TALLER CRITICO
A DOSCIENTOS AÑOS DE UN GRAN ERROR: LA PRISION DE MIRANDA
EN LA GUAIRA
(4 de la madrugada del 31 de Julio de 1812)
Por: ROBERTO LOVERA DE-SOLA
EL HECHO
“El sueño de la
impaciencia produce disparates”.
William Ospina: Ursúa.
Bogotá: Alfaguara,2005,p.112.
Uno de los hechos más controvertidos durante todo el
tejido del período de la Independencia en Venezuela fue el acto de la prisión
del generalísimo Francisco de Miranda(1750-1816) en La Guaira, sucedió durante
la madrugada del 31 de julio de 1812, fue el más trágico momento del vivir del
Precursor, más incluso que el proceso que sufrió durante la Revolución
Francesa, en 1793-1795, ya que allá logró, tras el juicio que se le siguió, ser
escuchado y ser declarado inocente.
Fue aquel 31 de Julio de 1812 también uno de los días más
trágicos de todo la urdimbre de la guerra. Fueron cuatro momentos en los que
aparece el Simón Bolívar(1783-1830) terrible del período bélico, el de la prisión de Miranda el 31 de Julio de
1812; el del Decreto de Guerra a Muerte, en Trujillo(Junio 15,1813); cuando,
desde Valencia, dio la orden de fusilar a los presos realistas detenidos en La
Guaira y Caracas, incluidos los enfermos que estaban en el hospital(Febrero
13,14 y 15,1814) y la firma suya que autorizó el fusilamiento del general
Manuel Carlos Piar(1774-1817) en Angostura(Octubre 16,1817).
En verdad, si examinamos los cuatro momentos tres de
ellos resultan razonables, deben ser vistos como hechos de propios de aquel
enfrentamiento bélico. No así el primero: la prisión de Miranda.
Y lo afirmamos porque el Decreto de Guerra a Muerte fue
una decisión que sirvió para deslindar aquellos que estaban enfrentados. De
hecho la Guerra a Muerte, siendo una grave decisión, ya venía siendo practicada
por los realistas. El tercero: la orden de fusilar a los presos realistas,
detenidos en La Guaira y Caracas, lo hizo Bolívar, ante el temor que entre
ellos se produjera una nueva insurrección como la habida en Puerto Cabello el
año doce, la que ocasionó la caída de la Primera República, suceso en el cual
tuvo él mismo plena responsabilidad. Tuvo también en cuenta en aquel momento la
gran arremetida de José Tomas Boves(1782-1814) sobre el centro del país. De
todas fue la decisión más terrible, aun causa estupor y horror, basta leer para
comprenderlo detenerse en los pasajes que a ese hecho dedicó Juan Vicente
González(1810-1866)[1].
La cuarta, el fusilamiento de Piar sin degradación, fue
otra durísima decisión, pero imposible de evitar: Bolívar había comprendido que
sin una jefatura única de mando sería imposible el triunfo bélico, sin ella no
habría independencia. Piar era el responsable de un intento de desobediencia.
Fue juzgado con justicia, tuvo la defensa en el juicio que requirió. El
veredicto fue pena de muerte con degradación, esto último fue eliminado por
Bolívar, murió con sus grados y vestido con su uniforme de gala de general en
jefe. El Libertador sabía que aquel era el héroe de El Juncal(1816) y San
Félix(1817). Pero la consecuencia fue que logró ser acatado y poner fin a la
disidencia de Santiago Mariño(1788-1854). Fue una decisión más dura pero
necesaria. Con razón dijo el Libertador al día siguiente del ajusticiamiento de
Piar, “Ayer ha sido un día de dolor para mi corazón”[2].
Llegó a pensar que se había derramado su propia sangre pues Piar era su primo por
la línea de los Aristiguieta.
LA DETENCION DE MIRANDA
Pero ante la detención de Miranda siempre surge la
interrogante de la razón, que en verdad no la hubo, de hecho la Capitulación,
por la que se le quiso castigar considerándolo traidor a la República, era un
correcto acto propio de toda contienda bélica. Además había sido, como lo
observa Giovanni Meza Dorta, una decisión colectiva, primero autorizada por el
Ejecutivo y más tarde aprobada en todo momento por el gobierno patriota[3].
Y los oficiales que lo detuvieron, Bolívar entre ellos, en ningún momento
escucharon las razones que el Precursor podía haber expuesto si hubiera sido
juzgado, como se lo proponían sus captores. Pero no hubo un juicio, ni un
abogado defensor, ni un tribunal que escuchara sus alegaciones como había
sucedido ante el Tribunal Revolucionario que lo juzgó en París y lo declaró
libre de culpa. El complot, para llamarlo de alguna forma, en verdad fue un
golpe de Estado contra la República, como dice con razón Meza Dorta[4],
fue encabezado por Simón Bolívar, Miguel Peña(1780-1833) y Manuel María de las
Casas(c1785-d1830), los tres participaron en la detención junto a otros
oficiales patriotas que mencionaremos. En La Guaira Miranda fue hecho preso,
así lo indican los documentos, por Manuel María de las Casas, el jefe militar,
este se había pasado a los españoles, Casas junto con Miguel Peña, lo
entregaron al jefe de las tropas españolas, Domingo Monteverde(1773-1833),
quien a su vez pidió a la Regencia, la que ejercía el poder en España tras la
caída del rey, que era Fernando VII(1784-1833), retenido entonces de Napoleón
Bonaparte(1769-1821), que reconociera los servicios hechos por Casas y Peña a
la causa real. Peña, como era habitual en él, actuó con real odio, con su
rencor habitual, contra el Generalísimo para vengar el impuesto de guerra
impuesto por este en la toma de Valencia, en 1811, que entre otros debió pagar
su propio padre, Ramón Peña y Garmendia. Peña, algo habitual en él, escapó
rápidamente, como era su costumbre. Y rápidamente desaparecieron los demás
patriotas, quizá creyendo que lo que deseaban sería cumplido por Casas, cosa
imposible por la razón que hemos explicado: Casas se había pasado a los
realistas, lo que desconocían aun sus compañeros patriotas.
MIRANDA DETENIDO
Miranda llegó a La Guaira a las 8 de la noche del 30 de
Julio de 1812, algunas fuentes indican que aquello sucedió una hora antes, a
las 7. La detención sucedió horas más tarde, ya el 31 de Julio, en la Casa de
Compañía Guipuzcoana, edificio que todavía se conserva en el corazón de aquel
puerto. Fue en ese momento en que un grupo de oficiales patriotas, liderizados
por Bolívar, Casas y Peña detuvieron al Generalísimo. ”La madrugada triste” la
denominó Mariano Picón Salas[5].
Fue aquel, dice Edgardo Mondolfi Gudat(1964), uno de los actos más polémicos
del proceso de la Independencia en el cual participó Bolívar.
Lo acaecido en 31 de julio de 1812 en La Guaira es bien
conocido por los lectores de historia. Pero bien vale volver a revisarlo, a la
luz de toda la documentación que conocemos actualmente, y añadir así un hecho
importante que generalmente se soslaya: Bolívar participó en la detención de
Miranda pero no actuó solo, aunque cabecilla del hecho fue uno más de un grupo
de oficiales patriotas que detuvo a Miranda, pero no actuó en la entrega del
Precursor a las autoridades realistas, no entregó a Miranda a los españoles
como muchas veces se ha sostenido. Esto último lo hizo el coronel Casas,
considerado patriota por quienes le acompañaban pero quien se había pasado a
los realistas y engañó a sus compañeros insurgentes que en aquella madrugada
pusieron preso a Miranda en la propia habitación en la cual descansaba, cuarto
que le había facilitado también Casas, Comandante Militar de La Guaira aquel
día, por nombramiento hecho por el propio Miranda en el mes de mayo. Fue Casas
quien entregó al Viejo Girondino a las tropas del jefe español Monteverde ya
llegadas a nuestra primera rada, de hecho el primer presidio de Miranda fueron
las Bóvedas de La Guaira.
Lo que hicieron los patriotas, con Bolívar, Casas y Peña
a la cabeza, fue hecho en un arrebato y sin consultar a nadie, especialmente a
todos los miembros del Poder Ejecutivo patriota, presentes en La Guaira aquel
día, Juan Germán Roscio(1763-1821) y Francisco Espejo(1758-1814). De haberlo
hecho se habrían dado cuenta que no solo la Capitulación era un recurso propio
de toda guerra, fue consecuencia de la caída de Puerto Cabello(junio 30,1812),
de hecho fue firmada veinte y seis días después del suceso de Puerto Cabello. Al
recibir la noticia del hecho Miranda dijo, en francés, a Pedro Gual(1783-1862),
quien lo acompañaba en su despacho aquel 5 de julio de 1812, “Mire usted, Venezuela
está herida en el corazón”[6].
La Capitulación, todo lo contrario de lo pensado por Bolívar y sus compañeros,
había sino previamente consultada por Miranda al ejecutivo patriota y luego
aprobada por este, modo que no deja de llamar la atención, tal el habitual
señorío de Miranda, si pensamos que aquel poder era ejercido a plenitud por
Miranda, quien había sido nombrado dictador, dada la emergencia que vivía la
República. En aquel cargo, que ejerció brevemente, durante sesenta y siete
días(mayo 19-julio 25,1812), hizo del Precursor el primer presidente del país
en ejercer la primera magistratura unipersonalmente, ya que hasta ese momento
nuestros dos ejecutivos habían sido colegiados[7].
Por ello el acto de prisión de Miranda puede ser considerada un golpe de Estado
contra un Presidente de la República, el primero realizado en Venezuela, antes
que la proclamación de La Cosiata en la Cabildo de Valencia(abril 30,1826) y
del pronunciamiento militar(Julio 8,1835) contra el presidente José María
Vargas(1786-1854). De tal forma que los patriotas liderizados por Bolívar,
Casas y Peña, actuaron lejos de toda base cierta verdadera: Miranda no había
cometido ilegalidad alguna como el Jefe de la República que era y no había
ninguna razón para ser detenido y juzgado ni siquiera para ser condenado, sobre
todo sin ser escuchado, como sucedió. Ya hemos indicado que no llegó a haber
juicio alguno y si hubiera sido escuchado, como indica don Pedro Gual en su
testimonio, la prisión “habría durado poco tiempo, porque una explicación
habría bastado para disipar los pretextos erróneos con que se había hecho, pero
ni aun hubo tiempo para hacerlo. Por una traición la más infame, aquella plaza
estaba ya vendida al enemigo”[8].
Y todos los que participaron debieron saber que Miranda
era una figura insurgente largamente perseguida por la corona española, quien
si bien el 10 de diciembre de 1799 había
sido absuelto de las acusaciones que le habían sido hechas en 1781-1782 durante
su acción en La Habana y lugares del Caribe; por su participación en la
Revolución Francesa(1792-1798), rebelión anti-monárquica; por la firma del Acta
de París(diciembre 22,1797)[9];
por sus ideas pro independentistas, que siempre circularon; por su invasión de
1806 y, desde luego, por su adhesión(1810) al proceso emancipador venezolano, por
todo ello un era un perseguido de Madrid. Asi que detenerlo y entregarlo a las
autoridades realistas fue el mayor contrasentido, que patriotas convictos y
confesos, sacando desde luego a Casas de entre ellos, ya realista, hicieran
aquello sin darse cuenta cuál sería el destino de don Francisco. Por ello
siempre cuando se enumeran los errores de Bolívar, que fueron varios, como el
hombre de acción que fue, resalta siempre su responsabilidad en la prisión de
Miranda. Veremos su conducta futura pues si bien participó en ello y fue la
suya alta culpa fue él único entre los presentes en la trágica madrugada en
dejar clara su opinión, muy critica sobre Miranda, hasta 1815, cuando el nombre
del Precursor desapareció de su correspondencia por siete años años, hasta 1822,
como lo observaremos. Pero a las pocas semanas, ante Monteverde, dejó claro que
había participado en ello sin pretender hacer un servicio al Rey, como Casas y
Peña; en 1821 acusó a Casas de traición aquel día; en 1826 y 1827 produjo su
rectificación, hecho que solo hacen los más grandes seres humanos, lo más
altos. Y aunque esto algunos lo pretenden negar fue así. Es la verdad de la
historia. “La verdad, la dura verdad” que dijo Georges Jacques
Danton(1759-1794), frase que el gran Stendhal(1883-1842) puso al frente de su
novela Rojo y Negro(1830), uno de
cuyas personajes, en el capítulo VIII, es Miranda como el Conde de Altamira[10].
Lo que quisieron hacer los patriotas aquel amanecer fue
detener y castigar a Miranda a quien consideraban había traicionado a la
República al firmar la Capitulación con Monteverde seis días antes(julio 25),
sin detenerse en lo que hemos expuesto antes. Eran las cuatro de la madrugada,
todavía estaba oscuro, Miranda debió alumbrar la escena con una lámpara de
velas. Esos oficiales patriotas consideraban que Miranda se proponía huir, algo
que estaba lejos en sus planes en el momento, al proponerse salir del país. Iba
a viajar, es cierto, de hecho ya su equipaje y archivo habían sido enviados a
un barco que estaba en el fondeadero, este
los llevaría a Curazao. Pero Miranda lo que pensaba era viajar al
exterior, reorganizarse, vertebrar de nuevo un ejército y volver a invadir para
proseguir la lucha por la Independencia. Fue esto lo mismo que hizo Bolívar a
las pocas semanas(Agosto 27): viajar al exilio, organizar sus tropas y volver
invadir al año siguiente, movimiento que fue la Campaña Admirable(Mayo
14-Agosto 6,1813), iniciada en Cúcuta, campaña que reinició en el occidente y
centro de Venezuela la lucha por la Independencia. Por el oriente ya la había
comenzado de nuevo(enero 12,1813), ese año, Santiago Mariño(1788-1854) al
invadir por Chacachacare.
Pero lo que conocían aquellos patriotas era solamente que
Miranda se iba. Decidieron castigarlo. Entre ellos Simón Bolívar, quien estaba
todavía deprimido por su fracaso en Puerto Cabello, por la pérdida del Castillo
y pertrechos de aquel embarcadero, lo cual fue hecho fundamental en la caída de
la Primera República, de cuya disolución fue Bolívar responsable. Vivía el
futuro Libertador días difíciles psicológicamente lo que demuestran sus misivas
de los días anteriores dirigidas a Miranda. Sólo lograría curarse durante su
destierro, que iniciaría al mes siguiente cuando se trasladó de La Guaira a
Curazao en donde estuvo probablemente, es lo que nos dicen los documentos que
conocemos actualmente, hasta el mes de octubre. Fue entonces cuando se produjo
la transformación en él que Gual dice al
apuntar viendo el cambio entre lo hecho en La Guaira y lo visto en la Nueva
Granda. Dijo el republico: “Pero el coronel Bolívar no había todavía dado
indicios de aquella actividad prodigiosa, de aquella sagacidad consumada, de
aquella concepciones sublimes, que desplegó desde su marcha del Magdalena a
Caracas en 1813, y que justamente han hecho su nombre inmortal hasta la
consumación de los siglos”[11].
A Cartagena marchó Bolívar después del día 15 de Octubre de aquel año. Erró
Bolívar en su acción de La Guaira por el estado anímico en que estaba, lo que
necesitaba en aquel momento no era actuar sino un terapeuta, un médico del alma
que lo escuchara, como lo había sido para él don Simón Rodríguez(1769-1854) en
sus dos crisis: en la de la adolescencia(1795) y en la de la viudez(1804).
Sostenemos esta observación basados en el hecho de que es imposible estudiar la
historia sin el apoyo de la psiquiatría[12].
Así que varios patriotas se presentaron en La Guaira
aquella madrugada. Los presentes eran Manuel María de Las Casas, Tomás Montilla(1787-1822),
Miguel Peña, a quien Mondolfi llama, con razón, “intrigantísmo”[13],
Rafael Chatillon, José Paz del Castillo, Juan José Valdés(1780-1845), Miguel
Carabaño(1786-1816), Rafael Castillo, José Mires(c1780-1829), Manuel Cortés
Campomanes(1777-d1835), Simón Bolívar y el oficial realista José Landaeta(1795-c1831).
Entre ellos Mieres, Aymerich, Carabaño y Montilla, como indica Meza Dorta,
habían actuando, ese mismo año, en los sucesos de Puerto Cabello, bajo el mando
de Bolívar, hechos que se puede decir, fueron la motivación central del acto
realizado en La Guaira[14].
En medio de cierta gritería se dirigieron a la habitación
de Miranda, quien estaba con su edecán el joven oficial Carlos
Soublette(1789-1870), y lo apresaron. Al notar el bululú fue cuando Miranda
pronunció sus célebres palabras “Bochinche, bochinche; esta gente no sabe hacer
sino bochinche”. Aquellos oficiales pensaban juzgarlo y fusilarlo. Pero al
entregárselo a Casas cayó el Precursor en manos de los españoles quienes lo
detuvieron en La Guaira y más tarde lo mandaron a los presidios de Puerto
Cabello, Puerto Rico y Cádiz. En el
último rindió la vida aquel hombre egregio.
De lo expuesto se concluye que fueron la serie de
patriotas que lo detuvieron los responsables de todo aquello que sucedió a
Miranda desde ese día hasta la también madrugada de su fallecimiento en una
cárcel española(Julio 14,1816).
MIRANDA EN LOS PAPELES DE BOLIVAR
Bolívar se encontró entre los que detuvieron a Miranda en
La Guaira, fue, junto con Casas y Peña, el tercer principal protagonista del
suceso. Más tarde, como lo veremos fue el único que rectificó.
Envuelto en un gran torbellino emocional actuó aquella
madrugada y como consecuencia la acción realizada fue errónea.
Nos parece por ello correcto repasar en los papeles de
Bolívar lo que podemos hallar relativo al Generalísimo. Y más tarde, muerto Miranda,
lo que se puede leer en su epistolario con relación a la famosa biblioteca
londinense del Precursor y sobre sus hijos Leandro(1803-1886) y Francisco(1806-1831)
Miranda Andrews, siempre admiradores suyos, aunque algunos lo puedan dudar.
En verdad solo hubo una sola vez en que Bolívar dijo
haber actuado aquella madrugada trágica “para castigar a un traidor”, era lo
que creía, equivocadamente desde luego, el 26 de agosto de 1812, que parece ser
la fecha, como todo parece indicarlo, fue en su palique con Monteverde que
recogió su amigo realista don Francisco Iturbe(1769-1847) presente aquel día en
el despacho de Monteverde.
Sin embargo, es plenamente cierta la afirmación del
historiador Tomás Polanco Alcántara(1927-2002), “Bolívar en ningún documento
firmado calificó a Miranda de traidor”[15].
No tocamos aquí las referencias a Miranda que hay en el
archivo del Libertador: ni las relativa a la misión a Londres en 1810, ni
aquellos días en que lo acompañó en la Sociedad Patriótica, ni durante la
primera campaña militar en Valencia en 1811, ni las relativas a la perdida de
Puerto Cabello, el mismo año 1812, de sus manos, ciudad de la cual fue ese año
Jefe Político y Militar; ni sus angustiosas cartas al Precursor una vez
regresado a Caracas, las cuales nos hacen ver el estado depresivo en que había
estado. Tocamos aquí el proceso que va desde la prisión de Miranda hasta dos
años antes de la muerte de Bolívar. El proceso de lo sucedido en Puerto Cabello
lo hemos estudiado en otro lugar[16].
Si realizamos un sereno estudio del punto que señalamos
podremos demostrar la observación de Polanco que hemos citado. Encontraremos
tres períodos: el primero formado no como dice Polanco por seis documentos
sino, según nuestras propias pesquisas, de siete, dictados entre 1812, ya salido Bolívar al
destierro, hasta el año 1815, cuando estaba otra vez exilado en Jamaica.
El primer ciclo, en el que es siempre muy crítico con
nuestro General, está formado por: 1) su comunicación al Congreso de la Nueva
Granada(Noviembre 27,1811), en donde refiere la “inaudita cobardía” de Miranda(Escritos,t.IV,p.114)[17];
2)al mes siguiente (Diciembre 18,1812) en el Manifiesto de Cartagena, su primer gran documento político, si bien
no nombra al Precursor si lo refiere sin mencionarlo en su examen de la caída
de la Primera República (Escritos, t.IV,p.116-127);
3) al dirigirse(Abril 8,1813) al Secretario de Estado se refiere a “las
capitulaciones vergonzosas de Miranda” (Escritos,t.IV,p.203); 4) en el
“Manifiesto a las naciones del mundo”(Septiembre 20,1813) hay una referencia de
Miranda(Escritos,t.V,p.126); 5) en el
“Manifiesto a los ciudadanos de Venezuela” hay dos alusiones(Escritos,t.V,p.7-10); 6) en una
comunicación al gobernador de Curazao(Agosto 9,1813) vuelve a reiterar “los
errores de Miranda quien demasiado tarde y sin éxito reunió sus fuerzas”(Escritos,t.V,p.12-14); 7) en uno de sus
artículos para la The Royal Gazette,
de Jamaica(Agosto 15,1815) señala haber recibido la noticia, que resultó falsa,
de la muerte de Miranda en Cádiz, información errónea, el General no falleció
sino un año más tarde(julio 14,1816). En este trabajo hay otras dos menciones a
Miranda. Allí desaparece durante siete años el nombre de Miranda de sus
escritos. Podemos suponer que fue durante estos años en que se produjo la comprensión
plena que el Libertador exhibió de la personalidad y obra del Precursor, quien
en sus coloquios en Londres con él, Andrés Bello(1781-1865) y Luis López
Méndez(1758-1841) había sido el maestro quien le abrió los ojos hacia la acción
política a la cual ya estaba dedicado desde seis años antes, desde sus
aprendizajes de París(1804-1806). Los rasgos vivientes de Miranda en Bolívar
los referimos más adelante.
El segundo período se inició en 1822. En él vamos a ver a
aparecer a Miranda, a sus hijos y a la famosa biblioteca mirandina de Londres
en su correspondencia.
Veamos: 1) el 17 de Septiembre de 1822 Pedro Antonio
Leleux(1781-1849), cercado amigo y colaborador de Miranda y bien conocido por
el Libertador por su participación en la contienda, le escribió ofreciéndole en
venta la biblioteca del Precursor y hablándole de los hijos de don Francisco,
Leandro y Francisco, quienes deseaban pasar a trabajar en la Gran Colombia[18];
2)El 19 de Enero de 1823 le escribe a Bolívar Luis López Méndez, diplomático nuestro
en Londres, de los planes de Leandro y Francisco de venir a prestar sus
servicios a la Gran Colombia, cosa que sucedió; 3) del 25 de marzo de 1825 hay
otra carta de Bolívar al vicepresidente Francisco de Paula Santander(1792-1840)
en donde se refiere tanto a la compra de la biblioteca mirandina, que a la
larga no se pudo hacer por su alto precio dado el gran valor de los libros que
la formaban. Santander le contestó el 6 de Agosto de 1825.
El tercer período, el más grande de los momentos, el de la
rectificación plena vino en los dos años siguientes: primero en su carta(Julio
7,1826) al general Antonio José de Sucre(1795-1830) en la cual le interesa por
la compra de la biblioteca del Precursor y llama a Miranda en su misiva el “más
ilustre de los colombianos”. La última es la que dirigió, desde Caracas(julio
2,1827) a Leandro Miranda. De ellas nos ocuparemos más adelante.
EL FINIQUITO
Hay al fin, una tercera carta(Noviembre 18,1828), la
última en que aparece Miranda, al general Pedro Briceño Méndez(c1792-1835) en
la que le da órdenes de pagar los 5000 pesos que se dieron a Miranda, en
Londres, en 1810 para que se trasladara a Venezuela. Le dice que paguen “de
cualquier modo que sea esta deuda, que no es mía sino de Miranda. Pero, en fin,
fui yo el principal en el asunto. Su hubiera una finca del estado para darla
sería mejor, pues no tenemos dinero. Mándeme Ud. un documento legal sobre lo
que se debe cobrar sobre esta deuda…arregle usted este negocio con la
señora[Matos] como tenga por más conveniente”[19].
Fíjese quien lea esto que al decir Bolívar que se debería pagar esa deuda con
una “finca del estado”, cometió ningún acto de corrupción administrativa
abusando de los fondos del gobierno, se refiere el Libertador de que aquella
fue una deuda del Estado adquirida en los días de la Junta Suprema, cuando él
era el jefe de nuestra delegación diplomática en Londres. Y en aquel momento de
1828 por ser Venezuela parte de la Gran Colombia aquellas deudas debían ser
canceladas por el gobierno grancolombiano y cuando él afirma a su ministro don
Perucho, “yo fui el principal en el asunto” se refiere a que fue él quien
ordenó ese pago como funcionario del Estado en Londres.
SINTESIS
Con esta referencias creemos haber dado la órbita de las
relaciones entre Miranda y Bolívar, desde 1812, relación, como lo veremos, la
cual pasó por momentos felices e inciertos, como el propio Libertador dijo a
Leandro Miranda.
El momento más confuso de tal relación fue el día de la
prisión del Generalísimo en La Guaira, esta desde el punto de vista biográfico
puede considerarse psiquiátricamente, con relación a Bolívar, un parricidio, el
asesinato psicológico del padre[20].
Hecho grave, gravisimo, el que hemos señalado, pero que
llama la atención en la biografía personal de Bolívar. El que tuvo, dice el
mismo psiquiatra Mauro Torres a quien citamos, “un fantasma como padre”[21],
porque el suyo no pudo conocerlo pues falleció cuando él tenía menos de tres
años, y cuyo ausencia la sustituyó por la presencia en su vida de hombres
mayores quienes fueron para él el padre que añoró, padres sustitutivos, uno de
los cuales fue Miranda, contra el cual, en forma desesperada, reaccionado en
medio de la crisis psicológica que vivía de la forma que lo hizo en La Guaira.
Tanto su maestro don Simón Rodríguez(1769-1854), el doctor Cristóbal Hurtado de
Mendoza(1772-1829), fue a Mendoza a quien debió el título de Libertador(octubre
14,1813), don Fernando Peñalver(1765-1837), quien lo tuteaba, don José María
Mosquera(1752-1829) de Popayán. De este último dijo que si se le hubiera dado
la oportunidad de escoger a un padre habría elegido a don José María; a este le
obsequió, en 1822, su anillo matrimonial, que siempre conservó. Entre estas
figuras mayores hay que contar a Miranda, pero ello cuando años después el Libertador
rectificó de su acción en La Guaira logró reconciliarse con su espíritu.
LA ACUSACION A CASAS SE MANTIENE
DOCUDRAY HOLSTEIN
Al referirnos a este punto solo citamos los testimonios
de personas que fueron testigos de la prisión del Generalísimo, razón por la
cual no nos referimos a lo escrito por Henri Ducoudray Holstein(1772-1839)
quien no vivía entonces en nuestro país, solo estuvo aquí, tras su
incorporación en Haití a la Expedición de Los Cayos, entre marzo y junio de
1816, y, desde luego, no estuvo en La Guaira el día la prisión de Miranda,
vivía entonces en España, por ello no lo tomamos en cuenta aquí, lo que dice
por más cierto que pueda ser, como lo observa Meza Dorta, no lo vio sino que lo
escuchó de otros. Pese a las dudas que siempre se han tenido sobre su libro Memorias de Simón Bolívar, que son tales
sino obra de su autoría, cuyo uso por los historiadores siempre debe ser
cuidadoso y con hondo sentido crítico, no lo tomamos en cuenta por la razón
expuesta.
No se debe olvidar que sus Memorias de Simón Bolívar fue una de las fuentes utilizadas por
Carlos Marx(1818-1883) para la redacción de su conocida diatriba contra el
Libertador impresa en Nueva York en 1858[22],
hemos detectado en ella 166 errores históricos. Marx erró en sus apreciaciones
por tener un pensamiento eurocéntrico y desconocer la historia de nuestra
América Latina.
LOS PRESENTES
Los testimonios conocidos del suceso de La Guaira acusan
claramente a Manuel María de las Casas por la detención del general Miranda y
su entrega al gobierno hispano. Era el único que lo pudo hacer pues era él
quien tenía el poder militar en sus manos aquella madrugada. Tal cosa la
afirman: Domingo Monteverde, Pedro Gual(1783-1862), Mariano Montilla(1782-1851),
Manuel Palacio Fajardo(1784-1819), el capitán Henry Haynes y sobre todo, el
general Juan Pablo Ayala(1768-1855), su declaración es: “tuvo[Casas] la
oportunidad de salvar a sus compañeros embarcándose con ellos mismos, llevando
consigo al general Miranda después de que este hubiese firmado la capitulación.
Esa hubiera sido una acción noble y no entregarlo ruin y bajamente a sus
enemigos. Más noble hubiera sido asesinarlo”[23].
y muy especialmente, el oficial realista José Landaeta
quien estuvo en el acto de la prisión de Miranda y quien como oficial español,
él mismo lo indica así, fue quien una vez detenido Miranda le fue entregado el
preso y fue el quien lo condujo al castillo de San Carlos, “hasta entregarlo a
las tropas de Vuestra Excelencia”, esa persona a quien indica es el propio
Monteverde. Fue Landaeta, repetimos, subrayamos, quien una vez preso Miranda
por Casas quien lo recibió y fue quien lo entregó a los realistas, uno de los
cuales era él mismo. De ello dio claro testimonio en aquellos mismos
días(Octubre 18,1812). No hay que olvidar que en el documento se define él
mismo así: “en cincuenta años de servicios en la carrera militar, lo que ha
empleado en obsequio del rey nuestro señor”. Días antes(Octubre 10,1812) de
enviar Landaeta su misiva este fue presentado ante Monteverde por uno de sus
más cercanos colaboradores, su segundo en el mando, Eusebio Antoñanzas(c1770-1813),
uno de aquellos monstruos que lo acompañó. Fue Antoñanzas el iniciador de la
Guerra a Muerte antes que el Libertador la decretara en Trujillo(Junio 15,1813),
lo hizo asesinando a los patriotas, incluso a mujeres y niños de familias
adictas a la causa de la República. Fue él quien en Calabozo dejó libre a José
Tomás Boves(1782-1814) lo cual le permitió actuar como lo hizo[24].
CASAS REALISTA ACTUA EN PETARE
Una vez entregado Miranda a las autoridades españolas,
convertido ya Casas en realista, no se ha podido precisar el momento exacto de
su abandono de la república, es posible encontrar noticias de su actividad en
el bando español. Las que ofrecemos fueron publicadas en la Gaceta de Caracas, el periódico oficioso
del gobierno, publicación que fue, durante la guerra, alternativamente patriota
y realista, según fuera el bando que gobernara en Caracas. La Gaceta de Caracas fue fundada en 1808
por el gobierno del Capitán General Juan de Casas, fue vocero de la Capitanía
hasta el 19 de Abril de 1810; fue patriota hasta la caída de la Primera
República en 1812 cuando volvió a ser realista hasta el año siguiente; volvió a
ser patriota entre 1813-1814; realista durante el largo régimen hispano en
Caracas entre 1814-1821, con la sola interrupción de los dos números y un
suplemento(mayo 17 y 24,1821) que hizo editar el general José Francisco Bermúdez(1782-1831)
durante su ocupación de doce días de Caracas(Mayo 14-26,1821) durante la
“maniobra de diversión” previa a la batalla de Carabobo. La Gaceta dejó de ser
realista tras la batalla de Carabobo(junio 24,1821) y fue republicana hasta su
cierre el año siguiente, cuando cerró definitivamente, el último número impreso
fue el del 3 de Enero de 1822[25].
Del largo período del régimen realista(1814-1821) tomamos los datos sobre el coronel Casas que
damos. Este pasó al bando español tras haber detenido al general Miranda y
haberlo entregado al gobierno real ejercido por Monteverde en Caracas.
Monteverde y Miranda no se encontraron pues el Generalísimo de la prisión de La
Guaira fue trasladado a Puerto Cabello y de allí a la península, previo pasó
por una cárcel de Puerto Rico, de allí pasó a La Carraca, en Cádiz, en la cual
el realista venezolano Andrés Level de Goda(1777-1856) solía ir a visitarlo y
gozar del cultísimo diálogo que se podía tener con don Francisco. Fue Level
quien lo llamó “biblioteca ambulante”[26].
Las noticias sobre Casas halladas en la Gaceta de Caracas son las siguientes: todavía
se haya una curiosa carta(Febrero 22,1815) que le fue remitida informándole de
los desmanes realizados en Margarita por los españoles. Dice el remitente que
se ven allá numerosos “bochinches”, palabra que debe haberle resultado conocida
a Casas por ser esta la que pronunció el general Miranda cuando él llegó a
detenerlo en La Guaira. Esta
comunicación no deja de llamar la atención se haya inserto en el vocero
hispano; el 22 de Febrero de 1816, se lee el nombre de Casas en la Gaceta de Caracas, como de los que
contribuyó un impuesto forzoso de guerra impuesto por el gobierno realista.
Fue Casas en aquellos tiempos Corregidor de Petare. Así
leemos(Marzo 10,1819) que informa del establecimiento de la Escuela de Primeras
Letras de aquel cantón. Al año siguiente informa(Enero 26,1820) de los exámenes
de aquel colegio.
El 13 de Octubre de 1819, sin duda plenamente realista,
se encuentra su nombre entre los firmantes de “El manifiesto de las Provincias
de Venezuela a todas las naciones”, en apoyo al régimen real; el 10 de
noviembre de 1819 el Cabildo de Petare habla en una manifestación del “traidor
Simón Bolívar”, “abominable persona” según el documento, cuyas ideas se
consideraban inicuas. La información es una protesta contra la instalación del
Congreso de Angostura(Febrero 15,1819); el 22 de Noviembre de 1820 se encuentra
la firma de Casas en un alegato pidiendo que el general Pablo
Morillo(1778-1837) no dejara a Venezuela, allí se dice que había sido llamado a
la península por el rey Fernando VII. Eso fue consecuencia de la firma de los
tratados de Armisticio y Regularización de la Guerra, convenidos ese año en
Trujillo(Noviembre 26,1820) entre las tropas españolas y patriotas, su
consecuencia fue que por primera vez se negoció con el gobierno republicano. Bolívar
y Morillo se entrevistaron en el pueblo de Santa Ana(Noviembre 17,1820). De
hecho por vez primera se abrieron negociaciones diplomáticas con España, allá
fue enviada una primera misión que llevada, entre otros elementos, una carta
del Libertador(enero 24,1821), concebida en altísimo y respetuoso lenguaje
diplomático, al rey Fernando VII, sin duda su mayor antagonista[27].
Morillo dejó a Venezuela y su lugar lo ocupó el general Miguel de La Torre y
Pando(1786-1843), otro oficial de escuela, tan gran señor, lo demostró, como
Morillo. Casas y sus amigos realistas rogaron a Morillo no se fuera y no se
pusiera de lado de los “enemigos del orden y la tranquilidad de Venezuela”, es
decir de los republicanos. Estas noticias nos indican claramente las acciones de
Casas como funcionario realista entre nosotros. Como le sonarían a Casas las
palabras “bochinche” y “armisticio” que se leen en estas noticias, ambas del
Precursor detenido por él, sobre todo Capitulación o Armisticio, recursos
lógicos de toda guerra, lo mismo que intentó hacer Miranda al firmar la
Capitulación con Monteverde lo hizo el Libertador en el Armisticio de Trujillo.
A Miranda le hubiera permitido rehacer la guerra, lo que hizo Bolívar. Y este
al Libertador, el de 1820, le permitió trazar el proceso que llevó a Venezuela
a su independencia en Carabobo. En 1822 eso mismo hizo el general Antonio José
de Sucre(1795-1830) en Ecuador para preparar la estrategia que le facilitó el
triunfo de Pichincha(mayo 24,1822) que dio la libertad a aquel país.
CASAS REALISTA VENEZOLANO
Hoy además conocemos dos memoriales del gobierno hispano
caraqueño(Agosto 12 y Diciembre 18,1812), firmados por Monteverde, jefe
realista de Caracas, que avalan la imputación hecha por el Libertador a Casas.
Domingo Monteverde, entonces jefe de las tropas españolas en Caracas, reitera
la acusación patriota de haber sido Casas quien entregó a Miranda a los
realistas por haberse pasado este antes, de los sucesos que relatamos, a las
tropas del Rey. Monteverde pide en aquel memorial a la Regencia se reconozcan
los méritos que Casas tuvo en tal acción. Hay que advertir que fueron dos los
documentos en del jefe español sobre el asunto, en ambos pide reconocimiento a
Casas y a Peña(Agosto 26 y Diciembre 12,1812). En el primero aparece también
Bolívar para quien pide lo mismo, pero en el segundo desaparece el nombre de
Bolívar por haberse producido en el interin, antes del 27 de Agosto, para
algunos el mismo 26, fecha del primer documento de Monteverde, la entrevista de
Monteverde con Bolívar, a la que aludiremos. Monteverde después de haber
escuchado a Bolívar negar rotundamente haber hecho un servicio al rey al
participar en la prisión de Miranda su nombre desapareció en la segunda
comunicación de Monteverde a la Regencia. No hay que soslayar el punto que a
algunos parece de poco bulto.
Tal lo que se lee en aquella correspondencia sobre Casas,
fue claro Monteverde al anotar:
”He dado cuenta…relativa al mérito contraído por don
Manuel María de las Casas y don Miguel Peña, encargados, del gobierno militar y
político de la Villa y puerto de La Guaira, en la prisión del rebelde
Miranda…señaladamente de Casas, que además desobedeció otras órdenes tiránicas
de Miranda”(Agosto 26,1812).
Estos papeles que citamos eran bien conocidos desde muy atrás,
aunque no citados, los había copiado el historiador José Gil Fortoul(1861-1943)
en el Archivo General de Indias, Sevilla(Sección Audiencia de Caracas, Estante
133, Cajón 3, Legajo 12) y publicados tanto en el diario El Tiempo de Caracas(Septiembre 16,1899) como en su Historia constitucional de Venezuela[28],
ahora han sido reproducidos por el historiador Meza Dorta[29].
En otra comunicación del mismo día Monteverde insiste,
como hemos advertido, en que la acción de Casas, Peña y Bolívar habían sido
decisivas para la prisión de Miranda. Bolívar refutó, casi inmediatamente,
aquel aserto con relación a él, cosa que conocemos gracias al protagonista y
testigo presencial de la escena, su querido amigo el realista don Francisco
Iturbe(1769-1847), que pasamos a referir. Este suceso fue relatado por Iturbe y
entregado además en relación escrita de su puño y letra al historiador Felipe
Larrazabal(1816-1873) quien lo insertó en su Vida de Bolívar, impresa, ya muerto Iturbe, en 1865[30].
Sabemos que el libro de don Felipe fue la primera gran biografía del Libertador
y uno de los libros más famosos y leídos durante nuestro siglo XIX. Hoy en día
sigue siendo de obligatoria consulta[31].
BOLIVAR ANTE MONTEVERDE
Todo esto fue muy posiblemente sucedido el mismo 26 de
Agosto, día en que fue presentado Bolívar a Monteverde por su gran y fiel amigo
Iturbe. Don Francisco presentó a Bolívar a Monteverde diciendo:
“Aquí está el Comandante de Puerto Cabello, el Señor Don
Simón Bolívar, por quien he ofrecido mi garantía; si al él toca alguna pena yo
la sufro; mi vida está por la suya”.
En esta entrevista Monteverde entregó a Bolívar el
pasaporte que le permitió salir al exilio. En el palique con el perverso
Monteverde, a quien el Libertador llamaría tirano en 1821[32],
al Bolívar escuchar que Monteverde decir:
“se le concede el pasaporte al Señor(mirando a Bolívar)
en recompensa del servicio que ha hecho al Rey con la prisión de Miranda”
Bolívar, que se había mantenido en silencio hasta ese
momento, jugándose la libertad e incluso la vida, expresó que él;
“había hecho preso a Miranda para castigar a un traidor a
su patria, y no para servir al Rey”.
Sigue así el relato Larrazábal, basado en el testimonio
que Iturbe le dio por escrito:
“Tal respuesta descompuso el ánimo de Monteverde; pero
Iturbe excediéndose en generosidad, insistió
en que se le había ofrecido el pasaporte y que su garantía estaba
empeñada, terminando sus buenos oficios por decir jocosamente a [Bernardo]Muro,
con quien la unía buena y fiel amistad: ‘vamos, no haga Ud. caso de este
calavera. Déle Ud. el pasaporte y que se vaya”.
Todo esto lo reitera Augusto Mijares(1897-1979)[33].
Bolívar, viejo fiel amigo de Iturbe, nunca olvidó el
gesto y siempre lo defendió, tanto del embargo de sus bienes como de su
expulsión de Venezuela tras el triunfo de Carabobo(Junio 24,1821). Llegó a
decirle en una carta:
“Tengo mas gusto en estar en paz con Ud. que con toda la
nación española, porque yo amo más a Ud. que a la paz”[34].
La relación entre el Libertador e Iturbe es una de las
más bellas relaciones que se pueden contar en las historia de las amistades a
través de todos los tiempos, dentro de la historia de Venezuela ocupa un lugar
singularísimo. Ante ella no hay que olvidar que el Libertador tuvo también
amigos realistas, quienes lo ayudaron y hasta escondieron, como lo hizo en
aquellos mismos días del año doce el camaleónico Antonio Fernández de León,
marqués de Casa de León(c1750-1826). A ellos les fue leal, sobre todo después
de la victoria, tanto que podría aplicarse a Bolívar la expresión “te conoceré
cuando tengas poder”: diáfano como era, así se definió una vez[35],
fue franco con sus queridos amigos, hombres mayores en la Caracas colonial,
incluso de con Antonio Fernández de León, el marques, símbolo de la doblez política,
quizá el mayor en esta actitud entre nosotros, que fue alternativamente
realista y patriota según quien mandara en Caracas, fue de hecho, en Puerto
Cabello, el último funcionario realista que actuó en Venezuela, tras el triunfo
patriota en Carabobo.
1813,1814,1821: ¿BOLIVAR Y CASAS SE VOLVIERON A
ENCONTRAR?.
Cabe la pregunta si después del día de la prisión de
Miranda volvieron a encontrarse Casas y
Bolívar. Sabemos que Casas se había pasado a los realistas y siguió ejerciendo
cargos en los sucesivos gobiernos españoles en lo adelante. La última posición
que se le conoce la ejerció como Justicia Mayor de Petare, nombrado en 1818 y
también de Santa Lucía, a cuyo frente estaba en 1821, año del triunfo patriota
en Carabobo. El régimen realista concluyó en 1823, tras la toma del Castillo de
Puerto Cabello por las tropas del general José Antonio Páez(1790-1873).
Después de los sucesos de La Guaira el año doce Casas
volvió a ver a Bolívar en 1813 y pudo verlo también al año siguiente mientras
el Libertador estuvo en Caracas varias veces, ya que varias también salió en
campaña. El 7 julio del año catorce abandonó Bolívar a Caracas al frente de la
Emigración a Oriente. Dicen los hijos de Casas que su padre en 1813 pidió al
Libertador lo hiciera juzgar por los hechos de La Guaira del año anterior. El
Libertador al parecer no tomó ninguna determinación. Fueron muy graves los
asuntos a los cuales debió atender desde el 6 agosto de 1813 cuando volvió a
Caracas y en los siguientes meses de 1814, hasta el 7 de Julio cuando se
ausentó.
El 29 de junio de 1821 Bolívar, después de la batalla de
Carabobo, estuvo en Caracas durante diez días. No se sabe si Casas y él se
vieron entonces. Casas había sido funcionario realista hasta días antes.
1821: EL LIBERTADOR ACUSA A CASAS
Pero semanas más tarde, el 26 de agosto, desde Trujillo,
el Libertador acusó a Casas de traidor en una comunicación dirigida al Congreso
de la Gran Colombia. Escribió Bolívar entonces:
”Cuando en el año doce, la traición del comandante de La
Guaira, coronel Manuel María Casas, puso en posesión del general Monteverde
aquella plaza con todos los jefes y oficiales que pretendían evacuarla, no pude
evitar la infausta suerte de ser presentado a un tirano, porque mis compañeros
de armas no se atrevieron a acompañarnos a castigar[a] aquel traidor, o vender
caramente nuestras vidas”[36].
Esta imputación nunca ha podido ser refutada, se ha
sostenido a lo largo del tiempo. Los
hijos de Casas la denominan “rasgo del general Bolívar”, en la defensa de su
padre que escribieron. La acusación del Libertador sigue estando en pie, los
hermanos Casas Iturbe no lograron realmente demostrar nada en su escrito.
UNA OBSERVACION
Al llegar aquí en la redacción de este estudio no
habíamos podido investigar en todos sus sentidos, nos faltaba aun mayor
documentación, dos observaciones que hace el sociólogo Giovanni Meza Dorta en
el libro sobre Miranda y Bolívar[37].
En é aparecen dos errores que aquí corregimos. Es lo siguiente: Meza Dorta dice
que Manuel María de las Casas y José de Austria habían sido hermanos y que el
coronel Austria había sido el autor de la Defensa de Casas publicada en 1843[38],
aparecida sin firma. Trascribimos esto, con dudas, en la versión original de
nuestro trabajo[39]. En
verdad ambos son dislates de Meza Dorta.
Llegamos a la conclusión que exponemos después de
consultar las obras relativas a ambos y tras una consulta, que resultó
claramente aclaratoria, con el genealogista Antonio Herrera Vaillant(1942)
quien desde el primer momento nos dijo enfáticamente que Casas y Austria no
habían sido hermanos. En su segunda respuesta(Julio 25,2012) nos dejó claro que
Manuel María de las Casas y Reina y el general José Donato de Austria y Reyna,
en verdad eran primos hermanos, por la línea de los Reyna. Esta fue la razón
que nuestras búsquedas de esa filiación en las obras genealógicas, de Carlos
Iturriza Guillén y del propio Herrera Vaillant[40]
en ningún momento arrojaron ninguna pista al tratar de averiguar por qué vía
pudieron ser hermanos, si incluso eran hijos adulterinos, cosa muy difícil de
deducir porque nuestros genealogistas no registran en sus obras a los hijos
naturales, incluso por más prominentes que hayan sido, casos, por ejemplo, como
el general Manuel Carlos Piar(1774-1817) o el presbítero-coronel José Félix
Blanco(1782-1872), hijos naturales ambos de Belén Aristiguieta y Blanco, una de
las Nueve Musas(1765-1850).
Lo segundo dicho de Meza Dorta, que Austria redactó la Defensa documentada, que firmaron los
hermanos Casas Iturbe, tampoco puede sostenerse pues Meza Dorta no ofrece, lo
que hubiera sido necesario, ninguna razón ni documental, ni bibliográfica ni
heurística para demostrar su aserto. Tampoco en la historia de la bibliografía
venezolana en ningún momento, en los ciento sesenta y nueve años que lleva de
publicada la Defensa documentada eso
nunca se ha señalado por ninguno de nuestros bibliógrafos y documentalistas.
Podría ser cierto, podría ser que sus también primos de Austria Reyna hayan
recurrido a él para pedirle les redactara aquella argumentación pero nada
sabemos de ello. Austria era uno de los memorialistas de la emancipación, ya se
conocían entonces algunos de sus trabajos históricos, aunque todavía no había
publicado su historia militar de la emancipación, impresa en 1855[41].
Y para que la aseveración de Meza Dorta pueda ser creída debía estar respaldada
por la aclaración que señalamos, modo de argumentación ante textos del pasado
siempre usada cuando se trata de sostener una afirmación. Así debe seguirse
señalando, hasta que surjan pruebas convincentes, que la Defensa documentada fue obra de los hermanos Casas Iturbe, Pedro,
Manuel Vicente, Miguel, José, Jesús María, León, Juan Clemente, Carlos y
Mariano. Observamos que los nombres de los firmantes concluyen precisamente con
el nombre de José de Austria, sin duda como deudo de Manuel María de la
Casas, no hay indicación alguna de que
él haya sido el autor de la Defensa
documentada.
OTROS ENCUENTROS,1826-1827: ¿EL MOMENTO DEL PERDON?
En 1826, cuando el Libertador regresó desde Lima y
Bogotá, Casas se le presentó en Puerto Cabello y Bolívar lo acogió. Casas
estuvo bastante cerca de él como lo señalan
algunos testigos, como su hermana Juana Bolívar Palacios(1779-1847) en
una carta, la querida Juanica, mujer patriota, esposa y madre de héroes muertos
en la contienda y no realista como María Antonia Bolívar Palacios(1777-1842) su
hermana mayor[42].
Incluso Bolívar al parecer invitó a
Casas a su propia mesa. En verdad aquel era otro momento político, el instante
del perdón, fue la época en que Bolívar y la república acogieron a muchos
descarriados e incluso varias iniciativas se tomaron para evitar que a algunos
realistas se les aplicara el decreto de proscripción de los españoles
desafectos a la causa independiente. También hay que tener en cuenta que el país, que era aun la Gran
Colombia(1819-1830), vivía una época de honda crisis. Y el Libertador trataba
de restaurarlo todo otra vez. También él estaba ya en su etapa de declinación,
en el “tiempo de llorar” que dice Arturo Uslar Pietri(1906-2001)[43],
el tiempo del “alcatraz ciego” como escribió Francisco Herrera Luque(1927-1991)[44].
Es posible que Casas por estas razones se haya salvado en aquellos días de toda
acusación. Semanas después, desde el 12 de enero hasta el 5 julio de 1827, el
Libertador estuvo por última vez en Caracas en donde pasó varios meses. Allí se
encontró otra vez con Casas. Incluso hay una referencia a él y a uno de sus
hijos, Pedro Pablo de las Casas, en una misiva de Bolívar[45].
Dice el doctor Vicente Lecuna(1870-1954), en una nota a una carta de Bolívar[46],
que se vieron pero no cita ningún documento en apoyo a su aserto.
BOLIVAR CLEMENTE CON CASAS: ¿EL MOMENTO DEL PERDON?
De entre los sucesos del año 1812 encabezados por Bolívar
sabemos que aquel que lo traicionó en Puerto Cabello(Junio 30), el oficial
Francisco Fernández Vinoni, tomando el
Castillo del puerto, lo que permitió la pérdida de la ciudad y su
arsenal, lo hizo ahorcar, al encontrarlo, entre las tropas realistas vencidas
tras la batalla de Boyacá(Agosto 6, 1819). Ni siquiera le concedió el honor del
fusilamiento. ¿Hubiera corrido esa suerte de Casas, salvado por las
circunstancias y la benevolencia del Libertador quien no olvidó pero si dejó de
lado el hecho de que Casas había traicionado aquella madrugada del año doce a
todos aquellos patriotas, entre los cuales se encontraba él, al detener a
Miranda y luego entregarlo a los realistas?.
El 21 de agosto de 1812, al mes siguiente de la detención
de Miranda y de su entrega a los realistas por Casas, Bolívar estuvo en La Guaira
en la cual extendió una autorización a favor de su tío Juan Nepomuceno Ribas
para que reclamara ciertos bienes personales suyos[47].
También el 27 de agosto de 1812 estuvo Bolívar en La Guaira. Lo hizo para tomar un
barco para salir a su primer exilio. Pasó ese día a Curazao en donde estuvo,
como ya lo hemos anotado, seguramente hasta octubre cuando se dirigió a
Cartagena.
BOLIVAR NO PERDONÓ A CASAS
Pese a las noticias que hemos dado, sacadas de la
documentación que hemos tenido a la vista, lo cierto es que el Libertador nunca
perdonó a Casas, ni escuchó las voces, alguna muy querida para él como la del
marqués del Toro. Este le había escrito desde Caracas(Enero 18,1823) a meses de
haberse hecho pública la acusación de Bolívar al Casas. El marqués expresó:
“deseo que depongas cualquier prevención que por los acontecimientos de la
primera época puedan haber influido en tu ánimo contra Manuel María Casas,
según puedo inferir de un artículo inserto en la Gaceta de Bogotá, denomiándolo
traidor. Esta nota horrible desaparecerá con un solo rasgo de tu pluma en otro
periódico”[48]. No
hay que olvidar aquí que el marqués del Toro había sido de los que había pedido
perdón al rey por la insurgencia del año diez[49],
aunque en esos meses el Libertador había perdonado a Felipe Fermín
Paul(1774-1843) quien había abandonado la República y había sido miembro de las
Cortes Constitucionales. A ello alude el marqués en la misiva suya que hemos
citado antes. Bolívar con Casas guardó silencio siempre.
LA RECTIFICACION
Bolívar fue, ya lo hemos anotado, de los protagonistas de
la detención de Miranda el único en referirse a ella en vida. Lo hizo en cuatro
oportunidades: ante Monteverde el mismo año 1812; ante el Congreso de Cúcuta,
1821, al acusar a Casas; en una carta, en 1826, al mariscal Antonio José de
Sucre(1795-1830) y una misiva, en 1827, al hijo mayor del Precursor.
Con relación a Miranda con el tiempo, al pasar los años,
Bolívar comprendería al Precursor. Este había muerto. Y él ya era plenamente
Libertador, ya había pasado la victoria de Sucre en Ayacucho(diciembre 9,1824),
cuando(julio 11, 1826) lo llamó “el mas
ilustre colombiano” en carta al Gran Mariscal[50].Y
en misiva dictada en Caracas(julio 2,1827) le dice al hijo mayor del Precursor,
Leandro Miranda Andrews(1803-1886):
”Me ha sido muy apreciable ver un retrato de Ud. que me
ha sido presentado en esta capital: él me ha recordado ideas gloriosas y
tristes a la vez porque reviven a mis ojos las facciones de su ilustre padre.
Yo soy de opinión que Ud. debe venir a esta ciudad, donde lo desean, y a cuidar
de sus intereses. Ud. debe contar siempre con la amistad de su afectísimo.
Bolívar”[51].
LAS IDEAS GLORIOSAS Y TRISTES
Sin duda alguna que al referirse a las “ideas gloriosas”
que refiere el Libertador a su encuentro con el general Miranda en Londres en
1810. Y las “tristes” al terrible momento de la prisión del Generalísimo, de la
cual rectificó en 1826.
En verdad hay que indicar aquí que cuando llamó a Miranda
“el más ilustre Colombiano” al escribir a Sucre y dos años más tarde en la
misiva a Leandro Miranda que hemos citado, en ambos casos nos encontramos ante uno de los más
singulares momentos psicológicos que vivió el Libertador en su vida, quizá el
mayor, como nos lo advirtió el historiador Salcedo Bastardo la tarde, de 1974,
en que nos leyó la carta a Sucre, que acaba de publicarse, y también la
epístola a Leandro[52].
Y ello porque sólo las más altas figuras de la historia humana son capaces de
rectificar de la forma cómo él lo hizo de aquella acción intemperante realizada
aquella madrugada de 1812. Llamar ilustre a Miranda es decirle preclaro,
notable, augusto, egregio, eminente, palabras todas que caben en elogio de
Miranda. En América Latina no hubiera había emancipación sin él, fue más que el
precursor, fue el quien “inventó” la independencia como dijo el doctor
Caracciolo Parra Pérez(1888-1964) uno de sus grandes estudiosos[53].
Desde luego, para ambos momentos de 1825 y de 1827 el
Libertador había puesto en marcha todas las ideas del magisterio de Miranda que
recibió del Precursor, al igual que Andrés Bello(1781-1865) y Luis López Méndez(1758-1841),
en su pasantía por Grafton Street.
EL ENCUENTRO EN LONDRES
Antes de proseguir debemos llamar la atención sobre un
punto importante, apenas vislumbrado. Cuando los miembros de nuestra misión
diplomática recibieron sus instrucciones en Caracas se les aconsejó evitar toda
relación con Miranda en Londres, personaje mal visto por los Mantuanos en
Caracas por las polémicas que con ellos había tenido, décadas atrás, su padre
don Sebastian de Miranda Ravelo(1721-1791); por haber abandona el Precursor el
servicio de España y por haber participado en la Revolución Francesa. Lo
consideraban incluso ateo, enemigo de Dios. Desde luego desconocían que una de
las secciones de su biblioteca londinense está formada por una inmensa
colección de Biblias, muchas ediciones raras de gran valor[54].
Y su invocación al Dios cristiano y a la Iglesia católica en su testamento(Agosto
1,1805). Las inquinas caraqueñas contra el que era el más importante venezolano
de su época y una figura internacional altísima fueron muchas, constiturían el
fundamento del gran asedio que vivió desde su regreso a Caracas a fines de ese
año. Sin embargo, al llegar a Londres nuestros bisoños diplomáticos se
encontraron con él, fue esencial su presencia para el desarrollo de la misión,
la que tuvo por sede su casa de Grafton Street. Y además para ellos don
Francisco, ya “maestro de libertadores” desde tiempo atrás, puso a andar toda
una escuela política, denominada por Salcedo Bastardo, “los simposios de
Grafton Street”[55] que
los formó para las faenas que venían, sobre todo a Bolívar, pues Bello y López
Méndez se quedaron residiendo en Londres responsables de la diplomacia, Bello,
y de la logística de la guerra, López Méndez, fue el quien formó la Legión
Británica.
A poco los diplomáticos se dieron cuenta de los caracteres
de la personalidad y formación de Miranda. De allí surgió, con contra de lo que
le habían dicho hicieran en Caracas, de redactar el importante informe sobre el
Precursor al que vamos a referimos. En el
documento(octubre 3,1810), redactado por Bello, se conserva redactado de
su puño y letra, hicieron la más grandes reinvidicación de la personalidad y
acción de Miranda. En él se lee que la motivación para escribirlo fue: “un acto
de deber con respecto a la patria y como un tributo de justicia a la virtud y
mérito de un conciudadano nuestro tan indignamente injuriado…me contentaré con
presentar a Vuestra Señoría algunos hechos que destruyen absolutamente las imputaciones
de la malignidad”.
Además, aquel escrito tiene el valor de haber sido el
primer documento venezolano sobre Miranda sobre quien lo que se conocían eran
diatribas, especialmente por su invasión, a Ocumare y Coro en 1806. Este fue el
primer texto redactado en encomio de don Francisco de una pluma venezolana, fue
la primera vez en que el proscrito y siempre perseguido por sus ideas
emancipadoras, fue comprendido en toda la dimensión de su personalidad por unos
compatriotas suyos[56].
Sabemos que elogios, a todo lo largo de su carrera, habían acompañado siempre a
Miranda. Nos basta el de Napoleón Bonaparte(1769-1821): “es un Don Quijote, con
la diferencia de que no está loco…ese es el general Miranda, el hombre que
lleva el fuego sagrado en el alma”[57].
Don Andrés, el autor del texto, anota un hecho decisivo:
“Ni aun sus enemigos se han atrevido a negarle una superioridad extraordinaria
de luces, experiencia y talentos. A la verdad, sería un absurdo suponer que un individuo desnudo de
estas cualidades, y sin recomendación alguna exterior hubiese podido sostener
un papel distinguido en las cortes, introducirse en las sociedades más
respetables, adquirir la estimación y aun la confianza de una infinidad de
hombres ilustres, acercarse a los Soberanos, y dejar en todas partes una
impresión favorable”[58].
LA SOMBRA DEL MAGISTERIO MIRANDINO
Bolívar había entrado a Venezuela, en 1816, a proseguir
la lucha en el occidente de Venezuela, precisamente por el puerto de Ocumare,
el mismo por el cual había invadido Miranda a Venezuela en 1806. Estaba en
plena pelea en esa región el día del deceso del Precursor en La Carraca(Julio
14,1816); había llamado Colombia a la república que creó en 1819 en Angostura,
al unir a Venezuela con Colombia y Ecuador. La palabra Colombia la había
divulgado Miranda desde muy atrás, con ella bautizó sus proyectos
constitucionales para la America unida que soñó. Y le puso ese nombre, el mismo
dado por Bolívar a la extensa república creada frente al Orinoco, pues Miranda
siempre consideró a Cristóbal Colón(1451-1506) el hombre más prominente de la
historia, el descubridor del nuevo mundo, casi coincidió con un humanista del
Renacimiento, Pedro Mártir de Anglería(1459-1526), quien consideró, en sus Décadas(1530), a Cristo y a Colón las
dos más grandes figuras de la humanidad.
Tal era la admiración de don Francisco por Colón que fue
a Génova durante su gran tour y un domingo, a pesar de ser día de
navidad(Diciembre 25,1798) se dirigió a Cogoletto, donde se pensaba entonces
había nacido el descubridor, para conocer el sitio de su nacimiento. La
investigación actual señala que el nacimiento del descubridor se produjo en la
misma región pero no en Cogoletto sino la Puerta de la Olivella. También varios
días después Miranda(Enero 13,1789) se dirigió a la iglesia parroquial de
Cogoletto para ver y leer la partida de nacimiento de Colón, ambos hechos los
dejó consignados en su Diario[59].
Es por ello que la copia de la nave de la Santa María
debería ser puesta otra vez, en el Parque del Este de Caracas, de donde fue
retirada por el gobierno venezolano actual, al lado de la copia del barco
Leander, dado el hecho de la sentida colombofilia que el Precursor siempre
sintió, los dos barcos son hermanos.
Pero siempre en Bolívar, la libertad, la diosa favorita
de don Francisco, dar educación al pueblo, tener un ejército organizado,
mantener buenas relaciones con todos los pueblos, concebir leyes y proyectos
constituciones, no dejar de leer constantemente, recorrer las páginas de los
mejores libros, comenzando desde luego por los clásicos griegos, crear un
sistema de vida que descansara sobre valores éticos, dar igualdad a los hombres
y las mujeres, ver a la América Latina como la región equilibrio del universo,
eran ideas procedentes de las enseñanzas de nuestro General, el hombre que en
América Latina lo hizo todo primero, siempre antes que ningún otro. Por ello
fue el latinoamericano más prominente del siglo XVIII. Tal el significado de
las ideas “gloriosas” que convocó aquel día de 1827 en Caracas nuestro Libertador
en su carta a Leandro Miranda Andrews.
Y al hablar de todo esto no debe olvidarse siempre que los hijos de Miranda, Leandro y
Francisco de Miranda Andrews, fueron, aunque se pudiera creer lo contrario,
apasionados bolivarianos, así lo ha precisado el historiador Mondolfi[60].
Pancho, el menor, llegó a ser edecán del Libertador.
LOS HISTORIADORES ACUSAN A CASAS
Con el tiempo los historiadores de la época acusaron a
Casas de haber entregado a Miranda a Monteverde. En ese momento sus hijos
publicaron el folleto al que nos hemos referido, redactado por su tío el
historiador José de Austria, en defensa de Casas, además del opúsculo en que se
imprimió está inserto también en una de nuestras grandes recopilaciones
documentales[61]. En
el escrito de los hermanos Casas Iturbe están varios testimonios de venezolanos
en defensa de Casas. Sin embargo, Felipe Fermín Paúl(1774-1843), quien después
se pasó a los realistas y fue representante de Venezuela en las Cortes de
Cádiz, más tarde perdonado por el Libertador y el marqués del Toro, Francisco
Rodríguez del Toro, quien también pidió perdón al rey por la rebelión de 1810[62],
no estuvieron presentes en La Guaira el 31 de julio de 1812. Francisco Javier
Yanes(1777-1842) si estuvo en La Guaira pero no en el acto de la prisión de
Miranda[63].
No se sabe la fecha de la muerte de Casas, los documentos
sobre su vida que hemos examinado llegan hasta el año de 1821, en 1818 se
cierran los datos que sobre él ofrece el Diccionario
de historia de Venezuela[64].
Y todo lo que hemos pesquisado nos traen noticias hasta el año 1827. Sin
embargo, sabemos que ese año Casas estaba vivo. Y también conocemos, por el
folleto de sus hijos, escrito por su hermano, antes citado, que en 1841 ya
había fallecido. Otras defensas de Casas por parte de sus hijos están en las
cartas que dos de ellos le enviaron a José María de Rojas(1828-1907) quien las
insertó, 1905, en una de sus libros[65].
Lo que los más autorizados biógrafos del Precursor
estudian sobre la noche de su prisión avalan lo que hemos expuesto en este
artículo. Son detallados en el análisis
de la conducta de Casas[66].
Igual lo hizo don Augusto Mijares[67]
y el mismo Polanco Alcántara en otra de sus obras[68].
EN SINTESIS
Casas “fue un funcionario subalterno que en un momento de
crisis se colocó de parte del vencedor. Su conducta hizo más dura una crisis
que él contribuyó a provocar. Disfrutó no sólo de la confianza plena de Miranda
que le confió a su mando absoluto el principal puerto de la República. Miranda
se acogió al amparo de su hogar[en La Guaira]. Nada de eso lo detuvo para
proceder como lo hizo. Es verdad, que como lo dijo el propio Monteverde, de no
actuar de esa manera habría asumido un riesgo muy alto y no tuvo valor para
hacerlo. Influyó seguramente en su conducta el ambiente confuso del momento que
lo llevó a imponer su autoridad y evitó que fuera depuesto por la fuerza er
incluso fusilado” tal como lo explica Polanco[69].
Casas, y esa es la verdad, quedó por todo lo hecho en La
Guaira el año doce entre los venezolanos realistas, que fueron bastantes,
deberían ser estudiados con pormenor para poder fijar todo el proceso de
nuestra historia en esos años. Sin ellos aquella historia no puede ser bien
contada, quedaría trunca.
Pero por su conducta sin ética, por no empeñarse en no
cumplir con su adhesión a la nueva patria, nacida el año diez, como lo hicieron
otros, se hizo verdad en Casas aquello que podemos leer tanto en el cuento “El
último patriota” del maestro Rómulo Gallegos(1884-1969) como en el relato
“Familia prócer” de José Rafael Pocatrera(1889-1955). En “El último patriota”
una familia que se ha mantenida en admiración por su prócer un día descubre, al
hallar un viejo baúl en un desván y leer los papales hallados en él, que aquél
había sido todo lo contrario de lo que ellos habían creído siempre[70].
Caracas: Julio
26,2012.
Caracas; Julio
26,2012.
Caracas: Julio
26,2012.
[1] Juan Vicente González: Biografía de José Félix Ribas. Caracas:
Petroleos de Venezuela, 1998.XXXIII,259 p. Ver la p.95-96.
[2] Simón Bolívar: Decretos del Libertador.2ª.ed. Los Teques:
Biblioteca de Autores y Temas Mirandinos,1983.455 p. La cita procede de la
p.170.
[3] Giovanni Meza Dorta: Miranda y Bolívar: dos visiones.2ª.ed.
Caracas: Bid and Co. Editor,2006.227 p.Ver la p.138.
[4] Giovanni Meza Dorta: Miranda y Bolívar: dos visiones,p.153-154.
[5] Mariano Picón Salas: Miranda. Caracas: Monte Ávila Editores,
1997.339 p. La cita procede de la p.291.
[6] Francisco de Miranda: América espera. Selección, prólogo y títulos:
José Luis Salcedo Bastardo. Caracas: Biblioteca Ayacucho, 1982. XLIII,686 p.
Esta obra recoge los doscientos documentos fundamentales del Precursor. En este
caso consultar el testimonio de Pedro Gual sobre la caída de la Primera
República y la detención del General, “De la Nueva Granada regresaremos a
Venezuela a continuar la lucha. Testimonioo y declraración de Pedro
Gual”(p.468-374) en donde está la frase de Miranda que hemos citado(p.471).
[7] Fue el historiador José Luis Salcedo Bastardo quien nos hizo
comprender esto en un palique con nosotros en la sede de la Fundación Eugenio
Mendoza en Caracas, la tarde del 24 de junio de 1993 en que asistíamos a la
presentación de la biografía de don Eugenio Mendoza(1906-1979) escrita por
Tomás Polanco Alcántara.
[8] Francisco de Mirada: América espera,p.473.
[9] Francisco de Miranda: América espera,p,194-199,257-259, en donde están
los documentos referidos.
[10] Marcos Falcón Briceño: Notas históricas. Caracas: Academia Nacional
de la Historia,1989.260 p. Ver: “Stendhal recuerda a Miranda”(p.203-205).
[11] Francisco de Miranda: América espera,p.471.
[12] Moísés Feldaman: Las crisis psicológicas de Simón Bolivar.2ª.ed.
Prólogo: Roberto Lovera De-Sola. Caracas: Fundarte,1992. 115 p. Este estudio
junto con el del psiquiatra colombiano Mauro Torres,que citaremos más adelante,
constituyen los dos mejores análisis psicológicos del Libertador con los que
contamos en la actualidad.
[13] Edgardo Mondolfi Gudat: Miranda en ocho contiendas. Caracas:
Fundación Bigott,2005. 216 p.Ver: “Miranda y sus claroscuros”(,p.17-94). La
cita procede de la p.80
[14] Giovanni Meza Dorta: Miranda y Bolívar: dos visiones, p.136-137.
Especialmente por lo último indicado la p.137.
[15] Tomás Polanco Alcántara: Simón Bolívar. Caracas:
Ediciones GE/Academia Nacional de la Historia,1994. XIV, 1033 p. La cita
procede de la p.294, nota 41. Todo el proceso de las relaciones Miranda-Bolívar
y el suceso de la prisión del Precursor y la acción de Casas está examinada en
este mismo libro(p.290-297).
[16] Roberto Lovera De-Sola: Curazao, escala en el primer destierro del
Libertador. Caracas: Monte Ávila Editores,1992.130 p. Ver las p.16-27.
[17] Simón Bolívar: Escritos del Libertador. Caracas: Sociedad
Bolivariana de Venzuela/Academia Nacional de la Historia,1964-2009. 32 vols. Lo
citamos en el capítulo siempre utilizando la primera pálabra del título de esta
compilación: Escritos.
[18] La carta está en Paúl Verna: Pedro
Antonio Leleux, el francés edecán, secretario y amigo de confianza de Miranda y
Bolívar. Caracas: Comité Ejecutivo del Bicentenario de Simón Bolívar,1982.192
p. La carta está en las p.119-120.
[19] Simón Bolívar: Cartas del Libertador,t.VI,p.518.
[20] Mauro Torres: Perspectiva psicoanalítica
de Simón Bolívar. Bogotá: Cultural
Colombiana, 1968.291 p. ver la p.171, aunque debe estudiarse con atención todo
el capítulo en donde está su observación.
[21] Mauro Torres: Perspectiva psicoanalitica de
Simón Bolivar,p.81.
[22] Henri L.Ducoudray Holstein: Memoirs of Simon Bolivar….Boston:
S.G.Goodrich and C.,1829. 384
p. Ver Varios Autores: Diccionario de la Historia de Venzuela.2ª.ed.aum.
Caracas: Fundación Polar,1997. 4 vols. Consultar Mireya Sosa de Lón: “Ducoudray
Holstein, Henri L”(t.II,p.146-147). Sobre el erróneo artículo de Carlos Marx
sobre el Libertador ver nuestra indagación: “Refutación a lo escrito por Marx
sobre el Libertador. 166 aclaraciones a las falacias de su artículo “Simón
Bolivar,1858”, en www.analitica.com:
Caracas: Abril 6,2011.
[23] José Felix Blanco/Ramón Azpurua: Documentos para la historia de la
vida pública del Liberador. 2ª.ed.aum. Caracas: Ediciones de la Presidencia de
la República/Comité Ejecutivo del Bicentenario de Simón Bolivar,1978-1979. 15
vols. Ver: “Defensa documentada de la
conducta del comandante de La Guaira Sr.Manuel María de las Casas en la prisión
del general Miranda y entrega de aquella plaza a los españoles en 1812”(t.IV,p.15-57).
La cita de la declaración de Ayala aparece en este escrito.
[24] Todo lo que hemos citado está registrado en Giovanni Meza Dorta:
Miranda y Bolívar: dos visiones,p.149,152,157,161-162, en las últimas páginas
referidas está el documento de José Landaeta que el investigador Meza Dorta
cita completo en las p.161-162. Este papel fue hallado en el Archivo del
Registro Público de Caracas por don Manuel Landaeta Rosales(1847-1920) y
publicado el diario .El Tiempo, Caracas: Julio 15,1898.Las referencias a Antoñanzas
proceden del Diccionario de historia de Venzuela.2ª.ed.aum. Caracas: Fundación
Polar,1997. 4 vols. Ver el artículo “Antoñanzas, Eusebio”(t.I,p.167), el cual
es redacción de equipo editorial de esta valiosa fuente histórica, está firmado
F.P, y fue seguramente revisado por el editor del Diccionario…don Manuel Pérez
Vila.
[25] Pedro Grases: Obras. Barcelona-Caracas: Seix Barral,1981-2002. 21
vols. Ver en este caso: “Dos gacetas de Caracas patriotas antes de la batalla
de Carabobo”(t.IX,p.353-356)
[26] Ver una transcripción de uno de los diálogos entre ambos en
Francisco de Miranda: América espera, p.485.
[27] Simón Bolivar: Escritos del Libertador, t.XIX,p.115-116.
[28] José Gil Fortoul: Historia constitucional de Venezuela. 3ra.ed.
Caracas: Editorial Las Novedades,1942. 3 vols. La cita procede del
,t.I,p.272-274
[29] Giovanni Meza Dorta: Miranda y Bolívar: dos visiones, p.219-222
[30] Felipe Larrazabal: Vida de Bolívar. New York: Imp. de Eduardo O.Jenkins,1865. 2 vols. Puede verse en el t.I,p.137.
[31] Sobre el significado de la
Vida de Bolívar de don Felipe Larrazábal ver lo que indica Mariano Picón Salas
en sus Estudios de literatura venezolana. Caracas: Edime,1961. 315 p. Ver la
p.82. Lo que observa don Mariano nos explica la importancia que ha tenido la
historia en el desarrollo de la cultura venezolana, de hecho anterior a la
divulgación masiva de la novela y del cuento. Es por ello que nuestros libros
más divulgados en el siglo XIX fueron tres libros de historia: la Vida de
Bolívar de Larrazabal, la Biografía de José Félix Ribas de Juan Vicente
Gonzalez, impresa originalmente en las páginas de la Revista Literaria en 1865,
el mismo año de la primera edición de la Vida de Bolívar de Larrazabal y luego
Venezuela heroica. Caracas: Imp.Sanz,1881.XII,266 p.;2ª.ed.aum. Caracas: Imp.
Sanz, 1881.XXII,599 p. de Eduardo Blanco, con esta sucedió un singular hecho:
en un país de tanto analfabetismo, como era la Venezuela de aquella época, las
dos primeras ediciones del libro de don Eduardo se agotaron rápidamente el
mismo año de su primera edición.
[32] Simón Bolívar:Escritos del Libertador, t.XX,p.617
[33] Augusto Mijares: El Libertador. Caracas: Editorial Arte,1964. 586
p. La cita está tomada de la p.232.
[34] Simón Bolívar: Escritos del Libertador,t.III,Vol.II,p.243-244.
[35] Simón Bolívar: Cartas del Libertador.2ª.ed. aum. Caracas: Fundación
Vicente Lecuna/Banco de Venezuela,1964-1970. 8 vols. La cita procede del
t.IV,p.278.
[36] Simón Bolívar: Escritos del Libertador, t.XX, p.616-617.
[37] Giovanni Meza Dorta: Miranda y Bolívar: dos visiones,p.156 y 157.
[38] Defensa documentada de la conducta del comandante de La Guaira
Sr.Manuel María de las Casas en la prisión del general Miranda y entregta de
aquella plaza a los españoles en 1812(Caracas:Imp.de George Corser,1843. 74 p.
[39] Roberto Lovera De-Sola: “Doscientos años de un gran error: La
prisión de Miranda en La Guairawww.analitica.com:
Caracas: Julio 26,2012; www.codigovenezuela.com:
Caracas: Julio 26,2012; www.noticierodigital.com:
Caracas: Julio 26,2012.
[40] Carlos Iturriza Guillén: Algunas familias caraqueñas. Caracas:
ETIS,1967. 2 vols; Antonio Herrera Vaillant: La estirpe de las Rojas. Caracas:
Academia Nacional de la Historia,2007. 2 vols
[41] José de Austria: Bosquejo de la historia militar de Venzuela en la
guerra de su independencia. Caracas-Valencia: Imprenta de Carreño Hermanos/Imp.
de Juan De Sola,1855-1857. 2 vols.;2ª.ed. Prólogo: Héctor García Chuecos. Caracas:
Academia Nacional de la Historia,1960. 2 vols.
[42] José Felix Blanco/Ramón Azpurua: Documentos para la historia de la
vida pública del Libertador, t.IV,p.45 en donde está la referencia.
[43] Arturo Uslar Pietri: Letras y hombres de Venezuela. Caracas: Edime,1958.
345 p. La cita procede de la p.60.
[44] Francisco Herrera Luque: El vuelo del alcatraz. Prólogo y edición
al cuidado de Roberto Lovera De-Sola. Caracas: Alfaguara,2001.180 p.
[45] Simón Bolívar: Cartas del Libertador,t.V,p.373-374.
[46] Simón Bolívar: Escritos del Libertador, t.XX,p.618, nota 2,
Documento 6148.
[48] Varios Autores: Epistolario de la Primera República. Caracas:
Academia Nacional de la Historia,1960. 2 vols. La carta está en el t.II,p.355-358.
La cita procede de la p.357. La referencia a Felipe Fermín Paúl que hacemos más
adelante se lee en el mismo documento,p.358.
[49] Inés Quintero: El último marqués. Francisco Rodríguez del
Toro,1761-1851. Caracas: Fundación Bigott,2005. 240 p. Ver la p.157
[50] Simón Bolívar: Correspondencia del Libertador. Caracas: Fundación
Boulton,1974.XXVII,402 p. La cita procede de la p.296
[51] Simón Bolívar: Cartas del Libertador, t.VI,p.13
[52] Roberto Lovera De-Sola: El gran majadero. Caracas: Academia
Nacional de la Historia,1984. 244 p. Ver: “Bolívar y la biblioteca de
Miranda”(p.43-45).
[53] Caracciolo Parra Pérez: Discursos. Madrid: Altamira Talleres
Gráficos, 1961.397 p. Ver: “Miranda en Valmy”(p.377-383). La cita procede de la
p.382.
[54] Ver su estudio bibliográfico hecho por el erudito chileno Miguel
Castillo Didier: Miranda y la senda de Bello.2ª.ed. Prólogos: José Luis Salcedo Bastardo y Pedro
Grases. Caracas: La Casa de Bello,1996. 235 p. Ver: “Las Biblias del
Precursor”(p.127-139), colección que incluía también varias obras de
referencias para el estudio de la Biblia. Registra Castillo 16 títulos.
[55] José Luis Salcedo Bastardo: Crisol del americanismo. La casa de
Miranda en Londres. Caracas: Cuadernos Lagoven, 1980.107 p.
[56] Ver en Andrés Bello: Obras completas. Caracas: La Casa de
Bello,1981-1986. 26 vols. Está en el
t.XI,p.64-68. Bajo el título de Francisco de Miranda lo reprodujo también Oscar
Sambrano Urdaneta en su compilación Andrés Bello Antología general. Caracas: Edime,1981.
2 vols. Está en el t.II,p.1586-1589, fuente de la cual proceden las citas que
haremos.
[57] Caracciolo Parra Pérez: Miranda et Madame de Custine. Paris:
Grasset,1950. 365 p. La cita procede de la p.240. La traducción es nuestra. Es
inexplicable que esta bella obra que revive uno de los grandes amores femeninos
de Miranda, con Delfine de Custine, no haya sido vertido aun a nuestra lengua, la de don Francisco,
después de más de medio siglo después de
su edición parisina en lengua gala.
[58] Andrés Bello: Antología general,t.II,p.1587.
[59] Francisco de Miranda: Colombeia. Caracas: Ediciones de la
Presidencia de la República, 1978-2006. 20 vols. Las referencias pueden leerse
en el t.VIII,p.221 y 234.
[60] Edgardo Mondolfi Gudat: “Pancho y Leandro” en Miranda en ocho
contiendas, p.183-198. Ver las p.184 y 185
[61] Defensa documentada de la conducta del comandante de La Guaira Sr.
Manuel María de las Casas en la prisión del general Miranda y entrega de
aquella plaza a los españoles en 1812…Caracas:
Imprenta de George Corser, 1843, cubierta, 74 p. Está también en José Felix
Blanco/Ramón Azpurua: Documentos para la historia de la vida pública del
Libertador,t.IV,p.15-57
[62] Inés Quintero: El último
marqués, p.140-143.
[63] José Felix Blanco/Ramón Azpurua: Documentos para la historia de la
vida pública del Libertador,t.IV,p.32.
[64] Ver Mireya Sosa de León: : “Casas, Manuel María de las”, en
Diccionario de historia de Venezuela,t.I,p.727-728.
[65] José María de Rojas: Tiempo perdido. París: Garnier Hermanos, 1905.
338 p.;2ª.ed.Prólogo: Efraín Subero. Caracas: Fundación Shell, 1967.304 p. Ver
“El General Miranda y la Familia De Las Casas”(p.38-47); lo mismo está en su
libro: Recuerdos de la patria. Compilación y prólogo: Pedro Grases. Caracas:
Ediciones de la Presidencia de la República, 1963. XXXVII,198 p.Ver : “El general
Miranda y la familia De Las Casas”( p.153-159).
[66] José Nucete Sardi: Aventura y tragedia de don Francisco de
Miranda.5ª.ed. Caracas: Ministerio de Educación, 1964.408 p. Ver las p.362-364;
Alfonso Rumazo González: “Miranda” en sus 8 grandes biografías. Caracas:
Ediciones de la Presidencia de la República, 1993. 3 vols.
Ver:”Miranda”,(t.II,5-384). La referencia está en la p.376; Tomás Polanco
Alcántara: Francisco de Miranda: ¿Ulises, Don Juan y Don Quijote?. Caracas:
Ediciones GE, 1996.779 p. Ver las p. 747-749
[67] Augusto Mijares: El Libertador,p.228, y nota 2 de la misma página 230 y 232.
[68] Tomás Polanco Alcántara: Simón Bolívar, p.279-281.
[69] Tomás Polanco Alcántara: Simón Bolívar,p.296-297.
[70] Rómulo Gallegos: Cuentos completos.
Caracas: Monte Ávila Editores,1981. 432 p. Ver “El último
patriota”(p.79-89); José Rafael Pocaterra: Cuentos grotescos. Caracas: Edime,
1955.327 p. Ver: “Familia prócer”(p.144-149).
No hay comentarios:
Publicar un comentario