FUNDACION
Se reconoce “oficialmente” que fue fundada bajo la advocación de "Nuestra Señora de la Anunciación ", el veinticinco de marzo de mil quinientos cincuenta y cinco por el capitán Alonso Díaz Moreno; aunque sobre este hecho existen dudas y comúnmente se acepta que fue realmente Alonso Arias de Villasinda quien la fundó por instrucciones de Díaz Moreno. Su topónimo deriva de la localidad natal de Arias de Villasinda: Valencia de Don Juan (León, España). Su nombre oficial era Nuestra Señora de la Asunción de Nueva Valencia del Rey. Se cree que Valencia fue creada para evitar los ataques constantes de los piratas como los que había en zonas costeras como Borburata.
Se distinguió en este estudio el profesor ya fallecido Orlando González y actualmente
el Dr. Armando Martínez y su equipo de investigadores de la Universidad de Carabobo, junto a historiadores y cronistas unos aun vivos otros ya fallecidos.
Al principio se designó con el nombre de la Nueva Valencia del Rey y posteriormente se llamó Nuestra Señora de la Anunciación de la Nueva Valencia del Rey. Aunque entre historiadores se discute todavía la fecha de su fundación y el nombre de su fundador por no haberse encontrado la documentación suficiente que permita señalarla con precisión,
El hermano Nectario maría auspiciado por la Dra. Henriqueta Peñalver se trasladó al Archivo de Indias y de allí salió la publicación de su libro sobre Valencia editado por la Fundación “Lisandro Ramírez”, ya que Valencia fue sitiada por Lope de Aguirre en 1561 y en 1677 fue invadida por piratas franceses, quienes quemaron edificios públicos, y con ellos, buena parte de la historia de la ciudad, incluyendo posiblemente la fecha de su fundación.
Desde 1723, año en que el historiador José de Oviedo y Baños, dijo que Valencia había sido fundada en 1555, la mayor parte de los historiadores que han escrito después de él, se han guiado por su afirmación, agregándole que fue el 25 de marzo de aquel año. Denominada hoy simplemente Valencia, al principio se designó con el nombre de la Nueva Valencia del Rey y posteriormente se llamó Nuestra Señora de la Anunciación de la Nueva Valencia del Rey.
Pero otros historiadores le otorgan esta fundación al capitán Vicente Díaz, en 1553; se le atribuye esta iniciativa al capitán Alonso Arias de Villasinda, gobernador y capitán general de Venezuela entre 1553 y 1557, y tal hecho ocurrió durante el primer año de su gobierno; se supone asimismo, que la fundación no se hizo con las formalidades del caso, como lo acostumbraban los españoles, sino que la ciudad se formó "de hecho", al amparo de un hato de ganado establecido por el capitán Vicente Díaz en 1552, ya que se destaca a Vicente Díaz como "primer poblador" de Valencia. Poblador era equiparable a fundador parea aquel entones, por eso en nuestros estudios astrológicos sobre valencia
No podemos levantar la Carta natal de ese hecho histórico, sino a partir del 30 de junio de 1821, cuando después de la batalla de Carabobo se creó en Valencia el Concejo Municipal, que vino a ser el primero de Venezuela y luego la de 1830 cuando Venezuela se separa de la Gran Colombia y Valencia es Capital de la recién creada Re-
Pública de Venezuela (libre y soberana al fin)
Por lo tanto Valencia fue capital de la Nación en tres ocasiones; en 1812, cuando los poderes públicos del Gobierno provisional se trasladaron allí durante la Guerra de Independencia de Venezuela, en 1830 al disolverse la Gran Colombia y en 1858, cuando triunfó la Revolución de Marzo.
Durante la Guerra de Independencia, Valencia fue teatro de grandes acontecimientos; siendo el más célebre la Batalla de Carabobo, el 24 de junio de 1821, ya que luego de seis días se creó allí el Concejo Municipal, que vino a ser el primero de Venezuela, el 30 de junio de 1821. Valencia ha gozado de fuero universitario desde 1852, cuando se crearon cuatro facultades universitarias en el Colegio Nacional de Primera Categoría. Ha sido durante décadas el hogar de la Universidad de Carabobo, No obstante, allí también se han establecido otros institutos de educación superior de reciente creación, igualmente de nivel universitario.
Prehistoria
Ya en el IV milenio A.C. había poblaciones de indígenas recolectores en esta zona. Los indígenas se dedicaban a la recolección y a la caza. Es posible que experimentasen con primeras formas de agricultura. Entre el 200 y el 1000 después de Cristo se produjo un poblamiento importante de la zona, en especial alrededor del Lago de Valencia.
Alrededor del primer milenio después de Cristo, migraciones del Orino, quizás por vía de El Pao, comenzaron a llegar a esta zona.4 5
Conquista y colonia
Esta ciudad fue fundada el 25 de marzo de 1555 por el capitán Alonso Díaz Moreno, aunque sobre este hecho existen dudas y comúnmente se acepta que fue realmente Alonso Arias de Villasinda quien la fundó por instrucciones de Díaz Moreno. Su topónimo deriva de la localidad natal de Arias de Villasinda: Valencia de Don Juan (León, España). Su nombre oficial era Nuestra Señora de la Asunción de Nueva Valencia del Rey. Se cree que Valencia fue creada para evitar los ataques constantes de los piratas como los que había en zonas costeras como Borburata.
1561: «el tirano» Lope de Aguirre asedia la ciudad. Desde allí escribe una carta al Rey de España. Los valencianos huyen a las islas del lago de Tacarigua.
En 1677, Valencia es arrasada por piratas franceses, que queman su Ayuntamiento, con lo que se queman innumerables documentos de importancia.
Febrero de 1800 Febrero: Alexander von Humboldt visita la ciudad en su viaje por las Américas. En su visita, el barón reporta que la ciudad contaba con una cantidad de seis mil a siete mil habitantes.
Sobre la historia de la Nueva Valencia
Luis Cubillán Fonseca
En el valle donde hoy se asienta Valencia, se fundó un hato el 2 de enero de 1554 y su principal, Naguanagua, fue el caporal.
Nicolás Federman relata su crueldad con los pueblos de aborígenes guaiqueríes, habitantes de la laguna, denominada luego Tacarigua o Valencia.
Alguna información sobre la obra de Nicolás Federman:
El Diario de Nicolás Federman, 1ra Edición alemana: Hagenau (1555), 1ra Edición francesa trad. por Henri Ternaux, París, Arthus Bertrand (1832); 1ra Edic. Castellana. Al castellano del francés por Pedro Manuel Arcaya. Litografía del Comercio, Caracas 1916 (hay varias ediciones más).
La ignorancia historiográfica de la relación del testimonio judicial y auténtico de la Historia Indiana, de Nicolás Federman, y la futura ciudad de la Nueva Valencia, se debió a la defectuosa traducción de Ternaux Compans: tradujo del alemán see, al francés unívocamente como mar, error seguido por Arcaya. El vocablo alemán "see" puede significar mar o laguna. Arcaya siguió a Ternaux, lo que significó en el itinerario elaborado por Arcaya el retroceso de la expedición alemana hacia Coro, supuso que Federman había llegado al mar y no a la laguna.
DE ITABANA A TACARIGUA
¿Conoció Arcaya la documentación de Villegas posterior a 1531; luego del viaje de toma de posesión de la gobernación realizado por Juan de Villegas hasta Maracapana, recorriendo el territorio norte hasta una laguna de Tacarigua (de Oriente) lugar considerado desde Coro el más distante punto del territorio? Es en la documentación villeguiana cuando comienza a denominarse Tacarigua a la zona circunlacustre hoy carabobeña.
La traducción de Fride (1972) más correcta puntualiza la equivalencia del término para nombrar un lago o una laguna, según el predicado donde se inscriba.
NO ERA TACARIGUA, ERA ITABANA
Nuestro querido amigo don Juan José Arrom, de Yale University, escribe sobre el topónimo Itabana, empleado por Federman, y en la correspondencia y en el diario de Felipe de Hutten anota Ythybona (Itabana).
Arrom (1989), en "Mitología y arte prehispánicas de las Antillas", en el capítulo denominado "La Madre de Dios", escribe: "Los primeros nombres que aparecen en los mitos (tianos) datan de los primeros tiempos de la existencia de los arahuacos como tribu independiente, y no son fácilmente analizables mediante el idioma tal como ahora se habla. La voz haitiana yocauna en verdad parece ser identificada a la moderna yauhau. Atabex o attabeira probablemente se deriva de itabo o laguna, y era agua (esta última sólo en voces compuestas como hurruru montey -era 'agua', agua del monte- es decir 'manantial' o 'fuente'.
En efecto, itabo es un término que todavía se usa en las Antillas, con el sentido de charco o depósito de agua dulce y limpia. Con manantiales. Y también en la etimología propuesta por Brinton (1871) Pág. 444. Lo importante sería subrayar la presencia de aguas claras que salen del fondo. Pero la raíz que entra en la composición de attabeia también pudiera haber sido atté, attete, registrada en varios vocabularios arahuacos como vocativo de 'madre'. Según estos vocabularios, es un término que usan los niños para llamar a su mamá y también los mayores para dirigirse a una anciana. Atté, equivale a mamá, mamita, y también, como señal de respeto, a 'madre señora' y esa raíz modificada por el sufijo ligado que Brinton menciona, vendría a darnos 'Madre de las Aguas, es decir el mismo nombre de la figura mítica que aparece en otras teogonías amerindias'. Arrom, J. J. (1975) Pág. 32.
NO ERAN TACARIGUAS, ERAN GUAIQUERIES
El licenciado don Alonso Arias de Villasinda, el 24 de diciembre de 1554, llevó desde Coro a Borburata dos intérpretes caquetías, que tradujeran las declaraciones en el Juicio de Residencia que adelantaba a Peralvarez; éstas fueron inútiles por no hablar guaiquerí de cuya lengua eran los aborígenes de la zona circunlacustre. Juicios (1980). Pág. 295.
Estos aportes para la historia de la Nueva Valencia podemos resumirlos: La zona hoy de Valencia se denominaba Itabana, y no Tacarigua, y los aborígenes eran de filiación guaiquerí. El relato de Federman contenido en su historia indiana Cap. III se basa en la relación llevada por el notario público de la expedición "que anotaba lo que iba sucediendo, pues hay orden y mandato de hacer esto y dar informe fidedigno a Su Majestad Imperial". Federman, (1988) Pág. 234. Con respecto a la filiación guaiquerí de los habitantes aborígenes de la cuenca de la laguna: se confirma en el juicio indubitable de Arias de Villasinda y el documento de Federman.
ALGUNAS INFORMACIONES SOBRE LOS GUAIQUERIES
Según Acosta Saignes, "los guaiqueríes constituyen un problema en la etnología antigua de Venezuela (...) pues se encuentran denominaciones de guaiqueríes en las fuentes históricas para grupos diversos, habitantes de la isla de Margarita, de la costa central de Venezuela, en las inmediaciones de los ríos Portuguesa y Cojedes, del Caño Areo en el Delta del Orinoco, y de algunos sitios cercanos al Orinoco". Según Kirchoff, el gentilicio guamos fue aplicado a grupos llamados por otros guaiqueríes. Resulta sinónimo de guaiqueríes el gentilicio guamontey (...) se usó para designar conjuntamente a los pueblos habitantes de los llanos y de la orilla septentrional del Orinoco, por ello las noticias referentes a ellos no siempre se corresponden a guamos y guaiqueríes ni a grupos específicamente denominados guamonteyes, aunque en ocasiones pueden referirse a alguno de los tres grupos. "Guaiqueríes y guamonteyes parecen haber sido gente de aspecto físico similar pero mientras los guaiqueríes estaban dedicados preferentemente a la pesca, los guamonteyes eran recolectores y cazadores... No han quedado vocabularios guaiqueríes, si pueden identificarse con ellos los guamos vecinos de los otomacos se conocerían por su lengua las palabras guamas consignadas por Rosemblat en su estudio sobre la lengua otomaca. Permanecen por consiguiente aislados lingüísticamente, hasta ahora diversos autores los han calificado como caribes, pero los datos existentes permiten del mismo modo emparentarlos con los arahuacos u otomacos. Parece haber poseído un lenguaje distinto de sus vecinos, que tal vez estarían representados en los vocablos guamos citados. Etnográficamente, sólo sabemos de los guaiqueríes que pertenecieron al conjunto de pueblos llaneros, como ya se ha dicho, posiblemente antecesores de los arahuacos en el territorio venezolano. Lingüísticamente, permanecen desconocidos (...) Los guaiqueríes son únicamente muestra de otros enigmas de nuestras antiguas culturas". Acosta Saignes (1961) p. 187.
PRIMEROS REPARTIMIENTOS DE TACARIGUA
Las primeras encomiendas venezolanas datan de 1547, fueron estimuladas por las gestiones de Pérez de Tolosa. Arcila, F. (1979) Pág. 129. El gobernador Juan Pérez de Tolosa envió a Villegas a tomar posesión de la laguna, no a descubrirla, pues se han registrado varias entradas anteriores de Villegas a la zona donde se había amistado con los principales Naguanagua, Patanemo y Don Diego -no fue un descubrimiento el de 1547, como hasta ahora se ha escrito-. El mandato de Tolosa dice: "que había mandado a Villegas a poblar en la comarca de la laguna, y que hallando tierra cómoda para ello la pueble por estar la dicha provincia de Tacarigua en el camino de la dicha gobernación de Venezuela muchas leguas a sotavento de la dicha Maracapana", Feo Cabrera (1947) p. 4.
El 27 de diciembre de 1554, Pedro de Miranda, prominente alcalde de Borburata, ante el reproche por la incompatibilidad de tener encomiendas y desempeñar cargo edilicio, declara: "muchos días antes de darme la vara de alcalde me fueron dados los repartimientos (...) por el gobernador Tolosa, y el teniente Juan de Villegas (J. I fol. 40vto, pregunta III), se corrige, que antes de erigirse el cabildo de Borburata, se habían repartido los indios de Tacarigua. En 1551, el cabildo escribe al rey "que todos los indios de esta gobernación están repartidos". Y en la probanza de Villegas, muchos testigos de -visu- declaran que: "Esta ciudad (Borburata) y laguna de Tacarigua, después que el dicho Juan de Villegas la tiene poblada, (los naturales) se han reducido al servicio y la mayor parte de (los conquistadores) tiene repartimientos y encomendados" (Doc. 1,B.L.C.F. fol. 43 vto.).
Durante el mando de Bernaldez, llamado "Ojo de plata" (1561- 1562- y 1564 -1566) envió a Gutierre de la Peña Langayo, entrar al centro del territorio, le ordena: "que todos los indios que pacificare podrían repartirlos entre los hombres que llevaba, aunque estuvieran repartidos (...) pues al tiempo que se repartió fue entre pocos vecinos y sin lo haber pacificado ni trabajado". Al año siguiente, 1565, cuando encomienda la expedición a Juan de Maldonado le concreta sobre los mismos términos dándoles poderes: "como yo tengo de Su Majestad para que pueda repartir y encomendar todos los indios de las dichas provincias de Caracas hasta la Maracapana aunque hayan sido repartidos a los vecinos de la Valencia y Borburata, pues por haber cometido los indios delitos y estar de guerra no se sirven de ellos sus encomenderos" (AGI Santa Fe, 8 fol. 5). D. Ramos Pérez (1976) Pág. 213.
De los primeros repartos efectuados por Villegas, se puede documentar uno hasta 1599; trátase de la encomienda, luego hato de ganado del factor Juan Domínguez Antillano, otorgádole en tiempo de gobernador Tolosa. En 1599 Juan Rodríguez Espejo (aparecerá luego en varios documentos), casado con una hija de Vicente Díaz, recibe poder de Juan Tostado de la Peña para comprarle a María de las Nieves (su suegra viuda de Vicente Díaz) un asiento de hato que había pertenecido originalmente al factor Juan Domínguez Antillano. El instrumento no se firmó, aun así constituye clara línea de transmisión de una primigenia encomienda neovalentina, cuyos linderos fueron: "del hato de María Ara al Valle de Patanemo y hato de Díaz Moreno junto al portachuelo". La pésima conservación del documento impide tomar mayor información (Registro de instrumentos públicos 1599, escribano Domingo de Santa María fol. 33r.).
Los encomenderos
Don Juan de Villegas luego de erigir el cabildo de Barquisimeto, comienza a repartir las encomiendas, se puede seguir el itinerario del conquistador desde Barquisimeto hasta llegar al valle de Tacarigua, lamentablemente, al documento le falta la segunda parte, donde colegimos declaró los repartimientos de Tacarigua, sin embargo, por otras fuentes se tiene conocimiento de los siguientes encomenderos:
Francisco Sánchez de Santolalla (sic) Diego Ruiz de Vallejo, Francisco Guerrero, Francisco Domínguez Antillano, Juan Domínguez Antillano, Vasco Mosquera (Mosqueta), Gonzalo Martel de Ayala, Diego de Leiva, Pedro de Torquemada, Rodrigo de Pareja, Pascual de Olivares, Pedro de Miranda, Pedro Alvarez -Perálvarez- y Juan Díaz.
Una encomienda de Tacarigua
En la documentación del juicio de Residencia seguido a Pedro Alvarez -Peralvarez-, se puede estudiar el proceso de una encomienda de Tacarigua.
A Peralvarez, poblador de Borburata, le fueron repartidos entre otros indígenas a los principales, Naguanagua y Totumo, señor del valle de Turmero y sus sujetos (J.II206). La encomienda constaba de cincuenta hombres más o menos, muchas veces hubieron de repartir los componentes de varios principales para que la encomienda se constituyera con un número significativo de hombres. Peralvarez había ido antes de 1553 a comprar ganado a la isla de Margarita, mantuvo permanente relación con la gente de la isla; el comercio se le facilitaba, pues los aborígenes de la laguna de Tacarigua y los de Margarita hablaban el mismo lenguaje: guaiquerí.
Peralvarez, luego de la población y asentamiento de Borburata, fue por orden de Villegas hasta el Valle de Cáncer cercano a los feroces Caracas sin ningún fruto. Desencantado por la infructuosa búsqueda de minas, con el poco de oro que había obtenido de los naturales fue a Margarita, a negociar ganado. De conquistador y poblador minero deviene en ganadero; en las tierras asignadas en la "otra banda" o sea el valle donde hoy se asienta Valencia, funda un hato; su principal Naguanagua le sirve de caporal. El 2 de enero de 1554, se hizo inventario del hato:
"Una docena de cabras mayores con algunas crías y entre éstas están tres cabras hembras y dos machos de (propiedad de Marianina, hija adoptiva del encomendero), y le tiene donación de ellas ante el escribano Francisco de San Juan mucho tiempo ha..." item que tiene de la otra banda de la sierra (habla desde Borburata) hasta ochenta y cinco ovejas mayores, sin otras chicas y entre estas están hasta treinta cabezas chicas y grandes de la dicha Marianina, los cuales tienen por señal una oreja endida y otra trozada. Mas, tiene cuatro cabezas de vacas de las cuales entran las dos que Alonzo de Campos tiene declarado. En la Margarita tiene hasta diez o doce cabezas de vacas las cuales dio a Diego de Leiva porque le debía ciertos dineros de lo cual hay escritura ante Francisco de San Juan. En la comarca de esta ciudad (Borburata) tiene tres o cuatro cabezas de novillos y destas vacas y ovejas tiene vendido cinco cabezas y treinta ovejas a Alonzo Díaz como parecerá por una escritura que tienen hecha y los dineros de ellas pagos y enviados a Castilla. Item, que tiene en su repartimiento de Naguanagua hasta treinta cabezas de puerco. Borburata dos de enero de 1554.
Negociaciones de ganado y otros bienes con la isla de Margarita (1554)
Diego Ruiz de Vallejo, encomendero, va al Reino (Nueva Granada), deja su encomienda en poder de Pedro de Miranda (1554), para "amparar, defender y tener y poseer todos a cualquier indio que tenga de repartimiento en Tacarigua encomendados en cualquier manera (JII373).
Pedro de Miranda, el 27 de diciembre de 1554, declara: "que había enviado a Margarita un muchacho para que le trajera cierto ganado en el navío de Juan Bautista, para que lo guardase y le trajese de vuelta" (JII377), casos corrientes entre los vecinos de la "otra banda" y la isla de Margarita.
Ejemplos que demuestran la cotidianidad de las negociaciones de ganado y otros bienes con el territorio insular.
Borburata era la ciudad, sus vecinos, en gran número eran encomenderos, y vivían en la "otra banda" o sea la zona que hoy ocupa Valencia hasta el Valle de Turmero. Este ir y venir de los indios cargadores cesa violentamente a la llegada de Arias de Villasinda, prohibidos por la ley, y en adelante, los encomenderos deberán habitar en el lugar de su encomienda. Esto fija a los encomenderos al territorio de sus indios.
Edición digital de las antiguas actas del cabildo (1636-1946)
La historia del municipio Valencia al alcance de todos
Ezio Serrano Páez
El 17 de agosto de 1789, en su sesión del día, el Cabildo de Valencia discutió los preparativos para celebrar la proclamación de Carlos IV como "Rey de España y de sus dominios en ultramar". En aquella sesión se decidió solicitar el apoyo de los gremios, se aprobó la organización de corridas de toros, se establecieron los días de festejo, los cuales incluyeron la presentación de "comedias de tablas" y noches de "riesgos".
Esta breve información corresponde al resumen contenido en la ficha digital que recoge los datos de aquella sesión y que se elabora para cada documento de los existentes en los fondos documentales "Actas del Ayuntamiento de Valencia". Pero la consulta de los resúmenes es sólo una de las alternativas, la más simple, de buscar información en la base de datos que se ha originado en la lectura, folio a folio, de los referidos documentos. Unos 20 mil folios que, procesados digitalmente, han producido unas 42 mil imágenes. De ellas se nutren las "fichas de data" en las que se registran los nombres de los actores históricos (onomásticos), los lugares mencionados en los documentos (toponimia), así como los cargos públicos y las instituciones. De este modo se han elaborado índices que permiten orientar la búsqueda.
La tecnología utilizada permite que aquellas celebraciones en homenaje al nuevo rey de España en 1789 sean conocidas hoy con sólo pulsar una tecla del PC. Pero si alguien alberga dudas respecto a la validez del dato histórico, el sistema desarrollado le coloca en pantalla la imagen digital del documento fuente del dato existente en el Archivo Histórico de la Alcaldía de Valencia.
El interesado también encontrará un listado de materias que facilitan la búsqueda. Entre éstas podemos mencionar:
1.- Aseo y ornato de calles y solares, plazas públicas, edificios, etc.
2.- Centralismo-federalismo.
3.- Alumbrado público, combustible, energía.
4.- Hacienda municipal.
5.- Legislación diversa.
6.- Catastro, censo de inmuebles y locales.
7.- Transporte y vías de comunicación.
8.- Médicos y hospitales, entre muchas otras de interés para la vida política local.
Por añadidura, se trata de un instrumento para la navegación en la Web, de modo que, una vez aseguradas las condiciones del servidor, el conocimiento histórico, al menos en lo que a Valencia se refiere, puede dejar de ser un espacio del dominio exclusivo de los eruditos para hacerse asequible al pueblo.
Y es que la democratización del acceso a la información histórica es uno de los propósitos del convenio de automatización y digitalización documental firmado en febrero de 2002 por la Alcaldía de Valencia y la Universidad Simón Bolívar para ser ejecutado por el Instituto de Investigaciones Históricas, Bolivarium, de esa casa de estudios. La herramienta que se pone a disposición de investigadores, docentes, estudiantes y público en general abre las puertas a la imaginación historiográfica, a las reinterpretaciones del pasado, al rigor científico y a las iniciativas en pro de la verdad sobre la vida política local.
Pero la base de datos es sólo uno de los resultados obtenidos por el referido convenio. Puesto que buena parte de los fondos documentales, vistos como parte del patrimonio histórico de la ciudad, estaban en peligro de perderse, también se estableció otro propósito, aunado a la democratización ya indicada: se procedió a digitalizar cada uno de los 86 tomos que forman las Actas del Ayuntamiento, y fueron almacenados en discos compactos con programa de autoejecución. Además, este sistema de almacenamiento posee un dispositivo de búsqueda simple y muy amigable con un índice automático para facilitar la búsqueda en cada disco posible de instalar en cualquier PC con requerimientos mínimos. Con ello, las actas originales quedan a salvo del deterioro habitual ocasionado por el uso, por las formas inadecuadas de almacenamiento y por factores ambientales, mientras que las copias digitales pueden ser puestas a disposición de los interesados.
Lo anterior es el origen de la primera edición digital de las Actas del Cabildo de Valencia: la forman 18 discos compactos para igual número de volúmenes. En ellos están los 86 tomos con documentos que la ciudad ha atesorado por siglos. La etapa colonial, el proceso independentista y más de cien años de vida republicana tienen su reflejo en el poder local.
El convenio firmado por la Alcaldía de Valencia y la Universidad Simón Bolívar, ya ejecutado por el Instituto de Investigaciones Históricas, Bolivarium, constituyó un reto al tiempo, la materia constitutiva de la historia. Así como los geólogos y mineros procuran arrancar a la tierra sus tesoros y secretos afrontando diversas formas de resistencia, de igual forma los historiadores, en este caso apoyados por la computación y venciendo numerosos escollos, han procurado arrebatarle al tiempo los secretos y tesoros que generaciones por venir sabrán aprovechar para comprenderse y comprendernos: es el propósito de la historia.
La huella más antigua del hombre en Valencia
Natalia Díaz Peña
Cuando se habla de los orígenes de Valencia, las referencias siempre conducen al período "fundacional oficial" con la llegada de los españoles. Pero la historia precolombina es un capítulo casi inexistente, ignorado u olvidado, cuando es rico en información y revelaciones de nuestras raíces ancestrales.
En la década del setenta se realizaron excavaciones alrededor del lago de Valencia, cercanas al río de Guacara, donde se halló material paleontológico con una antigüedad de 16.000 años a.C. Los fósiles corresponden a mastodon (semejante al elefante), megatherium (cercano a una pereza) y glyptodon (parecido al actual armadillo), todos mamíferos de grandes dimensiones. La cabeza del mastodon podía medir un metro de largo, y un ejemplar de los megatherium encontrados con una dimensión de 6 metros. Esta megafauna es lo que se podría denominar como nuestra prehistoria, y coincide con una serie de hallazgos localizados en estados cercanos como Falcón y Lara.
La huella más antigua del hombre en Valencia fue localizada durante la construcción de la fábrica de las Industrias Palmolive en la Urbanización Michelena. Aunque la mayor parte de los ejemplares fueron conservados por quienes realizaron los hallazgos, el arqueólogo José María Cruxent pudo trasladarse al lugar y rescatar algunos objetos con destino al Museo de Ciencias: una piedra de moler, dos manos de mortero, tres hachas. Estos objetos fueron ubicados cronológicamente dentro del complejo Michelena (IV milenio antes de Cristo) y que se engloba dentro de la literatura antropológica como la etapa de los cazadores-recolectores: grupos dedicados a la recolecta de moluscos marinos y terrestres, práctica de caza menor y formas experimentales de domesticación de plantas.
En la zona de Bejuma -perteneciente a la esfera de interacción valencioide- se encontró una punta lítica dentro de la hacienda "Capa", la cual determina la presencia del hombre en Carabobo, todavía en un período más antiguo. Aunque este descubrimiento no fue acompañado de las respectivas muestras para el análisis del carbono 14, ha sido identificado por analogía con la punta de proyectil tipo Yuma-Folsom, de la cual su antigüedad ha sido identificada con la era del paleoindio por estar asociada con restos óseos de animales extintos como el mamut.
Este hallazgo junto con los de la fauna pleistocénica, de esqueletos de mastodontes en la zona de Guacara, inmersos en depósitos aluviales de un antiguo fondo lacustre y los localizados en la zona de Tucacas en el estado Falcón reforzarían la teoría de una ruta humana durante esta época caracterizada por la caza y la recolección.
POBLAMIENTO
Por ahora se han establecido dos grandes poblamientos en tiempos prehispánicos para la cuenca del lago de Valencia. El primero ocurrió cercano al 200 hasta el 1000 de nuestra era, pues existen evidencias arqueológicas de la existencia de poblaciones tribales, cuya subsistencia se fundamenta en el control de plantas y cultivos, así como la manufactura de recipientes cerámicos. El primer poblamiento se denomina fase La Cabrera por el lugar donde fue encontrado el primer material cerámico. Lo interesante del resultado de las investigaciones que realizaron los arqueólogos norteamericanos Alfred Kidder y Cornelius Osgood en la década del treinta del siglo XX, es que estos habitantes provienen a partir de las poblaciones de Barrancas del Bajo Orinoco, lo cual fue identificado por la similitud en las formas de las vasijas y estilo decorativo; sin embargo, la cultura material de Barrancas del Orinoco es más antigua y no se han encontrado en ella las pipas realizadas en arcilla, las cuales en Valencia son muy numerosas. Esta primera población habitaba en pueblos palafíticos en la orilla del lago, e inhumaban los cadáveres en el interior de las viviendas. Hay abundancia de adornos corporales y anzuelos elaborados a partir de conchas marinas que provenían de la costa.
La segunda población, denominada como serie valencioide, se origina de una invasión o migración arauquinoide también proveniente del Orinoco, alrededor del primer milenio después de Cristo. Esto se traduce por la nueva decoración producida en la cerámica: dibujos punteados-incisos formados por líneas oblicuas separadas por puntos, así como la construcción de montículos, los cuales pudieron haber sido difundidos a partir de los Llanos hasta llegar al área de Valencia, probablemente por medio del camino de Portuguesa a El Pao y a El Paíto. Esta población valencioide responde a una sociedad de cacicazgo, pues la cultura material encontrada demuestra un modo de vida donde aparecen status especiales y diferenciados que se explica por el desarrollo considerable que alcanzaron en la producción agrícola, la construcción de áreas de montículos artificiales de tierra que varían de uno a tres metros de altura y de forma hemisférica. También por las estructuras y muros de piedras, artefactos de oro, entierros en urnas funerarias de grandes y pequeñas dimensiones, acompañadas de ofrendas compuestas por collares de piedra, hueso, conchas marinas, recipientes de arcilla y las figurinas. Estas últimas ocupan un lugar especial, conocidas popularmente como las Venus de Tacarigua, muy vinculadas al desarrollo de ceremonialismo, pues en ninguna parte de Venezuela han aparecido tal variedad de figuras femeninas hechas con arcilla, casi todas de sexo femenino o asexuadas.
Son miles los artefactos provenientes de la serie valencioide, tan sólo en un solo yacimiento se encontraron 3.400 especímenes en arcilla, concha, piedra, hueso y en metal, lo que demuestra una intensificación de la agricultura y una producción controlada de los alimentos, donde existía un trabajo social centralizado y especializado, el cual permitía a la sociedad generar plusproductos capaces de sustentar a grupos crecientes. Este tipo de cacicazgo se ve reforzado por la práctica de la gente valencioide en la realización de las deformaciones craneales intencionales que aparecen tanto en algunos cráneos excavados en la necrópolis del lago de Valencia como representadas en las figuras femeninas fabricadas en cerámica.
La segunda población de Valencia considerada como de la familia lingüística caribe tuvo una expansión geográfica hacia los estados Carabobo, Aragua, Yaracuy, los islotes caribeños, parte de Miranda y el actual Distrito Federal, lo cual se denomina como Esfera de interacción valencioide y jugó un rol protagónico en la fundación de Venezuela.
DEL OBJETO ARQUEOLOGICO A LA COLECCION DE UN MUSEO
La primera excavación realizada en el lago de Valencia, y en toda Venezuela, ocurrió en 1877, financiada por Antonio Guzmán Blanco y encabezada por Vicente Marcano. Los objetos de estas excavaciones terminaron en la colección del Museo del Hombre en París y publicada por Gaspar Marcano bajo el título de Ethnographie précolombienne du Vénézuéla.
Al Museo Etnográfico de Berlín también fueron destinados objetos arqueológicos del lago de Valencia, esta vez por encargo. El doctor Alfredo Jahn en 1903 realizó excavaciones cerca del lago, y aunque no logró publicar su investigación, el doctor Von den Steinen presentó un informe de estas excavaciones ante el Congreso Internacional de Americanistas reunido en Stuttgart.
Para 1874 se formaliza la creación del Museo Nacional, el cual funcionaba en un salón de la Universidad Central de Venezuela. Desde 1880 tenemos noticias del ingreso de objetos provenientes de Valencia. Esta colección pasó a formar parte del patrimonio del actual Museo de Ciencias de Caracas.
En 1914, Luis Oramas realiza excavaciones en el lago de Valencia, publica los resultados en II Congreso Panamericano de Washington, y el Estado le adquiere gran parte de la colección en 1938 por un monto de veinte mil bolívares. Hoy ni siquiera forman parte del inventario del Museo de Ciencias.
El primer tratamiento museológico en Venezuela sobre los objetos arqueológicos del lago de Valencia se lo debemos al impulso del doctor Rafael Requena, al conformar "su museo particular" compuesto por más de tres mil objetos, producto de las excavaciones realizadas en el lago de Valencia, apoyadas por el general Gómez y publicadas con el nombre de Vestigios de la Atlántida, pues creía que los hallazgos del lago de Valencia estaban vinculados con la ciudad perdida. En 1935 decide donar dos mil piezas de su colección al Museo de Ciencias. En el inventario realizado por el museo en 1996, sólo quedaban 836 objetos. Por si fuera poco, en Brasil se encuentran piezas valencioides producto de la venta del asistente de Requena, Mario del Castillo.
Debido a la opinión que generó la teoría de la Atlántida y los nexos establecidos a raíz de las negociaciones petroleras con Estados Unidos, vinieron en la década del 30 arqueólogos norteamericanos al lago de Valencia a realizar las primeras excavaciones sistemáticas en Venezuela. Ellos fueron Wendell Bennet, Alfred Kidder y Cornelius Osgood. Los resultados fueron publicados dentro del contexto de sus instituciones y las colecciones están hoy en el Museo Peabody de la Universidad de Yale y el Museo de Historia Natural de Nueva York. Tanto sus investigaciones como el embalaje y traslado de las piezas fueron financiados por el Gobierno de Venezuela.
Una vez inaugurada la actual sede del Museo de Ciencias en Caracas (por cierto llamado Museo de Historia Natural y Arqueología), Walter Dupouy y José María Cruxent comenzaron a realizar excavaciones en la esfera de interacción de Valencia, cuyas colecciones debieran estar dentro de esta institución. Durante las décadas de los 40 y 50 del siglo XX se hicieron diversas exposiciones con estos objetos de Valencia.
A partir de 1963 hasta 2003, todas las excavaciones que se han realizado en el lago de Valencia fueron hechas por la antropóloga Henriqueta Peñalver bajo la figura de la Fundación Lisandro Alvarado, actualmente con las sedes del Museo de Antropología e Historia de Maracay y el Museo de Arte e Historia Casa de los Celis en Valencia, donde se encuentran sendas colecciones; sin embargo, carecen de inventario, hay ausencia de investigaciones y de publicaciones de carácter científico, además de que los objetos no reciben la conservación ni restauración adecuadas.
El Instituto del Patrimonio Cultural, como órgano rector sobre la materia, recibe frecuentemente notificaciones de hallazgos arqueológicos ubicados a lo largo del país. De los estados Aragua y Carabobo ha recibido numerosas comunicaciones, y siguen apareciendo tal como el ocurrido recientemente en el municipio Los Guayos, donde se encontró un cementerio indígena en el patio de una casa, y el cual fue remitido a la Brigada Contra Homicidios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas. El Estado venezolano no ha establecido todavía los procedimientos, presupuesto, ni las instituciones, que deben encargarse cuando suceden tales hallazgos.
Al rescate de la arqueología de Valencia
Debido al mal estado en que se encontraba la colección del Museo Arqueológico Parque Recreacional Sur, el Instituto del Patrimonio Cultural decidió ceder la colección en guarda y custodia a la Fundación para la Cultura de la Ciudad de Valencia. Durante el tiempo que el referido instituto demoraba en redactar la resolución, la Fundación Lisandro Alvarado mudó gran parte de la colección (sin las normas de conservación preventivas, ni registro, y sin los trámites necesarios ante el Instituto de Patrimonio Cultural de la Nación) al Museo de Arte e Historia Casa los Celis, o quizás a la sede en Maracay, u otro lugar. En realidad, no se sabe a ciencia cierta, pues no se realizó ningún tipo de registro, por lo cual actualmente esta colección se encuentra dividida, y se pueden observar algunas piezas en las vitrinas del Museo de Arte e Historia Casa los Celis en Valencia.
A partir de octubre de 2001 la Fundación para Cultura de la Ciudad de Valencia contrató a antropólogos especializados y se comienza a ordenar e inventariar la colección situada en el Parque Recrecional Sur. Toda esta información actualmente se está vaciando en formato digital, con el objeto de estar disponible en la web a finales de año, y preparar el primer escenario para su futura y primera documentación y exposición en un orden científico y museológico. Además, se está trabajando en una publicación para dar a conocer el contenido de esta colección con acceso para toda la comunidad valenciana, y cuyos resultados ya arrojan más de 266.555 fragmentos entre los cuales se encuentran material paleontológico, restos humanos, urnas cerámicas, objetos de la vida cotidiana y religiosa: figurinas, tapa sexo, flautas, collares, recipientes de cerámica, instrumentos de trabajo en hueso, concha, jade, cuarzo y otras piedras. Uno de los aspectos más importantes de este rescate patrimonial es la presencia en la colección de gran cantidad de restos humanos, más de 500 cajas con restos de varios individuos cada una, procedentes de yacimientos de montículos que aparentemente servían de habitación y a la vez de cementerio. A través del estudio de este material se podrá reconstruir la forma de organización, costumbres religiosas y vida de estos habitantes de la historia prehispánica de Valencia.
Guerra de independencia
Batalla de Carabobo (1814)
Batalla de Carabobo | |||||||
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Parte de Guerra de Independencia de Venezuela | |||||||
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Beligerantes | |||||||
República de Venezuela | Reino de España | ||||||
Comandantes | |||||||
Simón Bolívar | Juan Manuel Cajigal | ||||||
Fuerzas en combate | |||||||
5.000 hombres | 6.000 hombres |
Operaciones de Occidente febrero-mayo de 1814 |
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Barquisimeto - Valencia - Arao - Carabobo |
La primera Batalla de Carabobo fue una batalla de la Guerra de Independencia de Venezuela, en la que las fuerzas de la Segunda República al mando de Simón Bolívar derrotaron a las fuerzas españolas al mando del Mariscal de campo Juan Manuel Cajigal.
El ejército español comandado por Cajigal, tras haber partido de Coro se detuvo el 16 de mayo en Guataparo, a tan solo siete kilómetros de la ciudad de Valencia. Cajigal asumió una posición defensiva, pues deseaba abstenerse de atacar hasta que Boves hubiese penetrado a los valles de Aragua. Bolívar salió de Valencia el 16 de mayo con 4 divisiones y al día siguiente encontró a Cajigal desplegado en orden de combate, pero Cajigal evitó el combate y se retiró vía San Carlos. Bolívar retrocedio hasta Valencia para de allí ir a combatir a Boves.
Cajigal volvió a avanzar hacia Valencia y tomo posiciones en la sabana de Carabobo. Bolívar salió el 26 de ese mes con 5 divisiones y con toda la caballería que había en la ciudad. El 28 de mayo se libró la primera batalla de carabobo donde fueron derrotados los españoles, tras lo cual Bolívar encargó al general Rafael Urdaneta la persecución de los restos realistas.
Óleo de la seguna Batalla de Carabobo.
1811: la ciudad es declarada capital de la República con carácter de ciudad federal.
Lo cierto es que Valencia tuvo desde un principio una gran importancia y que de acuerdo con el concepto jurisdiccional y geográfico que entonces existía, se estableció que Valencia limitaba por el norte con el Mar de las Antillas, por el este con Caracas, por el sur con Villa de San Luis de Cura (hoy Villa de Cura), y por el oeste con San Carlos y Nirgua. Ejerció siempre su dominio sobre esta extensa zona y fue la segunda ciudad que se fundó en el centro de Venezuela.
VALENCIA CAPITAL DE VENEZUELA:
Valencia ha sido siempre un centro de opinión y es la única que le ha disputado a Caracas su función capitalina. Fue capital de la República en tres oportunidades:
En 1812 cuando presidía la primera República don Cristóbal Mendoza, el Congreso se reunió en Valencia en parte debido al terremoto del 26 de marzo de 1812.
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