Razón del nombre del blog

Razón del nombre del blog
El por qué del título de este blog . Según Gregorio Magno, San Benito se encontraba cada año con su hermana Escolástica. Al caer la noche, volvía a su monasterio. Esta vez, su hermana insistió en que se quedara con ella,y él se negó. Ella oró con lágrimas, y Dios la escuchó. Se desató un aguacero tan violento que nadie pudo salir afuera. A regañadientes, Benito se quedó. Asi la mujer fue más poderosa que el varón, ya que, "Dios es amor" (1Juan 4,16),y pudo más porque amó más” (Lucas 7,47).San Benito y Santa Escolástica cenando en el momento que se da el milagro que narra el Papa Gregorio Magno. Fresco en el Monasterio "Santo Speco" en Subiaco" (Italia)

domingo, 12 de mayo de 2013

"Ser librero significa entender la literatura desde todos sus actores: el escritor, el distribuidor, el editor y el promotor cultural”


Los libreros son curadores y promotores de la literatura venezolana

Librería El Buscón, ubicada en el Trasnocho Cultural / Raúl Romero
Hace 10 años, El Buscón, inauguró una nueva manera de ver el oficio / Raúl Romero
En el grupo se destacan los cazadores de libros y los constructores de comunidades cibernéticas de lectores
En América Latina los problemas de mercado del libro son similares, pero en Venezuela, a la piratería, la mala distribución y los altos precios hay que sumar el efecto del control cambiario, que ha reducido la oferta importada y mermado el desarrollo de las librerías.
En ese contexto, campeones de la resiliencia, los administradores de librerías independientes –es decir: aquellas que no son papelerías ni grandes cadenas– se han perfilado, más que como vendedores de libros, en “curadores”, del tipo que antes sólo se conseguían en los museos. Lectores ansiosos, estos agentes han concebido espacios –físicos e intelectuales– apropiados para que sus librerías puedan satisfacer las necesidades de información y entretenimiento de sus clientes.
Los lectores mucho que lo agradecen, pues según estadísticas del Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe y del Centro Nacional del Libro, en Venezuela, al igual que en otros países de la región, más de la mitad de quienes compran libros –un promedio de 56% de los habitantes en Brasil, Chile, Colombia, México y Perú– lo hacen en librerías y no en kioscos, mercados u otras plazas.
Curadores de libros. La comparación de los libreros con curadores de arte es de Ángel García, que dirigió la librería de Monte Ávila Editores en el Teatro Teresa Carreño antes de que pasara a ser parte de la cadena estatal Librerías del Sur, en 2005. García ha compartido sus experiencias como librero y estudioso del campo en cursos virtuales que dicta en la página web del Cerlarc. Katyna Henríquez prefiere la denominación de “agentes culturales”, con lo cual hace énfasis en el papel del librero como mediador entre la oferta de libros y la demanda de los lectores. La fundadora de El Buscón promovió hace una década la creación de esta librería especializada, distinta a las denominadas enciclopédicas porque ofrecen novedades y longsellers –o títulos de años anteriores–. El enfoque de la tienda que está ubicada en el Centro Cultural Trasnocho son libros antiguos o descatalogados, así como joyas de las letras nacionales y clásicos infantiles. Justamente de la idea de un grupo de personas “buscando” viene el nombre de la librería, pionera en el país en la tarea de convertir el oficio de librero en uno dinámico y más cercano a los clientes.
En un foro realizado en la Universidad Metropolitana, Henríquez contó que la idea de El Buscón surgió como respuesta a la proliferada producción literaria dirigida particularmente a la novela histórica y el ensayo, derivada de la coyuntura política del país. Agregó que se quiso que la librería se convirtiera en vitrina de la producción editorial venezolana –“en creciente desarrollo”– para satisfacer a un público ávido de leer la literatura y el pensamiento de los autores nacionales.
Los herederos. Le han sucedido la librería Kalathos del Centro de Arte Los Galpones, cuyo librero, Ricardo Ramírez Requena, aprendió el oficio con Henríquez. La única que ha seguido el ejemplo de la especialización de El Buscón es Sopa de Letras, en la Hacienda La Trinidad Parque Cultural, que vende libros para niños.
“El oficio está relacionado con todas las actividades literarias. Lo sabes cuando descubres las filiaciones literarias de los escritores que compran y cuando organizas lecturas, conversatorios. Ser librero significa entender la literatura desde todos sus actores: el escritor, el distribuidor, el editor y el promotor cultural”, explica Ramírez Requena: “Es asumir una forma literaria en donde caben todas las demás, en especial las más despreciadas”. Aclara que hay varios tipos de eventos: “No es lo mismo un bautizo de un libro que una lectura o una charla. Los eventos son importantes porque hacen más diversa la oferta, permiten a muchas personas conocer el espacio y aumentan las ventas. El perfil del librero se enfoca en socializar, establecer vínculos: en ganar clientes, lectores y amigos para la librería”.
Además de los “libreros buscones” existen los que hacen buen uso de las redes sociales, los sitios web y los blogs no sólo para atraer a gente a sus tiendas, sino también para promocionar la literatura en general. Al primer tipo podrían pertenecer también Andrés Boersner, de Noctua, en el Centro Plaza, que igualmente se interesa por los libros antiguos, o los gerentes de Lugar Común, en Altamira, que con apenas seis meses han revolucionado el mercado al ofrecer una programación cultural continua –que ya casi cuenta la centena de eventos– y además vender novedades y longsellers de editoriales independientes extranjeras.
Aparte de la escuela que ha creado el trabajo de Henríquez, otra fuente de educación para los libreros es la editorial Alfa. Desde la época de Leonardo Milla –antecesor de su hijo Ulises en la gerencia del grupo, que incluye 2 sellos y 5 librerías– se le puso atención a la modernización de la relación entre los libros y los lectores. A ello se debe que en los últimos 30 años el oficio de librero se haya vuelto más moderno, como declara en algunos estudios sobre el sector Ángel García, quien por cierto comenzó sus andadas editoriales en Alfa. Las librerías asociadas al grupo no se comportan como parte de una cadena –aunque la mayoría de las actividades que organizan son presentaciones de libros del sello–, pues los libreros que las atienden les imprimen sus personalidades. Un ejemplo es Rodnei Casares, de Alejandría II, en el centro comercial Paseo Las Mercedes, que es un activo promotor literario en línea.
“Comencé a trabajar hace 13 años y me hice librero sin darme cuenta. Estar bajo las órdenes de Leonardo Milla influyó positivamente, pero también el amor a los libros que tuve desde niño, aunque después de haber dirigido 3 librerías y de haber formado a algunos libreros no soy capaz de reconocer cuándo me dije que me dedicaría a esto toda la vida. Fue pasando, igual que la lectura: un día lees un libro fácil y cuando te das cuenta estas leyendo a grandes autores”, expresa Casares, que junto con Ramírez Requena creó el Premio de los Libreros.
Libreros cibernéticos
Entre los libreros venezolanos, además de los que se la pasan buscando bibliotecas antiguas y catálogos numerosos, están también los que navegan la ola tecnológica y usan redes sociales no sólo para mostrar sus adquisiciones sino también para promocionar actividades culturales y discutir libros en línea, lo que permite crear una comunidad de lectores virtuales que fácilmente se terminan convirtiendo en lectores reales. Entre esos se cuentan Rodnei Casares, que promueve la plataforma Libro del Día, y Jonatan Bustamante, de la librería Ludens de Paseo Las Mercedes, mejor conocido por los usuarios como “Lector Metálico”.
Las redes sociales han permitido que su trabajo salga de las tiendas. “Hay mucha gente interesada en la lectura y poca dispuesta a promocionarla, por eso los lectores aprecian cualquier recomendación de alguien con reputación”, explica Casares, muy activo en Twitter con #Librodeldía, que lleva más de dos años sacando recomendaciones los jueves. La iniciativa creció con un blog del mismo nombre, en el que se publican artículos de literatura. “Cada fin de año promociono #Librodelaño y durante los días en que esperamos el anuncio del Nobel de Literatura también menciono a los posibles ganadores. Además de mi cuenta personal (@rodcasares) manejo @ellibrodeldia. La interacción con los lectores es asombrosa y muy gratificante”, señala el librero.
La Cifra
56% es el promedio de personas en Brasil, Chile, Colombia, México y Perú que adquiere libros en librerías, según el Cerlarc. En Venezuela el porcentaje es similar

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