Gracias a que la intensa lluvia que estos días ha sido protagonista en Roma ha cesado hoy, los peregrinos han podido disfrutar más la mañana de este miércoles en compañía del Pontífice. Como es habitual, durante el recorrido previo a la catequesis, Francisco ha bendecido a los más pequeños que le acercaban hasta el papamóvil y ha saludado e intercambiado algunas palabras con los fieles de las primeras filas.
Esta semana, el Santo Padre ha proseguido con las catequesis sobre la familia, y en concreto hoy sobre el matrimonio.
En el resumen hecho en español, Francisco ha indicado: “Queridos hermanos y hermanas: La presencia de Jesús en las bodas de Caná nos revela de modo nuevo la bondad y dignidad del matrimonio a los ojos de Dios”. Se trata --ha añadido-- de un mensaje cuya vigencia es más actual que nunca, precisamente en estos momentos en que en tantos países aumentan las separaciones y desciende el número de matrimonios. Debemos reflexionar seriamente para comprender por qué los jóvenes de hoy no quieren casarse, a pesar de que casi todos desean una seguridad afectiva estable y un matrimonio sólido. Asimismo, ha recordado que “junto a otras causas, hay un miedo a equivocarse y fracasar que impide confiar en la gracia que Cristo ha prometido a la unión conyugal. El matrimonio consagrado por Dios protege esa unión entre el hombre y la mujer, que el mismo Dios ha bendecido desde la creación del mundo, y que es fuente de paz y de bien para las personas y para la sociedad”. Finalmente, el Papa ha recordado que “los esposos que se casan en el Señor se transforman así en un signo eficaz del amor de Dios en el mundo. El mejor modo de mostrar al mundo de hoy la belleza y la bondad del matrimonio es el testimonio de vida de los mismos esposos y de la familia”.
A continuación, el Papa ha saludado a los peregrinos de lengua española, en particular “a los grupos provenientes de España, Argentina, México, Costa Rica, Nicaragua, Uruguay, Chile y otros países latinoamericanos”. De este modo, Francisco ha invitado a pedir a la Virgen María “que interceda por todos los esposos, especialmente por los que pasan por dificultades, para que vivan su matrimonio como un signo eficaz del amor de Dios. Muchas gracias y que Dios los bendiga”.
Al concluir los saludos en todas las lenguas, el Papa ha dirigido un pensamiento especial a los jóvenes, a los enfermos y a los recién casados. El Santo Padre ha recordado que hoy celebramos la fiesta de santa Catalina de Siena, patrona de Italia y de Europa. Por eso ha pedido que “su existencia haga comprender” a los jóvenes, “el significado de la vida vivida para Dios. Igualmente ha pedido que la fe inquebrantable de la santa ayude a los enfermos “a confiar en el Señor en los momentos de desconsuelo”. Y finalmente ha pedido que “su fuerza con los poderosos” indique a los recién casados los “valores que verdaderamente cuentan en la vida familiar”.
(IDV)