Razón del nombre del blog

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El por qué del título de este blog . Según Gregorio Magno, San Benito se encontraba cada año con su hermana Escolástica. Al caer la noche, volvía a su monasterio. Esta vez, su hermana insistió en que se quedara con ella,y él se negó. Ella oró con lágrimas, y Dios la escuchó. Se desató un aguacero tan violento que nadie pudo salir afuera. A regañadientes, Benito se quedó. Asi la mujer fue más poderosa que el varón, ya que, "Dios es amor" (1Juan 4,16),y pudo más porque amó más” (Lucas 7,47).San Benito y Santa Escolástica cenando en el momento que se da el milagro que narra el Papa Gregorio Magno. Fresco en el Monasterio "Santo Speco" en Subiaco" (Italia)

sábado, 3 de mayo de 2014

De cómo la ficción hace presencia en nuestra cotidianidad. Cada uno de los actores principales de la novela El Coronel no tiene quien le escriba (1961), entretejen una trama adherida a la piel del venezolano que al día de hoy padece, a expensas de grandes sacrificios –costo tiempo- las necesidades más apremiantes.

El lado cruel del realismo mágico

JOSÉ LEÓN D’ALESSANDRO |  EL UNIVERSAL
sábado 3 de mayo de 2014  12:00 AM
De cómo la ficción hace presencia en nuestra cotidianidad. Cada uno de los actores principales de la novela El Coronel no tiene quien le escriba (1961), entretejen una trama adherida a la piel del  venezolano que al día de hoy padece, a expensas de grandes sacrificios –costo tiempo- las necesidades más apremiantes.

Realismo mágico. Impronta de Gabriel García Márquez, ahora mismo dibujado en el rostro de los ciudadanos con la mirada perdida en un horizonte saturado de gases y humo para encubrir represión, atropello y persecución, en grosera violación de DDHH.

Cada viernes, a lo largo de 15 años –la magia de las coincidencias- el Coronel acaricia la quimera de sentir reivindicados sus servicios en la guerra civil de los Mil Días, mediante decreto del gobierno a la pensión que cree merecer.

Ir al encuentro del correo se convierte en ritual; ansiedad por unas palabras encerradas en uno de los tantos sobres que el cartero baraja en sus diestras manos, como los croupier suelen hacer con los naipes en las casas de juego.

15 años acariciando la fantasía por ver su nombre estampado en un sobre.

Este dibujo libre se orienta a través de la huella de García Márquez y nos acerca al diario acontecer de un realismo, más que mágico, lleno de palpitaciones no menos trágicas y sombrías.

Mientras los patriarcas del gobierno nadan en la abundancia de todo género, otros apenas comen, y lo que comen, luego de largos períodos de ayuno, con la piel cosida a los huesos, no les impide disimular el paso del tiempo y refugiándose en viejas promesas, contemplan, desde la idolatría, un gallo, única herencia material del hijo muerto.

El gallo, referente asociado a la supervivencia del Coronel y su mujer. Lo mismo que el barril de petróleo, internalizado en la conciencia de los ciudadanos de este país como el mágico recurso para salir de la pobreza.

En 15 años las estafetas del correo venezolano adquieren una nomenclatura singular en intima asociación con la acuciante tragedia de adquirir cualquier producto de uso cotidiano. Da lo mismo que se llamen Mercal, supermercado o abasto bicentenario o expendio de baterías para autos. El paisaje lo conforma una larga fila de personas ansiosas de ver satisfechas sus necesidades.

En el caso de las baterías, luego de la espera,  el vocero de la empresa expendedora anuncia: Hoy no vendrá el camión; vuelvan el viernes o el sábado. Entre tanto, los clientes, con los motores de sus vehículos encendidos desde 3 ó 4 horas –tiempo como para viajar de Caracas a Valencia- ven frustradas sus esperanzas una y otra vez.

Asombra, por decir lo menos, la resignación de nosotros los venezolanos ante la patética realidad que nos arropa.

Sociedades modernas y civilizadas, se rigen por el espíritu de un cuerpo de normas recogidas en su Constitución. La nuestra, surgida después de una amplia consulta entre los ciudadanos, y posteriormente discutida y aprobada en Asamblea Constituyente; en su momento considerada por el gobierno que nos rige, como la más moderna y completa del mundo. Sin embargo, los hechos y la forma como ha sido interpretada y aplicada, parecen demostrar de forma fehaciente lo contrario.

No es completa cuando se apela de manera reiterada a leyes habilitantes, vale decir, supraconstitucionales. De ahí el salto desde el realismo mágico al realismo trágico y cruel.

Todo el poder conjugado en primera persona:

Yo inhabilito, destituyo y encarcelo a alcaldes sin fórmula de juicio, sin derecho a la defensa e irrespetando el supremo derecho ciudadano que hizo posible su elección mediante el ejercicio del sufragio.

Yo  "encadeno"  todos los poderes a la faltriquera de Miraflores.

Yo quiero una educación alineada (¿o alienada? Cuestión de semántica) a la Resolución 058 y al Plan de la patria.

Yo dispongo cuándo y qué deben comer los ciudadanos. De igual modo me convierto en regidor de precios de los alimentos básicos para protegerlos de la voracidad de la antipatria.

Yo habré alcanzado la "felicidad suprema" cuando la prensa escrita, radio y TV se conviertan en una sola voz al servicio de la revolución.

Yo me encadeno las veces y durante el tiempo que a mí me da la gana.

Yo entiendo y alimento el "diálogo" desde mi soliloquio.

Yo quiero a los estudiantes, mejor allanados y entre rejas.

Yo le quiebro el espinazo al periodismo de todas partes cuando un medio made in usa me coloca compartiendo  un "time" con el Papa. Igual reconocimiento otorgado en 1938 a Adolfo Hitler como "hombre del año".

Es la misma historia de siempre. "Nosotros  -dijo la mujer del Coronel- ponemos el hambre para que coman los otros. Y mientras tanto qué comemos, preguntó la mujer. Dime qué comemos. El Coronel se sintió puro, explícito, invencible, en el momento de responder: Mierda".

jrleonda@gmail.com

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