ENTREVISTA EDUARDO SÁNCHEZ RUGELES, ESCRITOR
"El género negro hurga en cosas que aparentemente funcionan"
"El final de 'Jezabel' está ligado a nuestra sociología, a nuestra idiosincracia" "El género utiliza esa materia prima que te da lo real para imaginar un asesinato o algo oscuro ", señala el escritor.
El narrador venezolano presentó su novela "Jezabel" (Gustavo Bandres)
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DANIEL FERMÍN | EL UNIVERSAL
miércoles 8 de mayo de 2013 08:22 AM
A Eduardo Sánchez Rugeles (Caracas, 1977) siempre le gustó leer novela negra o policial. Ya en sus libros anteriores habían ciertas marcas de ello. El escritor ahora incursionó de lleno en el género con Jezabel (Versión original sin censura), que fue presentada por Ediciones B en el pasado V Festival de la Lectura de Chacao.
La nueva obra del narrador (parte de la colección Vértigo) inicia con la idea del asesinato de una joven que un periodista investiga 10 años después. En la historia se muestran a adolescentes descarnados que viven entre drogas y sexo. A Sánchez Rugeles le inquieta ese tema de la juventud que ya retrató en trabajos previos. El otrora profesor de bachillerato se documentó en el cine con películas que tratan de manera visceral el tema. Vio al Michael Haneke de Funny games, al Bernardo Bertolucci de Los soñadores o la filmografía de Larry Clark.
Un grupo de cuatro amigos, liderados por un joven homosexual, protagoniza la novela, que también tiene como trasfondo una crítica al Gobierno. Sánchez Rugeles asegura que la novela policial es el género por excelencia para plantear una denuncia social o política. "Sobre todo la contemporánea. Donna Leon, a través de su comisario Guido Brunetti, desarma la política italiana del Norte centrada en Venecia (...). En sociedades conflictivas, el género hurga en cosas que aparentemente funcionan bien", dijo el autor de Liubliana, que ya tiene cinco libros.
El protagonista de Jezabel ironiza sobre la figura de un detective privado en la Venezuela criminalizada de hoy. El arquetipo clásico de ese investigador norteamericano que resuelve un asesinato tiene poca verosimilitud en el país. Sánchez Rugeles intentó adaptar el género al contexto local, pero sin caer en lo cotidiano. "Una de las cosas que me planteé es que quería prescindir del hampa común como motivo. Abordar la inseguridad desde un punto de vista literario nos invitaría a tratar con una novela de tipo realista o social. El genero tiene otra intención: va más a lo pasional, a veces con asuntos de poder o clase".
La novela policial, más que implantar un castigo al culpable, suele ir busca de la verdad. Por eso el caraqueño se centró más en la trama que en un desenlace o un final feliz. "Yo no quería trabajar con ese imaginario de héroe gringo. Podría resultar increíble en un contexto como el nuestro. El final de Jezabel le sugiere al lector qué sucedió, pero en la trama no hay una resolución. El culpable queda en la calle, eso está ligado a nuestra sociología, nuestra idiosincracia".
Ya dijo Alaín Barral, el personaje de la historia de Sánchez Rugeles, que la memoria es un género de ficción, que nos permite inventarnos el pasado. Como la misma literatura. "Es el relato de alguien que recuerda a conveniencia lo que quiere. Cuando narras desde un yo se hace más fácil manipular al lector: te cuento sólo lo que te quiero contar como te lo quiero contar. Ahí el lector debe decidir si creer o no creer", agregó el autor de la novela Blue Label/Etiqueta azul, que será adaptada al cine.
La narrativa de Eduardo Sánchez Rugeles tiene una estructura casi cinematográfica, de ir y venir en tres tiempos. Jezabel alterna entre los hechos que precedieron el asesinato, la muerte en sí y la investigación una década más tarde. "Yo quería estudiar era cine. Me dediqué a la literatura, pero siempre esa presencia del cine está marcada en mi obra", concluyó el también guionista. EnJezabel se muestra a una sociedad de película de terror.
dfermin@eluniversal.com
La nueva obra del narrador (parte de la colección Vértigo) inicia con la idea del asesinato de una joven que un periodista investiga 10 años después. En la historia se muestran a adolescentes descarnados que viven entre drogas y sexo. A Sánchez Rugeles le inquieta ese tema de la juventud que ya retrató en trabajos previos. El otrora profesor de bachillerato se documentó en el cine con películas que tratan de manera visceral el tema. Vio al Michael Haneke de Funny games, al Bernardo Bertolucci de Los soñadores o la filmografía de Larry Clark.
Un grupo de cuatro amigos, liderados por un joven homosexual, protagoniza la novela, que también tiene como trasfondo una crítica al Gobierno. Sánchez Rugeles asegura que la novela policial es el género por excelencia para plantear una denuncia social o política. "Sobre todo la contemporánea. Donna Leon, a través de su comisario Guido Brunetti, desarma la política italiana del Norte centrada en Venecia (...). En sociedades conflictivas, el género hurga en cosas que aparentemente funcionan bien", dijo el autor de Liubliana, que ya tiene cinco libros.
El protagonista de Jezabel ironiza sobre la figura de un detective privado en la Venezuela criminalizada de hoy. El arquetipo clásico de ese investigador norteamericano que resuelve un asesinato tiene poca verosimilitud en el país. Sánchez Rugeles intentó adaptar el género al contexto local, pero sin caer en lo cotidiano. "Una de las cosas que me planteé es que quería prescindir del hampa común como motivo. Abordar la inseguridad desde un punto de vista literario nos invitaría a tratar con una novela de tipo realista o social. El genero tiene otra intención: va más a lo pasional, a veces con asuntos de poder o clase".
La novela policial, más que implantar un castigo al culpable, suele ir busca de la verdad. Por eso el caraqueño se centró más en la trama que en un desenlace o un final feliz. "Yo no quería trabajar con ese imaginario de héroe gringo. Podría resultar increíble en un contexto como el nuestro. El final de Jezabel le sugiere al lector qué sucedió, pero en la trama no hay una resolución. El culpable queda en la calle, eso está ligado a nuestra sociología, nuestra idiosincracia".
Ya dijo Alaín Barral, el personaje de la historia de Sánchez Rugeles, que la memoria es un género de ficción, que nos permite inventarnos el pasado. Como la misma literatura. "Es el relato de alguien que recuerda a conveniencia lo que quiere. Cuando narras desde un yo se hace más fácil manipular al lector: te cuento sólo lo que te quiero contar como te lo quiero contar. Ahí el lector debe decidir si creer o no creer", agregó el autor de la novela Blue Label/Etiqueta azul, que será adaptada al cine.
La narrativa de Eduardo Sánchez Rugeles tiene una estructura casi cinematográfica, de ir y venir en tres tiempos. Jezabel alterna entre los hechos que precedieron el asesinato, la muerte en sí y la investigación una década más tarde. "Yo quería estudiar era cine. Me dediqué a la literatura, pero siempre esa presencia del cine está marcada en mi obra", concluyó el también guionista. EnJezabel se muestra a una sociedad de película de terror.
dfermin@eluniversal.com
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