Dios toca el corazón del hombre y espera paciente su respuesta, dice el PapaVATICANO, 27 Mar. 11 (ACI/EWTN Noticias)
Un nutrido número de fieles se congregó este domingo al mediodía en la Plaza de San Pedro para rezar el Ángelus dominical con el Papa Benedicto XVI, quien antes de la oración mariana resaltó que Dios respeta la libertad de toda persona y por eso "toca su corazón y espera con paciencia su respuesta".
"El cansancio de Jesús, signo de su verdadera humanidad, puede ser visto como un preludio de su pasión, con la que nos ha realizado en plenitud la obra de nuestra redención", dijo el Santo Padre al meditar sobre el Evangelio de hoy, en que se narra el encuentro de Cristo con la samaritana que va al pozo a recoger agua.
El Papa afirmó que "en el encuentro con la samaritana en el pozo, surge el tema de la 'sed' de Cristo, que culmina en el grito en lacruz: 'Tengo sed'. Ciertamente esta sed, como el cansancio, tiene una fase física. Pero Jesús, como dice San Agustín, 'tenía sed de la fe de aquella mujer', como la fe de todos nosotros".
"Dios Padre envió a Cristo para saciar nuestra sed de vida eterna, donándonos su amor, pero para hacer este don, Jesús pide nuestra fe. La omnipotencia del Amor respeta siempre la libertad del hombre: toca a la puerta de su corazón y espera con paciencia su respuesta".
El Pontífice reflexionó sobre los símbolos presentes en el encuentro con la samaritana: "el agua, alude claramente al sacramento del Bautismo, fuente de vida nueva para la fe en la Gracia de Dios. Esta agua representa al Espíritu Santo, el 'don' por excelencia que Jesús ha venido a darnos de parte de Dios Padre. Quien renace del agua y del Espíritu Santo entra en una relación real con Dios, una relación filial".
"Cada uno de nosotros -dijo el Papa- puede ponerse en el lugar de la samaritana: Jesús nos espera, especialmente en este tiempo deCuaresma, para hablar a nuestro, al propio corazón. Detengámonos en silencio. Escuchemos su voz que nos dice: 'Si tu conocieras el don de Dios'".
"Que la Virgen María nos ayude a que no faltemos a esta cita, de la que depende nuestra verdadera felicidad", concluyó.
En su saludo en español, el Santo Padre animó a que en este tiempo de Cuaresma, "renovando los compromisos de fe, os encontréis con el Mesías que colma de gracia y verdad, y podáis ofrecer el culto de alabanza que brota de un discípulo fiel. Feliz domingo
El Papa: Palabra de Dios es roca firme para construir la vida
VATICANO, 06 Mar. 11 / 06:54 am (ACI/EWTN Noticias)
Al presidir el rezo del Ángelus dominical en la Plaza de San Pedro, el Papa Benedicto XVI señaló que la Palabra de Dios es la roca firme en la que todo cristiano debe reflexionar cotidianamente y sobre la cual se puede construir la propia vida.
Con un clima favorable por el sol dominical, el Papa reflexionó sobre el Evangelio de hoy que concluye el Discurso de la Montaña con el pasaje sobre la casa construida sohre la roca, que es Cristo, y dijo que "Jesús invita a sus discípulos a escuchar sus palabras y ponerlas por obra".
Citando luego el Concilio Vaticano II afirmó que "Dios invisible habla a los hombres como amigos, movido por su gran amor y mora con ellos, para invitarlos a la comunicación consigo y recibirlos en su compañía".
"Jesús es la Palabra viviente de Dios. Cuando enseñaba la gente reconocia en sus palabras la misma autoridad divina, experimentaba la cercanía del Señor, su amor misericordioso, y alababa a Dios".
"En toda época y en todo lugar -prosiguió- quien tiene la gracia de conocer a Jesús queda fascinado, reconociendo que en su predicación, en sus gestos, en su Persona Él nos revela el verdadero rostro de Dios, y al mismo tiempo nos revela a nosotros mismos, nos hace sentir la alegría de ser hijos del Padre que está en los cielos, indicándonos la sólida base sobre la cual edificar nuestra vida".
Benedicto XVI se refirió luego a la actitud del hombre ante Dios, ante la propia vida y el sentido que suele darle a ésta: "con frecuencia el hombre no construye su obrar, su existencia, sobre esta identidad revelada por Dios, y prefiere las arenas de las ideologías, del poder, del éxito y del dinero, pensando que encontrará estabilidad y respuesta a la imborrable pregunta sobre la felicidad y la plenitud que lleva en la propia alma".
"¿Sobre qué queremos construir nuestra vida? ¿Quién puede responder verdaderamente a la inquietud de nuestro corazón? Cristo es la roca de nuestra vida. Él es la Palabra eterna y definitiva que no hace temer ante ningún tipo de adversidad, dificultad, malestar", agregó.
Finalmente el Papa exhortó a "darle espacio, cada día, a la Palabra de Dios, a nutriros de esta, a meditarla continuamente. Es una ayuda preciosa para protegerse de un activismo superficial, que puede satisfacer durante un momento el orgullo, pero que al final te deja vacio e insatisfecho".
En español Benedicto XVI dijo que "Jesús nos dice en el Evangelio de este domingo que quien escucha sus palabras y las pone en práctica se parece a un hombre que construye su casa sobre roca. Esta roca firme sobre la que podemos construir nuestra vida es la fe en la Palabra de Dios".
"Fijando nuestros ojos en la Virgen María -concluyó- aprendamos de ella a cumplir en todo momento la voluntad del Padre celestial para que, con la ayuda de la gracia divina, seamos transformados en imagen de Cristo y demos un testimonio eficaz de su vida y enseñanzas. Feliz domingo".
(Actualizado a las 09:04 a.m. GMT-5
Los conversos Jesucristo fue abriendo camino hasta lograr la conversión de la samaritana
JOSÉ MANUEL OTAOLAURRUCHI, L.C. | EL UNIVERSAL martes 29 de marzo de 2011 pág. 3-9 La humanidad sigue creyendo que la verdad depende del hombre y no el hombre de la verdad. El encuentro de Jesús con la samaritana revela con claridad la estrategia que Dios sigue con las personas que no lo conocen o que viven alejadas de Él, para que lo descubran, lo amen y lo sigan. Dios sale al encuentro del hombre, de todo hombre. La forma y el momento varían dependiendo de cada caso, pero siempre se cruza en nuestro camino.
Podríamos distinguir tres grandes grupos: en primer lugar están los que nacen en el seno de una familia cristiana y reciben la fe juntamente con el biberón. Es el nutrido número de fieles que conforme van creciendo se santifican con los sacramentos de iniciación (bautismo, confirmación y comunión), de curación (confesión y unción de enfermos) o los así llamados sacramentos de servicio a la comunión (matrimonio y orden sacerdotal). Para éstos el creer en Dios es algo tan natural como el respirar o el sonreír.
Luego están los buscadores de la verdad, los san agustines de todos los tiempos. Los que quieren saber si en Cristo es la respuesta a la pregunta sobre el sentido del ser. Son los modernos Zaqueos que suben al sicómoro para ver pasar a Jesús y luego quedan prendados de tal forma, que nunca más se vuelven a separar de Él. Conocemos el nombre de muchos de ellos: Gilbert Chesterton; el rabino de Roma en tiempos de la II guerra mundial, Israel Zolli, que luego adoptó el nombre de Eugenio en reconocimiento al Papa Pío XII; Edith Stein y André Frossard; los esposos Maritain; el ex-anglicano John Henry Newman, que luego llegó a ser Cardenal y recientemente fue beatificado por el Papa Benedicto XVI. Éstos llegaron a la Iglesia Católica por el correcto sendero de la razón, pero también respondieron a la acción de la gracia, pues la fe es un don de Dios.
Finalmente están los que se identifican con la samaritana, almas que se ocultan, escapan, le sacan la vuelta a Dios y con las cuales es preciso luchar, sin imponer; seducir sin violentar. Estas almas se asemejan a la cebolla, que tienen muchas capas que Dios tiene que ir removiendo para llegar al fondo del corazón. Jesucristo fue abriendo camino hasta lograr la conversión de la samaritana. Y así es como actúa en los que viven alejados de él. Sabe esperar y se vale de un momento de crisis, un aparente fracaso, la muerte de un ser querido para encontrarse cara a cara con ellos. Estos encuentros son misteriosos pero reales. Dios no se da por vencido y sabe cuándo deja a las noventa y nueve ovejas para ir en búsqueda de la descarriada. El buen pastor tiene otras ovejas que no están en el redil, también a éstas las sale a buscar para formar un solo rebaño.
twitter.com/jmotaolaurruchi
VATICANO, 27 Mar. 11 (ACI/EWTN Noticias)
Un nutrido número de fieles se congregó este domingo al mediodía en la Plaza de San Pedro para rezar el Ángelus dominical con el Papa Benedicto XVI, quien antes de la oración mariana resaltó que Dios respeta la libertad de toda persona y por eso "toca su corazón y espera con paciencia su respuesta".
"El cansancio de Jesús, signo de su verdadera humanidad, puede ser visto como un preludio de su pasión, con la que nos ha realizado en plenitud la obra de nuestra redención", dijo el Santo Padre al meditar sobre el Evangelio de hoy, en que se narra el encuentro de Cristo con la samaritana que va al pozo a recoger agua.
El Papa afirmó que "en el encuentro con la samaritana en el pozo, surge el tema de la 'sed' de Cristo, que culmina en el grito en lacruz: 'Tengo sed'. Ciertamente esta sed, como el cansancio, tiene una fase física. Pero Jesús, como dice San Agustín, 'tenía sed de la fe de aquella mujer', como la fe de todos nosotros".
"Dios Padre envió a Cristo para saciar nuestra sed de vida eterna, donándonos su amor, pero para hacer este don, Jesús pide nuestra fe. La omnipotencia del Amor respeta siempre la libertad del hombre: toca a la puerta de su corazón y espera con paciencia su respuesta".
El Pontífice reflexionó sobre los símbolos presentes en el encuentro con la samaritana: "el agua, alude claramente al sacramento del Bautismo, fuente de vida nueva para la fe en la Gracia de Dios. Esta agua representa al Espíritu Santo, el 'don' por excelencia que Jesús ha venido a darnos de parte de Dios Padre. Quien renace del agua y del Espíritu Santo entra en una relación real con Dios, una relación filial".
"Cada uno de nosotros -dijo el Papa- puede ponerse en el lugar de la samaritana: Jesús nos espera, especialmente en este tiempo deCuaresma, para hablar a nuestro, al propio corazón. Detengámonos en silencio. Escuchemos su voz que nos dice: 'Si tu conocieras el don de Dios'".
"Que la Virgen María nos ayude a que no faltemos a esta cita, de la que depende nuestra verdadera felicidad", concluyó.
En su saludo en español, el Santo Padre animó a que en este tiempo de Cuaresma, "renovando los compromisos de fe, os encontréis con el Mesías que colma de gracia y verdad, y podáis ofrecer el culto de alabanza que brota de un discípulo fiel. Feliz domingo
El Papa: Palabra de Dios es roca firme para construir la vida
VATICANO, 06 Mar. 11 / 06:54 am (ACI/EWTN Noticias)
Al presidir el rezo del Ángelus dominical en la Plaza de San Pedro, el Papa Benedicto XVI señaló que la Palabra de Dios es la roca firme en la que todo cristiano debe reflexionar cotidianamente y sobre la cual se puede construir la propia vida.
Con un clima favorable por el sol dominical, el Papa reflexionó sobre el Evangelio de hoy que concluye el Discurso de la Montaña con el pasaje sobre la casa construida sohre la roca, que es Cristo, y dijo que "Jesús invita a sus discípulos a escuchar sus palabras y ponerlas por obra".
Citando luego el Concilio Vaticano II afirmó que "Dios invisible habla a los hombres como amigos, movido por su gran amor y mora con ellos, para invitarlos a la comunicación consigo y recibirlos en su compañía".
"Jesús es la Palabra viviente de Dios. Cuando enseñaba la gente reconocia en sus palabras la misma autoridad divina, experimentaba la cercanía del Señor, su amor misericordioso, y alababa a Dios".
"En toda época y en todo lugar -prosiguió- quien tiene la gracia de conocer a Jesús queda fascinado, reconociendo que en su predicación, en sus gestos, en su Persona Él nos revela el verdadero rostro de Dios, y al mismo tiempo nos revela a nosotros mismos, nos hace sentir la alegría de ser hijos del Padre que está en los cielos, indicándonos la sólida base sobre la cual edificar nuestra vida".
Benedicto XVI se refirió luego a la actitud del hombre ante Dios, ante la propia vida y el sentido que suele darle a ésta: "con frecuencia el hombre no construye su obrar, su existencia, sobre esta identidad revelada por Dios, y prefiere las arenas de las ideologías, del poder, del éxito y del dinero, pensando que encontrará estabilidad y respuesta a la imborrable pregunta sobre la felicidad y la plenitud que lleva en la propia alma".
"¿Sobre qué queremos construir nuestra vida? ¿Quién puede responder verdaderamente a la inquietud de nuestro corazón? Cristo es la roca de nuestra vida. Él es la Palabra eterna y definitiva que no hace temer ante ningún tipo de adversidad, dificultad, malestar", agregó.
Finalmente el Papa exhortó a "darle espacio, cada día, a la Palabra de Dios, a nutriros de esta, a meditarla continuamente. Es una ayuda preciosa para protegerse de un activismo superficial, que puede satisfacer durante un momento el orgullo, pero que al final te deja vacio e insatisfecho".
En español Benedicto XVI dijo que "Jesús nos dice en el Evangelio de este domingo que quien escucha sus palabras y las pone en práctica se parece a un hombre que construye su casa sobre roca. Esta roca firme sobre la que podemos construir nuestra vida es la fe en la Palabra de Dios".
"Fijando nuestros ojos en la Virgen María -concluyó- aprendamos de ella a cumplir en todo momento la voluntad del Padre celestial para que, con la ayuda de la gracia divina, seamos transformados en imagen de Cristo y demos un testimonio eficaz de su vida y enseñanzas. Feliz domingo".
(Actualizado a las 09:04 a.m. GMT-5
Los conversos Jesucristo fue abriendo camino hasta lograr la conversión de la samaritana
JOSÉ MANUEL OTAOLAURRUCHI, L.C. | EL UNIVERSAL martes 29 de marzo de 2011 pág. 3-9 La humanidad sigue creyendo que la verdad depende del hombre y no el hombre de la verdad. El encuentro de Jesús con la samaritana revela con claridad la estrategia que Dios sigue con las personas que no lo conocen o que viven alejadas de Él, para que lo descubran, lo amen y lo sigan. Dios sale al encuentro del hombre, de todo hombre. La forma y el momento varían dependiendo de cada caso, pero siempre se cruza en nuestro camino.
Podríamos distinguir tres grandes grupos: en primer lugar están los que nacen en el seno de una familia cristiana y reciben la fe juntamente con el biberón. Es el nutrido número de fieles que conforme van creciendo se santifican con los sacramentos de iniciación (bautismo, confirmación y comunión), de curación (confesión y unción de enfermos) o los así llamados sacramentos de servicio a la comunión (matrimonio y orden sacerdotal). Para éstos el creer en Dios es algo tan natural como el respirar o el sonreír.
Luego están los buscadores de la verdad, los san agustines de todos los tiempos. Los que quieren saber si en Cristo es la respuesta a la pregunta sobre el sentido del ser. Son los modernos Zaqueos que suben al sicómoro para ver pasar a Jesús y luego quedan prendados de tal forma, que nunca más se vuelven a separar de Él. Conocemos el nombre de muchos de ellos: Gilbert Chesterton; el rabino de Roma en tiempos de la II guerra mundial, Israel Zolli, que luego adoptó el nombre de Eugenio en reconocimiento al Papa Pío XII; Edith Stein y André Frossard; los esposos Maritain; el ex-anglicano John Henry Newman, que luego llegó a ser Cardenal y recientemente fue beatificado por el Papa Benedicto XVI. Éstos llegaron a la Iglesia Católica por el correcto sendero de la razón, pero también respondieron a la acción de la gracia, pues la fe es un don de Dios.
Finalmente están los que se identifican con la samaritana, almas que se ocultan, escapan, le sacan la vuelta a Dios y con las cuales es preciso luchar, sin imponer; seducir sin violentar. Estas almas se asemejan a la cebolla, que tienen muchas capas que Dios tiene que ir removiendo para llegar al fondo del corazón. Jesucristo fue abriendo camino hasta lograr la conversión de la samaritana. Y así es como actúa en los que viven alejados de él. Sabe esperar y se vale de un momento de crisis, un aparente fracaso, la muerte de un ser querido para encontrarse cara a cara con ellos. Estos encuentros son misteriosos pero reales. Dios no se da por vencido y sabe cuándo deja a las noventa y nueve ovejas para ir en búsqueda de la descarriada. El buen pastor tiene otras ovejas que no están en el redil, también a éstas las sale a buscar para formar un solo rebaño.
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El Papa: Palabra de Dios es roca firme para construir la vida VATICANO, 06 Mar. 11 / 06:54 am (ACI/EWTN Noticias) Con un clima favorable por el sol dominical, el Papa reflexionó sobre el Evangelio de hoy que concluye el Discurso de la Montaña con el pasaje sobre la casa construida sohre la roca, que es Cristo, y dijo que "Jesús invita a sus discípulos a escuchar sus palabras y ponerlas por obra". Citando luego el Concilio Vaticano II afirmó que "Dios invisible habla a los hombres como amigos, movido por su gran amor y mora con ellos, para invitarlos a la comunicación consigo y recibirlos en su compañía". "Jesús es la Palabra viviente de Dios. Cuando enseñaba la gente reconocia en sus palabras la misma autoridad divina, experimentaba la cercanía del Señor, su amor misericordioso, y alababa a Dios". "En toda época y en todo lugar -prosiguió- quien tiene la gracia de conocer a Jesús queda fascinado, reconociendo que en su predicación, en sus gestos, en su Persona Él nos revela el verdadero rostro de Dios, y al mismo tiempo nos revela a nosotros mismos, nos hace sentir la alegría de ser hijos del Padre que está en los cielos, indicándonos la sólida base sobre la cual edificar nuestra vida". Benedicto XVI se refirió luego a la actitud del hombre ante Dios, ante la propia vida y el sentido que suele darle a ésta: "con frecuencia el hombre no construye su obrar, su existencia, sobre esta identidad revelada por Dios, y prefiere las arenas de las ideologías, del poder, del éxito y del dinero, pensando que encontrará estabilidad y respuesta a la imborrable pregunta sobre la felicidad y la plenitud que lleva en la propia alma". "¿Sobre qué queremos construir nuestra vida? ¿Quién puede responder verdaderamente a la inquietud de nuestro corazón? Cristo es la roca de nuestra vida. Él es la Palabra eterna y definitiva que no hace temer ante ningún tipo de adversidad, dificultad, malestar", agregó. Finalmente el Papa exhortó a "darle espacio, cada día, a la Palabra de Dios, a nutriros de esta, a meditarla continuamente. Es una ayuda preciosa para protegerse de un activismo superficial, que puede satisfacer durante un momento el orgullo, pero que al final te deja vacio e insatisfecho". En español Benedicto XVI dijo que "Jesús nos dice en el Evangelio de este domingo que quien escucha sus palabras y las pone en práctica se parece a un hombre que construye su casa sobre roca. Esta roca firme sobre la que podemos construir nuestra vida es la fe en la Palabra de Dios". "Fijando nuestros ojos en la Virgen María -concluyó- aprendamos de ella a cumplir en todo momento la voluntad del Padre celestial para que, con la ayuda de la gracia divina, seamos transformados en imagen de Cristo y demos un testimonio eficaz de su vida y enseñanzas. Feliz domingo". (Actualizado a las 09:04 a.m. GMT-5 |
Jesucristo fue abriendo camino hasta lograr la conversión de la samaritana
La humanidad sigue creyendo que la verdad depende del hombre y no el hombre de la verdad. El encuentro de Jesús con la samaritana revela con claridad la estrategia que Dios sigue con las personas que no lo conocen o que viven alejadas de Él, para que lo descubran, lo amen y lo sigan. Dios sale al encuentro del hombre, de todo hombre. La forma y el momento varían dependiendo de cada caso, pero siempre se cruza en nuestro camino.
Podríamos distinguir tres grandes grupos: en primer lugar están los que nacen en el seno de una familia cristiana y reciben la fe juntamente con el biberón. Es el nutrido número de fieles que conforme van creciendo se santifican con los sacramentos de iniciación (bautismo, confirmación y comunión), de curación (confesión y unción de enfermos) o los así llamados sacramentos de servicio a la comunión (matrimonio y orden sacerdotal). Para éstos el creer en Dios es algo tan natural como el respirar o el sonreír.
Luego están los buscadores de la verdad, los san agustines de todos los tiempos. Los que quieren saber si en Cristo es la respuesta a la pregunta sobre el sentido del ser. Son los modernos Zaqueos que suben al sicómoro para ver pasar a Jesús y luego quedan prendados de tal forma, que nunca más se vuelven a separar de Él. Conocemos el nombre de muchos de ellos: Gilbert Chesterton; el rabino de Roma en tiempos de la II guerra mundial, Israel Zolli, que luego adoptó el nombre de Eugenio en reconocimiento al Papa Pío XII; Edith Stein y André Frossard; los esposos Maritain; el ex-anglicano John Henry Newman, que luego llegó a ser Cardenal y recientemente fue beatificado por el Papa Benedicto XVI. Éstos llegaron a la Iglesia Católica por el correcto sendero de la razón, pero también respondieron a la acción de la gracia, pues la fe es un don de Dios.
Finalmente están los que se identifican con la samaritana, almas que se ocultan, escapan, le sacan la vuelta a Dios y con las cuales es preciso luchar, sin imponer; seducir sin violentar. Estas almas se asemejan a la cebolla, que tienen muchas capas que Dios tiene que ir removiendo para llegar al fondo del corazón. Jesucristo fue abriendo camino hasta lograr la conversión de la samaritana. Y así es como actúa en los que viven alejados de él. Sabe esperar y se vale de un momento de crisis, un aparente fracaso, la muerte de un ser querido para encontrarse cara a cara con ellos. Estos encuentros son misteriosos pero reales. Dios no se da por vencido y sabe cuándo deja a las noventa y nueve ovejas para ir en búsqueda de la descarriada. El buen pastor tiene otras ovejas que no están en el redil, también a éstas las sale a buscar para formar un solo rebaño.
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