El héroe que todos necesitamos
ECCIO LEÓN R. | EL UNIVERSAL
lunes 12 de mayo de 2014 12:00 AM
Los ciudadanos venezolanos hoy más que nunca necesitan la ayuda del súper héroe que luche contra los crímenes que a diario suceden, con estadísticas escalofriantes de delitos cometidos, por oportunistas, corruptos y las violaciones de todos los derechos fundamentales y con un régimen y un proyecto político decadente, que solo lucha por mantenerse en el poder a toda costa.
Este súper hombre sería, el Caballero de la Noche. Un hombre que se codea con dioses, extraterrestres y titanes sin sentirse menos. Un paladín que privilegia al cerebro sobre la fuerza. La última esperanza de una ciudad gangrenada por el crimen. ¡Es Batman! ¡El héroe perfecto!
En 2014 se cumplen 75 años de que Batman comenzó a luchar contra el crimen. Creado en los años previos a la Segunda Guerra Mundial, el personaje no se sumó a la avalancha de paladines que partieron al frente para luchar contra el ejercito Nazi. En su lugar, el héroe de ciudad Gótica se quedó en casa, combatiendo al crimen de la urbe, los apostadores, asaltantes, mafiosos, contrabandistas y narcotraficantes. Un trabajo menos glamoroso que el de Superman o la Mujer Maravilla, es consciente de que en cada calle de la ciudad por la que se sacrifica se esconde un potencial enemigo.
Lo que pone al Hombre Murciélago a otro nivel respecto a sus "camaradas" es que no es un personaje bonachón. No reparte sonrisas, no le gusta la luz, las fotos, los saludos, la alegría, andar en equipo, el romance, ni hablar de sus sentimientos. Su expresión es más cercana a la de una piedra que a la de un ser humano. Es silencioso, y le gusta moverse entre las sombras. Sigiloso en su huida y mortal en batalla.
Amo de la estrategia, él solo es capaz de prevenir y contener lo peor del crimen de una ciudad como Gótica, plagada de los peores psicópatas. Genio en el juego de ajedrez mortal que todos los días disputa la justicia y el mal, Batman es capaz de anticipar los movimientos de las mentes criminales, y tiene siempre a la mano un plan B, C o D para escapar de las trampas mortales.
El ingenio de Batman no se encuentra nada más en su cerebro. Fue uno de los primeros héroes en cargar con kilos de gadgets en el cinturón. Desde la cuerda para escalar edificios, pasando por sus batarangs, antídotos para veneno e incluso un repelente para tiburones. Es casi imposible tomar "mal parado" al héroe.
Que haya entrenado su mente no significa que no haya preparado su cuerpo. Batman es un combatiente experto en una amplia variedad de estilos. Ha llevado al límite su cuerpo para alcanzar la perfección, sometiéndose a pruebas de enorme dureza.
Con la mente y el cuerpo entrenados al nivel más alto, ¿por qué vestirse de murciélago? La pregunta es simple. Bruce Wayne sabe que el primer punto a quebrar en sus oponentes es la mente. Sus padres fueron asesinados cuando se resistieron al asalto, por un delincuente cobarde. Y esa cobardía jamás la olvidó. El millonario viste el traje del animal que más miedo le causa al ser humano: El murciélago. Relacionado con un sinfín de mitos y leyendas, el mamífero volador tiene un lugar muy especial en el imaginario del temor colectivo de la humanidad, espacio que Batman está dispuesto a explotar.
En mayo de 1939 se publicó el número 27 de Detective Comics. Era la primera aparición de Batman, y el mundo ya no sería el mismo. ¿Qué lo mueve? La venganza justiciera de Batman.
La ira, según Séneca, es la pasión más sombría y desenfrenada de todas. La ira no se muestra, centellea. Es toda agitación, desenfreno en el resentimiento, sed de guerra, de sangre, de suplicios, arrebato de furores sobrehumanos. La ira, visceral, se lanza en medio de las espadas, está ávida de venganza, desconoce todo afecto y se olvida de sí misma con tal de dañar a los demás.
Al recibir el alud de noticias que le reafirman su súbita desgracia, Job no renegó de Dios. Lo alabó y decidió arrastrar su dolor. Bruce Wayne, en cambio, atestiguó la muerte de sus padres y juró venganza. Sin embargo, el impulso que lo movió fue más reparador que injurioso. Wayne buscó desagraviarse con la justicia. Como no tenía poderes especiales, echó mano de la inteligencia. Capturó a sus enemigos y no les infligió el mismo castigo que lo llenó de escozor. Su venganza lo puso en un nivel superior.
La ira y la venganza de Batman son distintas a las de sus enemigos. Mientras Batman buscó repartir justicia, villanos como Bane, el Guasón, el Pingüino, el Espantapájaros o Hiedra Venenosa simplemente buscaron desparramar la desgracia.
El viste el traje del animal que más miedo le causa al ser humano: El murciélago. Relacionado con un sinfín de mitos y leyendas, el mamífero volador tiene un lugar muy especial en el imaginario temor colectivo de la humanidad. En fin, hoy necesitamos la ayuda del hombre murciélago para poder combatir los males que vivimos los venezolanos, SOS.
ecciol@yahoo.com
Este súper hombre sería, el Caballero de la Noche. Un hombre que se codea con dioses, extraterrestres y titanes sin sentirse menos. Un paladín que privilegia al cerebro sobre la fuerza. La última esperanza de una ciudad gangrenada por el crimen. ¡Es Batman! ¡El héroe perfecto!
En 2014 se cumplen 75 años de que Batman comenzó a luchar contra el crimen. Creado en los años previos a la Segunda Guerra Mundial, el personaje no se sumó a la avalancha de paladines que partieron al frente para luchar contra el ejercito Nazi. En su lugar, el héroe de ciudad Gótica se quedó en casa, combatiendo al crimen de la urbe, los apostadores, asaltantes, mafiosos, contrabandistas y narcotraficantes. Un trabajo menos glamoroso que el de Superman o la Mujer Maravilla, es consciente de que en cada calle de la ciudad por la que se sacrifica se esconde un potencial enemigo.
Lo que pone al Hombre Murciélago a otro nivel respecto a sus "camaradas" es que no es un personaje bonachón. No reparte sonrisas, no le gusta la luz, las fotos, los saludos, la alegría, andar en equipo, el romance, ni hablar de sus sentimientos. Su expresión es más cercana a la de una piedra que a la de un ser humano. Es silencioso, y le gusta moverse entre las sombras. Sigiloso en su huida y mortal en batalla.
Amo de la estrategia, él solo es capaz de prevenir y contener lo peor del crimen de una ciudad como Gótica, plagada de los peores psicópatas. Genio en el juego de ajedrez mortal que todos los días disputa la justicia y el mal, Batman es capaz de anticipar los movimientos de las mentes criminales, y tiene siempre a la mano un plan B, C o D para escapar de las trampas mortales.
El ingenio de Batman no se encuentra nada más en su cerebro. Fue uno de los primeros héroes en cargar con kilos de gadgets en el cinturón. Desde la cuerda para escalar edificios, pasando por sus batarangs, antídotos para veneno e incluso un repelente para tiburones. Es casi imposible tomar "mal parado" al héroe.
Que haya entrenado su mente no significa que no haya preparado su cuerpo. Batman es un combatiente experto en una amplia variedad de estilos. Ha llevado al límite su cuerpo para alcanzar la perfección, sometiéndose a pruebas de enorme dureza.
Con la mente y el cuerpo entrenados al nivel más alto, ¿por qué vestirse de murciélago? La pregunta es simple. Bruce Wayne sabe que el primer punto a quebrar en sus oponentes es la mente. Sus padres fueron asesinados cuando se resistieron al asalto, por un delincuente cobarde. Y esa cobardía jamás la olvidó. El millonario viste el traje del animal que más miedo le causa al ser humano: El murciélago. Relacionado con un sinfín de mitos y leyendas, el mamífero volador tiene un lugar muy especial en el imaginario del temor colectivo de la humanidad, espacio que Batman está dispuesto a explotar.
En mayo de 1939 se publicó el número 27 de Detective Comics. Era la primera aparición de Batman, y el mundo ya no sería el mismo. ¿Qué lo mueve? La venganza justiciera de Batman.
La ira, según Séneca, es la pasión más sombría y desenfrenada de todas. La ira no se muestra, centellea. Es toda agitación, desenfreno en el resentimiento, sed de guerra, de sangre, de suplicios, arrebato de furores sobrehumanos. La ira, visceral, se lanza en medio de las espadas, está ávida de venganza, desconoce todo afecto y se olvida de sí misma con tal de dañar a los demás.
Al recibir el alud de noticias que le reafirman su súbita desgracia, Job no renegó de Dios. Lo alabó y decidió arrastrar su dolor. Bruce Wayne, en cambio, atestiguó la muerte de sus padres y juró venganza. Sin embargo, el impulso que lo movió fue más reparador que injurioso. Wayne buscó desagraviarse con la justicia. Como no tenía poderes especiales, echó mano de la inteligencia. Capturó a sus enemigos y no les infligió el mismo castigo que lo llenó de escozor. Su venganza lo puso en un nivel superior.
La ira y la venganza de Batman son distintas a las de sus enemigos. Mientras Batman buscó repartir justicia, villanos como Bane, el Guasón, el Pingüino, el Espantapájaros o Hiedra Venenosa simplemente buscaron desparramar la desgracia.
El viste el traje del animal que más miedo le causa al ser humano: El murciélago. Relacionado con un sinfín de mitos y leyendas, el mamífero volador tiene un lugar muy especial en el imaginario temor colectivo de la humanidad. En fin, hoy necesitamos la ayuda del hombre murciélago para poder combatir los males que vivimos los venezolanos, SOS.
ecciol@yahoo.com
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