Razón del nombre del blog

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El por qué del título de este blog . Según Gregorio Magno, San Benito se encontraba cada año con su hermana Escolástica. Al caer la noche, volvía a su monasterio. Esta vez, su hermana insistió en que se quedara con ella,y él se negó. Ella oró con lágrimas, y Dios la escuchó. Se desató un aguacero tan violento que nadie pudo salir afuera. A regañadientes, Benito se quedó. Asi la mujer fue más poderosa que el varón, ya que, "Dios es amor" (1Juan 4,16),y pudo más porque amó más” (Lucas 7,47).San Benito y Santa Escolástica cenando en el momento que se da el milagro que narra el Papa Gregorio Magno. Fresco en el Monasterio "Santo Speco" en Subiaco" (Italia)

domingo, 28 de junio de 2015

La crisis económica ha elevado el descontento de los venezolanos. El Partido de gobierno utilizó su campaña electoral de las internas del 28 de junio para reactivar su base de apoyo. El uso de técnicas populistas, de la memoria y el legado de Chávez y la advertencia de que el proceso está en peligro si no se ganan las próximas elecciones son las herramientas para captar votos de su militancia. La organización se apalancó en la ventaja que le da el dominio de la burocracia estatal, de la cual es parte más de 90% de los 1.162 precandidatos que se sabe donde trabajan

PSUV intenta “repolitizar”el país con populismo y primarias

FRANZ VON BERGEN FVONBERGEN@EL-NACIONAL.COM

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    Son las 3:00 de la tarde del miércoles 10 de junio en la plaza Andrés Eloy Blanco del centro de Caracas, lugar que por años fue el centro de acción política de Lina Ron. De aquellos tiempos quedan cinco banderas de UPV –el partido político que fundó la dirigente en 2004–, algunas paredes pintadas con los colores de la tolda y un afiche sucio y arrugado de la campaña electoral presidencial de 2012 en la parte alta de un muro.
    “Con Chávez todo, sin Chávez plomo”, dice el cartel en letras amarillas. “Pac, pac, pac” es lo que se escucha en la plaza a esa hora. Pero el ruido no es de plomo, lo producen fichas de dominó que varios adultos cercanos a la tercera edad golpean sobre 6 mesas donde están jugando.
    A pesar de la historia de la plaza, a pesar de que al lado un señor vende caricaturas enmarcadas de Hugo Chávez y Fidel Castro por 10.000 bolívares y que otro ofrece camisas revolucionarias de todo tipo, a pesar de que decenas de afiches de propaganda gubernamental visten los postes de luz, en la Andrés Eloy Blanco nadie habla de política.
    Esa situación no es aislada. A menos de 200 metros del antiguo centro político de Lina está la plaza Bolívar de Caracas, donde la famosa “esquina caliente” ha dejado de ser tan caliente. El mismo 10 de junio el toldo rojo que el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) tiene colocado permanentemente en el lugar estaba ocupado solamente por poco más de una decena de señores sentados, callados y viendo VTV.
    Aunque el PSUV está en pleno proceso de campaña para las elecciones primarias del próximo 28 de junio, nadie se acercaba al puesto para pedir información o preguntar por los candidatos, cuyo único rastro de existencia eran unos pocos afiches pegados en las paredes.El ánimo no era distinto en la plaza El Venezolano ni en la Diego Ibarra o en Parque Carabobo.
    Tampoco un día después en el bulevar de Sabana Grande ni en la plaza Bolívar de El Valle, donde tres militantes chavistas estaban en un toldo al que muchos le pasaban por el lado sin siquiera ver.
    “Estoy desanimado por todo lo que estamos viviendo. Antes sí me entusiasmaba con las primarias del PSUV y sus movilizaciones, pero ahora la escasez y los precios tan altos desaniman y no provoca participar”, afirmó Antonio Márquez en la plaza Diego Ibarra, como una manera de explicar la situación general que se palpaba a su alrededor.
    Y es que Márquez no está solo. Encuestas calculan que lo acompaña más de la mitad de los venezolanos. Según los últimos números de Datanálisis, la base dura del chavismo se encuentra en 21,5% y, a pesar de que 40% se declara opositor, sólo alrededor de 20% se identifica con los partidos de la MUD. Conclusión: casi 60% de la población se siente independiente y muestra insatisfacción con el liderazgo político actual. De ellos, 40% ni siquiera admite una inclinación hacia algunos de los dos bloques. 
    “Repolitizar”
    El presidente Nicolás Maduro es consciente de la situación. En el programa del 2 de junio de En Contacto con Maduro aseguró que habían detectado un fenómeno de “despolitización y desideologización” avanzando en la sociedad venezolana.
    Ante la amenaza, Maduro lanzó un alerta: “Un pueblo despolitizado, desideologizado, que abandone su campo de batalla por sus propios derechos y su propia patria, sería instrumento ciego de su propia destrucción y la destrucción del legado del comandante Chávez. Uno de sus logros fue haber democratizado la cultura política para grandes movimientos de masa diversos”. 
    Para superar el problema hizo un llamado a los 1.162 precandidatos que se medirán en las elecciones internas del PSUV el próximo domingo: “Vayamos a un proceso de repolitización, reideologización, removilización, remoralización de nuestro pueblo en función de la defensa de la independencia, del socialismo, de la revolución bolivariana que fundó nuestro comandante Chávez”.
    Con esa tarea, los aspirantes a las candidaturas rojas para la Asamblea Nacional se embarcaron en un proceso que ha incluido visitas casa por casa, asambleas populares, encuentros con las Unidades de Batalla Bolívar Chávez (UBCH) y activación de toldos de agitación política en todas las parroquias del país.
    El partido se ha enfocado en la base de apoyo del oficialismo recorriendo zonas populares, edificios de la Gran Misión Vivienda Venezuela y conversando con los beneficiarios de los planes gubernamentales. Para maximizar el alcance del proceso, por primera vez el chavismo decidió abrir sus internas a todos los inscritos en el registro electoral y no sólo a los militantes del partido que, según datos oficiales, son más de 7,5 millones. Son las primeras elecciones primarias con Maduro al frente del partido. 
    El próximo domingo se podrá calcular el éxito de la convocatoria. Según Francisco Ameliach, vicepresidente de organización y fuerza electoral del PSUV, el partido espera movilizar a 13.682.000 personas con la ayuda de las listas 1x10 en las UBCH y las patrullas de la tolda.José Antonio Gil Yepes, director de la encuestadora Datanálisis, no es tan optimista. Calcula que, con una base dura chavista de 21,5%, de la cual cerca de la mitad asegura estar muy dispuesta a votar en las elecciones parlamentarias, el porcentaje de participación pudiera rondar 10% del electorado: 1,9 millones de personas. 
    Por la revolución
    “Mañana les va a llegar la silla de ruedas”. Con esas palabras se despidió la diputada Blanca Eekhout, precandidata del PSUV en el circuito 4 de Miranda, del apartamento de la familia Omaña en la torre 5 del urbanismo La Haciendita, construido por la Misión Vivienda en Fila de Mariches.
    Esa casa fue la primera que visitaron más de 10 precandidatos del partido de gobierno el viernes 13 de junio en ese conjunto residencial. Uno de los niños de la familia sufre parálisis y necesitaba la silla que pidieron a los visitantes.
    “Nosotros hemos recorrido todos los apartamentos para identificar las necesidades. Ahora que los candidatos están aquí los llevamos a las casas con las urgencias más graves”, explicó María Payen, coordinadora de movilización de la UBCH de la zona. En una carpeta tenía una lista con las puertas que tocarían. Aquellos con discapacidades, problemas para cobrar la pensión y en situación de pobreza extrema eran la prioridad.
    En la casa de la familia Hernández Rufo, el jefe del hogar presentó un problema con su jubilación. “Tengo 1.200 cotizaciones en el Seguro Social, pero todavía no me sale la pensión”, dijo.
    De inmediato, Eekhout pidió que alguien llamara a Néstor Ovalles, viceministro de Trabajo. Luego de recibir las indicaciones por celular, le explicó cómo podrían solucionar la situación en poco tiempo. “Esta es la misión del casa por casa. Entramos a una casa más y salimos con un problema menos”, dijo Mirlis Hidalgo, otra precandidata, mientras salía del apartamento.
    Oswaldo Ramírez, especialista en comunicación política y director de ORC Consultores, explica que el chavismo intenta apelar al “populismo y a la dádiva” para reactivar su conexión con la gente y alcanzar el objetivo de “repolitizar”. Su otra herramienta es recordar a Chávez y su proceso revolucionario.
     “Tenemos la tarea política de ganar la Asamblea Nacional para que este proyecto no se caiga. La única forma de avanzar es con la revolución y para lograr eso hay que conservar la Asamblea como una trinchera revolucionaria”. La frase la dijo Eekhout durante una pausa en el estacionamiento de los edificios. Pero palabras como esa salieron de la boca de todos los precandidatos al hablar con los vecinos.
    Mientras los aspirantes recorrían edificios, afuera se quedaba un dirigente con un megáfono para llamar la atención de los habitantes del urbanismo: “Sólo el PSUV le brinda esta oportunidad en nuestra patria. Acérquense a conocer a los precandidatos y no olviden votar el próximo 28 de junio”, repetía varias veces para luego dar a conocer los nombres de todos los postulados.
    Atraídos por ese llamado, vecinos se acercaban a las puertas de las casas visitadas. Algunos iban con cartas para pedir ayuda. “Necesito un colchón”, “no me llega bien el agua”, “me tengo que operar”, aseguraban. “Ten esperanza que eso va a llegar”, era la respuesta más común.Maduro pidió que al final de la campaña se le entregue un informe de los principales problemas encontrados con el fin de aplicar correctivos.
    Los candidatos también iban con algunos regalos. Cada uno recibió al menos 500 carteles de campaña y 100 camisas para repartir. Tras consultar algunas empresas de impresión, se calculó que el costo de ese material para los 1.162 postulados supera los 110 millones de bolívares. A eso debe sumar lo que cuesta hacer unas primarias en todos los circuitos, alrededor de 39 millones  si se considera que a la oposición le salió 16,3 millones en 36 circunscripciones. El gasto total asciende a más de 150 millones de bolívares sin contar chuletas, movilización, refrigerios, etc. 
    El partido es el Estado
    “Identificarse con la realidad de la gente y sus necesidades es el tema central de esta campaña. Cada candidato debe convertirse en un generador de respuestas para las comunidades articulando con las instancias de gobierno”, explicó Víctor Clark, miembro de la Dirección Nacional del PSUV y precandidato en Falcón.
    La misión de articular con el Estado no luce difícil si se considera el análisis de una muestra de 20% de los postulados realizado por El Nacional. El estudio arrojó que 91,9% de los precandidatos de los cuales se pudo definir su lugar de trabajo son o fueron recientemente funcionarios. A esto se une que 96,6% de los dirigentes que tienen puestos de mando en la organización política también forman parte de la burocracia estatal, según otra revisión hecha por el periódico.
    Esta realidad abre la posibilidad de que los precandidatos puedan resolver de inmediato problemas de las comunidades. La situación recuerda a la del Partido Comunista Soviético y otras toldas de izquierda de la antigua Europa Oriental alrededor de las cuales se tejió una burocracia que dominaba las instituciones públicas.
    Sin embargo, Jorge Rodríguez, otro miembro de la Dirección Nacional, rechaza esta comparación: “Eso ocurre por la democracia participativa y protagónica que hay en Venezuela, por lo cual muchos militantes terminan teniendo cargos relacionados con la participación local.
    Pero hay que aclarar que la campaña obliga a que los funcionarios se separen de sus puestos”.A pesar de las ventajas, no todas las necesidades que les presentan a los precandidatos las pueden resolver de inmediato. 
    “La gente confiesa tener preocupación por la guerra económica y por el desabastecimiento y la escasez de productos de primera necesidad para alimentación y uso personal”, contó Lesbia Sánchez, precandidata en el circuito 4 de Caracas, integrado por El Valle, Coche y Santa Rosalía.Ante estos cuestionamientos, instruyeron a los postulados para que recordaran que el chavismo está batallando contra una estrategia de desestabilización ante la cual el gobierno, las comunas y el partido deben aplicar controles. 
    Ahora la respuesta individual de cada precandidato pesa más que antes debido a que el portaviones de Chávez ya no existe y la popularidad de Maduro no permite utilizarlo como al fallecido presidente. En el casa por casa hecho en La Haciendita los postulados hacían mucho hincapié en los logros históricos de la revolución y poco se escuchaba el nombre de Maduro. 
    “Es vital que demos un mensaje de esperanza, de que la revolución sigue trabajando y que requiere de la unión de la gente, el gobierno y el partido”, afirmó Ricardo Tovar, unos de los precandidatos.
    Pero mantener viva la esperanza es justamente lo que el consultor Oswaldo Ramírez considera que es más difícil para el PSUV.“Si el populismo cumple, los beneficiados podrían renovar el compromiso. Pero si nuevamente se falla y no se resuelven los problemas, será muy difícil para el chavismo atraer a los votantes”, explica.
    El experto añade que las elecciones parlamentarias son un proceso de “movilizadores” debido a que la participación no tiende a ser tan alta, por lo que sale con ventaja quien logra “amarrar mejor a su ejército electoral”.
    Gil Yepes advierte que la oposición parte con el beneficio de que las encuestas indican que tiene un potencial de votos dos veces más grande que el del chavismo, pero para materializar ese respaldo también tiene que salir a la calle con sus candidatos y movilizar a todos los descontentos para que la elección no se limite a un asunto de maquinarias.De allí el apuro de Maduro por “repolitizar” a su base, de allí el objetivo de saciar al menos parte de sus necesidades, de allí que el PSUV haya concentrado su campaña en los sectores más pobres y de allí que se busque desmoralizar a la oposición dejando incluso en el aire la fecha de los comicios.
    Creando nuevas lealtades con los sectores jóvenes
    Un elemento novedoso de las primarias del PSUV es que por primera vez en la historia del partido se definieron cuotas para las precandidaturas según edad y sexo, de manera que la mitad de los postulados tiene 30 años o menos.
    La medida persigue tres objetivos básicos: renovar la militancia de la tolda política, despertar el interés de los jóvenes por el partido y forjar nuevas lealtades hacia la dirigencia actual de la tolda.
    La elección de los jefes de círculos y delegados el año pasado había demostrado que pocos jóvenes tenían influencia real sobre la organización, pues solo 9,2% de los elegidos para esos cargos contaban con menos de 30 años.
    Por eso no es extraño que desde los niveles de mando más altos se haya solicitado una renovación, algo que es típico en los partidos comunistas, en los que los relevos generacionales tienden a ser guiados desde las instancias de poder, según han estudiado académicos expertos en organizaciones políticas como Maurice Duverger.
    Además, es relevante que casi 50% de los jóvenes en cargos públicos llegaron a sus puestos después de la muerte de Chávez. Eso, aunado a la posibilidad de poder participar en un proceso como las primarias de este año, genera lazos de lealtad hacia los nuevos mandos del partido, algo esencial para preservar la organización.

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