No laborable para empleados municipales
Día de júbilo por el 456° aniversario de la ciudad de Valencia
Valencia, (Silmari Rivas Rubín).-El alcalde Edgardo Parra firmó un decreto de Día de Júbilo, por el 456° aniversario de la ciudad, que se celebra este viernes 25 y es día no laborable para los empleados del municipio, porque así está contemplado en la contratación colectiva.
Para el resto de la ciudadanía -precisó el burgomaestre- es día de trabajo. Sin embargo, exhortó a las instituciones públicas y a las privadas a sumarse a las actividades previstas por el aniversario de la urbe de Cabriales.
De acuerdo con la programación, monseñor Reinaldo Del Prette oficiará una misa en acción de gracias a las 9:00 de la mañana en la Catedral. Para las 10:00 está prevista la colocación de la ofrenda floral ante la estatua del Libertador, en la Plaza Bolívar y a las 11:00 el acto protocolar en el Teatro Municipal, donde el Alcalde impondrá la Orden Ciudad de Valencia a un grupo de 16 personajes que han contribuido con el desarrollo de la ciudad.
Posteriormente, a las 3:00 de la tarde, se llevará a cabo un desfile cívico militar, con 4 mil 137 participantes, de 50 instituciones públicas, en la avenida Paseo Cabriales.
Mucha historia, pocos regalos
Valencia está perdiendo su memoria
456 años
La geografía de aquí era más agradable y su clima suave. (Foto Clemente Espinoza)
Alfredo Fermín
Valencia se enfrenta en el siglo XXI al dilema de ser o no ser. Con la destrucción de su patrimonio y el abandono de las obras que necesita para su desarrollo, está perdiendo su memoria y es probable que dentro de poco no sepamos cómo fue su pasado.
La capital del estado Carabobo celebra este viernes su día, en momentos en que el impresionante desarrollo que había logrado desde la década de los años 70 ha retrocedido y las obras que eran su orgullo se están deteriorando: el Metro, que era una solución al caos del tránsito automovilístico, está abandonado. La Universidad de Carabobo estrangulada, para obligarla a que cierre sus puertas como en tiempos de Cipriano Castro, y su Zona Industrial, uno de los emporios de América Latina, con buena parte de sus empresas cerradas o a punto de hacerlo.
Independientemente de las hipótesis sobre la fundación de Valencia, lo más cierto es que se fue formando como un cruce de caminos de los conquistadores que entraron por Coro y se establecieron en El Tocuyo, fundado en 1545. Desde allí partieron las expediciones para poblar la costa y el centro del país.
Aquellos hombres venían buscando la salida al mar. Se encontraron primero con el Lago de Valencia, después con el mar de Borburata y luego con Puerto Cabello, con el cual se inició el contacto con el resto del mundo.
Se establecieron en Borburata, pero el azote de los piratas los hizo regresarse a lo que hoy es Valencia. La geografía de aquí era más agradable, su clima suave, los cerros y las colinas que la rodean, la abundancia de aguas que brindaba lo que más tarde llamarían río Cabriales y su luz clara y transparente.
Trazado perfecto
Aunque no se tenga precisión de quiénes fueron sus fundadores, esta ciudad fue planificada de acuerdo con el criterio de los conquistadores españoles. Tanto es así, que el arquitecto Graziano Gasparini sostiene que Valencia tiene el privilegio de ser la ciudad colonial española que desde 1555 hasta hoy sigue conservando el primer trazado urbano reticular cuadrangular perfectamente ortogonal.
"Basta recordar que el trazado que permanece hasta hoy es el documento más antiguo que tiene la ciudad y el que más se resiste a desaparecer... Y eso se comprueba en fotos aéreas que revelan una perfección geométrica del damero, más exacta que la de los planos del siglo XIX", afirma Gasparini en el libro ?Valencia, una aproximación urbanística y arquitectónica?, editado en 2005.
Después de la guerra de Independencia y de los conflictos militares y civiles que proliferaron en el siglo XIX, Valencia comenzó a convertirse en una ciudad de servicios y en los primeros años del siglo XX ya tenía su primera zona industrial, en Candelaria, donde se establecen fábricas de telas y depósitos de mercancías, de los cuales todavía muchos resisten al tiempo. Con la puesta en servicio del ferrocarril la ciudad se aproxima a Caracas, a la cual ha suplido como capital de la República en 1812, 1830 y 1858.
Durante el siglo XX hubo un crecimiento sin planificación hasta 1968, cuando fue promulgada la primera ordenanza para regular, desde el punto de vista jurídico, la zonificación de la ciudad, lo que permitió la entrada en vigencia, en 1970, del Plan Regulador.
Ese plan, que reguló la ciudad durante 30 años, incluyó obras proyectadas en los años 60: el Paseo Cabriales, el Paseo Cuatricentenario, la Autopista del Este, las avenidas Rojas Queipo y Guzmán Blanco. Y se agregaron las nuevas urbanizaciones Prebo, El Parral y Valles de Camoruco, que le han dado un ambiente de modernidad.
Hay que concertar
El urbanista Daniel Mendoza, egresado de la Universidad Simón Bolívar, observa que Valencia está planificada, pero no existe una autoridad que logre la asignación del presupuesto para ejecutar cada año las obras de infraestructura necesarias para un crecimiento apropiado. Por eso, nos encontramos con una ciudad colapsada, con obras paralizadas, como el Metro.
¿Por qué fue destruido el centro de la ciudad?
El problema del casco histórico proviene de la ordenanza de zonificación, que no tuvo un plan regulador general, ni visiones particulares de los valores importantes de la ciudad.
En esa ordenanza se estableció que los edificios más altos deben estar en el centro de la ciudad. Esto significó que en ese momento alguien con suficientes recursos y con visión mercantilista habría arrasado el casco histórico. Por eso en el centro se ven edificios aislados, que parecen unos palillos, realizados por quienes aprovecharon esa ganga.
El centro, que tradicionalmente estuvo ocupado por casas de familia, debió ser abandonado por la invasión de actividades comerciales y, al atardecer, el ambiente es el de una ciudad propicia para el vandalismo. Fue así como se perdió casi todo el patrimonio arquitectónico. Se trató de rescatar lo que queda con la creación de Induval, pero este organismo no fue dotado de presupuesto propio, por lo cual no pudo cumplir con sus objetivos.
¿Qué hacer?
Para rescatar el centro de Valencia hay que concertar. Al propietario hay que darle incentivos que le permitan mantener y conservar el inmueble y obtener, al mismo tiempo, un beneficio. Evidentemente hay que desarrollar sectores que sean de interés para el colectivo y para el turismo, porque de nada vale desarrollar sectores aislados que no tengan atractivos.
Día de júbilo
El alcalde Edgardo Parra decretó este viernes como Día de Júbilo, para celebrar por todo lo alto un aniversario más de la ciudad. Será laborable, pero exhortó a las instituciones públicas y privadas a sumarse a las actividades programadas, que incluyen una misa de acción de gracias en la Catedral a las 9:00 de la mañana, ofrendas florales y el acto central en el Teatro Municipal a las 11:00. Para las 3:00 de la tarde está programado el desfile cívico en la avenida Paseo Cabriales. Para los trabajadores municipales será día no laborable porque así está contemplado en la contratación colectiva. (BR)
Decretado Día de Júbilo laborable por Día de Valencia
Será laborable pero se exhortó a las instituciones a sumarse
al programa. ¿Cuál? (Foto Archivo)
Beatriz Rojas
Valencia (REDACTA).- El alcalde Edgardo Parra decretó este viernes como Día de Jubilo, para celebrar por todo lo alto un aniversario más de la ciudad.
Será laborable, pero exhortó a las instituciones públicas y privadas a sumarse a las actividades programadas, que incluyen una misa de acción de gracias en la catedral a las 9 de la mañana, ofrendas florales y el acto central en el teatro municipal a las 11 de la mañana.
Para las 3 de la tarde está programado el desfile cívico en la avenida Paseo Cabriales. Para los trabajadores municipales será día no laborable porque así está contemplado en la contratación colectiva.
Identidad Precaria
Alejandro VillalobosEl deterioro de la ciudad está reflejado en la afinidad que sus ciudadanos sienten hacia ella. Es una de las razones por las que las iniciativas para defender la urbe y sus íconos no consiguen el apoyo masivo requerido para empujar soluciones. "La identidad es precaria", sostiene la socióloga María Hernández.
Pero no todo está perdido. Un reforzamiento de los valores locales, impulsado desde la gente y las autoridades, levantaría el ánimo de los valencianos por defender su ciudad.
Hernández hizo un perfil sociológico de los de aquí. "Al valenciano no le gusta emigrar. Si se da es por situaciones políticas o para conseguir un mejor trabajo". Sigue siendo reservado y puede ser discriminado por la gente que llegó de otras partes del país y se dio cuenta que son personas cerradas.
El valenciano es además: afectuoso, chistoso, trabajador y emprendedor. "Le gusta formar familia y también tener su segundo frente", asegura Hernández, quien es docente en la Universidad Arturo Michelena.
Buena parte de los que habitan Valencia no nacieron aquí. De acuerdo al censo realizado por el Instituto Nacional de Estadística en 2001, 37,7% de la población es de fuera de la entidad o extranjero. Las parroquias Catedral, San José y Miguel Peña son las que menos nativos acumulaban en esa época.
Esto no quiere decir que ya no haya raíces. "Sí las hay, pero mezcladas", asevera Hernández. "Lo que no hay es homogeneidad, porque la población ha sido compuesta por distintos grupos étnicos. Es una recomposición de los saberes, se desarrollan nuevas memorias, se crean nuevas culturas.
Hay formas de nueva identidad, definida con el punto de vista del multiculturalismo, lo que la socióloga llama "una hibridación o articulación de conceptos".
El valenciano adquiere hoy préstamos culturales que han traído los emigrantes europeos y de otras ciudades de Venezuela.
El rescate de la identidad pasa por un trabajo de todos, invita Hernández. Hay que revisar el plan rector de Valencia, que se nos dé una idea que se constituirá en una ciudad más funcional. Plantea superar la barrera social. "Antes era más fácil encontrar la amabilidad y la confianza". Debemos buscar consenso para aplicar las políticas". Es necesario borrar la frontera entre el norte y el sur.
"Sí podemos vivir integrados. La vida implica que es un aprendizaje. Se aprende de quien tiene el control de los medios de producción y del obrero que ofrece su trabajo", puso de ejemplo.
La avenida Bolívar, y el Metro están en franco deterioro. "La sociedad debe estar conectada", alerta la socióloga. Es una urbe situada estratégicamente cerca del principal puerto del país, pero las vías de transporte son deficientes.
Tanto los de aquí como los que llegaron necesitan fortalecer el arraigo. Es la única manera que la apatía se acabe y que las iniciativas en defensa de la ciudad, como el movimiento para evitar la frustrada venta de toninas, tengan éxito.
Voces de la ciudad
Un testigo del nacimiento de la ZICuando Pedro Salom Power regresó de Estados Unidos, donde había estudiado ingeniería química, se consiguió con un mercado laboral inexistente. Era agosto de 1958, hacía pocos meses que la dictadura de Marcos Pérez Jiménez había caído y la industria era insípida. Se ubicó en la Industria Venezolana Petroquímica (hoy Pequiven) y luego pasó a Venoco, donde trabajó en la introducción al país de la grasa lubricante. Fue testigo del nacimiento de la Zona Industrial, impulsada por Luis Núñez Pérez, la ubicación geográfica privilegiada de Valencia y los incentivos del Concejo Municipal. Vio su desarrollo impresionante en los años 70, y hoy alerta sobre la necesidad de reglas claras, definidas y permanentes para que resurja. (AV)
Hay que exaltar la cultura
En este Día de Valencia, Vitalia Muñoz de Chacín sostiene que cada día se hace necesario exaltar más los valores y patrimonios culturales de la ciudad. Esta animadora cultural, quien presidió el Ateneo de Valencia desde 1984 hasta 1991,
La ciudad más bella del mundo
Concetto Di Tommasi, el popular Concheto dueño de la heladería Olimpia, destaca el auge que ha tenido el área deportiva en Valencia en los últimos años. De Italia llegó a Valencia en 1956 y durante todo este tiempo ha cosechado muchos amigos, pues tiene en alta estima el valor de la amistad. Fundador del Carabobo Fútbol Club es sin duda un deportista de corazón. Pide que se construya un nuevo estadio de fútbol, porque ya el polideportivo se está quedando pequeño para albergar a la creciente fanaticada que va a ver los juegos desde distintas partes del estado. "Considero que Valencia es la ciudad más bella del mundo, por sus paisajes, sus mujeres y su cultura". (BR)
Proyectos en espera de recursos
El alcalde de la ciudad, Edgardo Parra, quiso recordar a la ciudadanía que no ha olvidado sus proyectos de recuperación del puente Morillo, rehabilitación de la fachada de la Catedral y del bulevar Constitución, sólo está tramitando los recursos para ejecutarlos. Parra refirió que se está contratando todo lo relativo a estas obras, para después ejecutarlas. También se está trabajando en la rehabilitación del comando de la Policía Municipal de Valencia y del Teatro Municipal. Estas obras, sumadas a la instalación del sistema de videovigilancia en el casco central, implica una gran inversión que está por el orden de los 8 millones de bolívares, pero se compromete a ejecutarlas. (BR)
Fernando Facchin B. ||
25 marzo 2011: Valencia sin nada que celebrar
Hoy, 25 de marzo de 2011, Valencia cumple 456 años de fundada y sin nada que celebrar, pero sí mucho que exigir. Debemos exigir, en lo inmediato, un rotundo cambio de rumbo, porque, parodiando a Séneca, puedo decir: 454 años para construir a Valencia y 2 años para destruirla.
Como ciudadanos valencianos que no pretendemos protagonismo alguno, ni politizar electoralmente las luchas en defensa de la soberanía y la tradición valencianas y ante la traición de que somos objeto por el “alcalde que padecemos” debemos hacernos cargo del rescate del municipio, de sus legítimos derechos históricos, culturales, constitucionales y ciudadanos, debemos invocar a toda voz: ¡Ya basta con la destrucción de Valencia!
Es notoria la falta de sentido y pericia en la actual administración municipal en Valencia, los dos años de ocupación “parrista” han sido conducidos por fuerzas políticas negativas, oscurantistas, con exagerada publicidad personalista, rasgo típico del narcisismo socialista, por la impericia, incapacidad, exclusión y corrupción, en fin, dos años impregnados de toda una variedad de intereses individualistas, con marcada indiferencia y con una sostenida, masiva y continuada destrucción de todo un municipio, hoy reducido a un permanente estado de deterioro. La política “parrista” incluye el desmembramiento total del municipio y no pasa de ser un títere del Ejecutivo nacional.
El “alcalde que padecemos” y su séquito de ediles rojitos, aunados a una práctica política de relativismo socialista, han desarticulado la estructura socio-política y económica del municipio, han destruido los históricos símbolos de nuestra ciudad y han cometido toda clase de tropelías harto conocidas, los valencianos, en gran parte, hemos sido pasivos ante la destrucción de nuestra comunidad, haciendo dejación total de la responsabilidad histórica que tenemos todos, por cuanto una sociedad jamás debe olvidar su obligación de defender el legado moral, ético, político, cultural y espiritual que ha sido creado con la comunión de las generaciones que nos han precedido durante 454 años.
La gestión municipal del “alcalde que padecemos” es artificial, sin contenido, sin trascendencia, con graves emplastos seudoideológicos amañados por el Ejecutivo nacional con el fin de romper el equilibrio, el orden democrático y constitucional, el orden social y humano de la sociedad civil valenciana a la que se quiere desvincular de sus legítimos derechos y deberes, de los principios y responsabilidades morales, legales, históricos, que nos vienen dados desde la fundación de la ciudad y cuyas terribles consecuencias negativas estamos sufriendo y terminarán por destruirnos si no tomamos medidas de protección sociológicas, antropológicas, jurídicas, políticas, culturales y de protesta cívica, que nos permitan modificar la crítica situación que vive el municipio, como por ejemplo solicitar, masivamente, la renuncia inmediata del alcalde y los ediles rojitos, con el fin de impedir la infernal escalada de destrucción a la cual estamos sometidos.
Valencia hoy está probando la amarga realidad provocada por un divisionismo político vergonzoso que ha atentado contra la inmutable y universal ley moral natural de los pueblos, el respeto a su idiosincrasia, a su simbología y su bienestar colectivo; es nuestra obligación impedir la pérdida de nuestra identidad esencial como valencianos, por consecuencia de haber caído en un proceso de deterioro del bien moral, social y político de la sociedad y el rompimiento de la historia con las nuevas generaciones.
Rota la unidad básica de la idiosincrasia valenciana, la cual sostiene la buena convivencia social, política y económica, es factible romper la unidad histórica del municipio y caer en una profunda anarquía que es el camino por donde nos lleva el “alcalde que padecemos” con su seudosocialismo deficiente, anacrónico, insolidario, antidemocrático, violento y excluyente. Contra eso requerimos de urgencia un proyecto basado en el bien común, el desarrollo sostenible, la pluralidad y la tolerancia, caso contrario, por la inercia, Valencia se desintegrará, dejándose llevar por las apetencias personalistas de un alcalde enemigo del municipio y por una masa amorfa e innominada en funciones edilicias, con sus contadas excepciones.
Tenemos la obligación de convertirnos en actores y contralores sociales colectivos, sin distingo de ideologías partidistas, para la defensa del municipio Valencia ante la agresión indiscriminada de su enemigo gratuito, el “alcalde que padecemos”. Por ahora: No tenemos nada que celebrar, pero sí mucho que exigir.
Martha Barroeta || Taller de Fantasía
Valencia en la voz de sus hijos
Dentro de este honroso y hermoso empeño de las instituciones culturales que hacen vida en nuestra ciudad de celebrar y conmemorar sus cuatrocientos cincuenta y seis años, hemos querido extraer de la voz de algunos de sus hijos destacadas evocaciones que con inmenso amor demuestran fascinación hechizante, para expresar cada vez que alguna reminiscencia llega a su mente.
Aprendí a querer a Valencia cuando comencé a caminar cada una de sus calles. Hoy puedo decir que amo profundamente esta ciudad. Me siento halagada al igual que sus hijos cada vez que se le brinda una caricia. Distinguidos son todos sus hijos, sin embargo, hay en algunos la facilidad para expresarle con pétalos de rosas y suavidad de raso, con amor genuino y corazón henchido de alegría, frases como las del recordado poeta Arturo Machado Fernández, de alma limpia y digna, para mí, el más exquisito de los poetas soñadores.
Él nos dejó su poema Mi Valencia: “Mi Valencia es de pájaros y trinos, /de azúcar sonrosada y de fragancia. / Es un grueso manojo de caminos / por donde vuelvo al mundo de la infancia. / Es diáfana y risueña como un niño / tierna como un relato de Vigil. / Lleva un lago por broche en el corpiño / y una estola de gracia pastoril. / Bajo el mar suspendido de su cielo / se dilata la fe, surge el anhelo, es de musgo el pensar, de nube el canto. / Y su ambiente de árbol navideño, / brinda a la espera placidez de sueño / con arrullo de amor en esperanto”.
La querida y recordada señorita Luisa Galíndez, en su libro Viejo templo valenciano expresa: “Desde hace tres siglos y medio Valencia (negritas nuestras) tiene su templo de San Francisco y durante todo ese tiempo los sacerdotes que lo regentan envían mensajes de amor y de bondad a los seres, procurando que sean cada vez mejores”.
Con especial reconocimiento, nuestro cercano amigo, el Dr. Julio Centeno, cronista del municipio San Diego, nos obsequia en su libro Páginas de Valencia lo siguiente: “A Valencia, suelo bordado por la historia con los laureles de la heroicidad y siempre bendita por la gracia plenamente inmaculada y misericordiosa de nuestra santísima y castísima Virgen del Socorro.
A ti Valencia, a ti Valencia mía, con inconmensurable amor filial te ofrendo, emocionado, estas páginas como uno de tus hijos más humildes, pero quizás el que más te quiere”.
El recordado poeta romántico Manuel Alcázar nos expresa con versos impregnados de fresca dulzura en su poema A Valencia: “Valencia, mi cuna, mi tierra querida, / mitad de mi alma, mitad de mi vida, / mi blanca azucena, mi nido de amor! / ¿Por qué de tu seno se aleja la calma? / ¿Qué tienes, mi vida? ¿Qué tienes mi alma? / ¿Por qué está tan triste la luz de tu sol?”.
Para el eminente valenciano don Oswaldo Feo Caballero, (próximo a cumplir sus primeros noventa y un años) “Valencia es una y única”. Valencia es madre de la Patria y Ciudad Industrial de Venezuela, y para Valencia, Oswaldo siempre será su eterno enamorado.
Mi admirado amigo mayor, de azules y de brumas, cronista especial que nos enseña con magia espontánea en cada conversación sostenida, el Dr. Guillermo Mujica Sevilla, ha reflejado en innumerables ocasiones el amor que le tiene a nuestra ciudad. Valencia es su luz. Él ha transitado por su cielo azul, recordando y plasmando en sus libros todo el amor, su esplendor e historia. Nuestro amigo Guillermo es un raudal de poesía y amistad, y brilla como el sol en su andar diario.
Hay muchos otros que poco a poco se irán mencionando. Sé que todos tienen un pedazo de vida por contar. De los cercanos y lejanos. A todos, ¡Gracias por amar tanto a Valencia!
Iraida Fermín de Izaguirre
|| Cauce Claro
La marginalidad
Cuando hace muchos años representé a mi país en un congreso de mujeres dirigentes, una de las materias cursadas fue precisamente la marginalidad. Para ese entonces aquélla no se mostraba tan marcadamente entre nosotros, no obstante, los ranchos venezolanos ya invadían los cerros circundantes de las ciudades y los terrenos adyacentes a las poblaciones.
Muchas entrevistas se hicieron en el curso de la materia a personas que habitaban en esas barriadas, cada respuesta envolvía un mundo de interrogantes. Sólo nuestros profesores al regreso de las entrevistas nos aclaraban algunas de las muchas dudas con que regresábamos. Yo recuerdo que en una de las clases un profesor nos dijo de manera terminante: “La marginalidad la llevan las personas en la mente” ¿Cómo así? ¿Cómo es eso? nos preguntábamos nosotros. Hoy muchos años después, creo que ese profesor tenía razón.
La experiencia, ese bagaje que suele llegar a veces a destiempo, me ha ido poco a poco demostrando que con contadas excepciones que confirman la regla general, esa expresión tan tajante de un profesor mexicano es una constante en casi todas las realidades de Venezuela y de todos los países que la padecen. Y es así. Vivimos rodeados de personas que encuadran dentro de las definiciones de marginalidad.
A mí particularmente me han tocado jóvenes de 18 años de edad que leían y escribían pésimamente, y me empeñé en que aprendieran, les compraba cursos especiales para adultos, les ponía tareas, cuando daba la vuelta prendían la televisión y por último terminaban diciéndome que no tenían interés y que eso les daba flojera.
De pronto me decían, para justificar en cierta medida su desidia por el estudio, que lo que les llamaba la atención era aprender corte y costura; las inscribía en un curso, les buscaba una profesora a domicilio y les prestaba la máquina de coser; tomaban las clases, medio aprendían, rompían la máquina y terminaban frente a la televisión. Y si por alguna razón resolvía suprimirles el televisor, terminaban yéndose sin siquiera despedirse y mucho menos darme las gracias. Esas, llevan la marginalidad en los genes por muy dura que suene esa aseveración.
Quienes trabajan por días asisten un día y faltan tres, con lo que ganen ese día comen dos y con eso se sienten conformes y a gusto. Y así van viviendo y transmitiendo a su descendencia las mismas ideas, las mismas irresponsabilidades. Nada obtienen con decirse cosas diferentes, pues se trata de un doble discurso: actúan de una manera, pregonan otra; total, lo que vale es el ejemplo.
¿Qué hacer ante esta realidad? Muy poco. El esfuerzo debe ser compartido por todos, en la casa, en la oficina, en la calle. Más que dictar clases con palabras, hacerlo con el ejemplo aunque a veces nos parezca que el ejemplo permanente nada vale ante la discrecionalidad de hoy día. Nos equivocamos, cada cual hará lo que desea, pero en el fondo de su conciencia recuerda las enseñanzas que se le sembraron a lo largo de los años.
Cuesta muchísimo, porque no se crea que ese mal de la marginalidad sea sinónimo de barrio; para nada. Yo creo que en ese nefasto fenómeno están comprometidos muchos factores; uno importante que no el único, es la voluntad, los objetivos, las metas, que no tienen necesariamente que ser ni muy altas ni muy grandes. Yo diría que deberían estar en proporción directa con las posibilidades de cada cual dentro de su campo de acción, con voluntad, responsabilidad y honestidad. Este, amigos, es el trípode donde se apoya el éxito; aparte, por supuesto, de los siete hábitos de Stephan Covey para la gente altamente eficaz.
Valencia, marzo 24 (Daisy Linares).- La Asociación Civil Propuestas para Valencia (ProValencia), comienza hoy una campaña motivadora denominada "Actívate +" en los 456 años de la fundación de Valencia.
La campaña busca crear la conciencia ciudadana y la participación de los habitantes de la urbe para lograr la transformación que reclaman.
José Luis Cedeño, director de medios de ProValencia, explicó que el plan se basa en la palabra "Actívate" pues es un llamado de atención al ciudadano, que se encuentra pasivo ante los problemas de la ciudad, y que prefiere esperar a que los gobernantes por sí mismos, hallen las soluciones a los conflictos que les afecta como la inseguridad, el desempleo, la basura, entre otros.
"ProValencia, da un paso más allá, y busca que sea el ciudadano, quien entienda su rol dentro de la transformación de la ciudad, y para ello, con el lema 'Actívate +' se inmiscuya en la creación de nuevos proyectos, ideas y en la participación social, ya que es necesario que todos cumplan sus deberes para luego exigir sus derechos. No podemos ser más una sociedad que sólo exige y nunca ofrece nada".
La campaña "Actívate +" comienza con la colocación de vallas, por toda la ciudad, con temas sobre la inseguridad, la basura, el desempleo y el tráfico, todos acompañados del lema, principal. Hará jornadas de volanteo, y la rotación de micros radiales y televisivos, que crearán conciencia ciudadana.
Provalencia invita a una misa en la Michelena, parroquia San Blas, a las 10:00 AM y una ofrenda floral, además compartirá con la comunidad. En el Centro Comercial La Isabelica, parroquia Rafael Urdaneta, habrá una declamación a la Ciudad, música, bailes y una gran torta para cantar a Valencia "Feliz Cumpleaños" "y rendir el homenaje que se merece por ser una de las ciudades más importantes de nuestro país". En el acto estarán los directivos de la Asociación e invitados especiales como el diputado a la Asamblea Nacional, Miguel Cocchiola.
Alecia Franco ||
Estamos en deuda con nuestra ciudad
De las canciones valencianas la que más recuerdo es la del maestro Luis María “Billo” Frómeta, “Valencia Señorial”.
Pero de todo lo que dice la canción queda poco, pero muy poco; yo diría que sólo queda el recuerdo. Refirámonos a esas grandes ceremonias para iniciar la conmemorable fecha en la Catedral de Valencia, seguida de una hermosa celebración en el Teatro Municipal, donde se unían todas las instituciones de la ciudad para rendir reconocimiento a nuestra ciudad, que está cumpliendo 456 años de fundada.
Se unían la Universidad de Carabobo, la Iglesia, el Concejo Municipal, la Sociedad Amigos de Valencia y el Cronista de la Ciudad para elegir a los ciudadanos ilustres y conferirle las consabidas condecoraciones. Había de todos los estratos, diferentes profesiones, no importaban sus ideologías sino el haber servido con honestidad a su ciudad, a su trabajo y a su familia.
Pero, hoy en día, eso no pasa. Porque hay en nuestro amado terruño dos grupos muy bien definidos y separados, que celebran cada uno por su lado la fecha natal: los conformistas, esperando que el gobierno les resuelva sus problemas, y los trabajadores, activos, positivos, gente del primer mundo, que son progresistas.
Ya no podemos contar las cosas bellas de nuestra ciudad. Se acabaron las Ferias de Valencia, el Salón Arturo Michelena en el Ateneo de Valencia, en el Teatro Municipal presentan obras gratis pero de muy mala calidad y para alquilarlo piden un dineral y nunca tienen días libres, porque lo cogieron para hacer política; las instituciones gremiales se han venido al suelo, ya no hay empresas que puedan ayudar a mantener sus cámaras, los colegios profesionales no han hecho ni podrán hacer nada por sus agremiados, muchos de ellos hasta que no se les autoricen las elecciones.
La Iglesia y la cultura son las únicas que han tenido un repunte importante porque no queremos perder nuestra fe en que vamos a salir adelante y nuestra entidad a través de los eventos culturales, muchos proporcionados por la Dirección de Cultura del Gobierno de Carabobo, que cada semana nos tiene acostumbrados a algo de calidad.
Y como el pueblo está dividido, igualmente el Gobierno está dividido y no se ponen ni se pondrán de acuerdo nunca, la ciudad está partida también en dos, la avenida Bolívar, que es su arteria principal, está destruida por la construcción del Metro que todavía no se va a terminar porque no hay dinero. Valencia, está en terapia intensiva, tiene muchos obstrucciones que necesitan con urgencia de bypass. Se pelotean los problemas porque unos no le tocan a la Gobernación sino a la alcaldía y viceversa. Y, mientras tanto, se nos muere nuestra ciudad.
Las calles y autopistas son puros huecos, inauguran una calle en El Viñedo y gastan más dinero celebrando allí el Carnaval que lo que necesitan para terminarla; falta mucho por hacer, la policía municipal y la de la gobernación se caen a tiros y no hay ningún responsable de tal barbaridad. Entonces, ¿qué dejan para la delincuencia que es el pan nuestro de cada día?
Recuerdo de mi niñez a monseñor Gregorio Adam, que nos dio la comunión a mi hermana Isabel Cristina y a mí en el Palacio Episcopal, dentro de la Diócesis de Valencia, una capilla preciosa e imponente que ahora es un salón con un sofá y dos sillas rotas, donde se sientan las personas a esperar que las atiendan, al padre Toledo, párroco de San José, que se salió de cura pero que durante su labor pastoral lo hizo muy bien y tenía a la bella iglesia colonial como una tacita de oro.
En la adolescencia, el padre Yeo, de la iglesia El Viñedo, quien también era el capellán del Colegio Santa María, donde estudiábamos las muchachas de la época; los clubes, el Internacional, donde íbamos todos los días, después de clases, a hacer deporte y a aprender a nadar; el más visitado en esos años 60 y 70, el Club Hípico de Carabobo, donde se celebraban las mejores fiestas y, por supuesto, el tradicional Country Club de Valencia, donde las señoras jugaban y muchas siguen jugando a las cartas y los señores dominó y panguingue, además de reunirse todas las tardes a conversar temas interesantes de la ciudad y de la nación, interesantes tertulias donde nacieron muchas ideas y proyectos que se hicieron realidad para dar prestigio a nuestra ciudad.
Pero, sobre todas las cosas, había paz y tranquilidad, se podía ir al ¡Oh, Qué Bueno! y al Cine El Viñedo, sin ningún peligro. Ahora Valencia se ha convertido en un antro de gente mala y sobre todo con muchos complejos sociales, que han traído grandes resentimientos y odios.
No queremos celebrar un cumpleaños así, debemos todos aportar nuestro granito de arena, comenzando por los mandatarios que cada día se encuentran en más desacuerdo y así no vamos a lograr nada. No trabajemos unos por un lado y otros por el otro; si es verdad que queremos a nuestro país y en especial a nuestra ciudad, que necesita que estemos unidos para el nuevo año electoral que se avecina, debemos tratar de unirnos para tener una Valencia digna.
¡Viva Valencia Viva!
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