionarios tienen un tronco común y sus diferencias son meramente tácticas, de acuerdo con el mayor o menor sentido práctico que exhiban, desde los terroristas ilusos hasta los pragmáticos eficaces. Y por las malas o las buenas, usando las instituciones gradualmente o asaltándolas, persiguen lo mismo: destruir la sociedad civilizada, arrebatar la vida, la libertad y la propiedad de los ciudadanos, crear tiranías.

La mentira es su materia prima esencial, el influjo de su alma, la gelatina de sus huesos. El engaño, la falsedad, la calumnia sin escrúpulos es lo que corre por sus venas justifica y da sentido a sus existencias. Mienten de los vivos y los muertos. Prostituyen las hijas. Rompen las lealtades familiares. Lenin se inspiró para su obra ¿Qué hacer?, en el Catecismo Revolucionario del anarquista ruso Nechayev, prolongado en Mao, Stalin, Guevara, Hitler, Mussolini, Castro, y cualquiera que admire o quiera emular tales licántropos que chapotean en ríos de sangre y sufrimientos.

Las frases de Nechayev resuenan en la actualidad, inconscientemente textuales. "El revolucionario es un enemigo implacable de este mundo capitalista, y si continúa viviendo en él, es sólo para destruirlo más eficazmente... la más rápida y más segura destrucción de este sistema asqueroso... Desprecia la opinión pública... y odia la actual moralidad... sólo es moral lo que contribuye al triunfo de la revolución... lo que la obstruye es inmoral y criminal... los tiernos y delicados sentimientos de parentesco, amistad, amor, gratitud e incluso el honor deben extinguirse por la sola y fría pasión del triunfo".

"... El revolucionario... no tiene intereses personales, no tiene relaciones, sentimientos, vínculos o propiedades, ni siquiera un nombre. Todo en él se dirige hacia un solo fin, un solo pensamiento, una sola pasión: la revolución... un amigo es sólo aquel que ha probado con sus actos que también él es un revolucionario. La dedicación u otras obligaciones hacia ese amigo dependen de su utilidad para la causa".

Ricardo III hoy sería un militante revolucionario. 

@carlosraulher

Ricardo III de Inglaterra (Castillo de FotheringayNorthamptonshire2 de octubre de1452 – Campos de BosworthLeicester22 de agosto de 1485) fue rey de Inglaterradesde 1483 hasta su muerte. Último monarca de la Casa de York, su derrota y muerte en la batalla de Bosworth1 supuso el fin tanto de los Plantagenet como de la Guerra de las Dos Rosas y el advenimiento de los Tudor.

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Nació como el octavo y más joven —y cuarto superviviente— de los hijos varones deRicardo, tercer duque de York, y de Cecilia Neville. Hasta hace poco se creía una leyenda la idea de que era un hombre deforme, jorobado y cojo de nacimiento, obra sobre todo de una ficción realizada por Tomás Moro en su discutida obra histórica inglesa, que causó una honda impresión en Shakespeare y lo inspiró en la realización (entre 1591 y 1592) de su célebre tragedia histórica The Life and Death of King Richard III, inspirada en la segunda edición de las Chronicles (1587) de Holinshed, donde el monarca aparece reflejado como un hombre jorobado, ambicioso, cruel y sin escrúpulos. Sin embargo, el reciente descubrimiento de su cadáver arroja algo de luz sobre este respecto, pues el esqueleto identificado sin género de dudas como perteneciente a Ricardo III presenta una fortísima escoliosis, que podría ser origen de dificultades al caminar y de deformidad en la postura.2
Ricardo pasó la mayor parte de su niñez en el castillo de Middleham, en Wensleydale. Cuando su padre y su hermano mayor Edmund murieron en la batalla de Wakefield, Ricardo quedó bajo la tutela de su tío Richard Neville, decimosexto conde de Warwick, el famoso «hacedor de reyes», cuya intervención sería fundamental para deponer aEnrique VI y coronar al hermano de Ricardo Eduardo IV de Inglaterra. Durante su estancia en las tierras de Warwick, Ricardo desarrolló una profunda amistad con Francis Lovell, que duraría toda su vida. Otra compañía de su niñez fue la hija deWarwickAna Neville, con la que posteriormente se casaría.
Al morir su padre y su hermano Edmund, la madre de Ricardo, la duquesa de York, lo envió a los Países Bajos, lejos del alcance de la vengativa reina consorte de Enrique VI,Margarita de Anjou, junto a su hermano Jorge, más tarde duque de Clarence. Regresaron a Inglaterra tras la derrota de Lancaster en la batalla de Towton, para participar en la coronación de su hermano mayor como Eduardo IV. Entonces, Ricardo fue nombrado duque de Gloucester y armado caballero. Tras ello, fue enviado a las posesiones de Warwick en Middleham para su educación caballeresca. Con alguna interrupción, permaneció allí hasta principios de 1465, cuando tenía 12 años.
Ricardo se vio envuelto en la dureza de la política con la Guerra de las Rosas desde una temprana edad, ostentando diversos cargos.
Por una segunda vez en su juventud, Ricardo tuvo que buscar asilo en los Países Bajos, que formaban parte del ducado de Borgoña. Su hermana Margarita había contraído matrimonio con Carlos el Temerario, duque de Borgoña en 1468. Ricardo huyó junto a su hermano el rey en octubre de 1470 después de que Warwick se pasara al bando de Margarita de Anjou. Con sólo 18 años, Ricardo desempeñó un papel crucial en dos batallas que propiciaron la restauración de Eduardo en la primavera de 1471: Barnet y Tewkesbury.Durante el reinado de Eduardo IV, Ricardo demostró su lealtad y habilidad como comandante militar en el norte al noreste de York, en el castillo de Middleham, donde se había establecido con Anne Neville, su esposa, quien pronto le dio un hijo legítimo, Eduardo de Middleham, príncipe de Gales (1473-1484). Se lo recompensó con grandes posesiones en el norte de Inglaterra y fue designado gobernador del Norte y con el título escocés e inglés de guardián de marchas (gardien des marches o lord warden of the Marches), convirtiéndose en el noble más rico y poderoso de Inglaterra. El 17 de octubre de 1469, se lo nombró condestable de Inglaterra. En noviembre reemplazó a William Hastings, primer barón de Hastings, como Justicia Mayor del Norte de Gales. El año siguiente, fue designado administrador ychambelán del Sur de Gales. El 18 de mayo de 1471, se lo nombró gran chambelán y lord almirante de Inglaterra. Por el contrario, su hermano Jorgeduque de Clarence, cayó en desgracia con Eduardo y fue ejecutado por traición.
Ricardo controló el Norte de Inglaterra hasta la muerte de Eduardo IV. Allí, especialmente en la ciudad de York, donde fue muy querido, elevó las iglesias de Middleham y Barnard al estatus de colegiatas. En 1482, Ricardo recuperó Berwick-upon-Tweed del reino de Escocia, la última vez que esta población cambió de manos entre los dos reinos
Tras la muerte de Eduardo IV, el 9 de abril de 1483, los hijos del rey difunto (sobrinos de Ricardo), Eduardo V, de 12 años y Ricardo, duque de York, de 9, fueron los siguientes en la línea de sucesión. Ricardo fue nombrado lord Protector del joven rey por lo que tuvo disputas con la familia de la madre, los Woodville, por el ejercicio del poder. El hermano de Elizabeth,Anthony Woodville, segundo conde de Rivers y otros fueron llevados al castillo de Pontefracty ejecutados por planear el asesinato de Ricardo. Él se llevó a Eduardo y a su hermano pequeño a la fortaleza de la Torre de Londres siguiendo el consejo del barón Hastings. Todavía hoy en día se ignora que sucedió con los «príncipes de la Torre», y desde siempre la historia ha sospechado que Ricardo III los asesinó o mandó asesinarlos, como en efecto se muestra en la pieza Ricardo III de Shakespeare.
Poco después, Ricardo dictó sentencia de muerte contra Hastings, acusado de unirse a laconspiración de los Woodville, instigado por su amante, Jane Shore, que también era amante de Thomas Grey, primer marqués de Dorset, hijo de Elizabeth Woodville. Hastings fue decapitado el 13 de junio en la Torre de Londres, siendo esta la primera ejecución llevada a cabo allí. Ricardo puso a su viuda Katherine directamente bajo su protección.
El 22 de junio de 1483, en la catedral de San Pablo se dictó una sentencia declarando que el matrimonio de Eduardo IV y Elizabeth Woodville era ilegítimo, por lo que Ricardo y no su sobrino era el rey legítimo.
El Parlamento aprobó el titulus regius apoyando a Ricardo por la prueba aportada por el testimonio de un obispo que declaró que Eduardo IV había contraído matrimonio con Eleanor Butler, que aún vivía cuando se casó con Elizabeth Woodville. El 6 de julio de 1483, Ricardo fue coronado en la Abadía de Westminster.
Los jóvenes príncipes no fueron vistos nunca más, habiendo una gran controversia en la actualidad acerca de su paradero.
Ricardo y su mujer Ana fundaron el King's College y el Queens' College en Cambridge e hicieron donaciones a la Iglesia. Planeó la creación de un coro en la catedral de York con más de 100 sacerdotes. Ricardo también fundó el College of ArmsEn 1483, una conspiración se gestó entre parte de la nobleza descontenta, muchos de ellos partidarios de Eduardo IV. La conspiración fue dirigida por el antiguo aliado de Ricardo, Henry Stafford, segundo duque de Buckingham. En un principio planeaban deponerlo para restaurar a Eduardo V. Cuando se difundió el rumor de que Eduardo y su hermano estaban muertos, Buckingham intervino, proponiendo a Enrique Tudor, quien era descendiente ilegítimo de la casa Lancaster, su vuelta del exilio para subir al trono y casarse con Isabel de York. Por su parte él reclutaría una fuerza considerable de sus tierras y de Las Marcas. Enrique, exiliado en Bretaña, contaba con el apoyo del valido Pierre Landais, quien se proponía que su victoria forjaría una alianza entre Bretaña e Inglaterra.
La flota de Enrique navegó hacia una tormenta, teniendo que regresar a Bretaña. Las tropas de Buckingham tuvieron también problemas con la tormenta y desertaron cuando Ricardo se acercaba. Buckingham trató de escabullirse disfrazado, pero fue capturado por la recompensa que se ofreció por él. Fue encarcelado, acusado de traición, y ejecutado en Salisbury el 2 de noviembre. Su viuda, Catherine, se casó con Jasper Tudor, quien se unió con su sobrino Enrique para organizar otra rebelión.
Ricardo intentó aproximarse a Landais ofreciendo apoyo militar al débil ducado de Francisco II a cambio de Enrique. Enrique huyó a París, donde encontró apoyo en la regente Ana de Beaujeu, quien le proporcionó tropas para la invasión de 1485El 22 de agosto de 1485, Ricardo se enfrentó con las fuerzas lancasterianas de Enrique Tudor en la batalla de Bosworth. Las fuerzas de Ricardo han sido calculadas en 8000 y las de Tudor en 5000, pero no se puede conocer una cifra exacta. Durante la batalla, Ricardo fue traicionado por el barón Stanley, a quien había hecho conde de Derby en octubre, William Stanley y Henry Percy, cuarto duque de Northumberland. El cambio de bando de los Stanley debilitó seriamente la fortaleza del ejército de Ricardo, teniendo un efecto decisivo en el resultado de la batalla. También la muerte de John Howard, I duque de Norfolk, su fiel compañero, parece haber tenido un efecto desmoralizador en Ricardo y sus hombres. Las crónicas cuentan que Ricardo luchó con bravura y habilidad durante la batalla, descabalgando a John Cheney, un famoso campeón de justas y matando al portaestandarte de Enrique, William Brandon, y prácticamente llegando hasta el propio Enrique, pero finalmente se vio rodeado y asesinado. La tradición dice que sus últimas palabras fueron «traición, traición, traición, traición, traición».
Polidoro Virgilio, cronista oficial de Enrique Tudor, escribiría más tarde: «El rey Ricardo, solo, murió luchando como un hombre bajo la mayor de las presiones de sus enemigos». El cuerpo desnudo de Ricardo fue expuesto probablemente en la colegiata de la Anunciación de Nuestra Señora y después ahorcado por Enrique Tudor, ahora Enrique VII, antes de ser enterrado en la iglesia de la hermandad franciscana de los Grey Friars, en Leicester. En 1495, Enrique VII pagó 50 libras por un monumento de mármol y alabastro y, según la tradición, durante la disolución de monasterios, su cuerpo se arrojó al cercano río Soar, aunque hay pruebas de que el memorial era visible en 1612 en un jardín construido en un lateral de Grey Friars. La localización exacta se ha perdido tras 500 años de desarrollo urbanístico. En la actualidad hay una placa conmemorativa en el lateral de la catedral donde pudo haber sido enterrado. Sin embargo, en el verano de 2012 fue encontrado un esqueleto bajo un estacionamiento público en Leicester que finalmente ha sido reconocido por un equipo de arqueólogos liderado por Richard Buckley como perteneciente al monarca, más allá de cualquier duda razonable, como demuestran incluso pruebas de ADN.3 4
Según otra tradición, Ricardo consultó a un vidente en la ciudad de Leicester antes de la batalla, quien predijo que «donde tu espuela golpee en el camino a la batalla se romperá tu cabeza en el regreso». En el camino a la batalla, su espuela golpeó el pretil del Bow Bridge. De acuerdo con la leyenda, al volver de la batalla con su cuerpo sobre un caballo, su cabeza golpeó en la misma piedra y se rompió.
Las crónicas galesas cuentan que Wyllyam Gardynyr mató a Ricardo con un hacha. Otras crónicas dicen que fue Rhys ap Thomas.
Ricardo III fue el último rey de Inglaterra muerto en batalla —los otros fueron Harold Godwinson y Ricardo I, Corazón de León—.
Enrique Tudor sucedió a Ricardo, convirtiéndose en Enrique VII, intentando cimentar la sucesión casándose con la heredera yorkista,Isabel de York, hija de Eduardo IV y sobrina de Ricardo III y matando a todos los demás.
Si quieren saber más lean la obra de William Shakespeare

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