miércoles, 9 de mayo de 2012 El Blog de Farruco Sesto
ANTE LA RIDÍCULA CAMPAÑA DE ALGUNOS MEDIOS SOBRE LAS MOLESTIAS DE LA CONSTRUCCIÓN EN CARACAS
(Publicado el pasado sábado en mi página de Todosadentro)
La Poesía de la Ciudad
ANTE LA RIDÍCULA CAMPAÑA DE ALGUNOS MEDIOS SOBRE LAS MOLESTIAS DE LA CONSTRUCCIÓN EN CARACAS
Esto es historia de lo cotidiano. ¿Cómo ha venido actuando el sector privado en Caracas para construir sus edificios a lo largo, por ejemplo, de los últimos cincuenta años?
Simplemente los empresarios dedicados al negocio inmobiliario después de seleccionar una parcela o conjunto de parcelas y de estudiar su rentabilidad de acuerdo a la ubicación y variables urbanas, elaboran un proyecto, piden los permisos y construyen en cada caso uno o varios edificios.
Así de simple.
Y de esa manera han venido levantado miles de edificaciones, una a una. Con la circunstancia de que el Valle de Caracas era hasta ahora su territorio exclusivo. De ninguna manera se suponía que ninguna institución pública fuera a construir viviendas allí.
Se daba por descontado que el Estado apuntaba a otras soluciones para construir sus “viviendas de interés social”, con otra manera de proceder, y en otros lugares fuera de Caracas o, en todo caso, extremadamente periféricos.
Caracas, lo que se llama propiamente Caracas, se había constituido en la práctica desde hace muchos años como un territorio urbano vedado a la construcción de vivienda pública.
Operaciones como las de Lídice o San Agustín, el Silencio, el 23 de Enero y, en general, los desarrollos de superbloques o, ya en los sesenta, los de Caricuao, o El Valle algo más tarde, iban quedando muy lejanas. Cada vez más lejos. Tan lejos en el tiempo, al menos, como cuatro décadas, que no son pocas.
Es a partir del Proceso Bolivariano y de la presidencia de Chávez cuando esta rígida situación comienza a modificarse. Nuevas ideas y acciones van surgiendo en relación a la construcción de vivienda en Caracas por parte del Estado. Al principio un poco tímidamente ocupando espacios como los de Altos de la Rinconada, los del conjunto en las cercanías del Helicoide (no recuerdo ahora como se llama) o la iniciativa de los edificios que se fueron ubicando en la Avenida Lecuna.
Pero es a partir del surgimiento de la Gran Misión Vivienda Venezuela cuando esa timidez se supera, y comienza a generalizarse masivamente aquello que era apenas un avance.
Desde ese momento no sólo se seleccionan con valentía grandes terrenos para igualmente grandes desarrollos, como en el caso de Ciudad Tiuna, sino que se ubican centenares de parcelas en el medio de la ciudad para hacer lo que venía haciendo cómodamente el privado sin que nadie le protestara nunca.
Pues, en efecto, cuando el privado construye, no hay periódico de la burguesía que se atreva a cuestionar ninguna de las molestias naturales relacionadas con la construcción, tales como el ruido, el uso de las maquinarias o la ubicación de las concreteras temporales. Y no se hace por la sencilla razón de que el sector privado (que tiene los medios a su servicio) no va a actuar contra sus propios intereses. Y porque, además, todos sabemos que no hay otra manera de desarrollar o renovar una ciudad. La construcción genera algunas incomodidades. Esto ha sido así en toda época, en todas las ciudades del mundo.
Pero es ahora justamente, en los momentos en que el Estado comienza a poner en práctica la democratización real de las parcelas urbanas, multiplicando sus esfuerzos para saldar las deudas sociales, cuando algunos pocos medios, sobre todo impresos, intentan crear una campaña de oposición a la acción renovadora. ¡Tamaño desatino!
Esa campaña, aparte de ser ridícula, está llamada a fracasar. Ni el Gobierno ni el pueblo van a consentir que les impidan construir viviendas en Caracas.
Y porque además yo estoy seguro de que las tontas quejas de los medios opositores son peligrosas hasta para los intereses del propio sector privado inmobiliario. Algunos pequeños burgueses improductivos, que ya tienen su apartamento y su problema resuelto, están descubriendo ahora que el construir es incómodo e insufrible. Pero ¿Acaso a alguien se le ocurre que vamos a congelar la construcción en Caracas? Al respecto nos gustaría conocer la opinión de las distintas asociaciones empresariales relacionadas con la construcción.
La opinión del pueblo ya la conozco. Su entusiasmo con las políticas de vivienda de Chávez es inocultable.
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