Burocracia
País sin reglas
Los cada vez más complejos procesos para legalizar un documento, constituir una asociación o registrar una empresa han ido formando un país paralelo que opera al margen de la legalidad. Por Francisco Olivares
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EL UNIVERSAL
domingo 29 de abril de 2012 12:00 AM
En Venezuela, el tiempo para registrar una empresa, una propiedad y obtener el deseado documento que convierta a un ciudadano en propietario de ese bien podría llevar hasta cuatro meses en el mejor de los casos. Si se trata de empresas más complejas y el documento fuera rechazado por no llevar tal o cual requisito exigido por el registrador, la espera podría extenderse hasta por seis meses. Lograr el objetivo requeriría sortear innumerables pasos, a los que se agrega la discrecionalidad del funcionario que el destino nos puso en el camino.
Para los especialistas esto no es solo un problema de eficiencia en la gestión. De lo que se trata es de un sistema que está paralizando la economía del país y promueve que muchos emprendedores opten por la informalidad ante las vicisitudes de ingresar al sórdido mundo de los registros. Es como empujar a la gente a vivir fuera de los procesos legales, ante lo engorroso que se vuelven esos procesos.
Cuando desde lejos se observa la inmensa telaraña de diminutas viviendas color rojizo que bordean a la ciudad de Caracas, no vemos solo un mundo de pobreza que vive al margen de las nuevas tecnologías y del movimiento económico que mueve a la gran ciudad. En ese laberíntico mundo formado por casi 70% de la población la gente puede acceder a muchas de las cosas que nos ofrece el mundo moderno.
Lo que no vemos, pero que convive en esos espacios, es el país de la informalidad donde no existen transacciones legales, no hay claros derechos de propiedad, donde no existen los domicilios verificables. 14 millones de personas viven en zonas de barrios (Josefina Baldó) que en su mayoría se formaron al margen de la legalidad. A ellos se agrega que la mitad de la población está en la economía informal (INE) una gran parte de la cual opera fuera de los procesos legales.
El concepto no pertenece al autor de estas líneas sino a Hernando de Soto, quien en su libro "El Misterio del Capital" nos narra el drama de la incapacidad de los países del tercer mundo para incorporar a sus ciudadanos a la modernidad y a la formalidad: Soto, influyente economista peruano y a quien la revista Forbes lo seleccionó como una de las 15 personas que "reinventarán el futuro" describe en su libro: "Imagine un país donde nadie puede identificar quién es dueño de qué, las direcciones domiciliarias no pueden ser fácilmente verificadas, la gente no puede ser obligada a pagar sus deudas, la propiedad no puede ser dividida en participaciones y donde las reglas que rigen la propiedad varían de barrio en barrio (... ) Usted acaba de trasladarse a la vida de un país en vías de desarrollo o uno que acaba de salir del comunismo".
Más controles
En los últimos años la centralización de los procesos y las políticas de controles han hecho más complejos los trámites para muchas de las gestiones necesarias en una sociedad moderna. Cosas tan simples como registrar o cambiar las placas de un vehículo, autentificar títulos, notas académicas, una partida de defunción, legalizar una sucesión o los requisitos para importar los insumos que se requieren para la industria, en Venezuela suelen convertirse en acciones titánicas que requieren de un cierto grado de especialización y gastos adicionales para agilizar los procesos, fuera de lo establecido.
Cada día se agregan nuevas leyes y requisitos para que las empresas puedan operar en el país y sin duda, son estos requerimientos los que hacen más costosos los procesos de las empresas, las hacen más ineficientes, frenan su desarrollo y en definitiva encarecen la vid.
De estas situaciones en los últimos años se ha destacado, como una de las más complejas alcabalas, el caso de los Registros y Notarías, especialmente los Mercantiles.
Por tal razón, un grupo de 110 abogados, pertenecientes a diversos bufetes del Distrito Federal han lanzado un grito de alerta a la Dirección Nacional de Registros y Notarías (SAREN) debido a la paralización de sus actividades de que son objeto hasta por varios meses a la espera de un documento, una copia, o actualizar una asamblea. Los complejos trámites que deben afrontar han devenido en la paralización de importantes operaciones de empresas, nacionales y extrajeras, que encuentran en los Registros una traba casi infranqueable.
Dicen los abogados
En carta dirigida al Directorio de Registros, los mencionados abogados le plantearon al organismo una serie de denuncias que han afectado a cientos de empresas.
Cuestionan el sistema de automatización que se está realizando, que al contrario de simplificar los procesos "se han vuelto más complicados, ineficientes y burocráticos". Plantean que la automatización del sistema, que debió permitir atender a mayor número de usuarios, ha sido lo contrario. Por ejemplo en el Registro Quinto Mercantil, ubicado en Chuao, uno de los que tiene mayor movimiento, solo se entregan 50 números, lo que permite hacer un solo trámite por persona y como es por el terminal de la cédula, si falla la operación se debe aguardar una semana para regresar.
Señalan que los servidores se retiran los días jueves o viernes y son retornados los martes de la semana siguiente. Además hay constantes caídas del sistema que paralizan los procesos.
Para recibir los números, en algunos registros es necesario hacer cola desde la madrugada y a veces desde la noche anterior. En ciertos casos, las personas que obtienen los números son falsos usuarios que venden el puesto a los usuarios reales.
En ocasiones es necesario ir al Registro varias veces para lograr por ejemplo el documento de un acta de asamblea o constituir una compañía. Ese trámite puede durar entre 30 y 90 días si no hay inconvenientes adicionales.
Señalan los abogados que la atención de los funcionarios a veces es "hostil" se muestran impacientes y desmotivados. "Esta actitud de los trabajadores pudiera deberse a la reducción de sus remuneraciones de la que fueron objeto hace un año", señala la carta.
Observan los denunciantes que los documentos consignados suelen ser devueltos a los abogados, solicitando recaudos que no están contemplados en la Ley, se hacen correcciones muchas veces en los mismos documentos, que dependen de la discrecionalidad del funcionario revisor. En ocasiones los documentos ya revisados son rechazados por nuevas observaciones ya que no siempre el revisor es el mismo.
Indican también que existen diferencias en los trámites entre los distintos Registros, no solo en el área Metropolitana de Caracas, sino también en el interior del país.
Por ejemplo los días hábiles que debe pasar un documento en "Revisión Legal": en el Registro Mer cantil Primero del Distrito Capital son 3 días hábiles; en el Segundo Mercantil 5 días hábiles; en el Quinto Mercantil debe pasar 3 días hábiles por cálculo, luego 3 días hábiles en Legal y en presentación y otorgamiento otros 10 días hábiles.
Denuncian que en ciertos Registros los documentos otorgados no se acompañan a los expedientes respectivos. Se van guardando en cajas a la espera de que un archivista los vaya consignando. Ese proceso puede demorar hasta tres meses lo que hace imposible obtener una copia certificada de algún documento en un tiempo razonable.
Un caso insólito
En el submundo de estas transacciones lo insólito se ha vuelto cotidiano. La pasada semana, mientras indagábamos las vicisitudes de los usuarios, conocimos un caso ocurrido en Guarenas. Los propietarios de 12 edificios ubicados en Nueva Casarapa acudieron al Registro Mercantil que corresponde al Municipio Plaza para constituir una Asociación Civil.
Una vez estudiado todos los requisitos y cumplidas las exigencias, meticulosamente revisadas por abogados, procedieron a introducir los documentos. Entre ellos estaba la consignación de las fotocopias de las cédulas de los propietarios perfectamente escaneadas y legibles. Pues el documento fue rechazado debido a que uno de los márgenes donde se consignaron las cédulas no contaba con los 6 centímetros exactos exigidos por el revisor.
Como se trata de unas 300 copias de cédulas aproximadamente, imaginamos la tarea de volver a comenzar que ese grupo de ciudadanos deberá nuevamente realizar para alcanzar registrar una simple asociación.
Algunas experiencias
Venezuela no tiene el monopolio de la complejidad burocrática. El equipo de investigaciones que acompaña a Hernando de Soto, al estudiar estos procesos en varios países del tercer mundo, narra que afín de tener una idea exacta de cuan difícil es la vida de un emprendedor en Lima, Perú, decidieron abrir un pequeño taller de confecciones perfectamente legal. Así que el equipo comenzó a llenar formularios, trasladarse a las oficinas donde expanden los respectivos certificados, hacer colas etc. La tarea les tomó 6 horas diarias y finalmente 289 días.
En otro caso, obtener la autorización legal para construir una casa sobre un terreno del Estado, tomó 6 años y 11 meses y exigió 207 pasos administrativos en 52 oficinas gubernamentales. Mientras que un transportista que deseara reconocimiento oficial de su ruta le esperaban 26 meses de trámites burocráticos.
El autor concluye que: "En cada país que investigamos, encontramos que casi tan difícil como volverse legal es seguir siéndolo. Inevitablemente, la cosa no es tanto que los migrantes quebranten la Ley sino que la Ley los quebranta a ellos, motivo para salirse del sistema".
En tiempos de populismo es bueno mirar que en las barriadas la informalidad puede ser más severa y salvaje. En Brasil en una de sus investigaciones encontraron que en las "favelas" (barriadas populares) no hay control de alquileres: los alquileres son pagados en dólares americanos y los inquilinos morosos son rápidamente evacuados".
twitter@folivares10
Para los especialistas esto no es solo un problema de eficiencia en la gestión. De lo que se trata es de un sistema que está paralizando la economía del país y promueve que muchos emprendedores opten por la informalidad ante las vicisitudes de ingresar al sórdido mundo de los registros. Es como empujar a la gente a vivir fuera de los procesos legales, ante lo engorroso que se vuelven esos procesos.
Cuando desde lejos se observa la inmensa telaraña de diminutas viviendas color rojizo que bordean a la ciudad de Caracas, no vemos solo un mundo de pobreza que vive al margen de las nuevas tecnologías y del movimiento económico que mueve a la gran ciudad. En ese laberíntico mundo formado por casi 70% de la población la gente puede acceder a muchas de las cosas que nos ofrece el mundo moderno.
Lo que no vemos, pero que convive en esos espacios, es el país de la informalidad donde no existen transacciones legales, no hay claros derechos de propiedad, donde no existen los domicilios verificables. 14 millones de personas viven en zonas de barrios (Josefina Baldó) que en su mayoría se formaron al margen de la legalidad. A ellos se agrega que la mitad de la población está en la economía informal (INE) una gran parte de la cual opera fuera de los procesos legales.
El concepto no pertenece al autor de estas líneas sino a Hernando de Soto, quien en su libro "El Misterio del Capital" nos narra el drama de la incapacidad de los países del tercer mundo para incorporar a sus ciudadanos a la modernidad y a la formalidad: Soto, influyente economista peruano y a quien la revista Forbes lo seleccionó como una de las 15 personas que "reinventarán el futuro" describe en su libro: "Imagine un país donde nadie puede identificar quién es dueño de qué, las direcciones domiciliarias no pueden ser fácilmente verificadas, la gente no puede ser obligada a pagar sus deudas, la propiedad no puede ser dividida en participaciones y donde las reglas que rigen la propiedad varían de barrio en barrio (... ) Usted acaba de trasladarse a la vida de un país en vías de desarrollo o uno que acaba de salir del comunismo".
Más controles
En los últimos años la centralización de los procesos y las políticas de controles han hecho más complejos los trámites para muchas de las gestiones necesarias en una sociedad moderna. Cosas tan simples como registrar o cambiar las placas de un vehículo, autentificar títulos, notas académicas, una partida de defunción, legalizar una sucesión o los requisitos para importar los insumos que se requieren para la industria, en Venezuela suelen convertirse en acciones titánicas que requieren de un cierto grado de especialización y gastos adicionales para agilizar los procesos, fuera de lo establecido.
Cada día se agregan nuevas leyes y requisitos para que las empresas puedan operar en el país y sin duda, son estos requerimientos los que hacen más costosos los procesos de las empresas, las hacen más ineficientes, frenan su desarrollo y en definitiva encarecen la vid.
De estas situaciones en los últimos años se ha destacado, como una de las más complejas alcabalas, el caso de los Registros y Notarías, especialmente los Mercantiles.
Por tal razón, un grupo de 110 abogados, pertenecientes a diversos bufetes del Distrito Federal han lanzado un grito de alerta a la Dirección Nacional de Registros y Notarías (SAREN) debido a la paralización de sus actividades de que son objeto hasta por varios meses a la espera de un documento, una copia, o actualizar una asamblea. Los complejos trámites que deben afrontar han devenido en la paralización de importantes operaciones de empresas, nacionales y extrajeras, que encuentran en los Registros una traba casi infranqueable.
Dicen los abogados
En carta dirigida al Directorio de Registros, los mencionados abogados le plantearon al organismo una serie de denuncias que han afectado a cientos de empresas.
Cuestionan el sistema de automatización que se está realizando, que al contrario de simplificar los procesos "se han vuelto más complicados, ineficientes y burocráticos". Plantean que la automatización del sistema, que debió permitir atender a mayor número de usuarios, ha sido lo contrario. Por ejemplo en el Registro Quinto Mercantil, ubicado en Chuao, uno de los que tiene mayor movimiento, solo se entregan 50 números, lo que permite hacer un solo trámite por persona y como es por el terminal de la cédula, si falla la operación se debe aguardar una semana para regresar.
Señalan que los servidores se retiran los días jueves o viernes y son retornados los martes de la semana siguiente. Además hay constantes caídas del sistema que paralizan los procesos.
Para recibir los números, en algunos registros es necesario hacer cola desde la madrugada y a veces desde la noche anterior. En ciertos casos, las personas que obtienen los números son falsos usuarios que venden el puesto a los usuarios reales.
En ocasiones es necesario ir al Registro varias veces para lograr por ejemplo el documento de un acta de asamblea o constituir una compañía. Ese trámite puede durar entre 30 y 90 días si no hay inconvenientes adicionales.
Señalan los abogados que la atención de los funcionarios a veces es "hostil" se muestran impacientes y desmotivados. "Esta actitud de los trabajadores pudiera deberse a la reducción de sus remuneraciones de la que fueron objeto hace un año", señala la carta.
Observan los denunciantes que los documentos consignados suelen ser devueltos a los abogados, solicitando recaudos que no están contemplados en la Ley, se hacen correcciones muchas veces en los mismos documentos, que dependen de la discrecionalidad del funcionario revisor. En ocasiones los documentos ya revisados son rechazados por nuevas observaciones ya que no siempre el revisor es el mismo.
Indican también que existen diferencias en los trámites entre los distintos Registros, no solo en el área Metropolitana de Caracas, sino también en el interior del país.
Por ejemplo los días hábiles que debe pasar un documento en "Revisión Legal": en el Registro Mer cantil Primero del Distrito Capital son 3 días hábiles; en el Segundo Mercantil 5 días hábiles; en el Quinto Mercantil debe pasar 3 días hábiles por cálculo, luego 3 días hábiles en Legal y en presentación y otorgamiento otros 10 días hábiles.
Denuncian que en ciertos Registros los documentos otorgados no se acompañan a los expedientes respectivos. Se van guardando en cajas a la espera de que un archivista los vaya consignando. Ese proceso puede demorar hasta tres meses lo que hace imposible obtener una copia certificada de algún documento en un tiempo razonable.
Un caso insólito
En el submundo de estas transacciones lo insólito se ha vuelto cotidiano. La pasada semana, mientras indagábamos las vicisitudes de los usuarios, conocimos un caso ocurrido en Guarenas. Los propietarios de 12 edificios ubicados en Nueva Casarapa acudieron al Registro Mercantil que corresponde al Municipio Plaza para constituir una Asociación Civil.
Una vez estudiado todos los requisitos y cumplidas las exigencias, meticulosamente revisadas por abogados, procedieron a introducir los documentos. Entre ellos estaba la consignación de las fotocopias de las cédulas de los propietarios perfectamente escaneadas y legibles. Pues el documento fue rechazado debido a que uno de los márgenes donde se consignaron las cédulas no contaba con los 6 centímetros exactos exigidos por el revisor.
Como se trata de unas 300 copias de cédulas aproximadamente, imaginamos la tarea de volver a comenzar que ese grupo de ciudadanos deberá nuevamente realizar para alcanzar registrar una simple asociación.
Algunas experiencias
Venezuela no tiene el monopolio de la complejidad burocrática. El equipo de investigaciones que acompaña a Hernando de Soto, al estudiar estos procesos en varios países del tercer mundo, narra que afín de tener una idea exacta de cuan difícil es la vida de un emprendedor en Lima, Perú, decidieron abrir un pequeño taller de confecciones perfectamente legal. Así que el equipo comenzó a llenar formularios, trasladarse a las oficinas donde expanden los respectivos certificados, hacer colas etc. La tarea les tomó 6 horas diarias y finalmente 289 días.
En otro caso, obtener la autorización legal para construir una casa sobre un terreno del Estado, tomó 6 años y 11 meses y exigió 207 pasos administrativos en 52 oficinas gubernamentales. Mientras que un transportista que deseara reconocimiento oficial de su ruta le esperaban 26 meses de trámites burocráticos.
El autor concluye que: "En cada país que investigamos, encontramos que casi tan difícil como volverse legal es seguir siéndolo. Inevitablemente, la cosa no es tanto que los migrantes quebranten la Ley sino que la Ley los quebranta a ellos, motivo para salirse del sistema".
En tiempos de populismo es bueno mirar que en las barriadas la informalidad puede ser más severa y salvaje. En Brasil en una de sus investigaciones encontraron que en las "favelas" (barriadas populares) no hay control de alquileres: los alquileres son pagados en dólares americanos y los inquilinos morosos son rápidamente evacuados".
twitter@folivares10
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